domingo, noviembre 28, 2010

Personajes de mi pueblo: Horacio Ramón Quijada Rodríguez

No hay espejo que mejor refleje la
imagen del hombre que sus palabras
Juan Luís Vives (1492-1540)
Humanista y filósofo español.


Margariteño de pura cepa. Horacio Quijada vino al mundo el 15 de julio de 1945 en el Valle Pedro González de la isla de Margarita. Hijo de Juan Quijada Rojas y Gregoria Rodríguez de Quijada. Nombres y apellidos que no dejan lugar a dudas. Es de la Isla. En el año 1946, el maestro Juan decidió probar suerte en el incipiente pueblo de El Tigre y, llegó con su prole que conformaban Erasmo, Jesús, Esther, Noris, José el popular “Burrito”, Gregorio y Horacio. Logró empleo en Mene Grande Oil Company y, cuando todo parecía agarrar rumbo positivo, la adversidad tocó su puerta: falleció la señora Gregoria y el hombre ante la tragedia y solo, tuvo que volver a la isla con los muchachos más pequeños, los mayores se quedaron en la casa, que ya poseían en la calle Nueva. Una vez en la Isla quedaron bajo la égida los abuelos maternos.

Pasados 5 años, el padre regresó a El Tigre, consiguió trabajo con la empresa petrolera Soconi Mobil, volvió a contraer nupcias, esta vez con la señora María Bauza y se estabilizó. Los niños que estaban en Margarita regresaron, entre ellos Horacio, quien convivió fraternalmente con su nuevos hermanos Juan de Dios, Arelis, Gloria, Jonás, Edgar y Marisol que fueron procreados en el segundo matrimonio del maestro Juan – era considerado un maestro por su experticia como perforador en la industria petrolera – un hombre humilde, de trabajo, apegado al hogar y que contribuyó con el engrandecimiento y desarrollo del naciente pueblo. 15 hijos y la gran cantidad de nietos y bisnietos que le sobreviven y que están residenciados en la ciudad, lo confirman. Multiplicaos.

Horacio Quijada, siendo niño, asistió como oyente al curso de primer grado en la escuela estado Trujillo y luego fue aceptado en segundo grado en la escuela privada “San José” de la maestra Blacina de Planchart, la cual funcionó en la esquina de la calle Brasil c/c Miranda, frente al hoy mercado municipal. Concluido ese año regresó al Trujillo, culminó la primaria y cuando tenía 16 años, se alistó en la Escuela de Tropas Técnicas en Maracay, a los 2 años cuando ostentaba el rango de cabo primero, se retiró, retornó a El Tigre y se inscribió en la Academia Pitman de la profesora Armenia Hércules y en un año aprobó el curso de Tenedor de Libros, con ese aprendizaje, viajó a Margarita y se matriculó en el Instituto de Comercio Juan Bautista Arismendi y a los 3 años egresó como Técnico Mercantil. En ese ínterin tuvo un amor fugaz en el cual procreo su primera hija la cual es profesional del derecho y ya le dio la primera nieta Mariangel Ortega que le siguió los pasos a la madre y también es abogada. En el año 1966, invitado por su prima Carmen Quijada viajó a Caracas y se residenció en Lídice, parroquia La Pastora y obtuvo su primer empleo en una quincallería china en el rol de vendedor de mostrador. Un año, se retiró y logró empleo en la Fábrica de Cierres Vista, C.A como jefe de facturación y un sueldo de Bs. 300 mensual. Empezaba a cantar otro gallo.

En ese tiempo aprovechó para sacar la secundaria por libre escolaridad, en los Instituto AVANCE y ATENAS, los deseos de superación y realización, eran permanentes. Hasta allí, no había descubierto su verdadera vocación, la cual descubrió por un hecho fortuito. En la oficina dónde trabajaba, había instalado un equipo de sonido que tenía sus cornetas en el galpón industrial de la empresa con la finalidad de llamar a algún trabajador cuando tenía que atender llamadas telefónicas o era requerido para algún detalle o instrucción. El micrófono lo manejaba diestramente una secretaria y un día falló por razones de salud. He aquí la anécdota.

Estaba Horacio Quijada en sus labores cotidianas. Repicó el teléfono, lo atendió y preguntaron por la señora Ruth de Giraldo quien se desempeñaba como jefe de personal. Tomó el micrófono y la llamó. Vino, atendió y cuando se retiraba le dijo: usted tiene una voz agradable. Más tarde volvió a repicar el teléfono y solicitaban hablar con el gerente de la empresa, el gringo Stanley Staller y Horacio volvió a tomar el micrófono e hizo el llamado respectivo. El hombre vino, atendió y cuando concluyó, se dirigió a Horacio al cual llamaba HO. Gracias mister HO, “usted tener bonita voz, tener voz de locutor”. Eso lo puso a pensar y lo motivó a buscar dónde y como aprender locución. Un buen día, pasó frente al Teatro Municipal y observó que en la segunda planta funcionaba “El Centro de Profesional Académico” dónde, entre otras especialidades dictaban los cursos de locución, pero como tenía una oferta de trabajo en El Tigre, se retiró y aceptó venir de nuevo al pueblo como cajero de la Singer. El gusanillo de la locución lo atormentaba. Se tomó su tiempo y a los 2 años, se retiró y regresó a Caracas, se inscribió y al año, tenía el diploma. Había descubierto su verdadera vocación.

Locutor graduado, pero para ejercer estaba obligado a solicitar el permiso del Ministerio de Comunicaciones. Culminando el primer trimestre del año 1973, introdujo la solicitud, le nombraron el jurado, presentó y le dijeron. “Puede irse, deje la dirección y le avisamos” Al mes y medio, un viernes en la tarde, estaba, echándose la cervecitas en La Manito de Oro de la popular Negra Dámaso, acompañado de su hermano José “Burrito” Quijada y el amigo Néstor “Pata e’ Perro” Gil; llegó una sobrina con la buena nueva. Había llegado una comunicación del Ministerio, dónde le notificaban que había aprobado el examen y, lo invitaban a enviar una serie de recaudos para poder obtener el certificado. Estaba notificado, más no autorizado. Con esa noticia, la celebración fue de tronío. El lunes empezó a recoger la documentación respectiva, los envió y en julio de ese año, le llegó el título con el número 6.135. En ese momento se convirtió en locutor oficial. Empieza otra historia.

Luego de tantas peripecias, había logrado el título que anhelaba y estaba en el camino correcto para desarrollar su verdadera vocación. Empezó a buscar una oportunidad y los cupos eran escasos. Tuvo su estreno frente a un micrófono en La Voz de El Tigre, en un programa de AD que moderó al lado del Prof. Ramón carrasco Mata y en el cual participaron como invitados, la líder del Comité Político Local “Raúl Leoni” su coterránea Ubaldina Quijada y el dirigente sindical Luís Vielma. En la salida, se encontró y conoció al laureado locutor Pedro Lugo Vílchez con quien entabló una gran amistad y en uno de sus tantos encuentros, un día le preguntó ¿Leíste Antorcha de hoy”, respondió que no y este le dijo “búscala hay un aviso de Radio Guanipa dónde solicitan un locutor” la buscó, leyó el aviso y para llegar a la emisora, la cual estaba ubicada en la entrada de El Tigrito, le pidió la cola a Héctor Vásquez, para entonces trabajador petrolero, quien lo llevó y le presentó al director-fundador don José Luís Tineo López. En julio de 1973 se inició y en el año 1984, Don Bombillo asumió la dirección y con su proverbial conducta autocrática, lo despidió sin causa justificada e irrespetando el fuero sindical que lo protegía y hasta el día de hoy, no le ha querido cancelar las prestaciones sociales que le corresponden de acuerdo a la ley y 4 sentencias favorables a su caso dictadas por el Tribunal Supremo de Justicia. El tipejo se burla de la justicia.

Horacio Ramón Quijada Rodríguez, que a la vez es cultor, ejecutor y cantor de la música Margariteña y director-fundador del programa “Yo soy margariteño”, nunca pensó que la malignidad de Don Bombillo llegara a extremos tan viles. Cuando aspiró la dirección de la emisora, lo ayudó y acompañó para llevarle un documento al dueño para que lo nombraran. En esa oportunidad viajaron Pedro Marrero Hernández, Germán Dona Rodríguez, Enrique Urbina Ávila y el sujeto de marras. Una vez que volvieron, lo nombraron y se encumbró, los despidió a todos sin causa justificada, los arregló como peón de fábrica – Dona murió en Anaco esperando el pago – Horacio, por dignidad acudió a la justicia para reclamar el pago justo de sus prestaciones sociales, la cual le dio la razón en el máximo tribunal. Van 4 sentencias del TSJ que lo obligan a cancelar las prestaciones sociales a Horacio. El tipejo, no da la cara y manda a decir que se declarará insolvente burlándose de la justicia. Ese es el ejemplar padre de familia, empresario próspero, honesto y ejemplo a emular que nos vendía sabañón en sus puntos de vista. Dime con quien andas y te diré quien eres.

La vida de Horacio Ramón Quijada Rodríguez no ha sido fácil, pero con constancia, dedicación y empeño ha logrado superar muchos obstáculos y tener grandes satisfacciones. Como poeta, cultor, intérprete y promotor del folclor margariteño el Instituto de Patrimonio Cultura de Venezuela lo declaró Patrimonio Cultural Viviente de Venezuela. Un reconocimiento que ostenta con orgullo. En su primer matrimonio tuvo 2 hijos: Mariana y Horacio Jr. En la época que este último cursó estudios en la U E Simón Bolívar y estando soltero, en una de esas tantas veces que religiosamente iba en busca de él, conoció a la maestra del hijo, Esmirna Solórzano. ¡Zas! Amor a primera vista, un corto periodo de amores y formalizaron matrimonio. En esa feliz unión, han logrado 3 hijos, ¡por ahora! Greiza del Valle y Greisse Cristina ambas bioanalistas y José Horacio que está en el periodo de pasantías para obtener el título de Ingeniero geólogo. Indicativo, de ser un buen padre de familia, disciplinado en el trabajo, con un gran concepto de familia y alta preocupación por la formación académica de sus descendientes. Don Bombillo nunca podrá decir lo mismo.

No hay un ápice de dudas, Horacio Ramón Quijada Rodríguez, es uno de los personajes que ha contribuido y contribuye a la difusión, promoción, fomento desarrollo del folclor margariteño y uno de los pioneros de la radiodifusión en la zona sur del estado Anzoátegui y aún cuando es víctima de una patraña inmoral por parte de Don Bombillo, que no sólo elude cancelarle sus prestaciones sociales, sino que se burla de la justicia e intenta cuando se pone en órbita todas las mañanas dictar cátedra de moralidad y decencia, es un profesional feliz y realizado. La imagen que proyecta Horacio son el reflejo de sus palabras, ojala la piltrafa de Don Bombillo pudiese decir lo mismo. Aquí nos conocemos todos. En estos humildes destellos reivindicamos su larga, limpia y dilatada trayectoria, con la firmes esperanza de que, cuando los eximios cronistas, historiadores e investigadores de nuestro profuso, interesante y exuberante pasado, decidan escribir la verdadera y autentica historia de la ciudad, que nació al calor de la industria petrolera, un 23 de febrero de 1933, lo puedan incluir en el disco duro de nuestra memoria histórica. Al pícaro de Don Bombillo también, pero en las páginas negras. ¡Vale la pena!



lunes, noviembre 22, 2010

La escuela rotaria “Felipe Walker”

Cuando prosperan las escuelas, todo prospera
Martín Lutero (1483-1546)
Teólogo alemán que inició la reforma protestante.


Siempre es reconfortante, agradable y encantador regresar a la escuela. El pasado mes de octubre, tuve esa fascinante experiencia. Volví a la escuela dónde cursé todos mis estudios de primaria. Esa escuela fue fundada por el Rotary Club y, en principio llevó el nombre de Escuela Rotaria 430, luego pasó a ser Grupo Escolar Nacional Graduada “Felipe Walker”. Hoy, es La Unidad Educativa Felipe Walker. Está ubicada en mi barrio Pueblo Ajuro. En el momento de mi llegada, había fiesta con motivo del aniversario y, me llenó de satisfacción, en tan importante fecha, poder contribuir con el fortalecimiento de la biblioteca. Entregué una pequeña, pero significativa cantidad de libros, los cuales serán de gran utilidad a los docentes y estudiantes. Los comentarios huelgan y lo dejo a la interpretación benevolente de los que serán beneficiarios y beneficiarias. Mi mayor felicidad fue que hubo una gran receptividad y júbilo, porque según palabras de las autoridades del colegio, hacían bastante falta. Ese es un especial galardón (intangible) que llevó en el centro del corazón del corazón. No hay que ser importante, hay que ser útil y, en ese momento con el agradecimiento, me hicieron sentir útil y realizado como luchador social. Un momento de gran felicidad personal.

También tengo la inmensa satisfacción, que a los 54 años de fundada, mi querida escuela Felipe Walker, está en inmejorables manos. La directora Rosemy Ojeda, la subdirectora Milena Quijada (Quienes aparecen en la gráfica que acompaña esta crónica), el cuerpo docente, el personal administrativo y obrero, integran un equipo de trabajo impecable en sus delicadas tareas en beneficio de la comunidad estudiantil. En el momento cuando la directora, me llevó a conocer las instalaciones del plantel, las condiciones en que mantienen la infraestructura, las diferentes áreas, la unidad con los vecinos y hasta las limitaciones para el crecimiento que tienen, recordaba en silencio cuando leí, el magnifico libro del eximio maestro Luís Beltrán Prieto Figueroa, “El Maestro como Líder” dónde reflexionaba acerca de la importancia del maestro en el ámbito comunitario: Tiene que ser el líder en el sector y debe convertirse en bujía de la integración, compenetración y participación de los vecinos en todo lo concerniente al colegio. La comunidad educativa y la comunidad vecinal, tal como lo pensó el maestro prieto, están unidas en la inmensa tarea de la formación de los niños. Ese éxito, lo han logrado los maestros de la escuela Felipe Walker, ejercen ese liderazgo académico en mi barrio Pueblo Ajuro. ¡Albricias!

Hay fallas, necesidades y carencias. Es obvio. Empero, las instalaciones poseen un mantenimiento aceptable, gracias a la gestión de las autoridades y el cuerpo docente del plantel. Poseen 2 secciones de Educación Inicial, 24 secciones de educación primaria, 60 mini laptos para los niños de primer grado, 2 laptos piloto o de control – que manejan los maestros – 158 laptos para los escolares de segundo grado – programa “Canaima va a la casa” – 1 comedor que es atendido por 20 madres y padres procesadores, los cuales provienen de los vecinos, padres y representantes, quienes se rotan la responsabilidad y el pequeño incentivo que reciben por el trabajo. La matrícula es de 950 estudiantes y todos, absolutamente todos, tienen acceso al comedor y además poseen un salón de para música y una biblioteca. Una escuela integral y bien completa.

El cuerpo docente está compuesto por 33 docentes de aula, 7 especialistas para las áreas de biblioteca, aula integrada (Niños con dificultad de aprendizaje), educación física y música. En esta última área, la escuela cuenta con una coral de voces blancas, integrada por 24 niños, dirigida por el Prof. Emmanuel Lanza y la valiosa colaboración de la educadora María Auxiliadora Lejet. El Dr. Gilberto Borges para hacer más formal, vistoso y presentable el uniforme, les regaló las corbatas. Esa coral cuando tiene presentaciones, cuenta con el apoyo de los músicos de la ciudad. Héctor Piña, José Gregorio Rojas, Guarapo Marín (h), José Trittón, Asdrúbal Carrillo, Pedro Marín y José Gregorio Marín, entre otros. Ellos colocan a disposición de la coral sus equipos, experiencia y orientación. Igualmente, la directiva del colegio, en el empeño de integrar a la comunidad a la escuela, está desarrollando el “Proyecto Educativo Integral Comunitario” el cual contempla entre otros, uno bien interesante “La lectura como fuente del conocimiento y la formación integral de la comunidad escolar y La Coral “Viajando por Latinoamérica”. En este último, ya se han presentado en toda la zona sur del estado, La UDO Puerto La Cruz y pronto estarán, si cuentan con recursos económicos, atendiendo invitaciones allende nuestras fronteras patrias. La escuela Felipe Walker se internacionalizará. En este momento ya cuentan con un parrandón navideños para alegrar la navidad en la escuela, el sector y dónde los requieran. ¡Vivan los niños de mi barrio!

Hay varias aspiraciones del presente equipo directivo y el cuerpo docente. Entre ellas podemos anotar: vigilancia permanente, la construcción de un salón de usos múltiples, un parque didáctico para preescolar, un local más adecuado para la cocina, lograr financiamiento para grabar un CD que deje testimonio del trabajo musical de la excelente coral, que los miembros de Rotary Club restauren o renueven el símbolo, el cual data desde la fecha de la fundación y muchas otras cosas más que podemos remediar entre todos, por eso me atrevo a lanzar una recomendación a titulo personal a los egresados: “no olvidemos nuestro segundo hogar”. Hay que volver a la escuela, ver sus necesidades y en la medida de las posibilidades ayudar a solventarlas. Es fácil. Una latica de pintura, una resma de papel, un libro para la biblioteca, un saquito de cemento, un árbol ornamental, un filtro de agua, vasos para los niños, artículos de limpieza y tantas cosas que, estoy seguro, no empobrecerán a los generosos que las aporten y muy por el contrario, les reconfortará el espíritu y les enriquecerá su don de buen ciudadano. Es una manera de demostrar con creces, el agradecimiento eterno que debemos tener con la institución, que contribuyó decisivamente con vuestra formación. Nunca olvidéis la sabia sentencia popular. Algo es algo, peor es nada. Hay que ayudar a prosperar a la escuela, para que prospere el barrio, la ciudad, el estado y el país. Dios, la patria y las nuevas generaciones os agradecerán.

En esa visita que hice a mi escuela Felipe Walker, volví a vivir mis tiempos infantiles, me reconforte espiritualmente y me encontré con una agradable sorpresa. Mi escuela está en excelentes manos, está integrada a la comunidad, tiene proyección local, regional, nacional y pronto la tendrá internacionalmente. Un síntoma de que está asegurado su presente y futuro. Mi escuela está prospera, seguirá prosperando, hace prosperar mi barrio y, esa maravillosa realidad, aparte de la diligente, amable y cordial atención que me dispensaron, el rico cafecito, la rica torta que me obsequiaron con gran cariño y la cual compartí con un niño, fue el mejor regalo que recibí al volver a la escuela. ¡Un momento feliz! ¡Valió la pena!

La Unidad Educativa Felipe Walker, forma parte del patrimonio educativo y el acervo cultural de la ciudad. Es una de las escuelas públicas más antiguas, posee un rico historial pedagógico, cultural, deportivo y comunitario que data desde que fue fundada bajo la dirección de la profesora Josefina de Figueroa la cual tuvo como secretaria a la señora Xiomara de Cazorla y, desde luego merece una atención especial, no sólo por parte de las autoridades competentes, sino también, de la élite ilustrada y los clubes de servicio que hacen vida en la comunidad. En otra oportunidad, escribí acerca de su historia, el porqué de su nombre y algunos otros intríngulis interesantes de su bello, maravilloso y admirable historial, por lo que creo importante, que nuestros eximios investigadores, cronistas e historiadores, cuando decidan escribir la verdadera y autentica historia de la ciudad, la incluyan en el disco duro de nuestra memoria histórica. Van 54 años de trayectoria. Un tiempo bastante respetable. Recordar es vivir. ¡Vale la pena!

domingo, noviembre 14, 2010

Personajes de mi pueblo: Luís Beltrán López

Los hábitos arraigados siguen de pie aun después
de haber desaparecido las necesidades que los formaron
Étienne Bonnot de Condillac (1715 – 1780)
Filósofo francés.


Hay personajes que parecieran pasar desapercibidos. Permanecen toda una vida en un sitio. Expenden delicias. No hacen ruido. Mantienen a lo largo del tiempo un comportamiento intachable. Son amigables, atentos, laboriosos, humildes y gente de paz. Desaparecen y, hay la creencia de que, nadie lo notará y menos extrañara. El caso de señor Luís Beltrán López, es emblemático. Estuvo cerca de 60 años vendiendo guarapo, como dice con su proverbial buen humor, en el concurrido paso peatonal de la esquina de la Librería Txiki y hoy, la gente cree que sigue allí porque continúan degustando sus deliciosas bolas de nieve y no es él, es un hijo que lo relevó. Nació en Santa María, estado Sucre el 30 de abril de 1931, no tuvo estudios formales, cumplió el servicio militar obligatorio en Maturín, tiempo que aprovechó, para aprender a leer y escribir. Una vez que recibió la baja, se vino al incipiente pueblo de El Tigre, dónde llegó en el año 1951, para quedarse. Un tígrense por adopción, que la gente recuerda, en su lugar de trabajo, con cariño y afecto. Es una leyenda viviente.

En al año 1953, al no lograr empleo y como la situación económica le era apremiante, incursionó en la venta de “Bola de Nieve”, para los tígrenses. “Raspao” para los caraqueños y “Cepillao” para los maracuchos. En todo caso la refrescante bebida, siempre tuvo 2 presentaciones. Una locha la dispensada en vaso pequeño y medio en vaso grande, eran los precios originales. Nuestro personaje, inició su actividad en el antiguo mercado de la avenida 5 y pasado unos meses, se ubicó en la esquina del edificio, dónde funciona desde hace unas cuantas lunas también, la Librería Txiki en la calle Bolívar c/c Miranda. En ese largo tiempo, que estuvo en la esquina, sólo fue molestado una vez por un alcalde atorrante, el cual por antojo, lo movió del sitio original un poquito más hacia la calle Miranda. No tenía excusas para retirarlo, atropellarlo o desaparecerlo, pero a fin de que no se fuera liso de sus desmanes, lo quitó de la esquina dónde tenía más de 50 años. Gracias a Dios, la clientela sabía que estaba allí y se mantuvo leal y consecuente. El orden de los factores no alteró el producto.

El señor Luís Beltrán López, desde hace año y medio, sufrió un Accidente Cerebro Vascular (ACV), y como está convaleciente, le pasó el testigo a su hijo Pablo, el cual mantiene la actividad en el mismo sitio, con la misma disciplina, eficiencia y diligencia. Una dinastía, pues. En esos casi 60 años que se mantuvo vendiendo guarapo, casó con la señora Ana Ramona Díaz, con la cual procreo 4 hijos, que le han dado la felicidad de disfrutar, por ahora, de 5 nietos. No goza de la pensión de vejez, pasa una situación económica crítica y se mueve, con mucha dificultad, tal como lo muestra la gráfica, con la ayuda de una andadera ortopédica la cual adquirió con sus propios y escasos recursos económicos. El trabajo dignifica, da para la manutención, medio vivir y una vez en el retiró, como en el caso del “bolenievero” de la esquina de la txiki, vegetar en medio de las más exigentes dificultades económicas y limitaciones para acceder a los servicios de salud y comprar los medicamentos. No todo en la vida es color de rosa.

Don Luís Beltrán, inició su actividad artesanal con un carrito de madera, que el mismo adecuó para la actividad, luego adquirió el actual confeccionado con metal. Un cepillo raspa hielo, hielo en panela, que antes adquiría en la Planta de Hielo, que funcionó al lado de la actual sede de la Policía Municipal y, ahora les suministra un distribuidor desde la planta de hielo del Tigrito, un pedazo de semicuero para tapar y medio mantener el hielo, los frascos con los guarapos dónde hay de sabor artificial: menta, piña, colita cuyas esencias de color compraba antes, en las farmacias y, ahora en las casa especializadas en repostería y los sabores naturales: tamarindo, guayaba, guanábana, coco, melón y naranja, los cuales prepara con frutas frescas, que adquiere de los pequeños productores y otras en el mercado. Tampoco le falta, unas botellas con agua y paños limpios para mantener limpio, aseado y en condiciones higiénicas el móvil que le sirve de armario para poder trabajar. Era cuidadoso en mantener un ambiente decente, adecuado y atractivo a la clientela. Un dato curioso para los que sacan las estadísticas de la salvaje devaluación del bolívar. Hoy el vaso pequeño vale Bs. 3 mil y el grande Bs. 5 mil. Hay que sacar la cuenta bien. No hay que olvidar, que con la reconversión a la moneda le quitaron 3 ceros a las cifras y verán que a pesar de todos esos maquillajes monetarios la devaluación no se detiene y obtiene índices pavorosos. Saque bien los números. Es un botoncito de muestra.

El señor Luís Beltrán López, formó parte del paisaje urbano de la ciudad por más de cincuenta años. Nos deleitó con sus ricas y deliciosas bebidas refrescantes a las pasadas y presentes generaciones, las cuales en los últimos años, aderezaba con la agradable y dulce leche condensada y hoy, por su convalecencia, no está en la esquina de costumbre, pero hay que reconocerle que tuvo una disciplina férrea, un orden estricto y una voluntad de acero para mantener una actividad laboral informal por espacio de casi 60 años. La gente lo recuerda con cariño. Muchos de los que hoy son profesionales, técnicos, empresarios, trabajadores o ciudadanos en el gobierno que pueden ayudarlo, en más de una oportunidad, cuando pasaron por la esquina de la Txiki acalorados, degustaron con fruición, alguna vez una sabrosa, jugosa y refrescante “Bola de Nieve”. No se hagan los locos.

Las necesidades, que aun persisten, dieron pie a la actividad de vender guarapo en el señor Luís Beltrán, lo cual se convirtió en un hábito, que se mantiene como una agradable tradición. Ese trabajo se inicia al despuntar el alba hasta que el astro rey da paso a la luz de la luna. Fueron, repito, cerca de 60 años y, ahora retirado por razones de salud y la edad, necesita de la solidaridad y la ayuda de las almas generosas y los entes oficiales. Estoy persuadido de que a través de nuestros consecuentes lectores, muchos se enterarán de su precaria situación económica y querrán visitarlo, ayudarlo y socorrerlo. En ese sentido los oriento, para que no se pierdan. Está domiciliado en la calle Primero de Mayo, en todo enfrente dónde empieza la calle 19 de abril, en Pueblo Ajuro. Uno nunca sabe. Gente de buen corazón y generosa abundan. El “bolenievero” de la esquina de la librería Txiki, os agradecerá. Hagan el bien sin ver a quien.

Este vendedor informal, la familia, los personajes, la actividad que realizó y los sitios que mencionamos en estos humildes destellos, forman parte de nuestras historias urbanas y de nuestras tradiciones y, bien harían nuestros eximios investigadores, historiadores y cronistas, en tomarlos en cuenta, a la hora que decidan escribir la verdadera y autentica historia de la ciudad que nació al calor de la industria petrolera, el 23 de febrero de 1933 y los puedan incluir en el disco duro de nuestra memoria histórica. ¡Vale la pena!



lunes, noviembre 08, 2010

Personajes de mi pueblo: Jesús Rafael “Reyito” Belisario

La música es el verdadero lenguaje universal
Karl Maria Friedrich Ernst von Weber (1786-1826)
Compositor romántico y director de ópera alemán.


En el mundo hay muchos amantes de la música romántica. El gusto por ese género musical, no es cuestión de edad, más bien es una sensibilidad especial que poseen algunos y, que son conocidos con o sin razón con el calificativo de bohemios. Esos sentimentales ven interpretadas sus ilusiones, ensueños, amores y guayabos en la letra y música de esas bellas melodías. Uno de los grupos más exitosos del célebre bolero lento, fueron el popular, prestigioso y glorioso trío “Los Panchos” Las interpretaciones acompañadas de la magistral ejecución de las guitarras, la clave, las maracas y el bongo los convirtieron en los mejores del mundo y leyendas vivientes. En el presente y, creemos que por muchos años más, aún cuando están desaparecidos físicamente, perdurarán y continuarán sembrados en el corazón del público apasionado por la música romántica. Eso no lo discute nadie.

Los Panchos, cuando se habla de vocalistas y músicos de ese género musical, son la referencia obligada. En la ciudad, existen algunos músicos que con la ejecución de la guitarra y las interpretaciones del prolijo manojo musical de Los Panchos, deleitan a los amantes de esos boleros. Jesús Rafael “Reyito” Belisario, es uno de ellos. La vocación por la música lo llevó, muy joven, a formar parte del coro de la Iglesia San Antonio en la cual fue monaguillo y, aprendió a tocar la guitarra, gracias a las enseñanzas y orientaciones del Padre Jesús Nogueiro. Esa condición católica, lo lleva a confesar que tuvo 2 padres. El biológico Jesús Rafael Reyes Rios del cual heredó el apodo de “Reyito” – No “rayito” como lo llaman erradamente algunos amigos – y quien lo crió junto a su madre Rosa María Belisario al lado de sus hermanos el señor Norberto Sánchez. Es el tercero de 9 hermanos cuyos nombres recita de memoria. José Rafael, Iris María, Cesar Ramón, Alberto José, Nolberto, Rosa, Celestino y Mildred. “Reyito” es parrandero de nacimiento. Vino al mundo el día de navidad en el año 1952.

“Reyito”, es ebanista y carpintero de profesión y músico por vocación. Estudio la primaria en la escuela José Silverio González y la secundaria en, la para entonces, Escuela Artesanal Urbana El Tigre, hoy Liceo Juan Pablo Rojas Paúl. El ejercicio de su profesión, la alternó siempre trabajando con grupos musicales. En Caracas formó parte de un grupo español que existió en Chacao, desempeñándose como bajista. Integró un grupo patrocinado por el extinto Banco Unión. En la Guaira estuvo bajó la égida del excelso pianista Carlos Vera, que tenía un contrato fijo, para tocar en un club de Caraballeda y luego debutó en la Tasca “Los Curracos” que trabajaba noche y día frente al Nuevo Circo. Fueron largos años de vida artística en la capital y el litoral. En ese tiempo, atendió una oferta de empleo en Ciudad Guayana y, a través de un amigo, se enroló en la banda de la Infantería de Selva bis Sucre 54 y al año, pasó a formar parte de la orquesta “Merey Son” dónde laboró por espacio de 5 años de dónde egresó para regresar a su patria chica ya que su padre falleció y tenía que estar cerca de la familia. El buen hijo vuelve a casa.

Una vez en la ciudad, “Reyito”, quien actualmente está soltero, pero tiene 3 hijos de su primer matrimonio: María, Marianela y Jesús, trabajó con Rey Rodríguez, el Nuevo Clan de Ángel Rodríguez, Desmond Cole, con el grupo de Eliseo Gómez, con Simeón Julien y muchos otros grupos y orquestas, hasta que lo agarró la vida bohemia y se dedicó como solista a cantar y tocar con su infaltable guitarra música romántica a individualidades y parejas que son amantes de los boleros de Los Panchos y otros tríos de reconocida fama como “El San Juan”, “Los 3 Diamante” “Los Duendes” “Los Tres Reyes” “Venezuela” “Calavera” y los de la ciudad “Trío Bahía” del extinto Jesús “Chuito” Almeida y el que está dando la hora “Los majestuosos de Sir Augusto Ramírez. En esa vida mundana “Reyito”, no tiene trabajo fijo, grupo musical que lo cobije, pero continúa su camino como músico popular y recorre las calles de la ciudad sin rumbo fijo. Un hombre humilde, que aspira la atención oficial que le devuelva a la vida útil, para seguir entonando el lenguaje universal. Nunca es tarde.

La suerte no lo acompañó en su último toque. El chino Henry “Chichi” Yeoshen Moreno – el hermano del loco Douglas – le regaló una guitarra con la cual se defendía, pero no agarró en consejo del poeta Aquiles Ojeda, se descuidó con los malandros y llegando a su casa un par de sujetos, le colocaron 2 revólveres en el la cabeza “La guitarra o la vida”, le dijeron. Obvio. Entregó la guitarra, salvó la vida y esa feliz circunstancia, le permite contar sus cuitas y, rogar a alguna alma generosa o institución gubernamental, que mientras llega una política de atención integral para los músicos populares, le donen una guitarra. Es el arma que tiene para matar sus tigritos y, lograr por que no decirlo, los traguitos. No olvidéis: Sapo sin agua no canta y “Reyito” no sabe lo que es un ratón. Los mata bien muertos desde que abre los ojos en la mañana. ¡Salud!

Jesús Rafael “Reyito” Belisario, es un personaje de la ciudad, que con su intensa actividad como músico popular, contribuye con el desarrollo de la historia musical de la ciudad y forma parte de nuestras leyendas urbanas. “Reyito”, los personajes y grupos que mencionamos en estos destellos, forman parte de las más bellas páginas de nuestro pasado y presente histórico musical y nosotros los referimos con la firme esperanza de que, cuando nuestros eximios investigadores, historiadores y cronistas, decidan escribir la verdadera y autentica historia de la ciudad, que nació al calor de la industria petrolera el 23 de febrero de 1933, los puedan incluir en el disco duro de nuestra memoria histórica. ¡Vale la pena!