lunes, octubre 31, 2011

Personajes de mi pueblo: Pedro Cortez

El hombre que decide hacer algo sin pensar en otra cosa, supera todos los obstáculos
Giovanni Giacomo Casanova (1725 – 1798)
Aventurero italiano.


Uno de los primeros sastres de la ciudad, vivió en la calle Falcón de Pueblo Ajuro. Fue don Manuel Gamboa, cuya sastrería ubicó, en el Casco Viejo, exactamente, al final de la calle Ayacucho, diagonal al antiguo edificio Municipal y hoy sede del CICPC. Los primeros, que instalaron ese tipo fabricación y reparación de trajes, en Pueblo Ajuro, fueron los hermanos Cortez. Pedro y Marcos el popular “Poche”. Ellos, instalaron su taller de confección y reparación, en el Callejón Falcón #3, la casa de habitación de la abuela, Juana Cortez. En esa época eran muy pocos los sastres en el pueblo. El cuadro lo completaban Ñito de la Sastrería Imperial, Mario Bianculli, el italiano Clímaco y el viejo Tomás, conocido cariñosamente como Piñerúa, por ser fanático fogoso, del Partido del Pueblo. Ellos, entre otros, fueron los pioneros del arte de la confección, costura y reparación de prendas de vestir para caballeros en la ciudad. Memoria contra el olvido.

En esta ocasión, traemos a estos humildes destellos, a Pedro Cortez, quien nació el 19 de enero de 1945, en El Tigre, en la calle Guevara Rojas del Casco Viejo, exactamente en la vivienda ubicada, al lado de la histórica bodega “La Cueva” e hijo de Antonio Salamaca y Damasia Cortez. En el año 1954, la familia emigró hasta Santa Ana, ya que, el padre logró empleo en la empresa petrolera SINCLAIR, que operaba en San Roque. En ese bucólico pueblo, inició sus estudios en la escuela Eduardo Delfín Méndez, bajo la tutela de la maestra Ililía Solórzano. No había estabilidad laboral y en el año 1957, estaba como ayudante de su papá, que había incursionado como bonguero en Punta de Mata, actividad que abrazó, con un capital de Bs. 5 mil, producto de las prestaciones sociales que le había cancelado la empresa SINCLAIR. En el año 1959, la contratista STOCA, le dio empleo al viejo y mientras estudiaba, la señora Maritza Hernández, a la cual ayudaba a limpiar la casa, le dijo que el señor Julián Sandoval, estaba solicitando muchachos para enseñarles sastrería. Un dato que, al atenderlo, le ha servido para toda la vida. Eso marcó su vida.

El señor Julián Sandoval, le cancelaba Bs. 2 diarios. Aprendía y limpiaba el local de la sastrería. En virtud de que era un aprendiz destacado, en una oportunidad, se presentó a trabajar vistiendo un pantalón blanco, al cual el padre, le había pegado un parcho negro. Un remiendo horrible y de muy mal gusto. El dueño de la sastrería, le conminó a que, utilizando la materia prima del negocio, se hiciera 4 pantalones a su gusto. 1 mes duro la faena. Hizo 1 semanal, lo que le permitió perfeccionar el arte de la confección de prendas de vestir para caballeros y ampliar su percha. Un año bastó para aprender la profesión, que a la fecha ejerce en la Sastrería Fuentes de Agua Viva, que posee y trabaja, en la calle Brisas del Caris ubicada, entre la calle Bellavista y las 4 vías. El hombre, además, en su condición de Cristiano Evangélico, es maestro de la palabra, en la Congregación Fuentes de Agua Viva, que tiene su sede en el sector popular Alí Primera. Un servidor de Dios y el prójimo.

El sastre Pedro Cortez, en el año 1960, cuando regresó a El Tigre, se dedicó a ayudar a varios sastres. Trabajaba a destajos. En ese trajinar conoció a Benito Mondello, quien le pidió que no se comprometiera a trabajar fijo con nadie, ya que viajaría a Italia a perfeccionar los cortes. Fueron 2 meses de espera. El hombre hizo un curso en la prestigiosa Academia Príncipe de Gales, en Milán. Una vez en Venezuela y más concretamente en El Tigre, instaló una sastrería al lado del abastos La Libertad de su hermano Lilo Mondello, ubicada en la 3ra. carrera sur c/c Avenida Winston Churchill – la cual ahora fue rebautizada como Libertador para borrar de la memoria histórica de la ciudad el nombre de ese yanqui imperialista según los chavistas – ignorancia aderezada por el odio – el héroe de la segunda guerra mundial es británico. Harina de otro costal. En esa actividad, se mantuvo por espacio de 5 años, cuando Benito, decidió viajar de nuevo, esta vez para perfeccionar sus conocimientos como peluquero y Pedro viajó hasta Aragua de Barcelona, para atender una oferta de empleo en el Baratillo Aragua, que vendía ropa confeccionada y les ofrecía a los clientes la posibilidad de perfeccionársela a la medida. Trabajo 3 años, se retiró y regresó a la ciudad, para integrarse al equipo de trabajo de la Sastrería Oriente, de Pánfilo Girolamo, en la primera carrera, desde dónde a los 6 años emigró, para la Sastrería La Elegancia de Antonio Di Spiritu en el vecino municipio Guanipa. Un aventurero de la aguja y la tijera.

En el año, 1979 fundó, como dijimos al inicio de este destellos, con su hermano Marcos, una sastrería en el callejón Falcón, luego mudaron a la calle Miranda, frente al edificio Arauca y en el año 1984, se establecieron en la calle Libertad, paralela a la cerca de Campo Oficina, dónde permaneció en sociedad con “Poche” por espacio de 20 años. Luego decidió montar tienda aparte y, como también dijimos, tiene su taller de sastrería en la calle Brisas de Caris hasta el sol de hoy y Dios disponga. Una vida dedicada a una profesión, que lo convierten en referencia obligada, a la hora de hablar del arte de la confección en la ciudad. El que tenga problemas de talla, le fabrica el traje, pantalón o camisa a la medida y para hacerle algún arreglo a cualquier prenda de vestir y no pierda su originalidad, no lo piense 2 veces, acuda dónde Pedro, que tiene, además, precios solidarios. Las palabras huelgan. Los especialistas, no necesitan presentación. Visítelo y se convencerá.

En su vida familiar Pedro Cortez, tiene 9 hijos, en 3 parejas. Con Melania Perales, procreo a Damasia, Jaquelín, Pedro, Eglis del Valle (+) y Marisol (+), con Martha Sánchez, los hijos son Estaban y Ender. Con Delia Mercedes Quiaro, con la cual esta unido en matrimonio, por la iglesia evangélica, por ahora, tiene 2 más. Dairis y Delibeth. Todos hombres y mujeres de bien y los de menor edad, cumplen sus etapas de formación escolar, media y universitaria. En la punta de una aguja, en el carreto de hilo, en el corte de la tela, en el arreglo de un pantalón, una camisa, una chaqueta o un traje o sencillamente agarrando un ruedo, a Pedro Cortez, le transcurre la vida y sin pensar en otra cosa, supera los obstáculos materiales, que siempre surgen en la vida y, desde su posición como evangelizador y maestro de la palabra, vence los vacíos espirituales. Un hombre de profunda fe, entregado al señor, la familia y consagrado a su trabajo, el cual merece, que cuando nuestros eximios cronistas, investigadores e historiadores, de nuestros prolijo y bello pasado, decidan escribir la verdadera y autentica historia de la ciudad, lo incluyan en disco duro de nuestra memoria histórica. ¡Vale la pena!



lunes, octubre 24, 2011

Raíces cariseñas

Lo que ocurre en el pasado vuelve a ser vivido en la memoria
John Dewey (1859 – 1952)
Filósofo y educador estadounidense.


Las verdaderas y autenticas raíces de los tigrenses, están en los habitantes de las riberas del río Caris. Fueron estos nativos, los primeros que se acercaron, construyeron bahareques y se quedaron en las adyacencias del pozo OG-1, que se levantó en la sabana abierta de la Mesa de Guanipa. Eran los campesinos, que transitaban hasta Cantaura, para vender sus cosechas, por un camino, que se ubicaba entre lo que hoy se conoce como la Chicagua y la carretera Negra La Flint. En ese constante ir y venir, vieron el movimiento de trabajadores, se acercaron, vieron una oportunidad, para resolverse mediante la venta de comidas y jugos cuestión que hicieron, para una vez, que reventó el pozo y la actividad petrolera tomó auge, quedarse para siempre en el caserío, que a la postre, resultó esta pequeña urbe de El Tigre. Historia reciente, 100x100 verificable.

En las riberas de río Caris, hay varios Asentamientos Campesino y caseríos. El Aguacatal, entre cuyos fundadores podemos mencionar a “El Catire” Meza y su esposa Mercedes García, de cuya unión matrimonial, vinieron al mundo Isidro, Petra, la mamá del Gral. Dumas Meza Meza, Rigo, Pedro Aquilino, Rosalía, Pedro Celestino, Aurora, Elina, Ana María, Elvira y Ramón “Moncho” Meza, Rafael Sotillo, fundador de Acción Democrática en la zona, Jorge Jiménez, Trino Jiménez, Juan de La Cruz Sotillo y Pedro Sotillo. Las Piedras de Caris, dónde la matrona Carmen Resplandor, echó raíces, estableció una numerosa familia, son los precursores en la fabricación del casabe y las deliciosas Naiboas y en el caserío La Aventazón en cuya entrada vivía uno de los primeros comisarios, como lo fue Ramón Morales. Los balnearios La Margarita del viejo Patete. El paso del Sindicato de don Roque García: La Coera de Nicolás Meza. San Jonote de los hermanos Abreu, José “El negro”, Jesús “El Bachiller”, Pedro Celestino “El musiu” y José Anselmo “El Viejo, padre del poeta José Gregorio “Golo” Mogollón y cuya propiedad fue adquirida por el Dr. Pedro Urbina. Puente Chori de Juan Chori, que luego vendió a José Roldán. El sector La Borrachera dónde vivían Manuel Balado, el criador de pollo Manolo Mosquera y don Eleuterio Rondón, que desempeñaba el cargo de comisario. La Culebra de Pedro Benito Prado, Corina Cedeño, Jesús Prado, el padre del Cnel. Eligio Prado, Benito Prado y pasando el puente el Fundo la óptima de Pedro Lira, que la adquirió de manos de Pedro “El Indio” Palacios, que muchos años trabajo, en la instalación de las torres de electricidad, que atraviesan la Mesa de Guanipa y lo había comprado a la familia prado con doña Teodora a la cabeza. También la familia Barreto y los Piñeros. Don Telésforo Barreto fue una institución. Memoria contra el olvido.

La zona que va desde Puente Chori, hasta más allá del balneario Los Tubos, es conocida como Boca de los Caños, en ese caserío, tenía su consultorio el curioso del Caris – Veía por las aguas – Agapito Cedeño y además la comunidad estaba y está integrada por Viviano Ojeda, Rafael Guarapano, estaban ubicadas las granjas de pollo de los hermanos Seguí, la de Demetrio Ron y la que regentaba El Negro Maita y el eterno jefe del partido del pueblo Matías Cedeño. En el balneario Los Tubos, se asentó, después de vender San Jonote, el señor José Abreu. Más allá, en las cabeceras del río Caris, adquirió en 1906, de la corona española, media legua de terreno, el señor Ramón Soto que estaba casado con la señora Bárbara Fariña, los cuales tuvieron 8 hijos. Teodomiro, Pedro Celestino que se casó con la señora Rosa Adela Fuentes y procrearon 12 hijos. El 8vo. es el Cnel. Pedro Vicente Soto Fuentes, Canacho, Hildebrando, José, Graciela, la esposa de don Margarito Ramos, que instaló su propio fundo, conocido como El Guayabo e Isidro Soto. Todas familias originarias y de larga tradición cuyas raíces, asentaron en el caserío El Tigre y podemos considerar, sin temor a equívocos, los fundadores de la ciudad. Llegaron primero.

En las cabeceras de El Caris, también tenían su asiento en el sector conocido como La Curtiembre, los Hnos. Lira. Francisco, el padre el Cnel. Francisco José Lira Prado, Ramón, padre de Ildefonso Lira y José María que dejó una herencia de más de 60 muchachos, entre los cuales se cuenta, el autor de estos destellos. En la época que AD y COPEI gobernaron, los sempiternos comisarios del Caris fueron Cipriano Ojeda y Rufino Fuenmayor. Las transiciones del cargo eran cordiales y fraternales. La parte que corresponde a la familia Mago y otros nativos, los pueden consultar en el destellos, referido a doña Juanita Mago, dónde destaca el señor Roso Mago y toda su prolija descendencia. Hay que conocer de dónde venimos, dónde estamos, para orientar hacía dónde vamos. Recordar es vivir y para relatar estos nombres de sitios, personas y familias, me aproveche de la prodigiosa memoria de Pedrito Sotillo, Jesús “Chungo” Abreu, el Gral. Dumas Meza Meza y el Cnel. Pedro Vicente Soto Fuentes, quienes al ser consultados reforzaron, mis conocimientos de esa área ribereña y de la cual conservamos gratos recuerdo de nuestra niñez, adolescencia y juventud. Más de una vez hicimos la travesía desde el Puente de Chori hasta La Coera a nado limpio por el caudaloso río Caris acompañado por mi hermano Roberto Salazar, Arquímedes Jesús “El Grillito” González, Edgar Guatache, Mauro Millán, Alexis “El Negro” Mogollón, Santos Rafael García, Arquímedes Guatache entre otros. Eran tiempos de hallaca a real, Pepsi Cola a medio, seguridad blindada y a pesar de que tiempo que se va no vuelve, confieso que he vivido intensamente. No hay nostalgia.

Es de Perogrullo: la memoria es frágil. Es posible que algunos importantes personajes de esa época, no estén en esa reseña volandera. Lo que si es importante destacar, que la recopilación, la hicimos con el mayor cariño, la mejor disposición y buscando poner en contexto las verdaderas y autenticas raíces de la ciudad, que sirva de referencia a nuestros eximios cronistas, investigadores del pasado e historiadores, cuando decidan escribir una versión veraz de la historia de esta ciudad, les coloquen en su justa dimensión y los puedan incluir en el disco duro de nuestra memoria histórica, que si bien, no tuvo orden y documento de fundación, tuvo sus primeros pobladores que le dieron inicio y forma con sus bahareques y fueron los nativos de las riberas del río Caris, los cuales, llegaron con la actividad petrolera, que se convirtió en el atractivo de ese momento y todavía en nuestros días continúa teniendo gran influencia en nuestra economía. Es la historia viva que algún día se escribirá con pelos y señales. Nosotros desde estos humildes destellos hacemos un pequeño aporte porque. Es nuestra identidad. ¡Vale la pena!



Pedrito - El pollo de Caris - Sotillo


José "Cheo" Salazar con el Gral. Dumas Meza Meza y José Horacio Guzmán Requena, primer alcalde de la ciudad

lunes, octubre 10, 2011

Personajes de mi pueblo: Catalino Bellorín

El placer que acompaña al trabajo pone en olvido la fatiga
Quinto Horacio Flaco (65 a.C. – 8 a.C.)
Poeta lírico y satírico romano.


Catalino Bellorín, posee rasgos árabes, pero es más criollo que el chorizo carupanero. Vino al mundo en la comunidad rural de Carúpano, Fuente de Lourdes, el 13 de febrero de 1946, estudio sus primeras letras en medio de ese ambiente campestre, dónde se dedicó desde muy chico, a las labores agrícolas en el pequeño fundo que poseían sus ancestros. En el año 1962, su tío José Bellorín, que había arrendado la histórica barbería Tricolor (a los chicos que se cortaban el pelo en esa barbería, le regalaban un lápiz Mongol, un caramelo y sí era cliente fijo le adicionaban un cuaderno), lo invitó a El Tigre, le dio un rápido curso de barbería y lo incorporó a su staff de barberos. En ese tiempo, aprovechó para concluir su primaria en la escuela estado Trujillo. Estudiar y trabajar. De conuquero a barbero. Buen salto.

En la barbería Tricolor, trabajó por espacio de 3 meses, le salió una oportunidad y compró la barbería Principal, que funcionó por muchos años en el 6ta. calle sur. En esa actividad se mantuvo durante 4 años, cuando decidió vender e irse hasta San Félix, dónde montó una bodega que trabajó 8 años. El espíritu aventurero, se apoderó de su existencia y aún cuando mantenía el negocio, compró una camioneta e incursionó como bonguero. Viajaba desde San Félix para Barrancas, Tucupita y Temblador. Fueron 3 años de constante ir y venir por esos agrestes caminos que le cansaron la existencia y entonces decidió, vender la pick up y comprar un vehículo con placas amarillas para trabajar en la conurbación San Félix-Puerto Ordaz. En ese trajín, también anduvo 3 años y, con los ahorros instaló, un negocio de mercancía seca con preeminencia en las prendas de vestir. Empezó a turquiar.

El hombre, no duró mucho e esa actividad comercial. A los 3 años vendió el negocio para regresar a El Tigre, dónde se asoció con árabe en una tienda que funcionó por muchos años en la calle Miranda, bajo el nombre comercial “Richard”. Una vez que rompió relaciones con el paisano, adquirió una pick up usada y se dedicó al comercio ambulante en los mercados. En la época que José Miguel Arismendi Marín, ejerció la alcaldía del Municipio Simón Rodríguez, se inició la construcción de los pequeños locales comerciales, que están ubicados en la avenida Rotaria, frente a la estación de servicio “La Confianza”. Catalino Bellorín, le puso el ojo al lugar y empezó a solicitarle al alcalde, le asignará uno de los locales. Esos afanes, le consumieron 2 años, nunca abandonó la lucha y con su proverbial parsimonia, le montaba todos los días guardia a Miguel desde la madrugada en su residencia. El que persevera vence.

Un buen día, como de costumbre, estaba estacionado frente a la residencia del alcalde, el chofer no llegaba y Miguel caminaba desesperado. Tenía compromisos y se retardaba. Entonces Catalino, le ofreció la cola en su humilde camioneta, el hombre aceptó. Era la oportunidad que necesitaba para concretar su petición. El burgomaestre, en el camino le dijo que todos lo locales estaban comprometidos, empero, el presupuesto de la alcaldía no alcanzaba para construir todos los kioscos proyectados y había la posibilidad de asignarle un espacio para que construyera uno a mutuo propio. No lo pensó 2 veces, le dijo que no había problemas, lo remitió al ingeniero y, aún cuando el funcionario se puso escamoso, a los 3 días le dio el visto bueno. Construyó con recursos propios e inicio su negocio. Los viajeros que ofertaban la mercancía, los proveedores, le preguntaban al antiguo socio árabe por su existencia y éste les decía que se había marchado de la ciudad. No obstante, los fue contactando poco a poco y, para identificar el punto exacto, dónde tenían que ubicarlo, le colocó como nombre al pequeño local “¡Aquí está Richard!” el original. No había pérdidas.

Este pequeño emprendedor, comerciante informal o bonguero, a pesar de poseer el local comercial, busca la vida y para redondearse la arepa, continúa la actividad informal en la esquina sureste del mercado de Pueblo Nuevo norte, dónde está convertido en un personaje, que ya forma parte de entorno cotidiano de esa popular plaza de distribución de alimentos. A tal efecto, le dio empleo a un joven, el cual una vez llegado de su natal Valle de Guanape, había incursionado en la venta de helados con la heladería EFE, trabajo abandonó porque la delincuencia desatada en las calles, lo desbancaba casi a diario. Este trabajador de nombre Eliécer Rodríguez, atiende el kiosco de la avenida Rotaria, que vende de todo, desde un lápiz para los escolares, pasando para tabaco para mascar, caramelos, chucherías, hasta cestas artesanales y Catalino Bellorín, una vez que abre el negocio en las mañanas, se traslada hasta el mercado en su pick up, para atender su ya cautiva clientela. Pobre, humilde, pero trabajador incansable, que pone olvido a la fatiga y con su esfuerzo, constancia y dedicación, ha logrado levantar con honestidad, 7 hijos. Luís Argenis y Nieves que nacieron en su época de aventurero y Marco José, Yolides, Ricci, Ángel Luís y Anabel Carolina, que son el fruto de su matrimonio, con la señora Ana Rojas, nativa de El Tigre, la cual logró estabilizarlo y anclarlo en la ciudad para toda la vida. El amor lo sembró en El Tigre.

Catalino Bellorín (En la gráfica con Eliecer), es un personaje que hace honor al viejo axioma que dice sabiamente “El trabajo dignifica”. Con su permanente actividad comercial, su prolija familia y constante trajinar por los mercados de la ciudad, ha contribuido y contribuye con su granito de arena al desarrollo, crecimiento y engrandecimiento de El Tigre y lo traemos a estos destellos con la firme aspiración de que, cuando nuestros eximios cronistas, historiadores e investigadores, de nuestro rico pasado y presente, decidan escribir la verdadera y autentica historia de esta pequeña urbe, que nació al calor del oro negro, el 23 de febrero de 1933, lo incluyan en el disco duro de nuestra memoria histórica. ¡Vale la pena!


lunes, octubre 03, 2011

La carretera El Tigre – Barcelona ¿Un sueño frustrado?

Viajar sólo sirve para amar más nuestro rincón natal
Noel Clarasó (1905 – 1985)
Escritor español.


Cuando los habitantes de la zona sur y centro del estado Anzoátegui, tenían la necesidad de viajar a la capital del estado, vivían una Odisea. Había que salir bien temprano, para llegar, con suerte después de 5 o más horas de peligroso, espinoso y empinado camino. No había carretera nacional. Existía una “trocha”, “pica” o vía de penetración, construida, asfaltada, conservada y mantenida, por la industria petrolera para la conservación y mantenimiento de sus instalaciones y de los oleoductos, que transportan el crudo hasta la refinería de Puerto La Cruz o el Puerto de Guanta. Ese rústica carril, se convirtió por muchos, en el único acceso que había para llegar hasta Barcelona. Memoria contra el olvido.

En el trayecto que hay entre El Tigre y Barcelona, había que desafiar muchos peligros. Los llamados chinchorros que existen llegando a Cantaura y más adelante hasta Anaco, entre Anaco y San Mateo y luego subir por la montaña de Boca e’ Tigre con inmensas curvas, profundos desfiladeros y con un transito de pesadas gandolas, las cuales se desplazaban a mínima velocidad, convertían el viaje en turismo de aventura y, luego por la suerte de haber llegado ileso, cuando empezabas a bajar, echar un suspiro al aire, en el sector rural del municipio Bolívar, conocido como Pela El Ojo. Lograbas llegar y eso era una gran proeza. Ir y venir a Barcelona, se constituía en una gran hazaña. Todavía hay muchos conductores que vivieron esas vicisitudes. Héroes anónimos.

En la década del 70, los gobiernos democráticos, construyeron la autopista Km. 52 hasta el peaje de Mesones. Esa moderna carretera de 4 canales, hombrillo y sitios de parada, con posibilidades de utilizar agua para el vehículo, permitía un acceso más cómodo a Barcelona, evitando la montaña de Boca é Tigre y le dio mayor fluidez al transito automotor desde un poco más allá de San Mateo hasta Barcelona. El tiempo de viaje se abreviaba, empero, la vía continuaba siendo muy peligrosa. En la década de los 80, otra vez, los gobiernos democráticos, le daban continuidad a la obra vial y construyeron una vía expresa desde Cantaura hasta la entrada a la moderna autopista en el Km. 52. Los viajes, a partir de ese momento, desde la zona sur a Barcelona, se hacían más despejados, menos peligrosos y en menor tiempo. A buena velocidad en una hora y media se recorría el trayecto. El progreso, en la cuarta república, avanzaba a paso firme. Nadie lo puede negar.

En las década de los años 80, todos lo gobiernos ofrecieron la construcción de la autopista Cantaura – El Tigre. Esa aspiración, empezó a concretarla en el primer quinquenio del año 2000, el gobernador electo, con los votos de la llamada revolución el Dr. David De Lima. Antes el gobernador designado por el Presidente Jaime Lusinchi, el Dr. Otto Padrón, había dejado listo el proyecto e iniciado los trabajos, dejando 8 kilómetros engranzonados y listos para asfaltar, los cuales, con el paso del tiempo, prácticamente se perdieron por efectos de la erosión y la falta de mantenimiento y continuidad de la obra. El gobernador David De Lima, a pesar de las trabas, que le colocó el gobierno central, avanzó e inauguró unos 20 Kilómetros. Llevó la ansiada autopista hasta el cruce conocido como La Madama. Iniciaba la concreción de un gran sueño que en estos últimos 7 años se ve frustrado. No ha existido voluntad política.

Una vez que el Dr. David De Lima salió de la gobernación, la actual administración del Dr. Tarek William Saab, solamente asfaltó un corto canal hasta la entrada de Cantaura, que dejó inconcluso su predecesor y ahora después de más de 7 años al frente del ejecutivo regional, está ampliando los 18 kilómetros que separan a El Tigre del cruce de La Madama para incorporarnos a la moderna autopista y continuar por la vía expresa hasta el Km. 52 y luego ingresar a la autopista que nos conduce en medio de una huecoteca, resaltos y depresiones, hasta el peaje de Mesones en la entrada de Barcelona. La carretera El Tigre – Barcelona, pasó de ser una “trocha” “pica” o vía de penetración, de la industria petrolera, a carretera nacional, salvo el tramo cruce de La Madama – El Tigre. Una fea verruga roja rojita.

Permítaseme una disquisición con relación a la ampliación del tramo La Madama – El Tigre, que se ejecuta en estos momentos. Los entendidos, dicen que por esa zona quedarán bajo la pista asfáltica, oleoductos de 16 pulgadas, que transportan petróleo y la fibra óptica que introdujo la CANTV, un error que puede resultar costoso a futuro, ya que alguna reparación, necesaria para el mantenimiento y adecuación de estas importantes redes costaría mucho dinero, amén del peligro que representarían para los usuarios de la vía. Hay que recordar las tragedias que han ocasionado la explosión de algún oleoducto para las comunidades indígenas que viven en la esa extensa región habitadas por nuestras etnias originarias. Es un grito a tiempo.

En este corto recuento de la historia de esa importante red vial nacional e internacional. No olvidemos que desde Brasil, muchos turistas, se trasladan por vía terrestre, atravesando el estado Bolívar y pasan a pasar vacaciones a las bellas y paradisíacas playas de los estado Anzoátegui y Sucre. Esa circunstancia y la potencialidad de la zona centro – sur del estado obligan a que se construya a la mayor brevedad posible los 18 Km. de autopista desde el cruce de La Madama hasta El Tigre y se mejore la red vial que nos une con Soledad y hacía Pariaguán, límites con el estado Guarico. Es una deuda que tiene el poder central con está zona petrolera, que le ha dado tantos recursos al fisco nacional y, no les han sido revertidos en obras tan importantes para su desarrollo como ese pequeño tramos de autopista. Es cuestión de justicia.

Está apretada síntesis, de la historia de la carretera, que nos conduce hasta Barcelona y, más allá hasta la capital de la República, la cual comenzó como una “Trocha” “Pica” o vía de penetración construida por la industria petrolera para la conservación y mantenimiento de la red de oleoductos, que transportan el crudo desde la Mesa de Guanipa, hasta los puertos petroleros del zona norte del estado y, la cual por uso y costumbre, está convertida de hecho y de derecho en carretera nacional, la hacemos con la sana intención de contribuir con una pequeña versión de su tradición y leyenda, para que las presentes y nuevas generaciones estén enterados de dónde venimos, dónde estamos y hacía dónde vamos. El que no conoce la historia tiende a repetir sus errores.

Con esta crónica de la carretera El Tigre – Barcelona, hacemos un viaje virtual hasta el pasado, recreamos un poco el presente y nos acrecienta mucho más el amor por nuestra zona sur y en especial de El Tigre, rinconcito oriental, que nos vio nacer, y el cual merece que los gobernantes, que de verdad quieran su tierra natal, se preocupen y ocupen de dotarla de una excelente vialidad urbana y extraurbana y, por ahora, le concluyan los 18 Km. de autopista que le faltan desde el cruce de La Madama. Esperamos igualmente, que cuando nuestros eximios cronistas, investigadores e historiadores, decidan escribir la verdadera y autentica historia de esta pequeña urbe, que nació el calor de la industria petrolera, el 23 de febrero de 1933, puedan tomar estos humildes apuntes y los consideren para ser incluidos, en el disco duro, de nuestra memoria histórica. ¡Vale la pena!