Petra Quijada Mata, una de sus hijas, inició sus estudios en la escuela, Juan Bautista Arismendi, de su pueblo natal. 1ro y 2do. En El Tigre continúo en la escuela “Simón Rodríguez, cuando funcionó en la calle Guayana. En el momento que cursaba 4to, la casa que era propiedad de Juanita Rebollo, ubicada al lado de la Academia Greg, de la eximia y extinta, profesora Natividad Cintrón, se hundió y, concluyeron el año, en unos salones que les cedió, en calidad de préstamo, el Grupo Escolar Estado Trujillo. 5to y 6to, los curso en la escuela Aníbal Dominicci, en la calle Sucre, exactamente en el costado norte de la iglesia “Virgen del Valle”, bajo las enseñanzas del maestro Luís Rodríguez La Paz. En el transcurso de sus estudios de primaria, se “mudo más que una gata parida”, cuenta y ríe de buena gana. Inmediatamente se inscribió en la prestigiosa Academia Pitman de la distinguida profesora Celenia de Quiñones, la cual funcionaba, en el cruce de la calle Caracas con Piar. El esposo de la profesora Celenia, el señor Juan Quiñones, poseía una de las primeras ventas de bicicleta, en la ciudad, ubicada en la calle Bolívar. Pueblo chiquito y… todos eran vecinos. Tipo vecindad, pues.
En el año 1954, cuando culminó sus estudios en la Academia Pitman, viajó a Puerto La Cruz, en busca de trabajo. La contrató el Banco de Venezuela, que por suerte, el 16 de junio de 1956, abrió sus puertas por primera vez en El Tigre, en un edificio del empresario Stefano Massobrio, en la esquina de las calles Guayana con Sucre, dónde permaneció por espacio de 20 años. En el año 1976, fue ubicado en la Avenida Francisco de Miranda, en un edificio propiedad del señor José “Pepe” Descarrega, dónde hoy funciona la tienda Korix. En el año 1976, abrió sus puertas en instalaciones propias, muy cerca, en la misma avenida Francisco de Miranda. El 4 de agosto, del año de la fundación del Banco Venezuela en El Tigre, Petra Quijada Mata, obtuvo la transferencia hasta esta nueva agencia, la cual tenía al frente, como gerente al carupanero Luís Alfonzo Morao. Era la tercera entidad bancaria en el pueblo, ya que antes, habían abierto operaciones el Banco Construcción, en el edificio que sirvió por muchos años al Sindicato Amarillo, ubicado en la calle Anzoátegui cruce con calle Girardot y, cuyo primer gerente fue el señor Carmelo Bravo. Luego ese banco, se mudó al edificio Samih Murhib y concluyó sus operaciones, en una edificación propia, en la avenida España y el Banco Latino, que se ubicó en la esquina de la Plaza Bolívar, después de muchos años, fue mudado a sus modernas instalaciones en la avenida España, ahora también Banco Venezuela. En esa esquina funcionó por mucho tiempo, el bar – restaurante “Las Vías”. Esa monumental entidad financiera, fue liquidada en la época de Caldera 2, por efectos de una intervención gubernamental. Esas son otras historias.
Los gerentes de la agencia del Banco de Venezuela, después del señor Luís Alfonzo Morao, fueron: Miguel Ángel Sosa Brito, Juan Bautista Alexis Rosso, Asdrúbal García, Anastasio Zabala, Jorge Martínez Rojas, quien fue sustituido por Petra Quijada Mata, la cual había pasado por todos los cargos de la agencia El Tigre. Poseía experiencia y una dilatada experiencia. Es más en su curriculum ya tenía acumulado, varios periodos, como gerente (e), como suplente de los titulares, cuando estos tomaban sus merecidas vacaciones. El destino es cruel, apenas 6 meses, ejerció la gerencia, ya que era política de esa entidad financiera, que los hombres, al cumplir 60 años y las mujeres 55 años, eran liquidados, indemnizados y enviados a sus casas. Chao contigo. Entregó la gerencia al señor Simón Quijada, oriundo de Los Hatos y fue nombrado, en ese mismo acto, como subgerente, Alfredo Martínez. Hubo antes unos jubilados, como el caso del señor Asdrúbal García, que luego, le fue negociada y cancelada, para también entrar en la orbita, de los extrañados del Banco Venezuela. Así paga el diablo.
Petra Quijada de Mata, no se queja de su suerte, ha sabido vivir y es una mujer feliz, a pesar de que su único ingreso económico, es la pensión que paga el SSO, la cual ganó en buena lid y era justicia se la otorgaran. La comenzó a cobrar, cuando pagaban Bs. 9 mil mensual. Obvio eran bolívares realmente fuertes. Había Pepsi Cola a medio, pan a puyita (5 Cms.) en la panadería Plaza y hallaca a real. Con su proverbial buen humor, nuestro personaje recuerda, que llegó al Banco de Venezuela, como auxiliar del Departamento de Contabilidad en Puerto La Cruz y cuando fue transferida a El Tigre, pasó por los Departamentos de Cuenta Corriente, utility (Hacía de todo sin clasificación), luego subgerente durante 20 años y cerró su ciclo como gerente. En ese largo tiempo al servicio del Banco de Venezuela, recuerda que la primera cuenta corriente, de esa agencia en El Tigre, la abrió el empresario Stefano Massobrio y, que fueron sus compañeros de trabajo, Luís Piñero, que fue transferido a Anaco, el actual periodista estrella del diario Antorcha, Juan Martínez, José “Quijote” Palma, Aquiles Rojas, quien era cobrador, Grace Muratti, Celia Colmenares, el hoy flamante abogado y profesor Mamerto Díaz, Juan Marín, Alida de Marín, Nelson Bolívar, Juan Zamarra, Vicente “Chente” Guilarte, entre otros. Una larga carrera, una bella historia y una remembranza de la ciudad y los personajes de esos tiempos. Memoria contra el olvido.
La señora Petra Quijada Mata, las personas que mencionamos en estos humildes destellos, forman parte de las historias urbanas de esta ciudad, que nació del calor del oro negro, el 23 de febrero de 1933 y, merecen que cuando nuestros eximios cronistas, investigadores e historiadores, decidan escribir nuestra verdadera y autentica historia, los incluyan en el disco duro de esta memoria histórica. ¡Vale la pena!