“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos
a la verdad corren, más uno alcanza el premio?
Corred de tal manera que lo obtengáis”
-Biblia – 1 Corintios 9:24.
a la verdad corren, más uno alcanza el premio?
Corred de tal manera que lo obtengáis”
-Biblia – 1 Corintios 9:24.
Candelario Gómez vino al mundo en Tacarigua, estado Nueva Esparta, el 2 de febrero de 1930. A los 9 años embarcó junto a su progenitora, en la lancha “La Conquistadora” que salía de la isla de las perlas a las 2 PM y llegaba a Puerto La Cruz el otro día a las 9 AM. En tierra firme, durante la adolescencia, se empleo por espacio de unos 5 años con “Eveco” que era la distribuidora de los Pontiac importados en la zona norte del estado Anzoátegui. Luego en el año 1948, invitado por su padre Emeterio Gómez, viene al pueblo de El Tigre para trabajar en Mene Grande Oil Company. Vivió en la calle Colón por un tiempito, hasta que se sembró en la calle primero de Mayo de Pueblo Ajuro, para el resto de su vida. Imagínate Cheo, me cuenta, que el Coronel Pedro Vicente Soto Fuente vecino de la calle 5 de Julio, cuando tenía 15 años se inscribió en un curso de mecánica que dictaba el INCE, su instructor era el italiano Domingo Coffaro, recuerdo que ese chamo, mi amigo, que fue el primer militar que se le alzó a este régimen, me instaló el timbre de la casa, una novedad para la época. Yo los conozco a todos ustedes, una generación del barrio que ha figurado mucho en el estamento militar, político, social, profesional, artístico, deportivo y laboral. Hoy, a mis añitos, estoy obligado a decir sin ninguna nostalgia. Para dónde cojo con esta pata “hinchá”.
Aficionado al béisbol, fanático de los Tiburones de La Guaira, soñaba con tener un hijo jugador en el deporte de las 4 esquinas. En el año 1967 en uno de sus constantes viajes a Caracas, en donde compraba los relojes Seiko a Bs. 200, prendas de oro para la reventa, fijó la vista en la vidriera de una tienda deportiva y le dijo a la mamá de sus pequeños hijos: Mi amor, vamos a comprar 1 bate, 2 guantes y una pelota de béisbol para los muchachos. Dicho y hecho, compraron los útiles deportivos y a partir del momento que llegó le dijo a Rafaelito y a Clemente, prepárense que vamos a practicar béisbol. Los llevó a un terreno de la petrolera (El campito de los Sabanales) que estaba ubicado detrás de la bodega amarilla de la carretera Negra de La Flint, limpiaron una parte, colocó a uno en el bate y al otro para que lanzara y los iba alternando para que fueran aprendiendo. Todas las tardes repetían la escena, y a la semana había alborotado la chiquillería del sector, todos entusiasmados con ganas de entrarle al juego. Como decimos campechanamente. Puso la tirona, pues
Esa euforia inicial, le prendió el bombillo a Candelario Gómez, era la posibilidad de acabar con la supremacía que mantenían los equipos de béisbol menor de la compañía petrolera “La Flint” Inició un dificultoso periplo por las casas comerciales, amigos y relacionados, recolectando útiles deportivos para armar dos equipos, cuestión que logró. Iniciaron la organización del club, los hijos de Candelario proponían el nombre del glorioso pelotero de Puerto Rico, Roberto Clemente, pero Candelario les dijo que no. El club llevará el nombre de “Cachorros de El Tigre” porque ustedes son muy cachorros, todos aplaudieron la ocurrencia y el 20 de 0ctubre de 1968 se constituye formalmente la organización de béisbol menor “Los Cachorros de El Tigre” Albricias pido señores, para Candelario y sus bravos cachorritos.
La organización comenzó a crecer y el terreno que tenían de práctica resultaba muy pequeño, fue entonces cuando decidieron en una reunión, que los propios niños invadieran un conuco, adyacente al campito, con vista a la carretera Negra de la Flint, propiedad del Sr. Padilla que vivía en la calle 5 de Julio. Los muchacho cayeron como bachacos y destruyeron una siembra de tabaco, yuca, topocho, etc, etc. El dueño montó en cólera y se apareció machete en mano, tuvo una acalorada discusión con Candelario, las cosas no pasaron a mayores, fueron al Concejo Municipal, plantearon el problema y el entonces Presidente Municipal Tomás Domínguez Rojas, le dijo al señor que no se preocupara que la administración municipal le cancelaría los daños del conuco, pero el terreno, que era municipal pasaría a ser un campo deportivo para el uso del club de béisbol menor “Los Cachorros de El Tigre”. El hombre cobró, se le pasó la cólera, las cosas se arreglaron, volvió la armonía, regresó la amistad y desde entonces el terreno pasó a llamarse “El Campo los Cachorros”. Cuando se quiere, se puede y punto.
El tiempo pasa, todo marcha de mil maravillas, hasta que llega el gobierno de la Gran Venezuela. El Tigre empieza a crecer por los 4 costados. En la parte oeste de Pueblo Ajuro se funda el barrio “Los Sabanales” y el Concejo Municipal decide, en el año 1976, obligado por la presión vecinal, alargar las calles de Pueblo Ajuro hacia el nuevo sector. Entra la calle Bellavista, la avenida 8, la calle San José, pero con la 5 de Julio se tranca el serrucho. Había una casa a tiro de techo y atrás estaban los temibles cachorritos de Candelario. Llegan las cuadrillas de la municipalidad lideradas por su Presidente, el Prof. Augusto Enrique Tenorio Meza, con la sana intención de abrir la calle 5 de julio hacia Los Sabanales. Los cachorritos se percatan y corren a buscar a Candelario. Este ni corto ni perezoso llega al lugar, entra en conversaciones con el Presidente Municipal, le explica la situación y Tenorio que es un fanático empedernido de béisbol les dice de inmediato. “No hay problemas, incluso esas bienhechurias que estorban, las vamos derrumbar y las pagaremos por la municipalidad, para que el terreno quede más despejado y los niños puedan practicar con más comodidad el béisbol” Otro escollo superado por la constancia y perseverancia de Candelario.
En el año 1978 cuando asume la Presidencia Municipal el Prof. Juan Hernández Bermúdez, Candelario y sus cachorritos buscan afanosamente que les cerquen el terreno porque había amenaza de invasión. Como los presupuestos no se aprueban de la noche a la mañana y los invasores sí, mientras diligenciaban los recursos para la cerca de alfajor para el terreno, se produjo la invasión. Esto enfureció a los cachorritos que fueron a la casa de Candelario, que para la época trabajaba con Tamayo y Compañía y tenía un camión asignado. Agarró el vehículo, llegó al terreno y con la parte trasera empezó a tumbar barraca de zinc y aplanar los promontorios de arena y granza. Se planteó el conflicto, fueron de nuevo al Concejo Municipal y en medio de la discusión, Candelario amenazó que si en 15 días no le cercaban el terreno él y 4 amigos más construían casas en el terreno y san se acabó. El Prof. Hernández Bermúdez, los calmo a todos, buscaron ubicación a los invasores y a los 15 días estaba un equipo de la municipalidad construyendo la cerca de alfajor que todavía posee el Campo de los Cachorros. La constancia y la perseverancia dieron sus frutos bien dulcitos.
En la época que se funda la divisa de los “Cachorros” coexistían dos ligas en la ciudad y creo en toda Venezuela. La de la Federación y la de Criollitos de Venezuela. Cachorros perteneció a la primera y fue allí, en esa liga, donde Candelario vio coronado su sueño. Varias veces le ganaron a los equipos de La Flint, acabaron con la hegemonía que mantenían, lograron que se hablara también de Los Cachorros tanto como de La Flint en toda la prensa deportiva y los círculos amantes del béisbol menor. Fue tanta la notoriedad que adquirieron los equipos de béisbol menor de “Los Cachorros” que a través de las crónicas e informaciones de Pedro Emilio Rojas Vargas el popular “Pejas” en el diario Antorcha, era conocido en todo el Oriente del País. Pa’ que vean que topocho verde mancha.
Fueron años de muchas luchas, conjunción de esfuerzos, dedicación a la actividad de “Los Cachorros de El Tigre”. Lograron consolidar un campo deportivo que lleva el nombre en honor a esa divisa. Candelario, cuenta con un brillo de alegría en sus ojos, que en una oportunidad, cuando distribuía el diario Antorcha en el estado Monagas, el corresponsal en Maturín Charles Flores, le dijo que el general del batallón de esa zona quería conversar con él. Fue a su despacho y cual seria su alegría cuando el general le propuso organizar un triangular de béisbol entre un equipo de Caracas, el de Maturín y Los Cachorros. El general le dijo que tenía la logística lista, acondicionado el terreno del cuartel, contaba con alojamiento para los equipos visitante y que solo se preocupara por el traslado de su equipo. Aceptó, fueron y resultaron campeones. Como dato curioso, dice Candelario fue la primera vez que un equipo de béisbol menor jugó fuera del estado Anzoátegui.
Triunfantes regresaron a El Tigre el lunes, fueron recibidos como héroes y ese mismo día en la noche lo llamó el general a su casa para felicitarlo y además, le comentó que estaba gratamente sorprendido y que no se explicaba como estos niños tan chicos habían derrotado a estos grandulones de Caracas, que aparte del tamaño, tenían más experiencia. Diría el maracucho Alirio Gutiérrez; Pa’ que vos veáis.
14 años estuvo Candelario al frente de “Los Cachorros de El Tigre”. De esa organización queda como recuerdo imperecedero “El Campo de Los Cachorros” que, a pesar de su deterioro, como consecuencia del abandono por parte de las autoridades competentes, hoy es utilizado por las ligas de softboll que esperan en cualquier momento entrar en la agenda del gobernador o del alcalde del municipio, para que lo remodelen y adecuen a las exigencias del presente. Ambos mandatarios son de El Tigre, fanáticos del béisbol y conocen el Campo de los Cachorros. ¿O No? Candelario cree que sí y el que suscribe también ¿Y ustedes amigos deportistas? ¡Claro! También lo saben. La esperanza es la última que se pierde. Candelario a pesar de las vicisitudes nunca la perdió y aunque está un tanto alejado del ambiente deportivo, por razones obvias, sigue siendo alma, corazón y vida de ese terreno que fue y puede volver a ser un semillero del deporte local.
Candelario, tuvo una idea, corrió como buen deportista y la obtuvo el premio: “El Campo de los Cachorros” Los que nacimos, nos criamos, nos formamos en el Pueblo Ajuro, podemos dar fe, que Candelario merece el reconocimiento como fundador de ese maravilloso campo deportivo. Honor a quién honor merece.
Aficionado al béisbol, fanático de los Tiburones de La Guaira, soñaba con tener un hijo jugador en el deporte de las 4 esquinas. En el año 1967 en uno de sus constantes viajes a Caracas, en donde compraba los relojes Seiko a Bs. 200, prendas de oro para la reventa, fijó la vista en la vidriera de una tienda deportiva y le dijo a la mamá de sus pequeños hijos: Mi amor, vamos a comprar 1 bate, 2 guantes y una pelota de béisbol para los muchachos. Dicho y hecho, compraron los útiles deportivos y a partir del momento que llegó le dijo a Rafaelito y a Clemente, prepárense que vamos a practicar béisbol. Los llevó a un terreno de la petrolera (El campito de los Sabanales) que estaba ubicado detrás de la bodega amarilla de la carretera Negra de La Flint, limpiaron una parte, colocó a uno en el bate y al otro para que lanzara y los iba alternando para que fueran aprendiendo. Todas las tardes repetían la escena, y a la semana había alborotado la chiquillería del sector, todos entusiasmados con ganas de entrarle al juego. Como decimos campechanamente. Puso la tirona, pues
Esa euforia inicial, le prendió el bombillo a Candelario Gómez, era la posibilidad de acabar con la supremacía que mantenían los equipos de béisbol menor de la compañía petrolera “La Flint” Inició un dificultoso periplo por las casas comerciales, amigos y relacionados, recolectando útiles deportivos para armar dos equipos, cuestión que logró. Iniciaron la organización del club, los hijos de Candelario proponían el nombre del glorioso pelotero de Puerto Rico, Roberto Clemente, pero Candelario les dijo que no. El club llevará el nombre de “Cachorros de El Tigre” porque ustedes son muy cachorros, todos aplaudieron la ocurrencia y el 20 de 0ctubre de 1968 se constituye formalmente la organización de béisbol menor “Los Cachorros de El Tigre” Albricias pido señores, para Candelario y sus bravos cachorritos.
La organización comenzó a crecer y el terreno que tenían de práctica resultaba muy pequeño, fue entonces cuando decidieron en una reunión, que los propios niños invadieran un conuco, adyacente al campito, con vista a la carretera Negra de la Flint, propiedad del Sr. Padilla que vivía en la calle 5 de Julio. Los muchacho cayeron como bachacos y destruyeron una siembra de tabaco, yuca, topocho, etc, etc. El dueño montó en cólera y se apareció machete en mano, tuvo una acalorada discusión con Candelario, las cosas no pasaron a mayores, fueron al Concejo Municipal, plantearon el problema y el entonces Presidente Municipal Tomás Domínguez Rojas, le dijo al señor que no se preocupara que la administración municipal le cancelaría los daños del conuco, pero el terreno, que era municipal pasaría a ser un campo deportivo para el uso del club de béisbol menor “Los Cachorros de El Tigre”. El hombre cobró, se le pasó la cólera, las cosas se arreglaron, volvió la armonía, regresó la amistad y desde entonces el terreno pasó a llamarse “El Campo los Cachorros”. Cuando se quiere, se puede y punto.
El tiempo pasa, todo marcha de mil maravillas, hasta que llega el gobierno de la Gran Venezuela. El Tigre empieza a crecer por los 4 costados. En la parte oeste de Pueblo Ajuro se funda el barrio “Los Sabanales” y el Concejo Municipal decide, en el año 1976, obligado por la presión vecinal, alargar las calles de Pueblo Ajuro hacia el nuevo sector. Entra la calle Bellavista, la avenida 8, la calle San José, pero con la 5 de Julio se tranca el serrucho. Había una casa a tiro de techo y atrás estaban los temibles cachorritos de Candelario. Llegan las cuadrillas de la municipalidad lideradas por su Presidente, el Prof. Augusto Enrique Tenorio Meza, con la sana intención de abrir la calle 5 de julio hacia Los Sabanales. Los cachorritos se percatan y corren a buscar a Candelario. Este ni corto ni perezoso llega al lugar, entra en conversaciones con el Presidente Municipal, le explica la situación y Tenorio que es un fanático empedernido de béisbol les dice de inmediato. “No hay problemas, incluso esas bienhechurias que estorban, las vamos derrumbar y las pagaremos por la municipalidad, para que el terreno quede más despejado y los niños puedan practicar con más comodidad el béisbol” Otro escollo superado por la constancia y perseverancia de Candelario.
En el año 1978 cuando asume la Presidencia Municipal el Prof. Juan Hernández Bermúdez, Candelario y sus cachorritos buscan afanosamente que les cerquen el terreno porque había amenaza de invasión. Como los presupuestos no se aprueban de la noche a la mañana y los invasores sí, mientras diligenciaban los recursos para la cerca de alfajor para el terreno, se produjo la invasión. Esto enfureció a los cachorritos que fueron a la casa de Candelario, que para la época trabajaba con Tamayo y Compañía y tenía un camión asignado. Agarró el vehículo, llegó al terreno y con la parte trasera empezó a tumbar barraca de zinc y aplanar los promontorios de arena y granza. Se planteó el conflicto, fueron de nuevo al Concejo Municipal y en medio de la discusión, Candelario amenazó que si en 15 días no le cercaban el terreno él y 4 amigos más construían casas en el terreno y san se acabó. El Prof. Hernández Bermúdez, los calmo a todos, buscaron ubicación a los invasores y a los 15 días estaba un equipo de la municipalidad construyendo la cerca de alfajor que todavía posee el Campo de los Cachorros. La constancia y la perseverancia dieron sus frutos bien dulcitos.
En la época que se funda la divisa de los “Cachorros” coexistían dos ligas en la ciudad y creo en toda Venezuela. La de la Federación y la de Criollitos de Venezuela. Cachorros perteneció a la primera y fue allí, en esa liga, donde Candelario vio coronado su sueño. Varias veces le ganaron a los equipos de La Flint, acabaron con la hegemonía que mantenían, lograron que se hablara también de Los Cachorros tanto como de La Flint en toda la prensa deportiva y los círculos amantes del béisbol menor. Fue tanta la notoriedad que adquirieron los equipos de béisbol menor de “Los Cachorros” que a través de las crónicas e informaciones de Pedro Emilio Rojas Vargas el popular “Pejas” en el diario Antorcha, era conocido en todo el Oriente del País. Pa’ que vean que topocho verde mancha.
Fueron años de muchas luchas, conjunción de esfuerzos, dedicación a la actividad de “Los Cachorros de El Tigre”. Lograron consolidar un campo deportivo que lleva el nombre en honor a esa divisa. Candelario, cuenta con un brillo de alegría en sus ojos, que en una oportunidad, cuando distribuía el diario Antorcha en el estado Monagas, el corresponsal en Maturín Charles Flores, le dijo que el general del batallón de esa zona quería conversar con él. Fue a su despacho y cual seria su alegría cuando el general le propuso organizar un triangular de béisbol entre un equipo de Caracas, el de Maturín y Los Cachorros. El general le dijo que tenía la logística lista, acondicionado el terreno del cuartel, contaba con alojamiento para los equipos visitante y que solo se preocupara por el traslado de su equipo. Aceptó, fueron y resultaron campeones. Como dato curioso, dice Candelario fue la primera vez que un equipo de béisbol menor jugó fuera del estado Anzoátegui.
Triunfantes regresaron a El Tigre el lunes, fueron recibidos como héroes y ese mismo día en la noche lo llamó el general a su casa para felicitarlo y además, le comentó que estaba gratamente sorprendido y que no se explicaba como estos niños tan chicos habían derrotado a estos grandulones de Caracas, que aparte del tamaño, tenían más experiencia. Diría el maracucho Alirio Gutiérrez; Pa’ que vos veáis.
14 años estuvo Candelario al frente de “Los Cachorros de El Tigre”. De esa organización queda como recuerdo imperecedero “El Campo de Los Cachorros” que, a pesar de su deterioro, como consecuencia del abandono por parte de las autoridades competentes, hoy es utilizado por las ligas de softboll que esperan en cualquier momento entrar en la agenda del gobernador o del alcalde del municipio, para que lo remodelen y adecuen a las exigencias del presente. Ambos mandatarios son de El Tigre, fanáticos del béisbol y conocen el Campo de los Cachorros. ¿O No? Candelario cree que sí y el que suscribe también ¿Y ustedes amigos deportistas? ¡Claro! También lo saben. La esperanza es la última que se pierde. Candelario a pesar de las vicisitudes nunca la perdió y aunque está un tanto alejado del ambiente deportivo, por razones obvias, sigue siendo alma, corazón y vida de ese terreno que fue y puede volver a ser un semillero del deporte local.
Candelario, tuvo una idea, corrió como buen deportista y la obtuvo el premio: “El Campo de los Cachorros” Los que nacimos, nos criamos, nos formamos en el Pueblo Ajuro, podemos dar fe, que Candelario merece el reconocimiento como fundador de ese maravilloso campo deportivo. Honor a quién honor merece.
3 comentarios:
vermo vale gracias por colocar esa informacion de como se formo ese equipo de los cachorros del tigre.... es una buena historia... pero no me gusto de q ahora en dia 25-07-07 el campo de los cachorros del tigre el tablero de donde estaban los nombres de los pequeños jugadores cuando formaron el equipo la alcaldia los quito y pintaron nada mas el nombre del campo osea campo de los cachorros eso nada mas colocaron.... esta bien que coloco esa informacion.... C.G.ARIAS
buenas tardes Sr. Jose me llamo Manuel Dominguez quisiera que publicara algo profundo sobre mi abuelo Tomas Dominguez Rojas.!!
Muchas Gracias y espero su respuesta.!!
hola Sr jose me llamo Manuel Dominguez quisiera que publicara algo sobre mi abuelo Tomas Dominguez Rojas.! espero su pronta respuesta .... muchas gracias.!!
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