“El único deber que tenemos
con la historia es reescribirla”
Oscar Wilde (1854-1900).
Novelista, poeta, crítico literario y autor teatral irlandés.
con la historia es reescribirla”
Oscar Wilde (1854-1900).
Novelista, poeta, crítico literario y autor teatral irlandés.
El principio y origen de una cosa se conoce como fundación. Partiendo de esa base podemos decir sin temor a equívocos que la ciudad de El Tigre tuvo fundación. El principio fue el descubrimiento del petróleo en la Mesa de Guanipa y su origen la gente que fue ubicándose en las cercanías de la perforación del pozo OG1, que poco a poco fue sin percatarse, fundando un pueblo, que desde hace unos años atrás buscando su identidad propia, su origen y principio adoptó sabiamente como fecha referencial de su fundación el 23 de febrero de 1933 día en que entró en producción el pozo OG1. Obviamente si no sale el chorro de petróleo, habían cometido uno de los tantos errores que cometen en la búsqueda del oro negro, los gringos recogen sus instrumentos y se marchan, los nativos del Caris regresan a sus casas y la cuestión hubiese quedado en el recuerdo.
No hubo error, el pozo petrolero en plena actividad necesitó de mano de obra. Los nativos del Caris sólo trabajaban como ayudantes en las labores cotidianas que se producen automáticamente alrededor de la actividad petrolera y para no ir y venir todos los días por caminos rústicos y sin medios de transporte rápido, optaron por construir su bahareques en la mesa, desde donde les era más fácil acceder a los trabajos, vender sus comidas, guarapos y estar cerca donde se generaba una riqueza que les aportaba buenos dividendos, hasta ese momento desconocida por todos. Los Cariceños fueron los primeros ayudantes de los americanos y por ende junto a ellos que se instalaron en carpas (Los famosos campos de lonas) los primero pobladores del pueblo de El Tigre. Para mi humilde entender, esos indiscutiblemente fueron los fundadores de la ciudad que hoy cumple 74 años.
El incremento de la actividad del pozo OG1 demandó con urgencia mano de obra calificada. Esa mano de obra fue encontrada en Margarita, por que los ñeros habían interrumpido su experiencia de algunos años en los campos petroleros del Zulia, donde la explotación petrolera estaba consolidándose, ya que el Presidente del estado Nueva Esparta había enviado una misiva a su compadre Juan Vicente Gómez, donde le solicitaba que le devolviera a su tierra natal al numeroso grupo de margariteños que trabajan en la industria petrolera del Zulia, debido a que la población corría el riesgo de extinguirse como consecuencia del abandono en que sumieron los hombres a las mujeres. Gómez inmediatamente escribió su compadre Vicenzo Pérez Soto, donde le ordenaba que “repatriara” a los margariteños a la Isla por las razones antes expuestas. Retornaron a su lar nativo los ñeros, de nuevo a vivir del agua y la concha porque en la Isla, para la época, no había oportunidades de trabajo bien remuneradas y las de poca remuneración eran bien escasas.
¡Bingo! Al poco tiempo de ese suceso histórico, reventó la explotación petrolera en esta zona, abrió un mar de oportunidades para los Margariteños ansiosos de volver a la actividad y es por ellos que la incipiente población - que le debe su nombre al hecho de una leyenda Cariceña que contaba, de que anualmente por la mesa pasaba un fiero tigre y como el pozo OG1! Estaba en esa dirección le colocaron este nombre con el cual es conocida - se llenó de ñeros que tenían experiencia en el trabajo petrolero y además poseían una fortaleza física a toda prueba que dejaba pasmado a los gringos. De allí viene la gran influencia margariteña en la vida de El Tigrense. Indudablemente fue la inmigración más grande que llegó al pueblo, trajeron sus familias y además se sembraron para toda la vida. Prueba de su influencia en nuestra idiosincrasia es que adoptamos sus costumbres culinarias, (Quien no se come un domingo un cororito frito con arepa o un buen sancocho de pescado) existe una casa Nueva Esparta cuyo lema es “Una columna del hogar venezolano” y para no dejar lugar a dudas somos hijos de la Virgen del Valle. ¡Mi mai por Dios!
No hubo error, el pozo petrolero en plena actividad necesitó de mano de obra. Los nativos del Caris sólo trabajaban como ayudantes en las labores cotidianas que se producen automáticamente alrededor de la actividad petrolera y para no ir y venir todos los días por caminos rústicos y sin medios de transporte rápido, optaron por construir su bahareques en la mesa, desde donde les era más fácil acceder a los trabajos, vender sus comidas, guarapos y estar cerca donde se generaba una riqueza que les aportaba buenos dividendos, hasta ese momento desconocida por todos. Los Cariceños fueron los primeros ayudantes de los americanos y por ende junto a ellos que se instalaron en carpas (Los famosos campos de lonas) los primero pobladores del pueblo de El Tigre. Para mi humilde entender, esos indiscutiblemente fueron los fundadores de la ciudad que hoy cumple 74 años.
El incremento de la actividad del pozo OG1 demandó con urgencia mano de obra calificada. Esa mano de obra fue encontrada en Margarita, por que los ñeros habían interrumpido su experiencia de algunos años en los campos petroleros del Zulia, donde la explotación petrolera estaba consolidándose, ya que el Presidente del estado Nueva Esparta había enviado una misiva a su compadre Juan Vicente Gómez, donde le solicitaba que le devolviera a su tierra natal al numeroso grupo de margariteños que trabajan en la industria petrolera del Zulia, debido a que la población corría el riesgo de extinguirse como consecuencia del abandono en que sumieron los hombres a las mujeres. Gómez inmediatamente escribió su compadre Vicenzo Pérez Soto, donde le ordenaba que “repatriara” a los margariteños a la Isla por las razones antes expuestas. Retornaron a su lar nativo los ñeros, de nuevo a vivir del agua y la concha porque en la Isla, para la época, no había oportunidades de trabajo bien remuneradas y las de poca remuneración eran bien escasas.
¡Bingo! Al poco tiempo de ese suceso histórico, reventó la explotación petrolera en esta zona, abrió un mar de oportunidades para los Margariteños ansiosos de volver a la actividad y es por ellos que la incipiente población - que le debe su nombre al hecho de una leyenda Cariceña que contaba, de que anualmente por la mesa pasaba un fiero tigre y como el pozo OG1! Estaba en esa dirección le colocaron este nombre con el cual es conocida - se llenó de ñeros que tenían experiencia en el trabajo petrolero y además poseían una fortaleza física a toda prueba que dejaba pasmado a los gringos. De allí viene la gran influencia margariteña en la vida de El Tigrense. Indudablemente fue la inmigración más grande que llegó al pueblo, trajeron sus familias y además se sembraron para toda la vida. Prueba de su influencia en nuestra idiosincrasia es que adoptamos sus costumbres culinarias, (Quien no se come un domingo un cororito frito con arepa o un buen sancocho de pescado) existe una casa Nueva Esparta cuyo lema es “Una columna del hogar venezolano” y para no dejar lugar a dudas somos hijos de la Virgen del Valle. ¡Mi mai por Dios!
Hago esta pequeña crónica de la fundación de El Tigre, su principio, origen, primeros pobladores, fundadores, como una contribución a la conservación de la memoria histórica de la ciudad y para enriquecer el acervo cultural de nuestra patria chica, que hoy está de cumpleaños y de la cual soy oriundo e hijo de sus primeros pobladores venidos del Caris que sin duda, junto a los gringos y margariteños, formaron parte de la legión de fundadores.