domingo, enero 16, 2011

Personajes de mi pueblo: José Inocente Paduani

Contra cada padecimiento crece una planta
Theophrastus Paracelso (1493 – 1541)
Médico y químico suizo.


Los conocimientos herbolarios, de José Inocente Paduani, que vino al mundo el 28 de diciembre de 1930, en Irapa, el pueblo más lindo y más pulcro del estado Sucre, no vienen dados por estudios académicos y científicos, son producto de su especialización en el manejo de las plantas medicinales y sus propias investigaciones en libros de botánica los cuales estudia con mucha consagración, dedicación y minucioso cuidado, después de haber aprendido a leer y escribir a los 25 años por iniciativa propia. Este personaje posee una amplia, vasta y prolija bibliografía versada en la materia, lo que le ha permitido convertirse en un especialista autodidacta en toda la extensión de la palabra, que le permite opinar, hablar y recomendar con propiedad los productos y pócimas que elabora, para la curación de enfermedades específicas y solventar algunas dificultades matrimoniales. Les resuelve a las mujeres los problemas para embarazarse. Nunca olvidéis, que un matrimonio sin niños, es como una iglesia sin santos.

Hay una vieja conseja en el pueblo que reza lo siguiente “la mujer que no sale en estado, llévala a consulta con el viejo Paduani, la hace parir inmediatamente”. No piense aviesamente. Aclaremos: una de sus especialidades herbarias es un producto que sirve para limpiar el útero o matriz, ovarios, trompas de Falopio, los cuales son los órganos reproductores de la mujer, que al estar obstruidos, no permiten que el líquido seminal que contiene los espermatozoides, viajen por el epidídimo hasta el útero dónde fecunda el óvulo. Ese es el secreto, no piense mal. En otro orden de ideas, también prepara brebajes, que sirven para la calvicie (No lo he probado), la picazón (sarna), curar el asma, gripes pasmadas, limpiar las vías respiratorias y expulsar la flema en tiempo record. Es un botánico que cuenta con un gran prestigio, lo que le permite tener clientes de todas partes del país.

No trabaja con hierbas extrañas, todas son conocidas. Berro, sábila, jengibre, aceite de raya, ceje, carapa y coco, palo de arco, chuchuguaza, jarilla, zereipo y chirel en todas sus variedades, lo que le permite preparar además buenos picantes y bebidas espirituosas aderezadas con alto potencial afrodisíaco. El señor Paduani, no tiene problemas en vender las plantas y demás ingredientes de manera virgen, para que cada cliente prepare sus formulas, pero lo cierto del caso es que, no obtienen los resultados óptimos como los que prepara él con la ayuda de su única asistente Yoly Rondón, la cual tiene 12 años acompañándolo en estos menesteres. El local de don Paduani, que está ubicado en la segunda carrera norte, en todo el frente del mercado de Pueblo Nuevo Norte, antes fue un molino de maíz y el cual compró a Juan Luís Caputo, para convertirlo en lo que hasta hoy, es un laboratorio botánico y a la vez, centro de aprovisionamiento de muchos adminículos tradicionales tales como maracas, cuatros, guitarras, chinchorros, colgaderos, cestas, sombreros, tabaco en rollo y pare usted de contar. El hombre es toero. Vístelo y verá. El coloca la medicina natural al alcance todos.

Don José Inocente Paduani es un sucrense, hijo del trinitario Samiel Samasin y la señora de descendencia italiana Eladia Paduani, una liga que le permite gritar a los cuatro vientos que “En todas parte y lugar, dónde quiera que se pare, hace la tierra temblar” y, a pesar de todo, lo que no niega, esconde o elude es su origen humilde. De chico vendió arepas, a los 12 años emigró a Caripito dónde aprendió a jugar billar y el dueño del negocio, el señor Sánchez Quintero, lo nombró coime oficial y mozo de billar o comodín para completar una partida cuando faltaba un jugador, luego de 3 años en esa actividad, llegó a Puerto La Cruz, invitado por un hermano mayor y se dedicó a la pesca en el sector “Los Cocos” durante 2 años, para regresar de nuevo a Caripito y trabajar 2 en El Bar Capullito ubicado en el sector conocido como el Rincón de Caripito, dónde las chicas alegres, atendían preferentemente a los marineros de los tanqueros Noruegos, los cuales atracaban en el Caño San Juan. En ese largo trajinar por la vida, recibe la invitación de un hermano mayor para venir a trabajar hasta el incipiente, para la época del año1948, pueblo de El Tigre. Llegó, le gustó y se quedó, hasta hoy. Es un tígrense por adopción y padre de 5 hijos de su matrimonio con doña Lourdes de Paduani (+): Ruth, Esther, Sunama, Yoel y Jael, más 2 que había tenido en sus tiempos de mozo: José Luís Pérez y Roberto Pérez, todos profesionales, mujeres y hombres dedicados a sus familias, integrados al desarrollo de sus comunidades y al servicio de la patria. Su palabra vaya adelante.

Este singular personaje, es bien conocido en la comunidad. En el año 1948, cuando llegó a El Tigre, se dedicó a trabajar en los mercados en la venta de frutas, legumbres y verduras. Pasó por el mercado de la avenida 5, el de la calle Guevara Rojas y en la época que las instalaciones del ubicado en Pueblo Nuevo Norte, parecía destinado al cierre definitivo ya que los vendedores lo habían abandonado, en el año 1984, cuando la Profesora Carmelina de Itriago asumió la Presidencia Municipal, le solicitó, que le permitiera reactivar los puestos y logró abrir 22 de ellos y consecuencialmente que retornara la vida a ese centro de distribución de alimentos, el cual necesita, algunas remodelaciones y especialmente un saneamiento ambiental que permita mejores condiciones de salubridad a vendedores, compradores y transeúntes. El puesto que mantuvo por muchos años, en el mercado de la calle Miranda, lo conserva una hija, mientras él, ahora regenta su propio negocio frente al mercado de Pueblo Nuevo Norte.

El señor José Inocente Paduani, es un personaje que contribuido y contribuye con el desarrollo cultural, financiero, social y familiar de nuestra comunidad, mantiene la tradición de curar las enfermedades con plantas medicinales autóctonas y es una referencia cuando se habla en la ciudad de las especialidades herbolarias que se derivan de la medicina natural. En cada planta que crece hay la medicina para un padecimiento y con un trabajo de filigrana, conocimiento de causa, paciencia, tacto y mucho punto, se logra que sus efectos curativos sean más rápidos y efectivos. La gran cantidad de clientes que posee don José Inocente, son la mejor referencia y nosotros reseñamos su trayectoria de ciudadano dedicado al trabajo y la acción curativa para con sus semejantes, con la firme esperanza de que, cuando nuestros eximios investigadores, historiadores y cronistas, decidan escribir la verdadera y autentica historia de la ciudad, que nació al calor de la industria petrolera, el 23 de febrero de 1933, lo tomen en cuenta para ser incorporado al disco duro de nuestra memoria. ¡Vale la pena!



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