“El hombre se supera a sí mismo infinitamente
porque siempre está en camino hacia la plenitud infinita”
Blaise Pascal (1623-1662)
porque siempre está en camino hacia la plenitud infinita”
Blaise Pascal (1623-1662)
Matemático, físico, y teólogo francés.
Veterano de la segunda mundial, don Mario Orsini, nació en Italia, en San Giovanni Teatino provincia de Quieti, ubicada a unos 200 Kms. al sur de Roma, el 25 de agosto de 1920. Estudio primaria hasta 5to grado, se dedicó al comercio con sus padres y en sus ratos libres a cultivarse como músico. En ese tiempo y cuando apenas alcanzaba los 20 años, estalló la segunda guerra mundial, fue reclutado sin aviso y sin protesto, enviado al frente que su país defendía en Albania y luego a Grecia. 5 años y medio que duró el conflicto, estuvo sirviendo a su patria.
En 1938, participó en su condición de músico en un concierto que Benito Mussolini ofreció a Adolfo Hitler en la oportunidad que este visitó a Roma. El grupo musical que lideró el maestro Coccini, formado por 32 y en cual él tocaba el acordeón, ganó la medalla de oro por la magistral presentación que hicieron para tan magna ocasión. En la velada participaron 1.900 acordeonistas, por lo que el premio no era fácil obtenerlo. Una vez concluida la segunda guerra mundial, regresó al hogar, continúo en su labores habituales, hasta que tomó la decisión aventurarse por estás tierras de Dios buscando nuevos horizontes, mejores posibilidades de realización y de vida.
En septiembre de 1950 desembarcó en La Guaira con un grupo de inmigrantes, se instalaron en Caracas y al mes y medio, recibió la invitación de su paisano Dionisio Crolli – a quién había conocido en su tierra cuando era novio de una hermana de su esposa – para venir a El Tigre. Los primeros tiempos fueron duros, pero no se amilanó, fue conociendo gente, se integró a la incipiente sociedad y empezó a participar como acordeonista en los programas en vivo que hacían en La Voz de El Tigre, luego fundó una escuela de música, con el patrocinio del Ministerio del Trabajo, en la calle Bolívar, junto al pianista José Medina y su esposa, que era maestra de danzas y entre los 3 conformaron varios grupos de corales que eran la sensación de la época.
En el año 1958, cuando cayó el dictador Marcos Evangelista Pérez Jiménez, el Ministerio del Trabajo, suspendió el subsidio. Don Mario Orsini, buscó una nueva actividad para subsistir, le arrendó al señor Aquiles La Roche, el “Bar Primavera” que funcionó por muchos años en un ambiente anexo a la histórica “Bomba Primavera” que en acto primitivo y criminal de las actuales autoridades locales, fue demolida destruyendo parte de nuestro patrimonio histórico. 3 años estuvo al frente de ese negocio y luego buscó probar suerte en Puerto La Cruz. Arrendó el Bar CEZPIER al final de la avenida Bolívar, adyacente al bar Casa Blanca que eran los negocio preferidos de los marinos que conformaban la tripulación de los barcos petroleros. Fueron 4 años lidiando con los amigos del rey Baco o Dionisos, que le produjeron algunos ahorros para regresar a El Tigre en condiciones favorables para iniciar otra actividad productiva.
En sus primeros años en El Tigre, había adquirido del Concejo Municipal, una parcela de 1.800 mts2, en la esquina sureste donde posteriormente se construyó la Plaza Bolívar y que para ese tiempo, en ese espacio funcionaba una parquecito infantil y lo demás era monte, culebra y el ganado que pastaba libremente. Nadie se aventuraba a adquirir ese terreno porque había un hueco gigantesco. Don Mario se arriesgó, fue rellenando poco a poco y construyó primero su casa de familia en la parte posterior y cuando regresó de Puerto La Cruz, fabricó el actual edificio y montó su fábrica de hacer llaves – en el único sitio que fabrican llaves perfectas – según sus palabras, incursionó en el ramo de la quincallería en un huequito que alquiló en la primera carrera al lado del local donde funcionó la farmacia “Virgen del valle” y fundo una empresa constructora para la trabajarle a la empresa pública, la privada y por cuenta propia. Un hombre emprendedor a toda prueba.
Cuenta don Mario que en la época que construyó su vivienda en la parte posterior de la esquina, las viviendas que existían en la zona era la casa de la señora Blanca Méndez, la madre del excelente profesional del derecho, mejor amigo y desaparecido prematuramente el Dr. Freddy Rangel, que posteriormente fue adquirida por Acción Democrática y la de los esposos Pedro y Amelia Salas que estaba al lado donde hoy está el supermercado chino. Obviamente, una vez que construyeron la nueva Plaza Bolívar – antes la Plaza Bolívar era la que hoy lleva el nombre del maestro de Bolívar y epónimo del municipio que está en el Casco Viejo de la ciudad – la zona adquirió atractivo y se pobló rápidamente.
Don Genesio Mario Orsini Barbetta, contrajo nupcias con la señora Josefa Antonia Salcedo Díaz, oriunda de Santa Ana – Margarita e hija del amigazo don Joaquín Salcedo Rojas que había llegado a El Tigre en el año 1947, primero a la pensión Victoria que funcionaba en la calle Guayana y cuando fijó residencia en la calle Nueva nº 3, trajo a su hija Josefa de 14 años, que a la edad de 3 años había perdido a su progenitora. Don Joaquín se desempeñaba como oficinista en la Mene Grande oil Company. De esa feliz unión conyugal vinieron al mundo Mario que es un próspero empresario en el ramo de la construcción, Vilma profesora de idiomas y Oswaldo que se especializó en la cerrajería y hoy está la frente del negocio que funciona desde su fundación en la esquina de la Plaza Bolívar, edificio Orisini.
Con la proverbial cordialidad que lo caracteriza, don Mario confiesa que ya le entro un virus al disco duro de su computadora y su caminar lento, sin poder alzar mucho los pies, le alisaron los cauchos, empero, con todo y sus 87 años, los duros avatares de la vida que le tocó vivir, una vez que se adentra en la conversación saca a relucir una memoria prodigiosa, luce rozagante, bien de salud e incluso está muy molesto, porque tiene previsto un viaje para Italia, donde tiene buena parte de sus familiares y tiene problemas para obtener el nuevo pasaporte ya que sus huellas digitales no conservan la nitidez requerida y por eso le obstáculos que lo privan de su ansiado viaje.
En 1938, participó en su condición de músico en un concierto que Benito Mussolini ofreció a Adolfo Hitler en la oportunidad que este visitó a Roma. El grupo musical que lideró el maestro Coccini, formado por 32 y en cual él tocaba el acordeón, ganó la medalla de oro por la magistral presentación que hicieron para tan magna ocasión. En la velada participaron 1.900 acordeonistas, por lo que el premio no era fácil obtenerlo. Una vez concluida la segunda guerra mundial, regresó al hogar, continúo en su labores habituales, hasta que tomó la decisión aventurarse por estás tierras de Dios buscando nuevos horizontes, mejores posibilidades de realización y de vida.
En septiembre de 1950 desembarcó en La Guaira con un grupo de inmigrantes, se instalaron en Caracas y al mes y medio, recibió la invitación de su paisano Dionisio Crolli – a quién había conocido en su tierra cuando era novio de una hermana de su esposa – para venir a El Tigre. Los primeros tiempos fueron duros, pero no se amilanó, fue conociendo gente, se integró a la incipiente sociedad y empezó a participar como acordeonista en los programas en vivo que hacían en La Voz de El Tigre, luego fundó una escuela de música, con el patrocinio del Ministerio del Trabajo, en la calle Bolívar, junto al pianista José Medina y su esposa, que era maestra de danzas y entre los 3 conformaron varios grupos de corales que eran la sensación de la época.
En el año 1958, cuando cayó el dictador Marcos Evangelista Pérez Jiménez, el Ministerio del Trabajo, suspendió el subsidio. Don Mario Orsini, buscó una nueva actividad para subsistir, le arrendó al señor Aquiles La Roche, el “Bar Primavera” que funcionó por muchos años en un ambiente anexo a la histórica “Bomba Primavera” que en acto primitivo y criminal de las actuales autoridades locales, fue demolida destruyendo parte de nuestro patrimonio histórico. 3 años estuvo al frente de ese negocio y luego buscó probar suerte en Puerto La Cruz. Arrendó el Bar CEZPIER al final de la avenida Bolívar, adyacente al bar Casa Blanca que eran los negocio preferidos de los marinos que conformaban la tripulación de los barcos petroleros. Fueron 4 años lidiando con los amigos del rey Baco o Dionisos, que le produjeron algunos ahorros para regresar a El Tigre en condiciones favorables para iniciar otra actividad productiva.
En sus primeros años en El Tigre, había adquirido del Concejo Municipal, una parcela de 1.800 mts2, en la esquina sureste donde posteriormente se construyó la Plaza Bolívar y que para ese tiempo, en ese espacio funcionaba una parquecito infantil y lo demás era monte, culebra y el ganado que pastaba libremente. Nadie se aventuraba a adquirir ese terreno porque había un hueco gigantesco. Don Mario se arriesgó, fue rellenando poco a poco y construyó primero su casa de familia en la parte posterior y cuando regresó de Puerto La Cruz, fabricó el actual edificio y montó su fábrica de hacer llaves – en el único sitio que fabrican llaves perfectas – según sus palabras, incursionó en el ramo de la quincallería en un huequito que alquiló en la primera carrera al lado del local donde funcionó la farmacia “Virgen del valle” y fundo una empresa constructora para la trabajarle a la empresa pública, la privada y por cuenta propia. Un hombre emprendedor a toda prueba.
Cuenta don Mario que en la época que construyó su vivienda en la parte posterior de la esquina, las viviendas que existían en la zona era la casa de la señora Blanca Méndez, la madre del excelente profesional del derecho, mejor amigo y desaparecido prematuramente el Dr. Freddy Rangel, que posteriormente fue adquirida por Acción Democrática y la de los esposos Pedro y Amelia Salas que estaba al lado donde hoy está el supermercado chino. Obviamente, una vez que construyeron la nueva Plaza Bolívar – antes la Plaza Bolívar era la que hoy lleva el nombre del maestro de Bolívar y epónimo del municipio que está en el Casco Viejo de la ciudad – la zona adquirió atractivo y se pobló rápidamente.
Don Genesio Mario Orsini Barbetta, contrajo nupcias con la señora Josefa Antonia Salcedo Díaz, oriunda de Santa Ana – Margarita e hija del amigazo don Joaquín Salcedo Rojas que había llegado a El Tigre en el año 1947, primero a la pensión Victoria que funcionaba en la calle Guayana y cuando fijó residencia en la calle Nueva nº 3, trajo a su hija Josefa de 14 años, que a la edad de 3 años había perdido a su progenitora. Don Joaquín se desempeñaba como oficinista en la Mene Grande oil Company. De esa feliz unión conyugal vinieron al mundo Mario que es un próspero empresario en el ramo de la construcción, Vilma profesora de idiomas y Oswaldo que se especializó en la cerrajería y hoy está la frente del negocio que funciona desde su fundación en la esquina de la Plaza Bolívar, edificio Orisini.
Con la proverbial cordialidad que lo caracteriza, don Mario confiesa que ya le entro un virus al disco duro de su computadora y su caminar lento, sin poder alzar mucho los pies, le alisaron los cauchos, empero, con todo y sus 87 años, los duros avatares de la vida que le tocó vivir, una vez que se adentra en la conversación saca a relucir una memoria prodigiosa, luce rozagante, bien de salud e incluso está muy molesto, porque tiene previsto un viaje para Italia, donde tiene buena parte de sus familiares y tiene problemas para obtener el nuevo pasaporte ya que sus huellas digitales no conservan la nitidez requerida y por eso le obstáculos que lo privan de su ansiado viaje.
Indiscutiblemente que la vida de don Mario Orisini, un hombre que siempre buscó la superación y la cual logró a plenitud, está íntimamente ligada a la historia de El Tigre desde el año 1950, cuando llegó desde Italia a contribuir con el progreso y el desarrolló cultural, económico y social de nuestra ciudad. Comerciante, empresario progresista, instructor de música, excelente padre de familia, amigo y hoy, cuando está viviendo el reposo del guerrero al lado de su distinguida esposa, hijos y nietos conserva el espíritu emprendedor, su buen humor y la cordialidad que le ha caracterizado toda la vida y…si le entregan el pasaporte se va de vacaciones a Italia. Na’ guará. Dios y la virgen Del Valle le iluminen el camino.
1 comentario:
hola. soy oriundo de El Tigre. Vivi en esa ciudad hasta los 17 anos de edad cuando nos trasladamos definitivamente a la ciudad de Valencia. Conozco el edificio Orsini, mas desconocia que tienen como segundo apellido Barbetta.
Saludos
Vicente Barbetta
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