“Tal vez algún día será un
placer recordar todo esto”
Publius Vergilius Maro (70 a. C – 19 a. C)
Poeta romano.
Cuando cerró sus puertas el cine Plaza, culminó un ciclo de la industria del celuloide en nuestra querida ciudad de El Tigre. En anterior crónica, hicimos un recorrido por la evolución histórica de estás salas en la ciudad. Nos acordamos de los Cines IRMA y Cinelandia, que fueron los primeros, luego recordamos El Canaima, Principal, que luego se llamó Teatro Maroní, Ayacucho, Bolívar, Girardot (del cual anexo foto), Aragua, Sucre, Libertador, Miranda, Cristal, España y el Auto Cine Guanipa. Salvo algún error involuntario, creo que estás fueron las salas de cine que existieron hasta el año 1999, cuando la familia Bonaguro cerraron el emblemático cine Plaza. Fue una época de oro.
En las primeras del cambio se impuso el cine mexicano, las cuales sembraron profundas raíces culturales en la generación de esos años. Jorge Negrete, Pedro Infante, Antonio Aguilar, Flor Silvestres, Sara García, Lucha Villa, Sarita Montiel, Raúl de Anda, Pedro Almendáriz, María Félix, Emilio “El indio” Fernández, Mario Moreno “Cantinflas”, María Antonieta Pons, Luís Aguilar “El galo giro”, Gastón Santos, Javier Solís, Dolores del Río, Andrés Soler, Wolf Ruvinskis, Katy Jurado, Famie Kaufman “La Vitola”, Fernando Soto “Mantequilla”, Germán Valdés “Tin Tan”, Lola Beltrán, Yolanda Montes “Tongolele”, Elvia Muñoz “Chachita”, Ana Luisa Peluffo, Santo el Enmascarado de Plata, Emilio Tuero, Viruta y Capulina y otros tantos que escapan a mi memoria, eran las estrellas de las películas que disfrutamos en nuestra etapa adolescentes y recordamos con gran placer.
Esas salas de cines, carecían de aires acondicionados, butacas acolchadas, la pantalla estaba ubicada bastante alta, ya que la inclinación del piso, no era lo suficientemente pronunciada. Los cines Plaza, España, Cristal eran los más cómodos en ese sentido y luego el Maroní que le hicieron un trabajo en la sala, que incluyó un moderno sonido, aire acondicionado, mejoró ostensiblemente y fue reestrenada con los éxitos taquilleros “Terremoto” y “El exorcista” Toda una novedad en el momento.
Las salas de cine, estaban divididas en galería, preferencia y balcón. Los precios eran Bs. 0.50, Bs. 1 y Bs. 1.50, el ambiente era refrescado con potentes ventiladores, que en algunos casos, producían un ruido tan ensordecedor que se confundía con el sonido de la película. En ese tiempo había que llegar temprano, aferrarse bien de la puerta y cuando abrieran llegar primero a la taquilla, adquirir el tickets y no perderse la función ya que las entradas volaban. Era la ley del más fuerte y los más débiles, pagábamos una locha extra a los más arrojados para que compraran las entradas. David Castillo “El mocosito” Alexis Morales “Cara e’ Caballo”, Mauro Millán “Vaca Brava” Alexis Arretureta “Cunaguaro” Gilberto Lara “Gorila” Jesús Ortiz “Riquichá” Daniel Adams “el mono” entre otros, eran personas confiables y seguras para adquirir los tickets. Los apodos lo colocaba el “Negro” Bolívar.
Eran dos funciones de lunes a viernes y cuatro los sábados y domingos. Vermouth a las 9 AM, Matinée a las 3 y las dos funciones normales de 7 y 9 PM. Las funciones diurnas para los menores y la vespertina y noche para los adultos. En los alrededores de las salas de cine, se podían adquirir los “cuentos” (libritos de tiras cómicas) usados que constaban nuevos en la librería en Bs. 0,50 por apenas Bs. 0.25 y hasta una locha (0.12, 1/2) los más maltratados, los “pocicles” de la Casa del Helado que vendía el viejo Palacios, los raspaos o bola de nieve, la chicha de Martín y las infaltables cagaleras con cuya venta se defendía Gonzalo López, el popular “negro dulcero”, quien algunas veces tropezaba adrede con alguien para que se les cayera la caja dónde las cargaba, las recogía llorando, solicitaba el pago por que estaban sucias, lo lograba y luego volaba a la puerta de otro cine y las vendía tranquilamente. Ojos que no ven, no le dan náuseas. La viveza criolla, pues.
El 9 de julio, en San Remo Mall, abrió sus puertas en una función privada Multicines “Tú sueño hecho realidad” y el otro día al público en general. Una experiencia galáctica en sus 6 novedosas y espectaculares salas con capacidad para 880 espectadores, 37 amables anfitrionas (es) e inmersas en nuestro sistema solar dónde podemos disfrutar de las mejores películas nacionales e internacionales en confortables butacas tipo love seft. sonido Dolby digital, proyección de última generación y una gran variedad de comidas y golosinas. Una experiencia, que a pesar de los precios, no deben perderse los amantes del cine. Cuando se publique esta crónica, ya la gerencia a cargo del señor Yorman Somoza, habrá cambiado la cartelera que se inició con los betseller: ICE AGE 3, TRANSFORMERS, UP, TERMINATOR 4, WAR y NIGHT AT THE MUSEUM que quedarán como grato recuerdo del regreso de los cines a El Tigre.
Muchas anécdotas e historias dejaron los primeros cines en este pueblo que devino en esta ciudad, que ahora tiene de salas de cine al mismo nivel de las grandes urbes del planeta. Esta nueva y maravillosa realidad, no nos debe nublar la memoria histórica y olvidar la primera época de las primeras cintas cinematográficas que disfrutaron los citadinos y que, incluso, fueron proyectadas en varios sectores, utilizando como pantalla la pared de algunas viviendas y como asiento las sillas que cada quien llevaba de sus casas y los que no, tenían que disfrutarlas de pie o sentados en el suelo. Eran tiempos de hallaca a real y Pepsicola a medio que al recordarlos, no causan un gran placer.
Cine Girardot
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