sábado, diciembre 27, 2008

Personajes de mi Pueblo: Anécdotas

A nadie se le dio
veneno en risa

Lope De Vega (1562-1635)
Escritor español.
Corría el año 1989. Todavía las fiestas, agasajos, homenajes, convites y celebraciones, se podían aderezar con buen escoses. Carlos Espinosa quien poseía un fundito en la Nueva Aventazón, cumplía un año más de vida y fue animado por un grupo de familiares y amigos para que celebrará en grande el acontecimiento. El hombre mató un novillito y le recomendó a los amigos “Si van a traerme algún regalo, lo hacen en escoses de 12 en adelante, no importa que tengan raya y los espero el sábado a las 7PM.

Todos los invitados pasaron por la residencia del Prof. Zacarías y adquirieron una botellita de Juancito el caminador y otros del viejito Parr y llegaron a la hora convenida, pero ¡oh! Sorpresa, había un bagre entre las guabinas. Gonzalo López, el popular negro dulcero, que no estaba invitado, había llegado primerito desde las 4PM, en una cola que agarró con un chequeador de pozo petrolero, en el sector Vea donde se había parado estratégicamente. Los amigos cuando lo vieron le dijeron. “Mira Gonzalo, Pablo Aguilera (Paucho) y Luís Noriega (El Buzo) están por llegar y traen su Whisky 18 años para ellos, te alertamos para que no tomes de esas botellas y tomes de las nuestras que vienen de la zona franca de Margarita.

El negro Gonzalo los escuchó atentamente, llegó Paucho y Buzo con su fino escoses y ni corto ni perezoso se sirvió un 18 años. Los amigos sorprendidos, le recriminan ¿Negro que te dijimos? y Gonzalo muy orondo les respondió “Que va hermano: rayao ni con bola de plátano” todos los amigos celebraron la genial salida y Gonzalo, que no era invitado, llegó para quedarse y disfrutar de lo mejor. El otro día, a las 11AM, coincidió con el Prof. Edgar Brito que cargaba tremendo ratón y le espetó en la cara muerto de la risa “Te lo dije: rayao ni con bola de plátano, yo amanecí fino”

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La gente de la ciudad, no pierde su capacidad de asombro. Los rojo rojitos, le dieron la cola al Rey Maula, alcanzó el cargo de Alcalde de la ciudad, se les alzó, agarró el volante y empezó a manejar. Olvidó las calles de los sectores populares de la ciudad a las que estaba obligado a atender y enfiló con destino al Palacio de los Jardines, hoy “José Antonio Anzoátegui” y amenazaba con llegar a Miraflores. El vértigo que le produjo alcanzar la más alta posición local, producto de un error del gobernador y un accidente electoral, lo hizo creer que era un líder como Telcel “Sin límites” lo que lo llevaba a vociferar en voz alta en sus momentos de euforia “Mi destino es Miraflores” Veía la realidad a través de los ojos de los aduladores de oficio – Especialmente Don Bombillo, Sabañón e Iris Chacón – que para chuleárselo, le decían que estaba fuera de lote y que no viera para atrás. “Tienes el mundo en tus manos y cuando Tarek y Chávez, escuchan tu nombre le tiemblan las piernas” le repetían al infeliz para sacarle el jugo al tesoro municipal.

El pueblo que no tiene un pelo de tonto, sabe más que corocoro frito y conoce como la banda mediática le bate las esféricas a sus víctimas cuando les conviene, los esperó en la bajadita y el 23 de noviembre lo hizo pisar tierra. Perdió el chivo, el mecate, la cola, el volante y hasta el boleto que había adquirido en la línea autobusera CAMARGUI para llegar a la terminal de San Martín, para de allí, arrancar a pie hasta Miraflores. Colorín colorao este cuanto se ha acabao y la banda mediática también se ha desintegrao ¡por ahora! Amanecerá y veremos.

El cuento es de la original autoría del Presidente de La Real Epidemia de la Lengua local. Moriche dixit.

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Todo el personal del Instituto Universitario de Tecnología José Antonio Anzoátegui, vivimos en una eterna zozobra con relación a los pagos de sueldos, salarios, bonos y las diferencias que surgen de estos. Llegó dinero para cancelar la diferencia de sueldos del año X. depositaron lo correspondiente a la diferencia de los bonos del año X y así vamos. Estamos acostumbrados a como vaya viniendo vamos viendo. Es un azar que ya asumimos como tragedia.

Iniciándose la gestión del Ing. Maximiliano Carneiro, llegó una remesa para cancelar la diferencia de unos bonos. El instructor Gonzalo López, ilusionado pasó por el cajero, pidió saldo y no le tocó. En la noche, tenía una velada con un grupo de amigos entre ellos el Prof. Trinidad Pino, que hasta hace poco formó parte de la directiva de la institución, razón por la cual Gonzalo le plantea el caso, buscando alguna explicación positiva.

El Prof. Trinidad Pino, agarró la cuestión de chanza, e inició una descarga de de juegos pesados a lo que Gonzalo sintiendo el fuego cruzado y que lo que estaban agarrando de mamadera de gallo, le replicó en tono muy serio “Pro Trino, Juéguese conmigo, pero no con mis reales, que yo soy un profesional muy “estítico” en mis cosas. No lo entendí, pero el Prof. Trino, parece que sí y, paro en seco el jueguito pesado con el negro Gonzalo.