lunes, julio 02, 2012

Personajes de mi pueblo: Santos Marcelino Gómez Quijada

“A dónde podrá ir el que hasta aquí llegó, si más allá sólo fueron los muertos”
Thomas Jefferson (1743 – 1826)
Político y filósofo estadounidense.

Santos Gómez, hijo de los margariteños Pedro Gómez y Sabina Quijada, los cuales llegaron al incipiente pueblo del El Tigre, en el año 1938 y fijaron residencia en una vivienda ubicada en la esquina de la calle Brisas del Mar c/c Girardot, muy cerca del histórico cine Girardot, en el Casco Histórico. El viejo era gallero y “Todero” y, a pesar del auge petrolero, nunca laboró directamente para las compañías o contratistas, sus ingresos se los proveía, haciendo trabajos a quien requería de sus servicios y su estrecha relación con el deporte del pico y las espuelas. Don Pedro fue aventurero, parrandero, jugador, pero responsable padre de familia. Eso lo corrobora Santos, que vino al mundo el 14 de febrero, día de los enamorados, del año 1944 y no le perdió pisada. De tal palo tal astilla.
 
El espíritu aventurero del padre, los llevó a vivir en Buena Vista, dónde Santos Gómez, estudio la primaria en la escuela estadal de esa localidad, para luego alcanzar el tercer año, en el liceo Narciso Fragachan de Anaco, de dónde emigró, para hacer cursos, que le permitieran incorporarse al mercado del trabajo y poder autodeterminarse económicamente. A tal efecto, completó los  de Armador de Tubería (INAPE-Anaco), Electroauto (INCE-Anaco) e Instrumentación (INCE-El Tigre). La necesidad tiene cara e’ perro y muy joven, tuvo que echarle ganas a la vida. Logró empleo en la Constructora Once, que pertenecía al Consorcio Guri, de dónde pasó a trabajar directamente con SIDOR, en la fábrica de tubos en Ciudad Guayana. Regresó a El Tigre, no tuvo suerte, pero le salió un cupo para la trasnacional Loffland Brothers de Venezuela, C.A., que tenía taladros (Chivos), en Anaco y Santa Fe. Esa experiencia petrolera, le permitió trabajar con la empresa SERTICA en Anaco, en los taladros con SPA-El Tigrito, Servi-Cord de Venezuela y el criogénico de San Joaquín. Una vida dedicada al trabajo productivo, que no le impidió dedicarle el tiempo requerido a la familia y también a su pasión por el boxeo. Trabajador y deportista a dedicación prácticamente exclusiva.  Tiempos de mozo.
 
En ese largo trajinar, conoció al amor de su vida, actual esposa y con la cual procreo sus 3 hijos. Santos, Dulbelis y Euclides. La vida laboral, familiar, la compartió siempre  con su vocación y afición por el boxeo. En el año 1958, se inició en el cuadrilátero como amateur, en peso mínimo. En Anaco tuvo como contendores a Freddy Flores, Mito Arriojas, José Flores y Luís Maestre. En el peso gallo, le tocaron como contrincantes Manuel Hernández, Luís Maestre y Juan Maita y en el peso pluma derrotó a Luís “Bogotano”, El Jofre Guayanés”  y llegó al pináculo de su carrera,  cuando le ganó, teniendo como escenario a Puerto La Cruz, a dos posteriores glorias del boxeo venezolano, como son: Pedro Gómez y Leonel Hernández. Luego en San Félix, combatió con José “Pica Pica” y Evel Mago. Esa fulgurante carrera boxística lo llevó al Palacio de los Deportes de  Caracas, dónde le ganó a Tirso Pérez y en el Nuevo Circo, dónde se enfrentó a Elio Aponte. Los entrenadores Juan “Kid Café” Isaac, de Anaco, José “Kid la sombra” Lugo, “El Negro Bosango” y Evelio Rivero, siempre quisieron que subiera al profesional, pero como se echaba mucho tragos, que le mermaban las condiciones físicas, su mamá, lo convenció que no lo hiciera, empero hizo otras peleas en amateur en Anaco, Cantaura, El Tigrito y Puerto Ordaz con el campeón nacional Cruz Lozada, Juan Méndez, David Rojas,  Maleno y 2 veces con Ángel Rojas y como continuaba su vida mundana, en el año 1966, otra vez, intervino la mamá, para instarlo a que se retirara. Lo hizo, entendiendo la sabia sentencia. El que no coge consejos no llega a viejo.
 
Llegó vivo dónde tenía que llegar. En El Tigre, vivió en La Charneca, detrás de la escuela “Rafael Antonio Fernández Padilla”, cerca de un tanque, propiedad de la industria petrolera, para posteriormente,  fijar residencia el calle 3 de Los Chaguaramos, sector popular, del cual es fundador, junto a Juan “Juancho” Natera, Cruz Moreno y Enrique González, entre otros. En ese tiempo y una vez que salió de las petroleras, se dedicó a manejar un vehículo Lincoln, de su propiedad en la ruta extraurbana El Tigre-Anaco, el cual adscribió a la Cooperativa Chóferes Unidos y en el año 1998, en la carretera, muy cerca de Bajo Hondo, colisionó con un vehículo de PDVSA, dónde resultó herido junto a dos pasajeros y para colmo de males, tenía vencido el seguro, le dieron perdida total a su unidad, la vendió por piezas, quedó a pie y luego en un vehículo de un amigo, trabajó en la ruta vecinal hasta el año 2006. Actualmente está desempleado, vive de su pensión del SSO y se ha inscrito en todas misiones y programas del gobierno para ver si obtiene un crédito para un vehículo y no ha tenido suerte. El insiste con fe. La esperanza es la última que se pierde.
 


Santos Gómez, que es hijo de los primeros pobladores y el cual nació y creció al ritmo de la ciudad, las personas, sitios, ciudades, pueblos, cooperativas y empresas que mencionamos en este destello, forman parte de nuestras pequeñas historias y merecen, que cuando nuestros eximios cronistas, historiadores e investigadores, decidan escribir la verdadera y genuina historia de esta pequeña urbe, la cual nació al calor de la industria petrolera, el 23 de febrero de 1933, ser incluidos en el disco duro de nuestra memoria histórica ¡Vale la pena!