sábado, mayo 26, 2007

Personajes de mi pueblo: Vicente Campos

Lo mismo que un río, el hombre
es cambio y permanencia

Alexis Carrel (1873-1944)
Biólogo, médico y escritor francés.
El 17 de septiembre de 1925, en el Cantón del Pao de Barcelona, por cuya región salió electo diputado el Generalísimo Francisco de Miranda, nació don Vicente Campos Díaz. El padre Vicente Campos Sánchez y su progenitora Martina Díaz de Campos, luego del avenimiento del niño, fijaron residencia en la Población de Cachipo, buscando mejores niveles de vida. Transcurridos 9 años vinieron a la naciente población de El Tigre, y como no tenían casa en el poblado, durante un año, vivieron en las riberas del río Caris, exactamente, en Boca de los Caños, desde dónde vinieron a instalarse en 1935 en la calle Héctor Villegas número 1, vivienda que le alquiló su padre, al señor Carmelo Gago, que residía en Pariaguan y estaba ubicada justamente frente a la esquina dónde luego en 1938, fundó la bodega “La Chaparreña” don David Pinoni Barrancas junto a su esposa Obdulia Báez de Pinoni, la popular “Chicha” Recuerdos de un Tigre viejo.

Pasados dos años, el padre de don Vicente Campos, compró una casa en la calle “La Florida” donde vivieron muy poco tiempo, ya que en el año 1937, voló la caldera del taladro 23 y quemó la vivienda, un familiar les facilitó una “media agua” que poseía en la calle Héctor Villegas dónde regresaron a vivir. Luego, el terreno de la casa quemada, fue limpiado por don Cruz Mirabal, que construyó y fijó residencia con su esposa Petra Castillo y todavía los descendientes ostentan la posesión de la parcela que está ubicada en las adyacencias de Obra Públicas Municipales. La explosión de esa caldera fue un suceso trágico que conmocionó a la pequeña población y forma parte de la historia de los grandes accidentes de la industria petrolera que marcaron una huella funesta en el crecimiento y evolución del pueblo de El Tigre, cuyo origen, está íntimamente ligado a la explotación del oro negro. Pequeños hechos, hacen las grandes historias.

En ese tiempo no había escuela en el embrionario pueblo, solo existía un Kinder que había puesto en funcionamiento una hermana de don Vicente Campos de nombre Mariana Campos en la calle Negro Primero número 55, a esa sede asistía la chiquillería del momento, pagaban los que podían 1 bolívar semanal y les incluía la merienda. Los que no tenían para cancelar el bolívar, sin distingo de ningún tipo, gozaban de los mismos beneficios y privilegios. En ese básico preescolar aprendió don Vicente sus primeras letras y luego cuando instalaron la primera escuela pública que ubicaron en la calle Lara número 3, conocida como “La Federal” se inscribió y cursó hasta 3er grado, para luego culminar su primaria en la escuela privada “Sucre” que funcionó en la calle Héctor Villegas bajo la dirección del maestro Claudio Salazar Martínez y el profesor de castellano y literatura Pablo Narváez Márquez. Fueron los que dieron inicio a la educación formal en el pueblo de El Tigre.

En ese tiempo no existían colegios de bachillerato, por lo que don Vicente Campos, interesado en avanzar en sus estudios, tomó un curso por correspondencia en la National Schooll y obtuvo los certificados de Mecánica Diesel y automotriz y Electricidad, refrigeración y acondicionamiento de aire. Con esos credenciales, logró empleo como aprendiz de mecánica en la línea de autobuses ARC, al año ya era jefe del taller mecánico. Esa empresa de transporte de pasajeros funcionó en sus inicios en la calle Héctor Villegas, muy cerca de su residencia, luego alquiló un local en la calle Orinoco dónde posteriormente construyeron el antiguo edificio municipal frente a la Casa de la Cultura, hasta que erigieron su propia sede en la Calle Guevara Rojas en el sitio dónde hoy funciona la Casa de la Mujer. El quiere puede y don Vicente lo logró.

Cuando el ciudadano de origen español, que estaba casado con una venezolana, don Isidoro Celma Mir, que se dedicaba al ramo de la ferretería en el edificio de su propiedad ubicado en la calle Guevara Rojas esquina con calle Girardot, obtiene la concesión para vender y prestar servicio a la empresa automotriz FORD en el año 1950, mudan la ferretería a un local en la calle Bolívar frente a la Iglesia “Virgen de Valle” y al iniciar operaciones en ese inmueble, emplean a don Vicente Campos como mecánico y al muy poco tiempo fue ascendido a gerente de servicios cargo que ostentó por espacio de 33 años cuando pasó al retiro. En el año 54, por razones de espacio, Isidoro Celma Mir, construyó en la avenida España unas cómodas y espaciosas instalaciones, vendió a un árabe la vieja edificación y mudó la sede de la FORD en las cuales todavía funciona la concesionaria, ahora con el nombre de Deel Ford El Tigre y la ferretería la ubicó desde la calle Bolívar hasta el actual edificio de la avenida Francisco de Miranda que también construyó para irse adecuando al crecimientos de la ciudad.

Don Vicente campos, es indiscutiblemente uno de los primeros pobladores de la ciudad que nació al calor de la industria petrolera el 23 de febrero de 1933, hoy, está retirado de toda actividad laboral, sufre del mal de pakirson, pero está bien lúcido y recuerda casi con memoria grafica los inicios de la ciudad, sus primeros pobladores, las primeras calles y no olvida hacerle un reconocimiento a un gran luchador por las primeras reivindicaciones del pueblo como fue don Antonio Felipe González Álvarez, quien llegó de la población de Onoto e instaló la primera tienda de mercancía seca en El Tigre – vendía telas y vestidos - en el edificio donde se inician las calles Rivas y Orinoco, que hoy ocupa don Rafael Jiménez al lado de su prolija familia, frente a la actual prefectura. Ese distinguido comerciante fue, sin aspiración a cargo público, quién lideró el movimiento que luchó para lograr la elevación del pequeño poblado a municipio cuestión que se concretó en el año 1939 y luego motorizó otra batalla para que se instalara, como en efecto se instaló el año siguiente, el primer juzgado, cuyo titular fue Félix Daniel Pérez y el primer suplente el padre de don Vicente Campos, el señor Vicente Campos Sánchez quien prácticamente ejercía el cargo ya que don Félix sufría del mal de Pakirson y se le dificultaba mucho firmar y cuando lo hacia tenían que sujetarle la mano.

En la unión matrimonial de don Vicente Campos con la señora Esperanza Guerrero, procrearon 10 hijos 7 varones y 3 hembras, los cuales a estas alturas de la vida, le han premiado con innumerables nietos y biznietos que configuran una grandiosa familia muy unida que le hacen llevadera la tercera edad, llenan de felicidad y, como dato curioso Don Vicente, un trabajador insigne y abnegado durante toda su vida, hombre recto, honesto y responsable, que nunca tuvo vicios, ya que hasta abstemio fue y es, no goza de una pensión del seguro social dada la circunstancia de que en los archivos del seguro social sólo le aparecen 5 años de cotización y las demás, por la eficiencia de quienes manejan los archivos de esa institución, los traspapelaron y como no hay sensibilidad y reconocimiento que valga, he allí, está tremenda injusticia que se está cometiendo con quién dio su vida, en sus actividades laborales, por el crecimiento, desarrollo y engrandecimiento de esta pujante ciudad.
Entre su pasó por los talleres de la línea autobusera ARC y el departamento de servicios de Isidoro Celma Mir permaneció activo laboralmente por espacio de casi 40 años, que ahora, para una mísera pensión no le son reconocidos porque en este injusto país todavía no gozamos de una moderna ley de seguridad social que corrija esta y otras tantas injusticias con las personas de la tercera edad que dieron lo mejor de su vida en el trabajo productivo para el desarrollo del pueblo que escogieron para vivir, luchar, trabajar y sembrarse para toda la vida. Como los ríos don Vicente Campos ha cambiado con la edad, pero permanece erguido, con la frente en alto y seguro del deber cumplido.

domingo, mayo 20, 2007

Personajes de mi pueblo: Negot

Dichoso el que tiene una profesión
que coincide con su afición

George Bernard Shaw (1856-1950)
Escritor irlandés.
En el sector Belloso – barrio el Saladillo – Maracaibo – estado Zulia – a sólo 3 cuadras de la basílica menor, iglesia zuliana San Juan de Dios que guarda para la veneración pública la reliquia de Nuestra Señora del Rosario de La Chiquinquirá, patrona del pueblo zuliano y uno de los polos esenciales de la fe nacional, un 20 de julio de 1934, los esposos Rafael González y Juana Tejada, tuvieron la inmensa alegría de ver venir al mundo a un niño que identificaron con el nombre de Nelson Enrique. Cuando cumplió la edad escolar lo inscribieron en la escuela privada “José Escolástico Andrade” donde cursó hasta 4to. grado y luego culminó la primaria en la escuela pública Jorge Washington que posee una planta física igual a la del estado Trujillo que funciona en El Tigre. Es el inicio de la historia de nuestro amigo “Negot” todo un personaje en la ciudad que nació al calor de la industria petrolera un 23 de febrero de 1933.

Una vez que concluyó la primaria, su mamá, que estaba separada de su padre, insistió en inscribirlo en un liceo religioso, no le gustó la idea y se marchó a vivir con su padre. Mientras esperaban la inscripción en un liceo público, un amigo le consiguió un empleo en la Shell Caribean Petroleum como Office Boy, con un salario de Bs. 250 mensual, un realero para la época y más para un niño que entraba en la adolescencia, ya que promediaba apenas los 12 años. Al año y medio fue despedido porque era menor de edad, pero ya había aprendido un oficio, el de la pintura. Resulta que estaba destacado en el departamento de explotación donde hacían los planos geológicos y que él tenía que llevar a reproducción. Viendo, ayudando, marcando trazos y practicando se hizo pintor. Descubrió su vocación y afición. Aprendió haciendo.

Una vez sin empleo, pero con los conocimientos adquiridos, inició su largo trajinar por la pintura y empezó a trabajar por cuenta propia. Le pintaba los avisos a los abastos, bodegas, trabajadores informales y todo el que requería sus servicios. Cuando tenía 20 años, el dueño de “Publicidad Neón” que funcionaba en Mérida, visitaba clientes en Maracaibo y lo vio trabajando, le gustó su estilo y lo contrató para trabajar a destajos. En esa tarea, haciendo avisos de neón, vallas, recorrió los estados Trujillo, Mérida, Tachira y por supuesto conoció todo el Zulia. 4 años cumplió en ese quehacer que solo interrumpía una vez al año, para venir a El Tigre acompañando a su señora madre y visitar su hermana Gladys, casada con el mecánico automotriz Jesús Navas, especializado en cajas hidromáticas. La hermana daba a luz todos los años, tuvo 7 seguiditos, cuenta Negot muy risueño.

En el 4to parto, 4to viaje a El Tigre, su mamá enfermó, le sobrevino un ACV y tuvo que quedarse porque la doña no mejoraba. Al año, lamentablemente murió y ya Nelson Enrique González Tejada (NEGOT) había hecho amistad con Alberto Guzmán Lárez, Pedro Emilio Rojas Vargas (PEJAS) el panameño Juan Meza Vergara, Juan Martínez y el propio don Edmundo Barrios, ya que había comenzado a hacerle algunos trabajos a destajo de diagramación de los títulos para el diario “Antorcha” Entre Guzmán Lárez y Pejas, que en el tiempo se hicieron sus compadres, lo convencieron para que se quedara trabajando en “Antorcha” y les hizo caso, continúo diagramando los títulos y se convirtió hasta en colaborador del periódico cuando incursionó como caricaturista y publicó diariamente, “La chispa de Negot” – desde el años 1955 hasta el 1969 – año en que se independizó del diario para trabajar por su cuenta y riesgo hasta el sol de hoy.

Antorcha en esa época funcionaba en su sede de la calle Guayana, cuyas instalaciones luego fueron destruidas por un pavoroso incendio. En esos tiempos estaba iniciándose en el periodismo Alexis Rosas, y Negot recuerda que en una oportunidad este joven de la manera más ingenua le preguntó al maestro Juan Meza Vergara ¿Usted, no ha sido adeco? Y el veterano periodista le contestó “Mire no me ofenda, eso es igual a que me preguntara si alguna vez he sido coño é madre” No coment, diría un inglés y este humilde servidor parafraseando a un margariteño le diría, serán “argunos”

Nelson González, el popular “Negot” se destacó como pintor de murales, pancartas, fabricación de calcomanías en las campañas electorales, a partir del año 73 cuando fue llamado primero por Manuel Alfonzo, para que le cubriera el área de propaganda en la zona sur de la candidatura del Dr. Lorenzo Fernández, que fue derrotado por Carlos Andrés Pérez. Luego en el 78 fue llamado por el Prof. Ángel Antonio Merlín, para que hiciera la propaganda de Luís Piñerúa Ordaz, que fue derrotado por Luís Herrera. En el año 83 lo encargaron del área de propaganda de Rafael Caldera que fue doblegado por Jaime Lusinchi. En el 88 siguió en COPEI e hizo la propaganda de Eduardo Fernández que también perdió, cuando resultó victorioso de nuevo Carlos Andrés Pérez. En el año 93 trabajó para la candidatura del maracucho Oswaldo Álvarez Paz que fue derrotado por el chiripero que lideró Rafael Caldera o sea no ganó una, como el mismo reconoce con mucha entereza, sencillez y proverbial jocosidad. Pa’ que vos veáis.

De esas campañas recuerda una anécdota. Cada vez que se encendían los ánimos, la gente reclamaba lealtad de los militantes a sus toldas políticas y una vez trabajando en la campaña de Luís Piñerúa junto a su a látere preferido Rubén “Babita” Matute, con quién hacía excelente equipo, se le acercaron unos adequitos molestos, reclamando el porqué si antes trabajó con tanta intensidad para los candidatos de COPEI, en esa oportunidad lo hacía para el candidato de Acción Democrática y hasta traidor y oportunista le espetaron en su cara. El prof. Frank Acosta, a la sazón Secretario de Educación del partido del pueblo para ese momento, que presenció el altercado para calmar los ánimos y evitar males mayores les dijo a sus compañeros “Tranquilos que Negot es del status” Obvio, el cobraba por su trabajo y para quién ofreciera mejores condiciones de trabajo y remuneración con ese le echaba pichón.

La pintura es un arte. Negot es un artista de la pintura que ha hecho de ella su profesión y afición. Y como el arte es difícil y transitoria su recompensa, hoy, nuestro amigo Nelson Enrique González Tejada vive en medio de grandes limitaciones económicas, pero rodeado de su maravillosa y extraordinaria familia, esposa, hijos, nietos que lo quieren, respetan y aman con devoción.

martes, mayo 15, 2007

El barrio Las Delicias 1

No es grande el que siempre triunfa,
sino el que jamás se desalienta

José Luís Martín Descalzo (1930-1991)
Sacerdote y escritor español.
Casa China y tanque negro, dice la bella melodía “Recuerdos de un Tigre Viejo” que en honor a nuestra ciudad compuso, arregló y cantó el extinto amigo José “Catire” Carpio. Precisamente en lo que hoy es el corazón de barrio Las delicias 1, estaban instalados los tanques negros. Era una zona reservada por la industria petrolera que poseía balancines, muchas trillas para el paso de los vehículos y equipos pesados, existía el fundo del José Anselmo Abreu “El viejo Abreu” como se le conocía familiar y popularmente, además el terreno estaba minado de tuberías de petróleo, gas y lo más importante, una de aguas blancas que surtía a la Chicagua. La gente descubrió que era agua potable, apta para el consumo humano, la perforaron y llevaron la primera toma de agua a Pueblo Ajuro. Una pila de agua que en principio se instaló donde hoy vive la familia Gámez y que luego llegó hasta el patio de la casa de familia del negro Ramón Arraiz con una tubería usada que consiguió José María Lira Reyes que no era dirigente vecinal, pero poseía una vocación por la lucha social innata.

La Guardia Nacional era muy estricta en el resguardo de las zonas reservadas para la actividad petrolera y no permitían que nadie, por razones de seguridad, construyera viviendas. Empero, en década del 70, la gente de Pueblo Ajuro, tal como inició ese barrio (Ajuro) ante la necesidad de terrenos y con el agua potable que tenían las tuberías, insistió en irse metiendo. Manuel Tirado, Ángela Arévalo, Dionisio Azocar, Leopoldo “El Platanero” Ascenso y Arturo Vidal fueron los primeros “porfiados” Construían en la noche, en el día los llevaban detenidos y les tumbaban los ranchos. Les daban la libertad y volvían a construir, hasta que los dejaron tranquilos y se fueron instalando. Luego de esa tempestad y cuando las cosas estaban casi normalizadas, llegaron Apolonia Marcano, la progenitora de Hildemaro que, para ese momento, era un adolescente de 16 años y Carmen Bolívar, hasta allí, no existía formalmente el barrio, pero esos fueron los que con tenacidad y venciendo todos los obstáculos fijaron su residencia en ese inhóspito predio rústico lleno de peligros por la gran cantidad de instalaciones petroleras y gasíferas que existían en el lugar.

En al año 1976, la señora Carmen de Martínez, gran luchadora social y líder del poderoso Frente Femenino de COPEI en la época, lideró un movimiento que tomó el sector, organizó y delineó las calles, construyeron ordenadamente, la Guardia no pudo con el soberano y la Industria Petrolera poco a poco fue desactivando y retirando sus instalaciones petroleras. Quedó fundado el barrio “Las delicias 1” limitando por el oeste con el Barrio “La Cruz” por el este con el canal del drenaje, por el sur con un terreno baldío, dónde ahora está el barrio “Las Vegas” y por el norte con Campo Oficina.

La señora Carmen de Martínez, que lideró esa toma, junto a Guillermo Tovar, Rubén Cubillan, Antonio Fermín, Osmán Evans, Marcelino Gómez, entre otros, también se encargó de ponerle nombre a las primeras calles. Rafael Caldera, Rodríguez Sanz, El Progreso, José Félix Rivas, El Silencio y las avenidas Libertad que va paralela a Campo Oficina y la Principal que empalma con la carretera negra de La Flint, fueron las primeras que obtuvieron identidad propia y que dieron pasó a la formalización del barrio y que dio pie para que fuese reconocido como tal por las autoridades competentes y la industria petrolera.

En la década de los 80, con la aprobación de la Ley Orgánica del Régimen Municipal que le dio, carácter legal a las asociaciones de Vecinos, surgió en la ciudad un poderoso movimiento vecinal que emulaba al de la capital con el nombre de FACUR (Federación de Comunidades Urbanas) liderado por el excelente dirigente vecinal y fundador de Valle Guanipa José Albornoz Carvajal, oportunidad que aprovecharon los vecinos del nuevo barrio “Las Delicias” para organizarse, celebrar elecciones y fundar su primera junta de vecinos bajo la presidencia de Rubén Cubillán quién junto a su equipo logró que retiraran los tanques negros e incorporar ese terreno como área común para la practica deportivas que eran dirigidas y orientadas por el joven, para ese momento, Hildemaro Marcano. Luego la responsabilidad de la junta de vecinos recayó en la persona de Osmán Evans quien la presidió por un tiempo, pero sus responsabilidades laborales, no le permitieron continuar y eligieron a Hildemaro que se destacaba como monitor deportivo y ya despuntaba como luchador social de raigambre y consistencia.

En esa época de oro del movimiento vecinal, Hildemaro adelantó una gestión importante para mejorar la calidad de vida de sus vecinos y lograr muchas reivindicaciones que daban continuidad a la gestión de su antecesor. En esa empresa, contó con el apoyo incondicional de este servidor como Presidente Municipal, la de Pedro Emilio Rojas Vargas “Pejas” como comunicador social y la de Oswaldo Franchensi que dirigía los asuntos públicos de CORPOVEN. Entre otras cosas se logró que retiraran los tanques que estaban ubicados en la esquina de las avenidas Principal y Libertad, se reservará el terreno para la practica deportiva y luego la misma industria petrolera construyó la cancha múltiple que aun funciona y ahora, los vecinos le abrieron espacio en ese mismo terreno para que instalaran un modulo de la misión “Negra Hipólita” que presta servicio en perfecta armonía con las actividades deportivas.

Luego Hildemaro Marcano, entregó el testigo a Faustino “Quiro” Martínez hijo de doña Carmen de Martínez que tenía muchos contactos en INAVI y logró un plan de viviendas para el sector sur del barrio y una vez que pasó a retiro, asumió la presidencia del movimiento vecinal de “Las Delicias 1” la actual presidenta, Yusmeni Medina quien es descendiente de uno de los primeros “porfiados” que hicieron posible la fundación de la hoy aspirante a urbanización, Leopoldo “El Platanero” Ascenso, quién continúa la lucha por la consolidación definitiva del sector. Falta mucho por hacer, pero hay sangre nueva que irradia voluntad de trabajo y más temprano que tarde lograran el objetivo de ver convertido el barrio en una moderna urbanización.
No han triunfado todavía, la grandeza la tienen porque jamás se han desalentado y como dijo el poeta español Antonio Machado “Caminante, no hay camino; se hace camino al andar” y los vecinos del barrio “Las Delicias 1” liderados por su movimiento vecinal, no detienen su marcha y sus luchas por lograr sus reivindicaciones.

lunes, mayo 07, 2007

Personajes de mi pueblo: Don Bombillo

Si no te gusta lo que recibes cuida
mucho que es lo que emites

Blair Ribeiro.
Las nuevas generaciones y algunos vecinos de la ciudad, que no tienen la dicha de gozar de buena memoria, me abordan en muchos sitios y me preguntan ¿Quién es Don Bombillo? Les doy la explicación respectiva e inmediatamente identifican al funesto personaje ¡Ah, me lo imaginaba! exclaman, sin embargo me recomiendan que, haga una semblanza del delincuente mediático, para aquellos que no tienen la oportunidad de coincidir conmigo, puedan tener la descripción del sujeto de marras con pelos y señales, sepan a ciencia cierta de quien se trata y no les quede ningún margen de duda. Es cuestión de estar en orbita para no equivocarse.

Don Bombillo, es el chantajista mediático que se puso en orbita y convirtió la orbita en una guarida de delincuentes y mercenarios del micrófono, que no tienen impudicia a la hora de timar y chantajear. ¡Ay! de quien se les resista, le emprenden una campaña de desprestigio que invade la vida íntima, el núcleo familiar, compañeros de partido y amigos. Hay dos opciones: Mantienes la dignidad y soportas estoicamente la campaña o te les rindes a sus pies y luego que caes en sus horcas caudinas, no te sueltan hasta que te exprimen el último bolívar para luego botarte como un desecho inútil. El Rey Maula está pasando por ese proceso. Esperen que pierda el podercito para que lo dejen como pajarito en rama. Le falta poco más de un año.

¿Por qué Don Bombillo? El tipo se ganó el nombre cuando, embaucó a los entonces alcalde Miguelito y Romerito. Inventó un bendito radio maratón, con el objetivo de recoger dinero para comprar bombillos y entregarlos a los vecinos de los barrios y urbanizaciones, ya que Eleoriente no tenía disponibilidad presupuestaria, las ciudades estaban a oscuras y venía la navidad. Nadie se opuso a tan loable iniciativa. Fijo la fecha, se puso en orbita, metió en la orbita a los alcaldes mencionados y empezaron a llamar empresarios, comerciantes, dirigentes políticos, concejales, diputados, gobernador y cuanto cristiano pudiera dar una colaboración – ojo, nadie los llamó, ellos llamaban y el sujeto montaba la pantomima – la gente ingenuamente, creyendo en la buena fe mandaba la colaboración o pedía que pasaran por ella. Millones de bolívares recogieron en un día. Todo lo recibió el dueño del circo orbital y a la final todavía no se sabe el monto de lo recaudado y se resiste a presentar las cifras oficiales. ¿Cuánto recibió y cuanto invirtió? Es un secreto bien guardado.

La fiesta de la corrupción orbital, no concluyó allí. Nunca dijo el monto de lo recaudado. Compró unos pocos bombillos y los distribuyó a algunas juntas de vecinos. Los vecinos, no tienen camión cesta para sustituir los bombillos en las luminarias. Eleoriente tampoco disponía de unidades para ese trabajo y al sujeto de marras, se le prendió el bombillo. Mandó a fabricar unas varas a un costo millonario con su progenitor. ¿Quién lo autorizó? ¿Dónde están las cotizaciones que solicitó? Nada, dueño y señor del dinero del pueblo sencillamente lo centrifugo y se lo choreo. Los vecinos, que no son tan caídos de la mata, se dieron cuenta del guiso y lo bautizaron como Don Bombillo. El único que pasó su navidad alumbradita con bombillitos nuevos y la cuenta bancaria abultada fue este siniestro personaje y su entorno íntimo. ¿Las varas? Nadie las quiso, eran inútiles y la gente no sabe por dónde se las metió.

Esa es la historia de Don Bombillo. Es el padre de la corrupción orbital, no entregó, ni entregará las cuentas claras de los bombillos y se vende como un honorable empresario de la radio y la televisión, ejemplar padre de familia y hoy director de otro mundito que también corrompió y dónde coronó una vida íntima nueva. Esa es otra historia que, de continuar los ataques arteros de los mercenarios mediáticos con los cuales manda a desprestigiar a quién no le hace la comparsa, también les vamos a contar. No pedimos, ni damos cuartel, mucho menos le tenemos miedo. Diga lo que diga y haga lo que haga. En este caso estamos resteados y dispuestos a dar la batalla de la opinión pública con toda la ventaja mediática que nos lleva Don Bombillo. Échele ganas y pa’ que vos veáis, esa leyendita de amor también la conocemos, tenemos datos espeluznantes y hasta la dirección de los niditos de amor. Toda acción genera una reacción y Don Bombillo, mejor que nadie lo sabe.
¿No identificó al personaje? busque el 44, Póngase en orbita, haga un “paréntesis” y lo verá en la pantalla con una cara de yo no fui que confunde a cualquier alma desprevenida. Es el propio Don Bombillo, que utiliza el terrorismo mediático para chantajear y timar a los gobernadores del turno sin importarle un bledo la comunidad y la deshonrara que le inflinge con su conducta delincuencial y adultera a la familia y a la comunidad. Hay que cuidar mucho lo que se emite para luego no salir chillando. Hay que respetar para merecer respeto porque aquí nos conocemos todos y nadie es impoluto e inatacable.

Personajes de mi pueblo: Jorge Bautista Benítez "El Abuelo"

Encuentra la felicidad en el
trabajo no serás feliz

Cristóbal Colón (1451-1506)
Navegante genovés.

Oriundo del caserío Canta Rana, muy cerca de la primogénita del continente en el estado Sucre, Jorge Bautista Benítez, vino al mundo un 13 de abril de 1935, en un hogar muy humilde y sus padres, David Valles y Juana Bautista Benítez, vivían una situación económica tan precaria que les imposibilitaba enviarlo fuera del caserío a estudiar, por lo que desde muy chico, tuvo que abrirse camino para ganarse la vida. Cuando apenas arribaba a los 13 años, murió su progenitor, lo que agudizó la crisis económica, salió a buscar trabajo y el bodeguero del pueblo, don “Chachón” Carvajal, que también poseía un horno de cal, lo empleó a destajos, por cada horno de cal que trabajara, le pagaba 5 bolívares, la jornada era de 24 horas, lo que dura la piedra de marmoleto en la candela para convertirse en cal. Cada horno producía 10 fanegas cuya cantidad da para llenar 3 sacos los de cemento, que vendían a 2 bolívares. Era la pintura del momento y tenían una venta aceptable. 6 veces al mes repetía el trabajo y con lo poco que ganaba, ayudaba a su vieja y a los 7 hermanos a sobrevivir. Pobre, pero honrado y trabajador.

Don “Chachón” Carvajal, le dijo un día que comprara un libro Mantilla que costaba un real y cuartillo, un cuaderno de a locha y un lápiz mongol, cuyo valor era un centavo, para enseñarlo a leer y escribir. El hombre tenía una vocación de servicio innata y sacó a muchos jóvenes del analfabetismo entre ellos a don Jorge Bautista Benítez, que le brillan los ojos de alegría cuando recuerda ese importante episodio de su vida, porque también por esos tiempos conoció a la joven Ofelia Galantón del caserío cercano Gomero, con quién formalizó un noviazgo y cuando a los 21 años, pensando en matrimonio, fue a sacar la cédula de Identidad en la Parroquia Santa Inés de Cumana, le dijeron que regresara el día siguiente. El otro día estaba tempranito en la oficina de la identificación, lo invitaron a abordar un vehículo, para ir a otra parte dónde le darían la cédula y resultó una celada que le montaron para reclutarlo y enviarlo al servicio militar el cual cumplió del 57 al 59, en la Infantería de Marina. Todo el tiempo en La Guaira. Una vez que le dieron de baja logró empleo en la Policía de Cumana con un salario de 8 bolívares diarios, en el año 60 contrajo nupcias con el amor de su vida la joven Ofelia Galantón, creció la familia, el sueldito no alcanzaba y en el año 1962 renunció y se vino a El Tigre, donde ya vivía una hermana en el callejón Colombia, muy cerca de la Bodega “La Chaparreña” y como el mismo cuenta “Tomó la decisión de tirar la aventura y se le recostó a la hermana por un tiempo mientras lograba un empleo” Buscó y encontró.

Un amigo, le consiguió trabajo en la contrata petrolera Giormen donde permaneció por espacio de 18 meses, alquiló una casa en la calle Royal de El Tigrito, por 30 bolívares mensual, se trajo a su familia y la ubicación de la residencia, le permitía estar más cerca del trabajo, una vez cesante convirtió las prestaciones sociales en un pequeño capital de trabajo para dedicarse a la compra-venta de verduras y hortalizas para trabajar por su cuenta, en el mercado libre de San José de Guanipa. Luego de 6 largos años, adquirió por 3.500 bolívares una barraca ubicada en la calle Cleto Quijada el barrio Oficina 1 de El Tigre y al año siguiente, después de hacerle las mejoras respectivas, se mudo a su techo propio y continuó su actividad comercial esta vez como vendedor de patilla y melón debajo de la mata de guasimo que había en la avenida Rotaria entre la escuela “Lorenzo Fernández” y el kiosco de la esquina que era propiedad del señor Froilan Zacarías que vendía empanadas y jugos naturales. Entablaron una gran amistad y el vecino le recomendó que montara una carpa al lado de su kiosco y de esa manera ambos se protegían y mantenían su actividad comercial, que eran totalmente distintas y no entraban en competencia. Vecinos, amigos y casi familia resultaron a la larga.

Con el paso del tiempo, lamentablemente don Froilan Zacarías, enfermó y murió, la viuda le ofreció el kiosco en venta y lo adquirió por 700 mil bolívares, montó su venta de verduras, legumbres, hortalizas y frutas, un día el alcalde José Miguel Arismendi Marín, se detuvo, lo llamo y le dijo “Mi viejo usted no podrá construir un localcito mejor para mejorar la imagen de la ciudad” Le tomó la palabra, fue a la persona que le indicó a la alcaldía, le concedieron el permiso de construcción y con unos ahorros que tenía y 800 mil bolívares que le prestó un productor agropecuario al cual le compraba, adquirió el material, con el cual un hijo que es albañil, le construyó el local, que luego amplió donde su hija Carmen Ofelia, vende artesanía que ellos mismos elaboran y otras que adquieren cuando viajan al estado Sucre. No ubican al personaje. Se trata del popular abuelo del kiosco “El Abuelo” el cual junto a su familia atiende con gran profesionalidad, honestidad y diligencia, los recados de olla de excelente calidad que expende diariamente desde las primeras horas de la mañana. Visítelo y se convencerá.

Don Jorge Bautista Benítez, el popular abuelo, procreó junto a su distinguida esposa 9 hijos. Jorge Luís, Yusmelia de los Ángeles, María de Jesús, Edgar José, Cesar Augusto, Rosa Alba, José Jesús, Carmen Ofelia, Felipe Rafael todos hombre y mujeres de bien que le han dado, por ahora, 18 nietos y 1 bisnieto. Los hijos atienden el negocio, el se resiste al retiro, es un insigne trabajador, que con dedicación, empeño, responsabilidad y laboriosidad, nunca saboreo las mieles de la riqueza, pero tiene la inmensa satisfacción de ser un obrero solvente, que levantó una honorable familia con todas las de la ley y hoy al borde del retiro, puede exhibir una hoja de vida sin mácula que orgullece a sus hijos y familiares. El abuelo es hombre feliz porque encontró la felicidad en su trabajo y desde luego en su familia y la gran legión de amigos, clientes y relacionados. Don Carlos Rojas, puede dar fe de lo que aquí usted, con su paciencia leyó. Es un excelente amigo de esa distinguida familia.