lunes, mayo 07, 2007

Personajes de mi pueblo: Jorge Bautista Benítez "El Abuelo"

Encuentra la felicidad en el
trabajo no serás feliz

Cristóbal Colón (1451-1506)
Navegante genovés.

Oriundo del caserío Canta Rana, muy cerca de la primogénita del continente en el estado Sucre, Jorge Bautista Benítez, vino al mundo un 13 de abril de 1935, en un hogar muy humilde y sus padres, David Valles y Juana Bautista Benítez, vivían una situación económica tan precaria que les imposibilitaba enviarlo fuera del caserío a estudiar, por lo que desde muy chico, tuvo que abrirse camino para ganarse la vida. Cuando apenas arribaba a los 13 años, murió su progenitor, lo que agudizó la crisis económica, salió a buscar trabajo y el bodeguero del pueblo, don “Chachón” Carvajal, que también poseía un horno de cal, lo empleó a destajos, por cada horno de cal que trabajara, le pagaba 5 bolívares, la jornada era de 24 horas, lo que dura la piedra de marmoleto en la candela para convertirse en cal. Cada horno producía 10 fanegas cuya cantidad da para llenar 3 sacos los de cemento, que vendían a 2 bolívares. Era la pintura del momento y tenían una venta aceptable. 6 veces al mes repetía el trabajo y con lo poco que ganaba, ayudaba a su vieja y a los 7 hermanos a sobrevivir. Pobre, pero honrado y trabajador.

Don “Chachón” Carvajal, le dijo un día que comprara un libro Mantilla que costaba un real y cuartillo, un cuaderno de a locha y un lápiz mongol, cuyo valor era un centavo, para enseñarlo a leer y escribir. El hombre tenía una vocación de servicio innata y sacó a muchos jóvenes del analfabetismo entre ellos a don Jorge Bautista Benítez, que le brillan los ojos de alegría cuando recuerda ese importante episodio de su vida, porque también por esos tiempos conoció a la joven Ofelia Galantón del caserío cercano Gomero, con quién formalizó un noviazgo y cuando a los 21 años, pensando en matrimonio, fue a sacar la cédula de Identidad en la Parroquia Santa Inés de Cumana, le dijeron que regresara el día siguiente. El otro día estaba tempranito en la oficina de la identificación, lo invitaron a abordar un vehículo, para ir a otra parte dónde le darían la cédula y resultó una celada que le montaron para reclutarlo y enviarlo al servicio militar el cual cumplió del 57 al 59, en la Infantería de Marina. Todo el tiempo en La Guaira. Una vez que le dieron de baja logró empleo en la Policía de Cumana con un salario de 8 bolívares diarios, en el año 60 contrajo nupcias con el amor de su vida la joven Ofelia Galantón, creció la familia, el sueldito no alcanzaba y en el año 1962 renunció y se vino a El Tigre, donde ya vivía una hermana en el callejón Colombia, muy cerca de la Bodega “La Chaparreña” y como el mismo cuenta “Tomó la decisión de tirar la aventura y se le recostó a la hermana por un tiempo mientras lograba un empleo” Buscó y encontró.

Un amigo, le consiguió trabajo en la contrata petrolera Giormen donde permaneció por espacio de 18 meses, alquiló una casa en la calle Royal de El Tigrito, por 30 bolívares mensual, se trajo a su familia y la ubicación de la residencia, le permitía estar más cerca del trabajo, una vez cesante convirtió las prestaciones sociales en un pequeño capital de trabajo para dedicarse a la compra-venta de verduras y hortalizas para trabajar por su cuenta, en el mercado libre de San José de Guanipa. Luego de 6 largos años, adquirió por 3.500 bolívares una barraca ubicada en la calle Cleto Quijada el barrio Oficina 1 de El Tigre y al año siguiente, después de hacerle las mejoras respectivas, se mudo a su techo propio y continuó su actividad comercial esta vez como vendedor de patilla y melón debajo de la mata de guasimo que había en la avenida Rotaria entre la escuela “Lorenzo Fernández” y el kiosco de la esquina que era propiedad del señor Froilan Zacarías que vendía empanadas y jugos naturales. Entablaron una gran amistad y el vecino le recomendó que montara una carpa al lado de su kiosco y de esa manera ambos se protegían y mantenían su actividad comercial, que eran totalmente distintas y no entraban en competencia. Vecinos, amigos y casi familia resultaron a la larga.

Con el paso del tiempo, lamentablemente don Froilan Zacarías, enfermó y murió, la viuda le ofreció el kiosco en venta y lo adquirió por 700 mil bolívares, montó su venta de verduras, legumbres, hortalizas y frutas, un día el alcalde José Miguel Arismendi Marín, se detuvo, lo llamo y le dijo “Mi viejo usted no podrá construir un localcito mejor para mejorar la imagen de la ciudad” Le tomó la palabra, fue a la persona que le indicó a la alcaldía, le concedieron el permiso de construcción y con unos ahorros que tenía y 800 mil bolívares que le prestó un productor agropecuario al cual le compraba, adquirió el material, con el cual un hijo que es albañil, le construyó el local, que luego amplió donde su hija Carmen Ofelia, vende artesanía que ellos mismos elaboran y otras que adquieren cuando viajan al estado Sucre. No ubican al personaje. Se trata del popular abuelo del kiosco “El Abuelo” el cual junto a su familia atiende con gran profesionalidad, honestidad y diligencia, los recados de olla de excelente calidad que expende diariamente desde las primeras horas de la mañana. Visítelo y se convencerá.

Don Jorge Bautista Benítez, el popular abuelo, procreó junto a su distinguida esposa 9 hijos. Jorge Luís, Yusmelia de los Ángeles, María de Jesús, Edgar José, Cesar Augusto, Rosa Alba, José Jesús, Carmen Ofelia, Felipe Rafael todos hombre y mujeres de bien que le han dado, por ahora, 18 nietos y 1 bisnieto. Los hijos atienden el negocio, el se resiste al retiro, es un insigne trabajador, que con dedicación, empeño, responsabilidad y laboriosidad, nunca saboreo las mieles de la riqueza, pero tiene la inmensa satisfacción de ser un obrero solvente, que levantó una honorable familia con todas las de la ley y hoy al borde del retiro, puede exhibir una hoja de vida sin mácula que orgullece a sus hijos y familiares. El abuelo es hombre feliz porque encontró la felicidad en su trabajo y desde luego en su familia y la gran legión de amigos, clientes y relacionados. Don Carlos Rojas, puede dar fe de lo que aquí usted, con su paciencia leyó. Es un excelente amigo de esa distinguida familia.

No hay comentarios.: