domingo, marzo 25, 2007

El sector VEA

No perdamos nada del pasado. Sólo
con el pasado se forma el porvenir

Anatole France (1844-1924)
Novelista y premio Nobel francés.
Muchos jóvenes tienen curiosidad por saber el porqué el cruce de la carretera que conduce a Soledad con la carretera Negra de La Flint, lleva el nombre del Vea. Dos cosas, para ubicarnos. Una: la gente comúnmente habla de la carretera El Tigre – Ciudad Bolívar, cuando lo correcto es la carretera El Tigre – Soledad, la cual fue construida en la época de la dictadura de Marcos Evangelista Pérez Jiménez. Dos: la carretera negra que la cruza hacia El Tigrito debe su nombre al hecho de que la empresa petrolera Flint, tuvo instalada desde su llegada a la ciudad y por muchos años en la intercepción de la avenida 5 con una carretera negra que le pasaba por todo el frente y que hacia el norte empalma con la de Paríaguan y hacia el sur llega hasta la antigua zona de tolerancia y cruza hacia el este rumbo a San José de Guanipa. Dicho esto creo que estamos bien ubicados.

Ese cruce siempre fue peligroso a pesar de que las dos vías eran trochas y el tráfico vehicular era escaso. Una vez que la dictadura construye la carretera a Soledad, los conductores se sentían con el derecho de pasar a grandes velocidades, lo que trajo como consecuencia que se acrecentara el número de accidentes ya que los trabajadores de las compañías petroleras, agricultores, ganaderos y algunos citadinos, utilizaban la carretera Negra de La Flint con regularidad y por necesidad. En una oportunidad hubo un trágico accidente. Venía de Ciudad Bolívar hacía El Tigre un norteamericano en una limosina marca Chevrolet de dos puertas a exceso de velocidad y en ese momento iba pasando un trabajador petrolero en una pick up y la colisión fue tan fuerte que pereció el extranjero y su vehículo quedó como pocillo e’ loco. Golpeado y deteriorado. Esa chatarra fue tomada por las autoridades de tránsito del momento, para exhibirlo como ejemplo y los demás conductores vieran y tomarán las previsiones del caso para evitar esos fatales accidentes. No había señales de transito. Vea y mátese por su vista, era la señal que enviaba el régimen de entonces.

El vehículo (La limosina de dos puertas) en cuestión fue colocado en una plataforma que colocaron encima de un tubo en la esquina sureste en donde hoy se construye un moderno edificio comercial. VEA le escribieron en letras bien grandes en las partes de los guardafangos que quedaron abollados. La gente que pasaba se acostumbró a llamar el sitio VEA precisamente por la inscripción que había en el vehículo destrozado por el aparatoso y trágico accidente. Ese vehículo formaba parte del patrimonio histórico de la ciudad, pero con el argumento de que era una rémora de la dictadura, en el año 1987, fue retirado por orden del entonces Presidente del Concejo Municipal, ante la insistencia de uno de los últimos gobernadores nombrados a dedo por el presidente Jaime Lusinchi. Ambos pueden corroborar esa verdad porqué están vivitos y coleando. Muy tarde los ínclitos de la cultura se percataron del error y ahora es tarde para subsanar el crimen que se cometió contra un icono que formaba parte del patrimonio histórico de nuestra joven ciudad.

Una vez que la dictadura construyó la carretera tipo A o vía expresa El Tigre – Soledad, surgió la necesidad de que se construyera la carretera negra La Flint. El diario Antorcha que siempre ha liderado las luchas reivindicativas de la comunidad, publicó un editorial dónde preguntaba quién va a reparar, ni siquiera hacerla nueva, la carretera hacia el Tigrito e insinuaba que fueran las compañías petroleras que eran las mayores usuarias, ese escrito, fue considerado por la dictadura de Marcos Evangelista Pérez Jiménez como subversivo, terrorista, golpista y desestabilizador. 22 días pasaron tras las rejas don Edmundo Barrios, Juan Meza Vergara y Antonio López Castillo que era el distribuidor del periódico por ese atrevimiento. Obvio, Antorcha esos días circuló condicionada a una salvaje autocensura ante la amenaza de clausura bajo la conducción de don Mauro Barrios y Efraín Subero que tenían que mutilar las noticias para no molestar al régimen que los tenía amenazados de llevarlos también a la chirola. La dictadura, obligando a que circulara el periódico, pretendía guardar las apariencias y no aparecer ante la opinión pública nacional e internacional como gorilas cerrando medios de comunicación social.

En ese peligroso cruce perdió la vida uno de los fundadores de Pueblo Ajuro y del Partido Socialcristiano COPEI, gran luchador social y hombre de bien, don Jesús Guerra Tayupo, cuando una madrugada intento cruzar hacia El Tigrito y fue embestido por una gandola que se desplazaba a gran velocidad rumbo a El Tigre. El jeep que conducía el “viejo” Guerra quedó clavado exactamente debajo del mencionado vehículo chocado que paradójicamente decía VEA como señal de alerta ante el peligro que comporta atravesar ese cruce sin tomar las previsiones del caso. Había que estar mosca, pues. En ese cruce de VEA, a pesar del intermitente que habían colocado, el conductor que pestañaba, corría el riego de perder la vida o al menos destrozar el vehículo y llevarse el susto de su vida.

En el año 1998 en el marco de la celebración de un aniversario más de la fundación de El Tigre (que fue un 23 de febrero de 1933, fecha que reconocen las personas serias y conocedoras de la verdadera historia de la ciudad) durante la gestión del alcalde José Miguel Arismendi Marín, PEDEVESA inauguró, como parte del programa Desarrollo Armónico de Oriente (DAO) la avenida Rotaria que incluyó también la construcción del distribuidor vial del sector VEA que ahora cuenta con las respectivas islas, reductores de velocidad, buena señalización, iluminación y semáforos, lo que aunado al hecho de que el sector ya forma parte del perímetro urbano de la ciudad, aun cuando continúa siendo peligroso, no es menos cierto, que se han minimizado los accidentes de transito y muchas vidas útiles se han salvado.

Es una síntesis de la historia del sector VEA que hacemos para que las presentes y nuevas generaciones conozcan el origen del curioso nombre que lleva ese importante distribuidor vial de la ciudad de El Tigre y para que se atesore en la memoria histórica de la ciudad por vía escrita el porqué del nombre del ahora moderno distribuidor VEA, porqué la prueba física que nos legó la dictadura, no hay manera de recuperarla ya que fue totalmente destruida y echada al cesto de alguna chatarrera, que seguro la vendió a alguna recicladora que la transformó en otro bien material. Such is live (en inglés, “Así es la vida”).

La élite ilustrada y los que están obligados por ley, a ser guardianes del patrimonio histórico de la ciudad, no deben permitir, sin alzar su voz de protesta al menos, que se continúe perdiendo, destruyendo y tirando al olvido estructuras que forman parte del recuerdo de nuestra chica. Es ese pasado el que nos ha dado identidad propia, nos instaló en este presente y nos formará el porvenir. ¡Vale!

domingo, marzo 18, 2007

Las primeras bodegas de Pueblo Ajuro

Si tu intención es describir la verdad, hazlo con
sencillez y la elegancia déjasela al sastre

Albert Einstein (1879-1955)
Científico estadounidense de origen alemán.

Vuelve el bolívar, vuelve el real, vuelve el medio, vuelve la locha y vuelve el centavito. Todas esas monedas nos hacen recordar nuestra infancia. Retorna a nuestra memoria cuando hacíamos los “Mandaos” de la casa. “Mira muchacho anda a la bodega del compadre Miguel y me compras medio de leche, una locha de azúcar, un real de pan, una locha de kerosén y cuidado se te pierde el vuelto” ¡Claro! eran tiempos de hallaca a real, pepsicola a medio y cervecitas a tres lochas. Una torta de casabe costaba medio en las bodegas y cuando la detallaba el productor y fabricante se conseguía a locha. Con dos bolívares muchos cosas se adquirían en las bodegas. Rigurosamente cierto.

Coincido con Jesús “Chungo” Abreu, comentamos la reconversión de la moneda, recordamos aquellos tiempos e hicimos un ejercicio de memoria para recordar las primeras bodegas que se instalaron en nuestro querido barrio “Pueblo Ajuro” La primera estaba ubicada en la fronteras del barrio y La Florida. Don Ricardo Bermúdez fue el fundador-propietario de la bodega “La Florida” y cuentan que era muy amigo de Nicolás Felizola, al extremo que en una oportunidad, Felizola hirió a un hombre en su fundo Hamaca y como la ley lo andaba buscando, él se aventuró a sacarlo del lugar y logró traerlo hasta El Tigre metido en un tambor de los que utilizaba para cargar fríjol. En esa bodega también jugaban cartas, truco y “ají ley”, los más populares. En una oportunidad había una partida de “ají ley” que se prolongó hasta altas horas de la noche y para alumbrarse utilizaban una lámpara de kerosén, de repente a uno de los jugadores se le cayó un bolívar y como no había mucha luz para ubicarlo, Felizola generosamente, prendió un billete de a diez bolívares para alumbrar y que su compañero de juego pudiera recuperar su moneda. Una guara, diría un barquisimetano.

Luego instaló su bodega don Rigo Corona y más tarde don Vicente González en las esquinas de la calle La Florida con calle Nueva Esparta, en todo el frente dónde el popular Teodoro Camacho arreglaba caucho de Vehículos. La bodega de Vicentico González todavía está activa y es atendida por un nieto. Luego, a medida que se expandía el barrio hacía el sur, abrió sus puertas la bodega de don Jacinto Hernández en la calle primero de mayo con el Callejón Urdaneta conocido popularmente como el “Hueco de la cuchara” y la misma calle Primero de Mayo, pero cruce con la calle Nueva Esparta ubicó su bodega mi padrino Pedro Carias, que luego fue muy famosa por una gallera que montó en el patio que era muy concurrida para la época. El barrio siguió creciendo y por ende la demanda, circunstancia que aprovecharon don Miguel Jiménez para instalar su bodega que se llamaba “Dios da para todos” en la calle 5 de julio C/C carretera negra La Flint exactamente al frente donde hoy está ubicada la bodega de don Juan Ramírez. Otra que no olvida mi compadre Geo Prado es la de don Pancho Silvera que se instaló en la calle Falcón casi al lado de doña Carmen de Martínez. Luego, Germán “El gordo” Gamboa, abrió una bodega en la calle Falcón casi al lado de la familia Lara. Todos recuerdan en el barrio que nuestro amigo el “Gordo” Germán tenía un hermano que calzaba 54 y los calzados que adquiría, eran encargos especiales. Usaba puro zapato maquero y cada uno pesaba un kilo. Los metía en el peso para probarlo.

Luego, en la otra esquina hacia el este, entre las calles 5 de julio con Nueva Esparta, don Manuel Obando abrió las puertas de la bodega “La Preferida” que luego vendió a don Jesús Abreu que en la actualidad es atendida por sus nietos y en la otra esquina montó la bodega “El Refugio” doña Isabel Matute y más luego entró en el negocio don Jesús Piñero que abrió las puertas de sus bodega “El Imán” en la esquina de la calle 5 de julio con Venezuela, que luego venció a don Adrián Marín, cuyo propietario hoy es el amigo Ricardo Tineo y en la calle Falcón, entre la calle Bellavista y avenida 8 tenía su bodeguita el popular “Jana Jana” que competía con la bodega de Crisanto Tovar que se ubicó en la esquina de las calles Falcón y Bellavista y en la esquina de la avenida 8 con calle San José don Jesús Reyes regentaba su bodega, quien por cierto, no tuvo hijos, pero crío tres que nosotros conocíamos cariñosamente como “Piarro, Guitarrita y tercero” todos hombres de bien y buenos trabajadores. Una bodega sobreviviente de esa época es la que fundó don Pablo “Catire” Freites en la esquina de la calle Falcón con avenida 8 y que hoy atiende la popular María Vda. de Freites junto sus hijos. Toda una institución en el ramo de la venta de víveres y empanadas.

En Pueblo Ajuro, hubo bodegas emblemáticas como la de don Miguel Tabata en la esquina de la calle Falcón C/C 5 de julio, “La Mucureña” de doña Ramona Montes, la popular Ramonita Mota ubicada en la esquina de la calle Nueva Esparta C/C San José, siempre recordada porque fue la primera que vendió leña en el barrio. La de Ramón Arraiz que hoy administra el grillito Oscar González en la calle Brisas del Caris C/C 5 de julio hacia el barrio La Cruz o barrio loco, muy cerca en la misma calle estaba ubicada la de don Luís González y más adelante C/C Bellavista estaba ubicada la bodega de don Seferino Barreto quién el 27 de junio de 1976, dormía en su chinchorro, no se percató que caía un gran palo de agua y cuando se despertó, su local estaba inundado y las cajas de zapato dónde guardaba el dinero la fuerte corriente se los había llevado. Estuvo hasta la madrugada buscando esas cajas y fue muy poco lo que recuperó. Un dato: Esa fuerte lluvia produjo grandes inundaciones en todos los sectores de la comunidad y provocó la aparición de los primeros damnificados en la ciudad. Pa’ que vos veáis.

En las 4 vías, don Jesús Rodríguez Cuevas, quién fue prefecto de El Tigre durante el segundo mandato de don Rómulo Betancourt, instaló el primer negocio de esa rama, luego don Dimas la Rosa ubicó en la otra esquina una bomba de gasolina. Fueron los pioneros en ese populoso sector que hoy cuenta con muchos locales comerciales. En las bodegas de esa época, para competir y atraer los clientes pusieron de moda el granero. Por cada bolívar que uno gastaba, le metían un grano en un frasco que tenía la identificación del cliente. Los niños compraban y le decían al dueño de la bodega o al dependiente “Me metes los granos” y los viernes regresaba en la tarde y le decía “Me sacas los granos” por cada 20 granos acumulados el cliente se ganaba una locha que regularmente gastaba inmediatamente en traquitraqui, caramelos o cualquier otra chuchería. Otra variante del granero eran unas rayitas que colocaban en el cuaderno cada vez que se gastaba un bolívar y el procedimiento era el mismo, pagaban y punto.

Habéis escuchado la popular frase “Cómo será ese negocio que la ñapa es de queso” Bueno, los bodegueros también ideaban sus maneras de competir y ganarse el favoritismo de los clientes e inventaron la famosa ñapa que consistía en un cambur, una galleta, un caramelo, pero preferiblemente era de queso. Obvio, los bodegueros, guardaban los recorticos de queso y con eso mataban la partida. Era una época de oro, monedas de plata, no había inflación y mucho menos especulación. Son recuerdos de El Tigre viejo que vivió una estabilidad económica envidiable.

La chiquillería de mi barrio nunca podrá olvidar la refresquería “El Castellón” de don Eduardo Castillo. Un buen tarro de jugo natural, bien frío, por sólo medio. Estaba ubicado en la calle Falcón entre los callejones que unen a esa calle con la Brisas del Caris. El señor Castillo fue líder de AD en cuya condición fue nombrado Comandante de la Policía durante el segundo mandato de Rómulo Betancourt, luego en la primera división del partido del pueblo se fue para el MIR conservando cierto liderazgo en el sector cuestión que busco aprovechar para cambiarle el nombre al barrio. Convocó una reunión de vecinos en su amplio local, hizo la exposición de motivos y propuso como nuevo nombre de la barriada el del cacique Guicaipuro. La gente no dijo nada, pero en la madrugada una poblada por poco le quema el local que fue apedreado por unos exaltados, el hombre recogió velas y Pueblo Ajuro conservó su nombre originario que fue producto de las luchas de los vecinos con la temible Seguridad Nacional por poblar ese sector. Les tumbaban el bahareque en el día y en la noche lo volvían a parar. La cuestión fue ajuro y las bodegas proliferaron con el crecimiento del barrio que consecuencialmente aumento la demanda de productos de la dieta diaria.

Los que nacimos en Pueblo Ajuro, que somos hijos de los fundadores de El Tigre, conocemos perfectamente muchas de las cosas que ocurrieron desde el nacimiento de la ciudad hasta su consolidación, por los testimonios de nuestros padres y vivencias propias. Por ello, hoy podemos afirmar sin temor a equívocos, que la ciudad nació por el Casco Viejo al calor de la industria petrolera y que luego sus primeras expansiones fueron hacía Pueblo Ajuro y La Florida y que su nombre viene dado por la leyenda que existía en las costas del Caris en el sentido que por está parte de la Mesa de Guanipa, que era un peladero, pasaba un peligroso tigre una vez al año y cómo discutir, sin pisar el terreno de la estulticia, que la fecha referencial más acertada del nacimiento del pueblo, fue el 23 de febrero de 1933. La ciudad es muy joven y todavía están algunos de sus primeros pobladores vivos, lo que no permiten distorsionar esta bella historia, inventando cuentos de caminos aderezados con chascarrillos. Para llegar a conclusiones definitivas, hay que investigar la historia menuda y consultar a sus protagonistas. Es mi humilde opinión.

Está pequeña crónica, escrita con la mayor sencillez, tiene la sana intención de hacer un pequeño aporte a la conservación de la memoria histórica de la ciudad y recordarle a la élite ilustrada, cuando escriban la historia, tener presente estos nombres y esos incipientes comercios que dieron vida al crecimiento y desarrollo de esta linda ciudad. Es la pura verdad.

domingo, marzo 11, 2007

Personajes de mi pueblo: Anécdotas

El humor es la única muralla entre
nosotros y la oscuridad

Mark Van Doren (1894-1972)
Poeta, escritor y profesor estadounidense.
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1- En una oportunidad, Juan Ruperto está en una rueda de amigos disfrutando de unas frías espumosas cuando de repente, alguien se acerca con el diario Antorcha. Todos le echan la ojeada respectiva, hasta que llega a sus manos. En la última página hay un titular que lo impactó “Muerto hombre de 3 machetazos” Lo lee, sonríe con picardía y exclama en alta e inteligible voz ¡Hay que hombre tan débil! Saúl Alcalá que estaba en el sitio observó con asombro que, aunque todos escucharon, no hubo reacción de los presentes, todos se hicieron los desentendidos y ante el mutis generalizado, optó también por hacerse el locadio. El que no se mete en camisa de once varas, reflexionó para sus adentros, difícilmente pesca un machetazo peligroso.
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2- Jaime Ortiz, Jairo Mendoza y Pedro Arias, son contemporáneos con Felipe Ramírez, el hijo menor de Juan Ramírez, recuerdan que estando chicos, jugaban chapita en la calle 5 de julio de Pueblo Ajuro en plena vía pública. Un día los sorprendió don Juan que le tenía prohibido a sus niños jugar en esas arterias viales, le llamo la atención a Felipe y muy circunspecto le sugirió. “Por favor hijo, no juegues chapita en la calle que corres el riesgo que te atropelle un automóvil, mejor anda y agarra debajo de mi cama un saquito de cachetes e invita a tus amigos a continuar el juego en el patio de la casa” Jaime, Jairo y Pedro que sólo habían jugado chapita con tapitas de refrescos y cervezas como todos los niños humildes del momento, quedaron boquiabiertos y optaron por regresar a sus hogares preguntándose ¿Habrá gente con tanto dinero? Todavía no entendían como se podía jugar en esos arenales chapita con una moneda de tanto valor en ese momento y tan pesada como el fuerte de plata. Pensativos se retiraron y no aceptaron seguir jugando. Luego de un tiempo se percataron que don Juan Ramírez era conocido en el sector como “El millonario” ante esa realidad, entendieron la situación. Para buen entendedor basta conocer algunos detalles.
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3- Trinidad Pino, el popular “Chino” Pino, en su época de jugador de béisbol AA, es seleccionado para representar al equipo de Anzoátegui a un nacional que se celebró en Caracas. En el equipo técnico estaba Gonzalo López el popular “Negro” dulcero, con el cual se hacia acompañar cuando salían de la concentración para visitar familiares, amigos o hacer algunas compras. Una tarde fueron a abordar una unidad de transporte, se colocaron en la cola y la gente que iba abordando la unidad, decía el barrio o sector de su destino y cancelaba la cantidad estipulada. Ruperto Lugo, Ruiz Pineda, Pérez Bonalde, dijeron en voz alta los tres que tenían adelante, el “Negro” observaba con curiosidad la rutina, no preguntó nada y cuando subió, le gritó al conductor del colectivo. Gonzalo López. El profesional del volante, sorprendido le replicó ipso facto “Mire amigo, yo tengo 20 años en esta ruta y no conozco ese barrio” Rápidamente intervino el “Chino” Pino, que seguía en la fila, aclaró la situación, canceló los pasajes, llegaron a su destino y todavía el “Chino” Pino no entiende si el “Negro” lo hizo por ignorancia, por chanza o sencillamente para nivelarse con esas personalidades que nombraban ¿Qué usted cree? A mí que me registren.
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4- Cuenta el “Chino” Pino, que de regreso hicieron una parada en el Hatillo, los invitaron a una zona rica en fauna marina conocida como la “Cerca” Había un grupo de pescadores echándole pichón. El “Negro” con la habilidad que le caracteriza, inmediatamente entabló conversación con los pescadores y empezó a contarles de dónde venían, las hazañas del equipo, sus espectaculares jugadas y cuando pensó que tenía a la gente embelesada con su increíble carrera y experiencia beisbolísticas, dejó entrever la posibilidad que les regalaran algo de pescado. En síntesis edulcoró el cabezazo, pero le salió el tiro por la culata. Los pescadores soltaron la carcajada y le dijeron “No amigo, con esas historias usted aquí no impresiona a nadie. Nuestro compañero de pesca regularmente es Antonio Armas que si es un pelotero de verdad” Hasta allí llegaron las proezas e historias del “Negro” que obviamente se vino con las manos vacías y con las tablas en la cabeza.
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5- El miércoles 15, la prensa internacional informó que el inventor estadounidense de la prestigiosa universidad de Carolina del Norte, John Cornwell a un costo de $ 3.000, cansado de sus travesías del sillón hacia el refrigerador, desarrollo una especie de catapulta que le lanza las latas de cerveza en su temperatura justa. El ingenioso aparatito lleva por nombre “Beer Launching Fridge” y arroja las latas de cerveza hasta 3mts con gran precisión. Al ver la noticia, Henry “Nenerina” Hernández, fue al banco a actualizar su tarjeta de crédito, hizo formal solicitud ante CADIVI del cupo de dólares que le corresponde para comprar por Internet y llamó a su compadre Percasita para, desde un ciber, lo asesorará para solicitar con carácter de urgencia dos aparatitos de los mencionados, que con seguridad le garantizarán una vida más llevadera y cómoda. Rico es rico y pobre es pobre. Roberto Salazar dixit.

Es que Henry “Nenerina” Hernández aspira instalar uno en MOROGAS y otro en su amplio y lujoso apartamento, para no estar molestando al Morocho Salazar cada momento para que le suministre una cervecita e igual que el inventor, cuando este en su hogar, disfrutando del programa del Dr. Arriojas Barrios, divirtiéndose con una buena película de las que le suministra “Chichi” Boada o distrayéndose con otro buen programa de TV, evitarse esas irritantes travesías desde su sofá-cama hasta el frezzer en busca de su infaltable espumosa. Al que le gusta la buena vida, la comodidad, goza de holgura económica para costeárselas, evita por todos los medios tener que soportar las penurias que están reservadas sólo a los mortales que andamos mal de copias y para colmo de males en la oposición. Cada quién, en función de sus posibilidades pecuniarias, establece sus prioridades y se da la gran vidota. Aunque el Dr. Gustavo Solé, asesor económico de lo queda del grupo de los 77, recomienda tener mucha prudencia con la eliminación de los 3 ceros en la moneda. Nadie, per se, decreta la fortaleza de una moneda, lo que le da fortaleza a la moneda es la productividad del país, la austeridad fiscal y un buen nivel de reservas internacionales. El que no agarra consejos no llega limpio a la tercera edad.
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6- Hay quienes repiten mucho del filósofo mexicano la frase “No me defienda compadre” otros no olvidan la muy autóctona “Con amigos así no necesito enemigos” y este humilde servidor siempre ha dicho “Aquí nos conocemos todos” No hay amargura, como decía el fraterno Pedro Emilio Rojas Vargas. Tenemos tranquilidad de conciencia que es lo más importante. Un día detrás de otro y mientras más conozco la estulticia, mediocridad, ruindad y pobreza de espíritu de algunos especimenes más quiero a mi perrito Riky. El mundo no cambiará, hay que dejar soplar al viento. ¡Vale!

viernes, marzo 02, 2007

Personajes de mi pueblo: Oito Lira

¿Cuál es el sueño de los que están
despiertos? La esperanza

Carlomagno “Carlos I, el grande (742-814)
Monarca germano.
Rumbo a la Copa América 2007. Venezuela por primera vez es anfitrión de tan magno evento y por vez primera abriga la esperanza de obtener el preciado galardón. El 26 de junio rueda el balón en San Cristóbal. La Vinotinto enfrenta a Bolivia uno de sus rivales del grupo A. José Oito Lira Rondón, nuestro personaje de hoy, oriundo del Casco Viejo de El Tigre, es hijo de José María Lira Reyes y Ana Margarita Rondón de Lira, ambos fundadores de la ciudad y vino al mundo un 05 de agosto de 1939 – anda en 69 la mejor edad del hombre – desde su niñez abrazó la pasión por el fútbol. Jugador, entrenador, director técnico, promotor, crítico y fanático empedernido del deporte que mueve más público en el mundo tiene en su haber en su larga y fructífera trayectoria en el mundo del balompié. Todo un señor en materia futbolística.

Inició sus pasos en ese bello, rudo y difícil deporte cuando asistía en calidad de fanático a los juegos y hasta a las practicas que se realizaban en Campo Oficina, para ese entonces, la única cancha existente. Fue tanto su empeño que se metió como río en conuco y hoy forma parte de la galería exclusiva de los mejores y excelentes jugadores fútbol que ha producido El Tigre. Querer es poder. Oito Lira, lo quiso, pudo y lo logró.

José Oito Lira Rondón, estudio la primaria en la escuela “Cova Maza” que funcionaba en la calle Ricaurte, inició la secundaria en el Liceo Pedro Briceño Méndez, la cual abandonó para incorporarse al mercado laboral como ayudante de soldadura en el Taller Roma cuyo propietario fundador era Nicóla Fasciani. En los 3 años que trabajo en ese prestigioso taller, aprovechó sus tiempos libres e hizo cursos en el INCE. Manejo de Aceites, Bombero, Mecánico de Telar, luego se instaló en Puerto Ordaz y se empleo en un taller de latonería y pintura propiedad de Francisco “Chico” Moreno, desempeñándose como ayudante del pintor, oficial Orlando “Chivatón” Omaha que todavía no había pensado venir a El Tigre. No duró mucho tiempo ya que, en un intercambio futbolístico los visitó un equipo de Valencia que defendía los colores de la sastrería “Dandy” lo entusiasmaron para mudarse a la capital de Carabobo e incorporarse a un equipo y lo más importante, mientras le lograban empleo, todos sus gastos de alojamiento, alimentación y viáticos, corrían por cuenta del equipo para el cual jugara. No lo pensó dos veces y se marchó la capital carabobeña.

En Valencia llegó a la pensión Madrid, se integro al equipo “Mundifútbol” lo emplearon en la textilera “Pacifica” que funcionaba en Guacara, luego mejoró su status laboral cuando logró integrarse al staff de trabajadores de Papeles Venezolanos “PAVECA” donde laboró por espacio de 15 años, hasta que regresó a El Tigre. Muchas experiencias en los campos de fútbol del centro vivió intensamente José Oito Lira. Tenía la experiencia de haber participado en el equipo juvenil del Liceo Briceño Méndez bajo la tutela del Prof. Juan Facendo y donde destacaba jugadores de la talla de Nelson Bermúdez, el “Indio” Gómez, Enrique Sánchez, Luís Aníbal Velásquez, Luís La Roche, Rubén Guevara, Brigido Vicent, entre otros y de la oncena El Tigre FC que dirigió Guillermo González, quién a la sazón, era ebanista y fue el diseñador y fabricante de las puertas de la Iglesia Virgen del Valle y el Colegio Divino Maestro. Experimentado, con calidad, ganas de triunfar y las oportunidades que le brindaron en Carabobo y Aragua, completaron un cuadro exitoso.

Con el equipo CROACIA de Valencia fue tres veces campeón estadal. En esa triunfante oncena alienaban como regular 4 Tïgrenses más junto a él. José Vicente Lira Rondón, Nelson Durán, Ángel “Harris” Albert y Pablo Albert, también fue protagonista del equipo que obtuvo el campeonato estadal en representación de “PAVECA” y con el conjunto “Tenería El Puma” en la condición de entrenador y jugador obtuvieron el subcampeonato. No hay dudas que dejó una huella profunda en el fútbol carabobeño. En El Tigre, no fue menos prolija su cosecha de éxitos con los equipos en los cuales se desempeño. 3 veces campeón local con Casa Nueva Esparta, donde figuraban también Rachid Martínez, Sabi Aranaga, Samuel Reyes, Francisco “Camellito” Tirado, Luís “Culí” Martínez, José “Pegón” Fajardo, Manuel Barrios, entre otros, que todavía brillan en las categorías de veteranos y master. Todos esos campeonatos fueron disputados en primera categoría. En ese momento la calidad del fútbol era excelente y el nivel de preparación óptimo. Indiscutiblemente fue la época de oro del fútbol amateur en la ciudad.

En su largo trajinar por las canchas de fútbol del país José Oito Lira Rondón, recuerda que en una oportunidad, formando parte de la selección de Anzoátegui, viajaron a la capital para participar en los juegos nacionales y Bethermi “Culí” González, emocionado invitó a los compañeros de equipo “Vamos para el telegráfico” cuando en verdad quería decir el Teleférico. Una vez que cometió ese gazapo, lo dejaron de llamar Culí y le encasquetaron el apodo de “El telegráfico” y en una de esas salidas, el también componente de la selección Camilo Scribani, los invitó a La Vega a disfrutar de un buen Toddy. Cual sería la sorpresa cuando les estaban cobrando por cada unidad Bs. 3, montaron una protesta y le dijeron al dueño que en La Casa Nueva York de El Tigre, era de mejor calidad y constaban Bs. 0,50, además eran futbolistas y los viáticos que les suministraban era de Bs. 5 al día. El dueño de la fonda les replicó “Bueno, no paguen nada, pero se marchan ya de aquí” El que no llora no mama.

José Oito Lira Rondón, lleva el fútbol en la sangre. Junto a Alí Martínez, fundaron el Fútbolito en El Tigre. Armaron 8 equipos, hicieron un torneo en el campo de los Cachorros en Pueblo Ajuro, que para ese momento era pura arena, lo cual no fue óbice para que culminarán con éxito la aventura, se sembrara en el corazón de los niños y jóvenes el fútbolito y hoy es practicado masivamente en todos los rincones de la ciudad.

Otra cosa interesante, Oito Lira, asegura que, el fútbol entró al país por El Callao. La Isla de Trinidad era colonia de Inglaterra y la mayoría de los Callaoenses tienen raíces trinitarias y consecuencialmente fueron ellos en Venezuela los pioneros de ese versátil, masivo, interesante y emocionante deporte que hoy mueve millones de fanáticos y sumas mil millonarias de dinero. Estamos en el preámbulo de la Copa América. Salimos de la Serie del Caribe en materia beisbolística y entramos en la orbita del fútbol. Apostamos al éxito de la jornada, ligaremos a la Vinotinto, que gane el mejor y una vez que ruede el balón en San Cristóbal, seguiremos las incidencias de los juegos a través de la pantalla chica e invitaremos a José Oito Lira Rondón para que nos ilustre en cada jugada y nos comente las perspectivas de cada equipo en el torneo. Más sabe el diablo por viejo que por diablo.
Hay esperanza, es ahora o nunca. ¡Gol! De la vino tinto y se desata la locura. Los fuegos artificiales están asegurados para celebrar cada gol y cada triunfo. José “Nene” Hernández los garantiza desde su fábrica en Valencia. En la “Peña” nos vemos y el amigo “Pepe” que tiene monitores en todos los ambientes de la Tasca, con la amabilidad que les es proverbial, la eficiencia de su personal y calidad de sus comidas y bebidas completará un cuadro envidiable. Con Oito y Pepe que conocen en profundidad el juego del fútbol, no habrá detalle del juego que no disfrutemos y estoy seguro la pasaremos de órdago.