jueves, diciembre 28, 2006

La Élite Ilustrada del Manjar del Jeque

No hay hombres cultos: hay
hombres que se cultivan

Ferdinand Foch (1851-1929)
General francés.
En la popular panadería el Manjar del Jeque, diariamente se reúne un grupo de amigos de la elite ilustrada de El Tigre, liderados por el Cronista Municipal y Presidente de la Asociación de Escritores don Gustavo Perdomo que, por cierto, siempre es el paganini del consumo de los asistentes. En esas tertulias se hacen concienzudos y profundos análisis acerca del devenir histórico del país, el estado, el municipio y hechos de relevancia en el orden sociocultural de la región. En otras oportunidades, las convierten en peñas literarias y dan rienda suelta a sus excelsos conocimientos literarios, culturales y poéticos que deslumbran a quienes frecuentan ese importante local comercial. Nunca permiten que, algún insidioso, incorpore a sus sesudas reflexiones culturales, el chisme, la maledicencia, la inquina o los debates políticos, que son bajos instintos del ser humano que pueden resquebrajar la monolítica unidad que mantienen a prueba de misiles, salvo, cuando se trata de meterse la mano en el bolsillo, en ese memento se ven las caras, pero no los corazones. Es una pléyade de hombres y mujeres cultos que cada día se cultivan en el difícil oficio del ejercicio cultural. Eso es lo relevante.

Todos los años, es práctica aceptada por todos, hacer una contribución monetaria, para realizar una cena navideña y despedir la ardua labor literaria, educativa y cultural que realizan. Es allí, dónde surgen algunos inconvenientes, dada la circunstancia que la actividad cultural, es muy mal remunerada en el país y muchos de ellos están en permanente crisis económica. Empero, lo sorprendente es que, algunas honrosas excepciones, poseen otra actividad bien remunerada que, ellos imaginan, les permite vivir holgadamente y obtener algunos excedentes para meterse la mano en el bolsillo en cualquier momento sin poner en peligro sus presupuestos familiares, algunos compromisos comerciales, educativos o su partida secreta. Son en síntesis los que todo el tiempo andan bien postureados, como es el caso de Alberto Brazón que ya disfruta sus merecidas vacaciones en Puerto Cabello y llevó su mapire bien resuelto con productos alimenticios de la zona. Burro amarrado leña segura.

En este diciembre, se presentó un caso inédito. La cuota para cena navideña fue fijada en Bs. 50.000,oo. Todos se comprometieron a honrar el compromiso, pero, nunca falta los pollitos congelados. La elite ilustrada perdió 3 conspicuos representantes y el cronista estuvo a punto de pasar a la reserva de no ser por la intervención oportuna del “Turco Nayid” que pago lo que le correspondía a don Gustavo Perdomo quien se rodea de buenos amigos que siempre le sacan las castañas del fuego. Tomasito Díaz, se presentó en quiebra y desde ese día es notoria su ausencia. Ramón Vizcaíno, el popular “Perfume e’ Tigre y el locutor Héctor Vásquez, pegaron un brinco y ahora se reúnen los dos, íngrimos y solos, en el auto lavado del primero al lado de “Morogas” Este hecho, que no es un chisme de Asaad Saab, lo trasmite como una preocupación. La elite ilustrada del “Manjar de Jeque” no puede dividirse y mucho menos tener disidencias por unos míseros Bs. 50.000,oo. Tampoco, pretenden, ni siquiera sospechar que sean pichirres, solo que fue un olvido involuntario y los invitan a regresar aunque conserven su dinero en la caja fuerte y les produzcan buenos dividendos para el futuro. En todo caso no pusieron y no compartieron la mesa en la excelente, exquisita y abundante cena navideña. El cariño es el mismo. El otro año seguro anotarán en sus agendas particulares y no se producirá ese lamentable olvido que los expone a comentarios capciosos de algunos miembros de la elite ilustrada.

En la cena de gala navideña de la elite ilustrada del “Manjar del Jeque” destacaron por su sobriedad, y comedimiento al degustar los exquisiteces navideñas, los esposos Simón y Linda Farcheg, Eleazar y Leticia Puerta, Luís y Nancy Orá y también brillaron en el firmamento de la glotonería don Gustavo Perdomo, Víctor Machuca, Edgar “Percasita” Perdomo, Luís Hernández, Raúl Pino, el prof. Bernardo González, Alberto Perdomo, Julio Quijada, lo que alarmó a los productores agropecuarios José Gregorio Guevara, Antonio Díaz, Omar Ruiz y Rafael “Rafa” Martínez que hicieron una reunión de emergencia y se pusieran de acuerdo y comprometerse hacer una colaboración especial para la cena del 2007. Un novillo de refuerzo para saciar estos impredecibles comensales. Otros, pretenden de manera ventajista, aplicarles una multa por mayor consumo. Eso es discutible para que todos bailen el mismo son, pero también es cierto que hay algunos que pasaron hambre cuando chiquito, tienen unas viandas atrasadas y no es culpa de ellos, poseer ese horroroso apetito que los acompaña de manera permanente. El comité organizador de la próxima velada tomará las acciones pertinentes.

La elite ilustrada que frecuenta el “Manjar de Jeque” cerró con broche de oro el año 2006. Tremenda y exquisita cena, hasta Maicabares Berroterán se coló en la comilona como invitado especial. Además hicieron un acopio literario, poético e histórico durante este fructífero año que será recogido en un libro que están preparando los poetas Raúl Tovar, Aquiles Ojeda y Manuel Vargas Ávila bajo la dirección del Prof. Hernán Iro, quien en esa inmensa tarea que le corresponde jugar se alejará un tanto de las reuniones de este año con un doble propósito. Hacer un buen trabajo en la conducción del libro y recuperarse económicamente porque siempre, tiene el inmenso placer de pagar las facturas más altas cuando las reuniones son más nutridas. Durante el año que concluye los grandes pagadores fueron Perdomo, Hernán Iro y Héctor Vásquez me comentan, muy seguros, los esposos Luís y Nancy Orá. No los matan en el oeste, desenfundan más rápido que el Llanero Solitario y las balas que disparan también son de plata de la buena y bolivariana.

Otro dato curioso que me cuenta emocionado el amigo Yamal es que este año, hubo más tranquilidad, calma y camaradería. Don Gustavo Perdomo y Augusto Enrique Tenorio, no discutieron por llevarse el hueso del pernil, se lo dejaron a Edgar Brito para que lo compartiera con su cuñado Oswaldo Rivilla que, con la división de la Cámara Municipal, tiene la troja altísima y le cuesta ver a Linda. El año pasado la disputa por el preciado huesito fue de órdago. El cronista quería llevarlo para echarlo con fríjol y Tenorio para echárselo al perro. ¿Quién se lo llevó? Consulten a Tomasito Díaz que en medio de la discusión le puso la mano, lo llevo a la tasquita de Eudis Centeno y lo degustaron en una frijolada que compartieron con la profesora Hilda Centeno y la Dra. Odilis Centeno. Todo lo aquí relatado fue escrito el día de los inocentes, pero, por eso no deja de tener mucho de veracidad.
Los que aspiren ser hombres cultos en la ciudad, cultivando su intelecto, profundizando sus conocimientos, perfeccionando los buenos modales y mejor comportamiento, está obligado a asistir a las sesiones permanentes de la elite ilustrada en el “Manjar del Jeque”. El comité de recepción está integrado por el astrólogo Huber Acosta, Giovanni Prado y Oscar Vicente Rodríguez el popular Chaparral que, cautelosamente, forman parte de lo más granado del cogollito que ya integró el cronista de la ciudad para ejercer la presidencia vitalicia del clan ilustrado, así chille Glod Quijada, que siempre anda conspirando para ver como lo destrona. Perro viejo late echado. Dígalo allí, Panchoreto.

sábado, diciembre 16, 2006

Personajes de mi pueblo: Anécdotas

¿Es que ha visto usted algún
censor que no sea tonto?

Francisco Franco Bahamonde (1892-1987)
Político y militar español.
LOS APODOS
Forma parte de nuestra idiosincrasia colocarle apodos a la gente. Es por eso, que algunas veces nos vemos en aprietos cuando nos preguntan por el nombre de algún amigo o conocido. La mayoría de las veces quedamos en el aire y no sabemos responder. Viene al caso el introito, porque en una oportunidad a la casa de mi mamá, Anastelia Salazar, llegó un señor que traía una encomienda, para la señora Josefa de González. El hombre preguntó si la conocía y mi mamá le dijo que no, asegurándole que por esa calle no vivía ninguna Josefa de González. Mientras se desarrollaba la conversación, la vecina observaba la tertulia con curiosidad, de tal suerte que, cuando el señor se despidió, se acercó y preguntó: “¿Anastelia, que buscaba ese señor?”, mamá le responde: “Anda preguntando por una tal Josefa de González”. “Anastelia, pero si esa soy yo” exclama sorprendida la vecina. El caso es que durante toda la vida y mire que fueron muchos años, todos los vecinos de la calle 5 de julio en Pueblo Ajuro, la conocían como “Pancha” Barreto que era su apellido de sortera. Gracias a Díos, el señor iba cerca y “Pancha” recibió su encomienda.

LA REALIDAD
Mi compadre Ángel Rafael Zabala “Cara e’ cochino” y Hugo García “Bola de burro” trabajaban para una empresa que presta servicio de encomienda y cuyo lema es: “La empresa recibe hoy y entrega mañana”. Este par de amigos que en ese momento eran relativamente jóvenes, gozaban a plenitud de las parrandas que se formaban en el río Caris todos los fines de semana y durante los días laborables, se echaban su escapadita a disfrutar de unas cervecitas, el sancochito y darse una buena refrescada en sus cristalinas aguas. Como medio de transporte utilizaban una pick up que le asignaba la empresa. Un día si y otro también lo hacían en la tarde, después de trabajar arduamente el turno de la mañana. Obviamente le quedaban algunos paquetes por entregar y cuando los amigos preguntaban “¿y eso cuando lo entregan?” a lo que contestaban: “será otro día”. Entonces surgía el comentario lógico: “Bueno, ¿y esa empresa no dice en su publicidad que recibe hoy y entrega mañana?”, a lo que respondían al unísono: “Eso es la empresa, nosotros recibimos hoy y entregamos cuando se puede”. Era la pura realidad, me consta.

CERTIFICADOS
Juan Ruperto, fue por muchos años el administrador del bar “La Cabaña” que funcionaba en la avenida Peñalver de El Tigre. Era el sitio predilecto de la mayoría de los profesionales de la ciudad. En una oportunidad un conocido farmaceuta, amaneció emparrandado, se pasó de tragos y se quedó dormido en una mesa. Como Juan lo conocía, lo pasó a su habitación y lo acostó para que durmiera cómodamente la borrachera. En horas del mediodía, se presenta la señora del farmaceuta muy preocupada preguntando, ya que su esposo no había llegado a la casa y le habían dicho unos amigos que lo habían visto en su negocio. Juan con la amabilidad que le caracterizaba, le contesta. “Mi amor, no te preocupes, está muy bien, pasa para el cuarto, que aquí te lo tengo en cámara de oxígeno” Indiscutible, no había de que preocuparse, el que tenía que alarmarse era él cuando despertara, con esa cuaima a pata de catre, ya que dormía placidamente en tremenda cama y tenía colocado un excelente mosquitero, para que no lo molestara ni coquito. Testigo de excepción es Pablo Rodríguez, que ya a esa hora consumía sus primeras gélidas, presenció el chasco que le sucedió al farmaceuta y lo certifica.

OTRO: Cuenta Pablo Rodríguez, que regularmente iban a “La Cabaña” un grupo de amigos que trabajaban para la época en el Concejo Municipal de El Tigre, entre ellos, un prestigioso abogado que lo presidía. En sus conversaciones, siempre salía a relucir con mucha profusión el nombre de un amigo ausente que ellos identificaban como “Larita” Eso produjo la curiosidad de Juan Ruperto que siempre preguntaba: “¿y quién es Larita?”. El abogado – Presidente le respondió: “no te preocupes, en cualquier momento nos acompaña y te lo presento”. Siempre pasaba lo mismo, hasta que un día, llega la gente, se ubican, piden las gélidas, empieza la conversación y uno de ellos se dirige a un señor que Juan nunca había visto en su vida, diciéndole “Mira Larita” cuando Juan escucha aquello se queda atónito y pregunta este es el tan mentado “Larita” a lo que el abogado responde: “Ah, a propósito Larita te presentó a Juan Ruperto”. Chocan los 5 se conocen y Juan Ruperto, con expresión de sorpresa dice: “Ay, que decepción. Esto parece un “wolsvaguito” viejo y chocado. Los presentes, dicen que el Juan acertó con la comparación y Pablito Rodríguez, hasta el día de hoy, lo certifica.

OTRO: Cuando Juan Ruperto abandonó “La Cabaña”, vivía en la casa de la “Negra cova” en la urbanización “San Francisco de Asís” o Ciudad Tablitas. Esa casa tenía un solar grande y él todas las mañanas salía y sentaba debajo de las frondosas matas de mango viendo hacia la calle. En ese momento estaba en pleno auge el juego de los animalitos. Las vecinas, le reconocían a Juan Ruperto dotes de augur, que adivinaba los sueños. Un día, se le acerca una joven señora y le dice: “ay Juan, anoche tuve un sueño horrible. Soñé que, me empate con un tipo buenote y el muy sinvergüenza me pegó dos muchachos y me dejó abandonada, luego conseguí otro terció, me hizo lo mismo y para rematar el último con el cual me metí a vivir, me dejó otro niño y me dejó también. Ay Juan, el caso es que me quede solita con 5 muchachos, limpia, sin trabajo y los muchachos pasando hambre, los veía enclenques, flaquitos, barrigones y lombricientos ¿Qué crees tú, que da eso?” A lo que Juan respondió sin inmutarse: “Ay mija, eso lo que da es lástima”. Este relato, me lo certificó el amigo Ramón Barroso, del círculo fraternal más cercano de Juan Ruperto.

OTRO: En otra oportunidad, llega otra señora y le dice: “Ay Juan, anoche soñé, que fui a la playa y cuando estaba disfrutando de un excelente baño sentía que algo me aguijoneaba las piernas, era como las pinzas de un bicho, me salía y no tenía nada, me volvía a meter al agua y volvía a sentir la misma sensación. Dime, mi amor ¿Qué crees tú que da eso?”. “Bueno mija, - le contesta Juan con gran circunspección - creo que el sueño te salió perfecto, no es, como te imaginaras el alacrán, pero si es el alicate de Cadafe, porqué te están cortando la luz”. Este relato, me lo certificó el amigo Henry “Nenerina” Hernández, de los allegados más dilectos de Juan Ruperto.
Todos los personajes y hechos que aquí cito, son reales, comprobables y forman parte de la historia menuda de la ciudad. Nos imponemos cierta censura, al no mencionar nombres de personas y empresas para no herir susceptibilidades de nulidades engreídas, evitar ser demandado ante los tribunales y no darle cabida a las tonterías de los censores de opereta. Empero, todo pertenece al reino de la realidad. Pregúntenle a Maicabares Berroterán que estuvo en muchos de esos eventos y cuando me los contaron los legitimó con grandes carcajadas. Poco a poco construimos la gran historia y contribuimos, humildemente, a conservar la memoria histórica de la ciudad.

sábado, diciembre 09, 2006

Personajes de mi pueblo: Anécdotas

El que tiene miedo de la pobreza
no es digno de ser rico

Voltaire.

Un hombre laborioso
Edgar Salazar, un solvente obrero del campo, compra un terreno en una zona aledaña al pintoresco, acogedor y simpático pueblo de Atapirire. Habla con el primo Cirilo Salazar para que se lo cuide, mientras hacía lo conducente, para ponerlo en producción. En un terreno vecino había una actividad intensa de deforestación y un día, el volcamiento de un tractor, ocasionó un grave accidente y el operador fue trasladado de urgencia al hospital General de El Tigre. En medio de la confusión que generan esos casos, unos vecinos de Edgar, vieron al herido y le observaron un gran parecido con Cirilo y en vista que estaba moribundo, alarmados, corrieron a avisarle a Edgar. Al contarle lo sucedido este sin inmutarse le dijo: “Gracias por avisarme, pero tengan la seguridad que ese no es mi primo Cirilo”. No, Edgar, si es, le repiten. Entonces Edgar, les replica sin inmutarse “Miren si me dicen que el accidente se provocó porque reventó el mecate de un chinchorro seguro que es Cirilo, pero, trabajando el campo y en un tractor imposible”. Efectivamente era un error. Ahora bien, lo que no entiendo, es la seguridad que tenía Edgar para saber que no era Cirilo. Seguramente Rafaelito Morales, que lo conoce bien les puede dar una mejor explicación. A mí que me registren.


Indio Civilizado
En una oportunidad, el productor agropecuario Félix Millán, contrata los servicios de un matrimonio para que le atiendan la finca que posee en la zona de los Yopales. Eran cinco en total, ya que tenían 3 hijos. Todo marchaba bien y hasta los huevos que ponían las gallinas del patio los recogían para entregárselos. Era un caso atípico, porque los que tienen fincas, saben que los mayordomos regularmente se comen no solo los huevos sino hasta las aves de corral. Un día le hicieron una exigencia. “Mire señor Félix queremos que en el mercadito que nos trae, nos incluya un cartón de huevos” Félix, les responde, miren, yo no tengo problemas, pero porque no dejan los que recogen en el patio y así les rinde más el mercado. Entonces, le dice el jefe del matrimonio: “Gracias señor Félix, lo que pasa es que a nosotros no nos gusta los huevos criollos” Indio civilizado es una vaina seria dijo para sus adentros y como la gente se portaba bien, pues los complació. Habéis visto semejante barbaridad Arcadio Guacarán, diría, En Cachipo no es así, ¿verdad?


El Millonario
Me cuenta Henry Ortiz que nuestro amigo Juan Ramírez, quien se desempeño por muchos años como obrero adscrito al departamento de Aseo Urbano Domiciliario de la Alcaldía, los fines de semana montaba una parranda familiar en su casa, donde además invitaba a un grupo de sus amigos y vecinos más cercanos. Entre copa y copa como dice la canción del eximio cantante mexicano Pedro Infante, siempre se le salía una de las suyas. A Rosita, su esposa, le decía en alta e inteligible voz: “Mira, Rosita, ya me tienes el estomago atrofiado. Todos los días me das de comer Langostinos, camarones, lomito strogonoff, pollo a la Kiev, bacalao a la vizcaína, Mero en salsa verde.
Mira, mira, mañana me vas a preparar unos espagueticos con sardina para variar”. Los amigos y vecinos que escuchaban aquello se quedaban boquiabiertos, cuando Rosita le contestaba: “No te preocupes mi amor, cuenta con eso”, pero no se atrevían a cometer una imprudencia. Limpio con cuatro palos encima, aparte de cobero, es millonario. Dígalo allí, amigo Juan.

Otra: Cuando Juan Ramírez estaba en esas ruedas de amigos, solía comentar que en una oportunidad, le llegó a la casa todo quejoso, apesadumbrado y bien preocupado su amigo Hernán Zabala, cuando lo vio, sabía que alguna dificultad grave estaba atravesando, por lo que se adelanto a preguntarle ¿Qué pasó, amigo Hernán, que lo trae por aquí? El hombre, en su gran preocupación, atina a contestarle, no, no amigo Juan, no se preocupe que yo pienso que usted también tiene sus problemas y no podrá resolver el mío. No se preocupe, amigo Hernán, diga y más nada que estoy para servirle. Entonces, Hernán se anima y le dice con voz entrecortada. “Mire, amigo Juan lo que pasa es que tengo una deuda de un millón de bolívares y me están amenazando con despojarme de mi casa” Juan Ramírez, le responde ipso facto, caramba, amigo Hernán ¿ese es el problema?, no se preocupe ya se lo resuelvo. “Rosita, dice en voz alta, anda al escaparate y del sencillito me traes un milloncito para solucionarle un problemita al amigo Hernán, que para eso están los amigos”. Y después dicen que ser rico es malo, ¡claro que es bueno! y tener amigos ricos tan obsequiosos, pareciera una bendición de Dios. Dígalo allí, compadre Hernán.

Al que le toca, le toca
José Prado es una leyenda viviente. Hijo de don Margarito Ramos, de niño venía frecuentemente al pueblo de El Tigre que estaba en su etapa embrionaria, alrededor del pozo petrolero Oficina Nº 1. Lo visitó en su casa con la intención de conversar con él para escribir sus experiencias, vivencias y hurgar en su memoria momentos estelares de nuestra ciudad que nació de manera aluvional y que tiene acertadamente como fecha referencial de su fundación el 23 de febrero de 1933. De entrada me dice. “Que va “Cheo” con mi edad y esos 7 ACV que me han dado me es difícil recordar. Mira yo me acordaba de todo, pero ahora prácticamente se borró la cinta” Ok. Le digo, me quedo conversando un buen rato con él y cuando ya me voy a despedir me dice sonriente. Mira, “Cheo” imagínate si la vaina es tan grave que hace poco vino de Valencia Edgar Prado (Su hijo mayor) y me dijo en son de chanza, “Mira vale tú, como que no te quieres morir, vamos a tener que enterrarte vivo” Ante la graciosa salida, soltó la carcajada y le dijo: “es que todavía no me toca”.

Usted llegó así
El compadre José Rodríguez me cuenta que en una oportunidad estaba disfrutando de un escocés en la barra del desaparecido bar “Mi Balconcito” cuando, sorpresivamente llega Arturito Salazar y le ordena al barman que para ese entonces era Sergio “Déme un brandy doble” y tan pronto se lo sirvieron lo agarró y tomó de un solo trago. Obviamente lo sacudió y cuando agarró aire de nuevo se dirigió a Sergio y le dijo: “Carajo, ese trago, como que me echo a perder el cuerpo” El barman reaccionó rápido y le contestó. “Déjese de vaina, usted llegó aquí, con su cuerpo echado a perder” Eso evitaba malos entendidos y hasta una posible demanda. Testigos había y la cuestión no paso a mayores.
Unas las viví, otras me las contaron. Todas son verídicas y como son vivencias de la juventud y personajes que de alguna u otra manera, a pesar de no poseer bienes de fortuna, con sus pequeñas historias enriquecen el acervo histórico de la ciudad, se las cuento y de esa manera conservamos presente en la memoria, el rico historial anecdótico de nuestra gente. Eso creo, nos da identidad propia en la diversidad étnica, cultural y económica que atesora la grandiosa geografía de nuestro estado Anzoátegui. Nunca han tenido miedo de la pobreza, la viven con honradez y con unas ganas inmensas de ser dignos de riquezas materiales, espiritual les sobra. “Ser rico es malo”, yo te aviso chirulí, diría José Isabel Arismendi, el popular “Chabelo”.

sábado, diciembre 02, 2006

Personajes de mi pueblo: Eustoquio “Bigote” López

“La verdadera grandeza es la del hombre que
se educa en medio del trabajo y de la virtud”

Laboulaye.
Los que fuimos admiradores de Eustoquio “Bigote” López y ahora tenemos el privilegio de gozar de su amistad, quizás no conocíamos otra faceta de este extraordinario pelotero amateur, que hizo historia en los terrenos de juego por más de 30 años en el béisbol, tanto en el rol de jugador, como en el de estratega, que condujo a “Los Criollos BBC” en la categoría AA; a obtener su primer banderín en el estado. Todos hablamos de la parte deportiva y nunca tocamos una parte humana que me contó, y que, en el marco de mis limitaciones narrativas, intentaré transmitírselas ya que no solo es su pequeña historia personal sino también una parte de la historia de nuestra querida ciudad que nació de manera aluvional, al calor de la industria petrolera un 23 de febrero de 1933 y la cual escogió para vivir y se sembró para el resto de sus días. Uno no escoge donde nacer, pero si escoge donde vivir.

El mismo año que sabiamente se escogió como referencia para la fundación de El Tigre, un 2 de noviembre, viene al mundo en Río Caribe Eustoquio “Bigote” López, donde vivió su niñez y curso estudios de primaria en la escuela “José Silverio González” hasta 5to. grado, cuando abandonó a la edad de 16 años para venir a El Tigre en 1949 y emplearse como obrero artesanal, en el ramo de la zapatería en una pequeña fábrica que poseía su paisano Emiliano Vaca, quien fue el primer zapatero que tuvo la ciudad. Durante esos 2 años de arduo trabajo, dedicado al ramo de “Calzado de banca” , en sus ratos libres practicaba béisbol a mutuo propio, en los terrenos que hoy ocupan el colegio “Divino Maestro” y La Plaza Bolívar, que eran unos peladeros, según sus propias palabras, cuando tuvo que regresar a su tierra natal para arreglar su libreta militar, tramite que le llevó 6 meses, tiempo que aprovecho para incursionar en la actividad marinera para obtener también la cédula marina que era requisito indispensable para logar empleo en la industria petrolera zuliana, donde tenía oferta de empleo. Eran tiempos duros y para sobrevivir había que evaluar varias opciones y aventurarse a la buena de Dios.

En el corto periodo que tuvo como marinero, recuerda que viajaban en un peñero de 3 toneladas cargado de aguacate desde Río Caribe hasta Margarita, pasando por Puerto La Cruz y con lo que obtenían de la venta, compraban pescado salado que distribuían en todo el estado Sucre. Una vez obtenida la cédula marina y con su registro militar en regla le ofrecen la opción de irse a Maracaibo, para trabajar el ramo de la zapatería, pero no acepta, porque los viva la pepa que los contrataban, aspiraban darles un trato de esclavos, vale decir, ellos trabajaban y los tipos cobraban y los arreglaban como peones de fábrica. Regresó a El Tigre y se reincorporó a su trabajo en la fábrica de zapatos con su paisano Emiliano Vaca, conoce al Bolivarense Félix Arvelaez, que también trabajaba la banca y hacen llave en la actividad. Les entregaban la medida, ellos picaban, cortaban, cocían y el calzado era hecho totalmente a mano. Con tacón o suela corrida. Todos hechos por encargo. Al gusto y la medida del cliente.

Una vez desaparecido Emiliano Vaca, el margariteño Cesar González que venía regularmente a El Tigre a vender zapatos, instala en la calle Bolívar La zapatería “Victoria” y contrata a “Bigote” López y Félix Arvelaez para que le hicieran los zapatos que los vecinos le encargaban. Trabajaban a tiempo completo y fabricaban 4 pares de zapatos diarios, cada uno. Eso les reportaba Bs. 40 al día, que para la época era una buena entrada. Fueron 4 años en esa actividad, hasta que más o menos el año 1956, llega el recordado Evans Mac Gregor e introdujo la máquina de coser el calzado. Con esa técnica abarató el costo del producto terminado, Cesar González abandonó el negocio. Ellos continuaron la actividad contratados por Evans Mac Gregor, a quien le entregaban el calzado zurcido y este le daba un mateo en la maquina. Evans Mac Gregor se convirtió en el Rey del calzado en la ciudad, hasta que introdujeron en el mercado el calzado pegado y el que venía claveteado. Era de menor calidad, pero innovación al fin, se impuso en el mercado. Eran los nuevos avances que iban surgiendo y marcando la pauta en el vestir de las damas y caballeros de la ciudad.

Evans Mac Gregor nunca abandonó la actividad, cuenta “Bigote” López, dedicándose a la fabricación del calzado por encargo y a la reparación. Mucha gente de la ciudad que estaba en pleno crecimiento, seguían teniendo predilección por el calzado artesanal y hecho a mano. Encargaban preferentemente el famoso calzado blanco y negro que estuvo de moda en década del 50 y parte del 60. También era muy popular el zapato tacón cubano y esos modelos especiales, eran “Made in El Tigre”. Una anécdota del “Zapato de banca” como le decían al trabajo que desplegaban los artesanos del calzado sucedió cuando introdujeron el zapato “Maquero” o sea un calzado que fabricaban en el Maco una pintoresca zona de la Isla de Margarita, de gente muy laboriosa que hacían una labor de filigrana para producir un zapato de mucha calidad. Los calzados eran muy elegantes, excelentes, bien elaborados, mejor bien terminados, con acabados de primera, pero crujían mucho y delataba al que los usaba desde lejos. Ese característico ruido que producían indujo a los echadores de broma cuando escuchaban el ruido a comentar irónicamente “ese tipo carga unos zapatos fiados” Además, cuando alguien comenzaba a quejarse porque le iba mal, le decían “cruje más que un zapato maquero” Eran chistes de la época.

Conste que cuando fui a conversar con el amigo Eustoquio “Bigote” López, la intención hacer una reseña acerca de su larga, fructífera y distinguida carrera como jugador de béisbol, pero cuando le pregunte las razones que lo trajeron a El Tigre, surgió esta historia inédita, creo, acerca de la evolución de la industria del calzado en la ciudad. Le comente, que dejábamos para otra oportunidad su faceta más conocida que es la deportiva e iba a publicar esta, que me pareció interesantísima ya que de esa manera le refrescábamos la memoria a mucha gente de esos tiempos que completaban sus elegantes pintas con zapatos hechos a mano y disfrutaban de hallaca a real, pepsi cola a medio y cervecita a tres lochas y también contribuíamos a conservar la memoria histórica de la ciudad. Gustosamente aceptó y me dijo que lo llamara con tiempo ya que está viajando mucho a pueblo natal Río Caribe, dónde mantiene una sociedad con unos amigos para distribuir pescado fresco y salado que le provee algunos ingresos que le permiten sobrevivirle al proceso. No es mucho, pero le sirven para vivir con muchas limitaciones en el marco de la dignidad, como aspira todo padre de familia que durante su existencia ha llevado una vida honesta, seria y responsable.

Empero, es importante destacar que Eustoquio “Bigote” López, está felizmente casado desde el año 1953, con su paisana Carmen Sánchez, a la cual había conocido desde muchacho en Río Caribe, la había cortejado, pero como se vino a El Tigre eso quedó en suspenso. La suerte lo acompaño cuando su hermano Miguel “El Pelón” López, contrajo nupcias con una hermana y fijó residencia aquí y Carmen venía a visitar regularmente a la hermana. Las oportunidades las pintan calvas, dijo para sus adentros, aprovecho esas circunstancias y concretó lo que había dejado inconcluso desde muy chamo en su lar nativo. “Bigote” tiene 3 hijos varones. Melvin, Orlando y Edgar. Una hembra, la Licenciada en educación, Yajaira que hasta ahora le han traído al mundo 6 nietos y el rancho ardiendo. Eso lo dice con una sonrisa picarona en el rostro. Tiempo para ver crecer y formarse estos nietos que tiene, porque goza de buena salud y aspira tener tiempo para ver otros nietos y bisnietos. Díos le conserve su salud y le de larga vida como es la aspiración de su núcleo familiar y quienes somos su amigos.

Eustoquio “Bigote” López Trabajó el calzado de banca con éxito, pero dónde nunca jugó banca fue en el béisbol amateur. Un pelotero indispensable en el campo de juego con el equipo que lo tuviese en el roster. En su tiempo era fijo en el line up y un terror con el bate para el equipo contrario. Tanto en la banca para fabricar calzados, como cuando saltaba al terreno de juego desde la banca como jugador o manager fue un profesional brillante. Una característica que lo distingue: La que posee junto al excelente pitcher cubano Luís Tiant. Los gruesos y largos bigotes que forman parte de sus personalidades. Por ahora, lo dejamos hasta aquí, con el compromiso de continuarla, donde destacaremos su actividad en la Industria Petrolera, de la cual lamentablemente no obtuvo jubilación como mucha gente cree y por supuesto su brillante carrera como jugador y estratega del béisbol amateur. Todo un señor del béisbol.
Todos tenemos nuestra pequeña historia. Eustoquio “Bigote” López posee una larga y dilatada trayectoria indisolublemente ligada a la historia de nuestra querida ciudad, educado en medio del trabajo y de la virtud que lo enaltece y engrandece. Creo que su transito por la vida, a pesar de las adversidades, tiene un balance bien positivo, por lo que tengo la certeza que vale la pena que la divulguemos para conservar la memoria histórica de El Tigre.