miércoles, mayo 31, 2006

Personajes de mi pueblo: Pedro Marrero Hernández

“La potencia intelectual de un hombre se mide por
la dosis de humor que es capaz de utilizar”
Friedrich Nietzsche.
En una oportunidad el periodista Pedro Marrero Hernández, escribió una nota en Antorcha donde dejaba al descubierto la desprotección presupuestaria que vivía el entonces CTPJ, la antigua PTJ. Decía el fallecido amigo que era tan caótica la situación, desde el punto de vista financiero, que los detectives, habían olvidado sus conocimientos detectivescos y se habían convertido en unos expertos mecánicos, reparando los 2 vehículos bien deteriorados con que contaban.

Esa nota produjo una rápida, fuerte y agresiva replica del jefe de la CTPJ, dejando claro que sus funcionarios eran, son y seguirían siendo expertos profesionales de la función policial especializados en las tareas detectivescas y que nunca habían cambiado su profesión por la también respetable profesión de la mecánica.

El Tigre, en ese momento era un pueblo bucólico, todas esas informaciones eran materia del debate diario entre los habitantes, que con conocimiento exacto de lo que sucedía, era difícil dejaran meter un strike por un comunicador social. Todos moscas, pues.

En la bomba “Levante” de don Pedro Manuel Vásquez, siempre había un grupo que se reunía a hablar de lo humano y lo divino, de pronto salió a relucir la información y la replica. Unos opinaban que Pedro Marrero tenía razón y otros que no. Lo total fue que en medio de la acalorada discusión salto el negro Brito y dijo: Bueno, chico eso es verdad, esos carros están destartalados y los PTJ viven reparándolos ellos mismos, pero también es verdad que a Pedro Marrero se le paso la mano, y dirigiéndose a José Danilo Salcedo, le solicitó su opinión en tono impositivo: ¿No es así Danilo? A lo que este respondió, con la parquedad que lo caracterizaba, con otra pregunta ¿Bueno, chicos, cuando ustedes han visto periódico en blanco que se venda? Y a renglón seguido adicionó: Ya los bodegueros estuviesen ricos y se marchó. No lo entendí. ¿Y Ud.?

….. 0 …..

Pedro Marrero Hernández, compartió por espacio de un año, con José Luís Tineo López el programa de opinión “Mano a Mano con el Pueblo” que trasmitían, a través, de Radio Guanipa. En ese espacio, que si no me equivoco era pionero en su género en la Mesa de Guanipa, echaba a volar su chispa criolla. Iniciaba recomendando el menú para los desheredados, como hoy llama la revolución a los pobres. Sardina con espagueti a unos, y a otros, espagueti con sardina, según fuese el gusto de los comensales. No lo entendían, pero bastante degustamos ese exquisito plato criollo. En la cuarta porqué en la quinta, ya no hay sardinas y el espagueti está por las nubes. ¡Que vaina! Exclamaría, Pedro.

Cuando en ese programa de opinión le tocaba criticar a algún gobernante del partido del pueblo, primero reconocía, con toda la honestidad del caso, que era adeco, hacía la critica y concluía diciendo: conste, soy adeco, hasta cuando no sé, pero por ahora, soy adeco. Creo sin temor a equívocos que murió siendo leal a su militancia en Acción Democrática, desde donde adelantó y desarrollo su larga lucha gremial, pero como buen profesional del periodismo, estaba obligado a ser ecuánime, siempre lo fue y en ese comportamiento equilibrado, objetivo e imparcial es un ejemplo para las generaciones presentes y futuras.

….. 0 …..

El fallecido amigo Pedro Marrero Hernández, era un fumador compulsivo, bebedor consuetudinario, buen conversador y eximio contador de chistes, pero había un detalle: su ingesta alcohólica era alta y la de alimentos casi nula. Eso le fue deteriorando la salud y su fortaleza física. En una de esas parrandas fuertes el cuerpo no le respondió y le sobrevino un fuerte vahído. Hubo necesidad de internarlo en una clínica y ante la sospecha de algo grave, fue trasladado a el hospital de la entonces Meneven a Guaraguao. Estuvo recluido varios días y en ese ínterin, fuimos muchos los amigos, que preocupados por su salud, viajamos a la zona norte a visitarlo y a expresarle nuestro cariño, afecto y palabra de aliento.

Pedro Marrero era, para el momento un periodista de larga y dilatada trayectoria profesional y gremial, lo que le había granjeado la admiración, el cariño y el afecto de casi todo el gremio a nivel nacional y en especial en el estado Anzoátegui. En sus días de convalecencia, lo visitó su amigo, el periodista J. R. Hernández y le hizo una entrevista con la intención de que la gente se enterara que había pasado el peligro, había mejorado ostensiblemente y que pronto estaría al frente de sus responsabilidades periodísticas.

En esa entrevista le pregunta ¿Pedro, chico, dime que fue lo que te sucedió? Y este le contesta con la jocosidad que le era característica: Me abandonaron mis mejores amigos. ¿Y cuales son esos? Bueno, chico, el señor Belmont y el viejito Parr. Tampoco lo entendí ¿Y Ud.?

….. 0 …..

Pedro Marrero Hernández poseía una gran inteligencia, era un intelectual que combinaba su sabiduría periodística con el fino humor. Dejo una huella profunda en el periodismo nacional, en el estado Anzoátegui y especialmente en la zona sur. Cuando laboraba en Antorcha, logró, con su buen talante, don de gente, amigo a carta cabal, espíritu dicharachero y parrandero de mil caminos, granjearse una gran legión de amigos que siempre lo recordamos con el respeto, cariño y aprecio de siempre.

Pedro Marrero Hernández, siempre concluía su muy leída columna. “La huella de los días” con estás cortas, pero expresivas frases: ¡Y de no ser así! ¡Que vaina! Muchos amigos que lamentamos su ausencia física, podemos decir con él: ¡Que vaina! Te marchaste y todavía los días dejan profundas huellas como las que reflejabas en su extraordinaria columna. Amigo, por siempre.

sábado, mayo 27, 2006

Evolución histórica del IUTJAA

¿Qué otro regalo más grande y mejor se le puede ofrecer
a la República que la educación de nuestros jóvenes?
Cicerón.
El 9 de junio de 1978, a las 9 AM, se produce el hecho histórico más revolucionario en la Historia de El Tigre. Carlos Andrés Pérez Rodríguez, en su condición de Presidente de la República de Venezuela, dicta la clase magistral para dejar inaugurado el Instituto Universitario de Tecnología de El Tigre. En ese acto inolvidable se cristaliza uno de los sueños más preciados del profesor Juan Medina Lugo, Había logrado, en esa fecha, después de un Liceo Agropecuario, una casa de estudios universitarios de un alcance educativo de incalculables proporciones, no sólo para los habitantes de nuestra ciudad como sede, sino que le abría los brazos a toda la zona sur del estado Anzoátegui, la zona norte del estado Bolívar y en buena medida a los estudiantes de los también estados vecinos como Monagas y Guarico. Un acontecimiento sin precedentes y todavía inigualado, mucho menos superado por su importancia, que le ha dado un potente impulso al desarrollo, todavía incipiente de la Mesa de Guanipa. Nació el IUTET con su lema “Aprender haciendo” y sembrando la esperanza cierta a la juventud estudiosa de nuestra inmensa región.

El primer director de nuestra máxima casa de estudios fue el prof. Jesús Ruiz Luquez proveniente del Pedagógico de Barquisimeto, quien con sabiduría, sapiencia, experiencia y conocimiento exacto del reto que asumía, condujo las riendas de la institución durante sus exigentes 3 años iniciales. Luego, como consecuencia del cambio de gobierno, fue sustituido por el Zootecnista José Ángel Velásquez proveniente del núcleo de la UDO en Jusepín, ocupando el cargo por espacio de 2 años 9 meses, al cual renunció, para darle paso al prof. Pedro Hipólito Meléndez quien permaneció en el cargo un espacio de tiempo brevísimo, acorde con su estatura, decían en el IUTET. Solo ejerció el cargo 4 meses. Luego fue nombrado inmediatamente el prof. Maracucho Eddi Enrique García Chávez quien estuvo de director apenas año y medio, ya que ante la aprobación del cambio que había solicitado para el tecnológico de Ejidos, renunció en octubre del año 85 cuando fue nombrado para culminar su período de 3 años el Ing. Jesús Antonio González López.

En interesante destacar que el diseño curricular del IUTET fue concebido para que en su primera etapa el estudiante en 4 semestres obtuviera su titulo y como técnico se incorporará al mercado de trabajo y a la actividad productiva, luego podía continuar hasta el octavo semestre para optar al nivel de Tecnólogo y después a los 10 u once culminar su carrera larga. Empero, a pesar de las largas luchas estudiantiles, políticas, profesorales, de las fuerzas vivas, siempre con el profesor Medida Lugo, su fundador, liderando las acciones, ha sido, por ahora, imposible que autoricen mediante resolución presidencial el pase del IUTET a la categoría de Politécnico. Eso por supuesto, no ha detenido la evolución de la institución que en octubre del año 1989, en el marco de la celebración del bicentenario del nacimiento del héroe epónimo del estado, mediante decreto presidencial del entonces primer magistrado nacional el Dr. Jaime Lusinchi se le distinguió honrosamente con el nombre de “Instituto Universitario de Tecnología José Antonio Anzoátegui” para orgullo del gentilicio de la zona sur. En el año 87, para recuperar competitividad con otras instituciones de su mismo rango y nivel, pero que ofrecían mayor diversidad de opciones, alargó la carrera de 4 a 6 semestres y diversificó las opciones para los estudiantes.

Desde el año 87 surge una nueva etapa del IUTJAA. En la especialidad de Administración se ofrecen las menciones de Administración Comercial y Contaduría. En la especialidad de Mecánica: Fabricación Mecánica. En la de Química: Procesos Químicos. Ambas más especificas ya que antes eran genéricas. En la de Agropecuaria: Producción animal, producción vegetal y se espera por la aprobación de saneamiento ambiental para colocar la institución como líder en materia ecológica en la zona. En mayo de 1989 abre su primera extensión en la importante ciudad de Pariaguán bajo la coordinación del Ing. Oswaldo Parra Coa y ofrece a los estudiantes de la zona las especialidades de Agropecuaria y Administración. En octubre de ese mismo año se pone en funcionamiento la extensión en la ciudad más próspera del centro del estado, Anaco, que coordinó el profesor Marcial Sánchez, para ofrecer las especialidades de Administración y electromecánica. Todos estos cambios fueron impulsados y dirigidos durante la gestión del Ing. Jesús González quien estuvo 5 años al frente de la institución, ya que le correspondió culminar el período del prof. Eddi García Chávez, y continuar los 3 que le fueron conferidos cuando fue ratificado para el cargo al culminar el tiempo legal del renunciante.

Vencido el mandato del Ing. Jesús Antonio González López, el 2 de febrero de 1990 es nombrado el profesor de biología Hamlet Mata Mata. En ese período la demanda de la comunidad universitaria para la democratización de la institución se acrecentaba. El ME había autorizado elecciones para elegir autoridades en varios colegios e institutos universitarios y no autorizaba el del IUTJAA, lo que creo un profundo malestar e impulsó a un grupo de profesores a organizar elecciones, sin el visto bueno del ME. No fueron legales, pero fueron realizadas, sembrando el germen democrático en la elección de los directivos de la institución por voluntad de la comunidad universitaria. En ese proceso, el profesor Hamlet Mata Mata venció ampliamente al Ing. Nemesio Villalobos obteniendo más del 80% de los votos. Desconocidos esos resultados el ME, mediante resolución presidencial del 2 de febrero del 1993, nombró como directora a la profesora Enilda Coromoto Lugo de Milá de La Roca (sic) para los 3 años siguientes, pero alargó su mandato por un año más correspondiéndole organizar las primeras elecciones democráticas para elegir las autoridades de la institución.

Con la debida autorización del ME, la publicación de un reglamento electoral que contemplaba un sistema mixto, donde el voto de los profesores valían 100% y 33 votos estudiantiles tenían el valor de un voto profesoral; aclaradas las reglas del juego y garantizada la igualdad de oportunidades se presentaron las candidaturas del Lic. Héctor Enrique Cordero Rodríguez como aspirante y la de la profesora Enilda Coromoto Lugo de Milá de La Roca (sic) a la reelección. Una vez realizada la elección, sin maquinitas, en el escrutinio manual de los votos y hechos los cálculos respectivos de los votos ponderados resultó, en una reñida competencia, favorecido el Lic. Héctor Enrique Cordero Rodríguez quien asumió la dirección de la institución hasta el año 2000 cuando venció su período y es reemplazado “democráticamente” en el marco de la democracia “participativa y protagónica” por el profesor Rubén Darío Pineda que es trasladado del estado Trujillo liderando una Comisión para la Modernización y Transformación del IUTJAA. La comunidad universitaria esperaba que esa comisión fuese provisional y transitoria, para retornar al sistema democrático que ya tenía un precedente exitoso y no resultó de esa manera, cuando de nuevo le madrugaron a la familia de la institución, “participándole” que se nombraba una nueva comisión para iguales fines liderada por la profesora Mirtha Elena Acuña que permaneció en el cargo por 2 años, hasta que le “participaron” que se nombraba, por igual método “participativo y protagónico” una nueva comisión de idéntica misión encabezada por su asesor principal y profesor jubilado Ing. Nemesio Villalobos, quién es acechado, atacado y desestabilizado constantemente por sus compatriotas de la revolución, no para que convoque elecciones democráticas, sino para que los impongan como nuevos directivos y evitar someterse a la voluntad soberana de la comunidad universitaria que es la depositaria originaria del verdadero poder en la institución.

Dejo expresa constancia que la apretada síntesis que desarrollo en esta humilde columna acerca de evolución histórica del IUTJAA, no es una crónica, ni pretende serlo. Es una contribución muy modesta para que, los eximios conocedores e investigadores de la historia, cuenten con datos confiables que les permita hilvanar con excelencia académica una historia exacta del pasado reciente de El Tigre, y podamos incluir para su conservación en la memoria histórica de la ciudad un hecho y una realidad tan trascendental, importante y revolucionaria como es el IUTJAA desde su fundación el 9 de junio del 1978 hasta nuestros días.

En la ubérrima Mesa de Guanipa, está sembrada la planta física primaria de nuestra máxima casa de estudios, exactamente en el área geográfica del municipio Simón Rodríguez, esperando su elevación a Politécnico e irradiando la luz del saber más allá de nuestra área geográfica. Pariaguán, Anaco y desde el 2005 en Barcelona donde funciona una extensión, coordinada por la profesora Riolama Bastidas, que ofrece a los estudiantes de la conurbación de la zona norte las especialidades de enfermería, informática y administración. Son pruebas fehacientes de que nuestra institución evoluciona positivamente y ya es referencia nacional en el nivel universitario. Lo dijo el poeta: “Caminante no hay camino se hace camino al andar” 28 años no es nada, apenas da sus primeros pasos y en su andar seguirá escribiendo las más bellas paginas de la historia universitaria de la ciudad y su entorno cercano.
Entre los mejores regalos que la juventud estudiosa de El Tigre recibió, de los innumerables que les obsequiaron en materia educativa los gobiernos de la cuarta república, indiscutiblemente está el IUTJAA. El regalo de la revolución es elevarlo a tecnológico y devolverle sus procesos democráticos para que la comunidad universitaria elija sus autoridades. Es lo realmente participativo, protagónico y revolucionario. Nunca es tarde. Esperemos que sea más temprano que lo que uno piensa y no lo tarde que pareciera la ya larga espera. La juventud estudiosa de la mesa de Guanipa aspira con ansiedad ese maravilloso regalo. El que lo haga realidad, se embarcará en un puesto privilegiado que el tren de la historia de la ciudad le tiene reservado a quienes con sus ejecutorias, obras, acciones y visión de futuro, impulsen su extraordinario potencial educativo, social y económico. Tienen el poder, los recursos y todas las posibilidades. ¿Qué esperan? Háganlo y todos al unísono diremos: Dios y la patria os premie.

viernes, mayo 19, 2006

La revolución del gas

“La propiedad tiene sus obligaciones
como también sus derechos”

T. Drummond.

Ahora el gas está de moda. En Bolivia, Evo Morales lo nacionalizó creando un cisma en la región. Nuestro presidente fanfarronea en la comarca por la riqueza gasífera que poseemos. Tiene un faraónico proyecto para un megagasoducto de 8.000 Km. que atravesaría la selva Amazónica desde el Caribe hasta la Patagonia. Tenemos gas en cantidades ilimitadas. Podemos suplir al mundo. La generosidad y solidaridad infinita del líder de este proceso de cambio que cambiará el universo, lo impulsa a prometer que lo vamos a compartir con nuestros hermanos del globo terráqueo, prioritariamente con los de América del Sur. Eso per se no es malo, lo realmente fatal es que no se piense primero en la casa. Gas para los pueblos que lo poseen y luego para los pueblos hermanos. Una pequeña red de gas directo para los pueblos de Venezuela y luego, bueno, repartimos. Está revolución actúa al revés. Luz para la calle y oscuridad para la casa.

Viene a mi memoria, que entre el 30 de abril de 1988 al mismo día del 1989 luchamos férreamente para que a nuestra ciudad se le dotara de gas directo. Fuerzas del mal entronizadas en los círculos de poder en el partido del pueblo, se movieron sigilosamente y dieron el zarpazo. ¡Zas! Provocaron mi salida abrupta de la Presidencia Municipal, cerrando ese capitulo para beneficio de la rosca económica que se beneficia de la distribución y comercialización del gas. Eliminaron la posibilidad de que la gente gozara de ese importante servicio público y hasta el día de hoy, nadie se conduele de esta sufrida, expoliada y hasta saqueada ciudad. Gasoducto para el mundo y bombonas caras y hasta vacías para la casa. ¡Que vergüenza! Volveremos a la época de las topias, la leña y el tizón.

Un poco de historia: El 30 de octubre de 1954, bajo la Presidencia Municipal de Roberto Febres Cordero y el Síndico Procurador, capitán ® Santiago Flores, debidamente autorizados de acuerdo con el acta de la sesión celebrada el 27 – 10 – 1954, firmaron un contrato con la “Compañía Anónima Venezolana Distribuidora de Gas Natural, TIGASCO” donde le concedían a ésta Compañía, sus sucesores o causahabientes. “El derecho preferencial para instalar, erigir, extender y operar un sistema de instalaciones, tuberías, gaseoductos (sic) y todos los aparatos, estructuras, edificaciones conexas en las calles y bajo ellas, callejones y otras vías públicas de la ciudad de El Tigre, tal como es actualmente (1954) o como pueda extenderse en el futuro (2006), con el propósito de transportar, distribuir y vender gas a dicha ciudad, sus habitantes y público en general, para uso domestico, comercial e industrial o para cualesquiera otro uso que pueda presentarse o desarrollarse en el futuro” Monopolio total, pues. Tampoco nada ilícito. Todo legal y hasta con previsiones para el futuro.

Representaba a TIGASCO (Tigre Gas Compañía), su presidente para la época Ysidoro Celma. El documento fue autentificado bajo el Nº 80, folios del 9 al 13 de los libros adicionales de autentificaciones llevado por el Tribunal del Distrito Simón Rodríguez durante el año 1954, bajo la égida del juez Napoleón Guevara y el secretario Rafael Palermo. La duración del contrato era por 25 años prorrogable por períodos iguales y en las mismas condiciones, mientras la Compañía cumpla con sus términos. Pudiendo dicho contrato ser traspasado a otras personas o entidades comerciales que adquieran la Compañía, por venta o traspaso, comprometiéndose los adquirientes a cumplir debidamente con las mismas cláusulas establecidas en dicho contrato. Otras cláusulas del contrato prevén discusión de tarifas y otras exigencias, no menos importantes. Blindado el contrato para asegurar la distribución y extensión de la tubería de gas directo a toda la comunidad por los contratantes o quienes asumieran en su nombre el contrato de servicio. Cubiertos todos los intersticios jurídicos para que las autoridades no tuviesen problemas en el futuro a la hora de hacer cumplir el contrato.

Empero, hay algo que llama la atención. Nunca se habla de bombonas. Se habla de instalar tuberías tal como era la ciudad para el momento o como pueda extenderse en el futuro y los que ahora se esconden en que TIGASCO no existe, los contratantes fueron previsivos y dejaron expresamente consagrado que quien adquiriese la compañía por venta, traspaso se comprometía a cumplir con lo establecido en el contrato. No hay excusas que valga, tenemos derecho a gas directo y punto.

Es evidente que la compañía no ha cumplido. Dejaron la red de gas directo tal como era en 1954 e introdujeron la venta de la bendita bombona, que es un atraco, escasea y hasta vacía llega y no hay a quién reclamarle. La omisión de sucesivas administraciones municipales han permitiendo que hagan con la comercialización del gas lo que le ha venido en gana a la rosca financiera que lo maneja en detrimento del soberano que luce inerme ante un monstruo que le esquilma el presupuesto familiar y no tiene una autoridad municipal que haga valer sus derechos. ¿Cuál revolución? ¿Quién le pone el cascabel al gato? Pronto llegará el día en que existirá libertad para elegir y haremos justicia.

Las oportunidades las pintan calvas. Estamos sobre los gasíferos más grandes de América, en la zona donde todavía el excedente lo queman mechurríos y con un contrato que está fácil de demandar, rescindir para asumir el control de la comercialización, distribución del gas natural tal como lo establece la Ley Orgánica del Poder Público Municipal y algo más: rescatar las actuales instalaciones por daños y perjuicios e incumplimiento del contrato. Eso sí es revolucionario. Darle a Dios lo que es de Dios y gas directo al pueblo que lo merece. Díganlo y háganlo. Está de bombita, no de bombona.

Estamos en la era de la revolución del gas. No dejemos que el tren de la historia nos deje. Vamos a luchar por nuestro derecho a tener gas directo y luego diremos al unísono con el líder del proceso, o quien ocupe su lugar en el momento que esté consolidada y funcionando nuestra red de gas directo. ¡Viva la solidaridad! Gas, también, para nuestros hermanos del mundo. Poseemos grandes propiedades de gas y eso nos obliga, pero también nos concede derechos. Un rayito de luz para la casa, por favor.

También un poquito de historia para refrescarle la memoria a los desmemoriados y a los que se hacen los locos. Con una buena red de gas directo la ciudad, seguro, que cambia para siempre. Gas para los pueblos es la consigna o combustible barato, limpio y ecológico para los excluidos. Llegó, pues, el momento de la inclusión. No nos dejen por fuera. Es poco lo que nos deben y mucho lo que nos cuestan. Hablen y viajen menos y hagan más.

No es una crónica, es un pequeño relato, que aspiro ayude a conservar la memoria histórica de la ciudad, y a la vez demostrar el atraco de que hemos sido víctima hasta ahora, somos y seremos en el tiempo, hasta que las autoridades municipales asuman la responsabilidad de hacer justicia y colocar la cosas en su sitio desde el punto de vista legal. Por lo demás, es un mandato de la Ley Orgánica del Poder Público Municipal. No evadan, estamos en la época de la revolución del gas para los pueblo y nosotros somos pueblo. ¿O no?

viernes, mayo 12, 2006

Personajes de mi pueblo: Anecdotas

“A nadie se le dio
veneno en risa”
Félix Lope de Vega y Carpio.

1.-Cuenta el Prof. Edgar Brito que un día lo invita su colega Gonzalo López a unos traguitos, una parrillita y a escuchar buena música. Había que finiquitar algunas cosas y salen en el vehículo de Edgar. Después de comprar todo lo necesario para el convite, llegan a una estación de servicio para abastecerse de gasolina. Mientras el operador de la gasolinera hace su trabajo, se acerca un vendedor de discos compactos. Edgar revisa, escoge y compra un tree pack. Le pregunta a Gonzalo. ¿Negro tú tienes equipo de CD para escuchar estás melodías? El negro le responde, claro que sí, déjame ver, lee la carátula de los compac. Exclamando ¡Ah! Richard Clayderman, yo tengo dos CD de este señor, pero no me gusta como canta, tiene la voz como la de Ana Gabriel, muy ronca. Yo no lo entendí. ¿Y usted? Edgar me dice que tampoco.

2.-Llega la fecha del referéndum revocatorio. Gonzalo y Edgar salen temprano a ejercer el sagrado derecho al sufragio. Gonzalo se queda en el Centro de votación “Simón Rodríguez” y Edgar se marcha al Colegio “San Antonio” dónde le corresponde votar. Pasadas las 7 AM, cuando conversa con un grupo de amigos en la cola, se aparece Gonzalo echando chispas y dice, hay trampa. Edgar, sorprendido, le pregunta. Negro ¿porqué dices eso? Bueno chico, allá no se han instalado las mesas, hay problemas con unas benditas captahuellas y lo peor no aparezco en “la Nata” ¿Qué nata? le preguntan Edgar, confundido. Bueno chico, responde, la lista esa, dónde aparecen los nombres. ¡Ah! Será la data. Bueno esa vaina vale, tú entiendes. Yo no lo entendí. ¿Y usted? Edgar me dice que tampoco.

3.-El día 11 de abril renuncia el Presidente Chávez. El 12 hay una gran confusión y algunos irresponsables, arribistas, aventureros, vívala pepa y sin formación democrática, intentan asaltar los gobiernos locales. En medio de la confusión que se presentó en el Palacio Municipal de El Tigre, llega el negro Gonzalo y le pregunta al Chivo Martínez ¿Qué rollo hay aquí Chivo? Este le contesta muerto de la risa: Llegaste tarde, negro; ya yo asumí la dirección de deportes y volviste a quedar como la guayabera. Tampoco lo entendí ¿Y usted? El negro Gonzalo, creo que tampoco, aunque el Chivo Martínez hecho el yaguare, estaba como caimán en boca e’ caño.

4.-Don Jesús Ramón Meza, uno de los primeros habitantes que tuvo El Tigre, cuando veía a los parranderos consuetudinarios, ociosos y mala mañosos ya vislumbraba lo que seria la descomposición de la sociedad local en el tiempo. Por eso cuando algunos lugareños y amigos lo invitaban echarse los tragos y jugar dominó, dados, truco, ajilei, gallos o cualquier otro juego de envite y azar, les respondía con estos versos de su inspiración: “El que llegue a este lugar / puede darse por perdido / que si vicios no ha tenido / aquí los debe encontrar / primero empieza a jugar y después a tomar ron / y si no ha sido ladrón aquí se debe meter / porque encuentra quien le insista / en está tierra bendita / reina la mala intención” Palabras premonitorias. El general Dumas Meza Meza cuando quiere eludir una parranda recuerda los versos de su viejo, los recita de memoria en alta e inteligible voz y se retira. No es cobardía es tomando las previsiones del caso, porque de lo contrario se queda y después que se echa el primer trago, no hay quien le aguante la carrera. Ese si está entendible y sino que lo digan Oíto y el Chino Lira quienes acompañan a Dumas en sus parrandas desde temprana edad en la calle Ribas.
5.-Cipriano Barroso le da empleo en su cooperativa al popular Nenerina. Este eufórico, llega con las buenas nuevas a su esposa, está llena de regocijo le da un beso y le expresa. ¡Oye, que bien! ¿Y te darán cesta ticket? Bueno, no sé, responde Nenerina. Déjame consultar a Cipriano. Le repica y le pregunta. Mire compadre Cipriano, me dice Lilita que si gozaremos del beneficio de cesta ticket. Bueno, chico, tú eres loco, le responde Cipriano ¿Qué quieres tú el whisky o la cesta ticket? Nenerina, sin parpadear le dice, ok. Es que estaba confundido, déjalo sin efecto, voltea y con voz firme le dice a su esposa, no mi amor, no hay cesta ticket, pero haré el sacrificio de trabajar sin ese beneficio, porqué se trata de mi compadre Cipriano. Yo no lo entendí ¿Y usted? Creo que Lilita, tampoco, aunque creo que Maicabares Berroterán que me lo contó, sí lo entendió. Mucho gusto.

sábado, mayo 06, 2006

Personajes de mi pueblo: Samuel y Trino

“Argumentar con una persona que ha renunciado a la
lógica, es como dar medicina a un hombre muerto”
Thomas Paine.

Vecinos de la calle Falcón de Pueblo Ajuro Samuel González de 87 años, conocido popularmente como el viejo “Grillo” y Trino Tiapa de 81, ambos se criaron en las costas de río Caris aunque, Samuel nació en Costa de Pinar en las riveras del río Tigre exactamente en Corralito. Ambos bien lúcidos y llenos de vida. Estos personajes vieron, caminaron, transitaron y disfrutaron de la belleza de la Mesa de Guanipa en todo su esplendor cuando era un banco e’ sabana donde sólo divisaban chaparros, manteco y las matas de mastranto cuando pasaban con sus viejos por la carretera de Buey rumbo a Cantaura cargados a vender casabe, tela de moriche, papelón y chinchorros. Una semana duraba la travesía y recuerdan que cuando el río Guanipa estaba crecido los indígenas pasaban la carga en el hombro y la cabeza, para luego empujar el carro con dos bueyes nada más y recargarlo al otro lado. Eran carros artesanales de dos ruedas que tiraban 3 yuntas de buey y que servían de transporte para la mercancía en la época. Lento pero ecológico los vehículos de ese momento; los de hoy comen petróleo y expulsan veneno.

Un buen día cuando regresaban de uno de esos viajes de trabajo, cuenta Samuel González, observaron que en plena Mesa estaban descargando materiales y había una pequeña carpa. La curiosidad los impulsó a acercarse y allí conocieron a Mister Julio y Mister William quienes les explicaron la razón por la cual estaban pernoctando en el lugar. Estos americanos, asegura Samuel González fueron los primeros pobladores de esta inmensa Mesa de Guanipa. Lo dice con tal convicción y seguridad que no da margen para la duda. Es más dice, “nosotros veníamos a vender guarapo de caña a los primero obreros del Caris que contrataron para la limpieza y desmalezamiento del sitio donde perforaron el pozo y que nosotros le decíamos al taladro que luego se conoció como oficina 1, “El deri” Está tan seguro de lo que vivió Samuel González que “muchacho, recuerda con vivacidad, que se hizo amigo de ambos americanos y un día ellos le preguntaron por señas dónde se podían echar unos traguitos y el diligentemente, los llevó a Loma Bonita antes de llegar a lo que hoy se conoce como el Puente de la Ventazón, dónde Don Augusto Sifontes tenía una bodega bien surtida y vendía ron por palitos” No olvida tampoco que los dos recién llegados para llegar a la bodega se fueron detrás de los burros en su pick up abriendo pica y luego que se hicieron amigos del dueño del negocio, enamoraron las hijas y se casarón, las señoritas Petra y Aída”. Para que veas si conozco, me ratifica, bien serio. Particularmente le creo porque conozco de sus honestidad, seriedad, laboriosidad y origen humilde que vivió junto a su familia en las costas del río Caris.

Samuel recuerda que la primera casa que el vio fue la que construyeron unas muchachas (Genara y Delia) que llegaron de Cantaura en la esquina donde hoy está la Librería Txiki y luego construyó al frente la señora América Álvarez que venía de San Joaquín y tenía dos muchachas muy lindas. Quizá, dice Samuel lo que actualmente es la Calle Bolívar se llamó calle Cantaura porque las primeras que llegaron fueron esas muchachas que eran muy populares, venían de ese pueblo y se instalaron allí donde montaron un ventorrillo de comida y vendían empanadas, almuerzos, jugos y el cafecito mañanero. Era un sitio muy concurrido incluso por los americanos.

Samuel y Trino que venían permanentemente al “Deri” vieron como se fue formando la ciudad y guardan el recuerdo de que el primer soldador que llegó a la zona fue Don Jesús Subero cuando ya la cabria estaba armada, luego el lugar se fue llenando de Margariteños y uno que otro carupanero atraídos por la explotación petrolera que necesitaba de mano de obra y era –y sigue siendo – la mejor remunerada. Ellos dicen que los primeros médicos que llegaron fue el Dr. Keith que se instaló cerca de la calle Rivas en lo fue por mucho tiempo luego la casa de David Barrancas que es la esquina de la calle Héctor Villegas y el Dr. González Orsini que cobraban la consulta a domicilio en dos fuerte y uno en el consultorio. El Dr. González Orisini tenía de enfermero a “Goyo” Gutiérrez que iba en bicicleta a inyectar a los pacientes y cobraba un bolívar. Otro que se dedicó a esa profesión de manera independiente fue Don Julio Rodríguez que inyectaba a domicilio también y era el médico popular de los lugareños. No olvidan al Dr. Rebollo, oriundo de Tucupita, que aún cuando le instaló en lo que hoy es El Tigrito de vez en cuando y de cuando en vez se daba una vueltecita para atender pacientes en El Tigre.

Para Samuel y Trino que pateaban permanentemente la zona, los primeros comerciantes en instalarse fueron Don Alcibíades Cones y Pío Estanga y los que decidieron construir casas fueron Don Ramón Meza, Domingo Piamo, Margarito Ramos, Dimas La Rosa, José María Lira Reyes, Canacho Soto, Ramón Antonio Sotillo, Miguel Rodríguez y Rafael Antonio García, que construyó “La Casa del Pueblo y luego la Casa New York que era el sitio predilecto de los americanos y sus más cercanos colaboradores para montar sus parrandas con fino escoses. En el Hotel Manzanares de Doña Petra, consiguió su primer empleo Samuel como “Toero” porque igual hacia mandados como lavar platos y hasta arreglar habitaciones. En esa pasantía conoció al revolucionario, según sus palabras, Arévalo Cedeño conocido como el “El Rey de los Llanos” que a la caída de Gómez fue nombrado por el general Eleazar López Contreras como Presidente del estado Guárico y en un viaje a Guayana pernoctó en el hotel, acompañado de su séquito que viajaban en 3 autobuses armados con unos “Máuser” más largos que esperanza de pobre. Llegaron a las 5 AM reposaron, descasaron, se hicieron la toilet, comieron y se marcharon en la noche rumbo a Ciudad Bolívar. De Arévalo Cedeño en la época de Gómez se tejieron muchas historias, una dice que luchaba para derrocarlo, otra cuenta que más bien era aliado del Benemérito que lo utilizaba como agitador para crear un estado de guerra cada vez que la sociedad venezolana solicitaba elecciones y no hubiese condiciones para una cita electoral y el pueblo se olvidará de esas cosas, está ultima historia tenía su base de sustentación en el hecho de que nunca lo hicieron preso y llegaba a los hatos del Gómez vendía rebaños para financiar su gesta y mataba muchas reses para alimentar su tropa. Es más dice, Trino, había quien aseguraba que picaba los cables del telégrafo y se comunicaba con el general. Así son las cosas, Chivo Negro dixi.

Con la llegada del petroleo, aseguran Samuel y Trino, consiguieron remedio para la Nigua que tenía azotada a la gente que vivía en las costas del Caris. Había tanta Nigua que nadie se escapaba de tener al menos los pies, los codos y otras partes del cuerpo invadido por esas perversas chinchas. Eran tan numerosas que se pegaban en los chinchorros y cuando la gente se acostaba era presa fácil de ellas. Bueno, el cuento es que la gente para quitárselas metía las partes afectadas en el petróleo que se las mataba en el acto. Esa invasión de insectos era una tragedia hasta que el gobierno de Pérez Jiménez se fumigó por primera vez el país y acabaron con esas chinchas, pulgas, garrapatas etc, etc. Otra cosa que cuentan Samuel y Trino es que para esa época las mujeres no bebían aguardiente, eso era estaba reservado para los hombres, hasta que llegaron unas carupaneras muy alegres que rompieron la norma y se echaban palo parejo en la “Casa del Pueblo” dónde, por supuesto, conquistaban hombres y de esa manera ejercían el oficio más antiguo.
Son vivencias contadas por sus protagonistas, muy buenas para enriquecer el acervo histórico de nuestra ciudad. No son argumentos ilógicos, son producto del conocimiento exacto de lo que sucedió y que ellos, mozalbetes para la época, vivieron en toda su intensidad y ahora como adultos mayores, recuerdan con claridad meridiana y cuentan con mucha fruición, emoción y un dejo de nostalgia. Particularmente, creo que sus relatos tienen mucha lógica y más que rebatirlos hay que seguir hurgando en la fuente y confirmar las cosas para evitar equívocos con la formación y crecimiento aluvional de la ciudad al calor de la industria petrolera. Gracias a Dios todavía hay gente vivita y coleando que pueden dar fe de lo que ellos afirman, uno comparte y, por supuesto, respeta. Es cuestión de lógica.



martes, mayo 02, 2006

Personajes de mi pueblo: Barrio La Cruz – Fundadores

“Historia es, desde luego, exactamente lo sé escribió,
pero ignoramos si es exactamente lo que sucedió”
Enrique Jardiel Poncela.

En el año 1958, concluye en Venezuela la última dictadura del siglo XX. El pueblo de El Tigre tenía represado su crecimiento. El régimen para proteger las zonas aledañas a la industria petrolera que se había iniciado el 23 de febrero del año 1933, en La Mesa de Guanipa reprimía con ferocidad a quienes intentaban construir viviendas en las zonas restringidas. El Pueblo, ese animal indómito, ya a la fuerza y venciendo todas la represión del momento había consolidado parte de “Barrio Ajuro” hoy conocido como “Pueblo Ajuro” No permitían construir hacía la parte este y sólo existía el Kiosko de “Sampa”. Aprovechando el advenimiento de la democracia muchos se aventuraron a iniciar sus construcciones y es así, como invaden la parte Noroeste, surge La Urbanización 23 de enero, mejor conocida como “La Charneca” y también el barrio “La Cruz en el sector Este de “Pueblo Ajuro”. Primero la gente y después el oro negro, parecía la consigna del momento.

El primero que tuvo la audacia fue el “Chivo” Rafael Salazar que llegando de Atapirire, construyó en la parte trasera del kiosko de Sampa que ya lo había vendido a su cuñado Ramón Arraíz, luego, el hoy millonario, Miguel “Pijita” Hernández, fue más allá e inició una construcción en la esquina, que luego vendió a Doña María Luisa, esta era oriunda de Cachipo y conocida cariñosamente como la “Vieja del tabaco” por su adicción a los puros, que la concluyó y se mudó sin problemas. Quizá los gobiernos de transición que lideraron Wolgang Larrázabal Ugueto y el Dr. Edgar Sanabria ocupados en consolidar la democracia crearon muchos vacíos que permitieron a la gente aprovechar para también fortalecer sus nuevos espacios habitacionales. Inocentemente, pero impulsados por la necesidad de poseer vivienda propia, Rafael y Miguel abrieron el camino para la fundación del sector del barrio “La Cruz” que en principio se conoció como “Barrio loco” por las ocurrencias del “Negro Bolívar que a todos y a todo le ponía un apodo.

Luego de esas dos casas y viendo que las nuevas autoridades no oponían resistencia al crecimiento del sector, doña María Luisa construyó unas 4 casas más para sus hijas, llegó Benito Liendo el popular “Guinda Zorro” que venía del estado Sucre y construyó en la parte norte, lo propio hizo hacia la parte Sur Don Anselmo “El viejo” Abreu junto a su esposa Luz Mogollón y sucesivamente se instalaron Carlos Pérez y Valentina Solano que fue la familia más prolija de la nueva barriada. Luís Pulido instaló su bodeguita, Augusto Molero y Beatriz Guerra, Pablo Estanga y su esposa Petra Azocar que mataban cochino y eran conocidos como “Los morcilleros”, (morcillas divinas, por cierto), Vidal Mújica, trabajador de AVENSA para el momento y su esposa Lucrecia, doña María Betancourt, conocida como “María Cuchilla” porque para no tenía pelos en la lengua, para formarle una vaina a cualquiera, y su hermana Chepa, Josefa Barrios e hijos. Hasta dónde me alcanza la memoria ellos fueron los fundadores del barrio “La Cruz”.

En esa época estaban de moda los famosos bares populares. El local, una rockola, un frezeer, cerveza fría, cigarrillo, fósforo, las mesas de cuatro y las bellas mesoneras. Esa era la parafernalia para funcionar. En el barrio “La Cruz” hubo competencia entre los bares de las Marías. Uno el bar “María” y el otro “La Piedra”. Cervecita polar color ambar y uno que otro tercio, las bebidas, juegos de truco, dominó y los eternos enamorados de las chicas anfitrionas eran los protagonistas en ese tiempo de ensueño. Luego el “Negro” Mogollón aprovechando la afición por las bolas criollas y poseyendo la familia un excelente terreno fue, con la ayuda de Roberto Gómez como organizador de los campeonatos y el periodista amigo Pedro Emilio Rojas Vargas “PEJAS” que los promocionaba en las páginas deportivas de Antorcha, consolidando el “Club Mogollón” que se convirtió en la atracción por mucho tiempo, hasta su trágico y lamentable fallecimiento y hoy todavía funciona como un “Club hípico” sobreviviéndole a la inseguridad.

Muchas anécdotas cruzan por mi mente de esa maravillosa época en que se fundó y fue creciendo el viejo “Barrio Loco” hoy “Barrio La Cruz”, por cierto llamado así por la forma en que quedó con relación a la calle 5 de julio de “Pueblo Ajuro” en el sentido este – oeste. Era como dice el “Chivo” Rafael un montarascal y un cañaveral, Caña de la brava, que sirvió para enlatar las paredes de barro de las primeras casas que eran de bahareque y cuando en la calle principal que eran unos arenalones pasaba una noche oscura “El Negro Bolívar” invitaba a un grupo de chamos a recorrer la calle tocando perolas y a cantar para acentuar el nombre de que era un barrio loco. Eran juegos muy sanos del momento y que divertían no solo a los chicos sino también a los adultos por las ocurrencias del grupo liderado por “El Negro”. Sin temor a equívocos, puedo afirmar, que en esta pequeña síntesis está la génesis del barrio “La Cruz”. Ricardo Bolívar lo puede corroborar fehacientemente.

Capitulo aparte merece lo del servicio de agua. Había una tubería de la compañía petrolera que pasaba en la parte Este del nuevo barrio, más arriba de dónde hoy vive la familia Gámez, pero que era monte y culebra. Hubo necesidad de perforarla clandestinamente para traer una toma que no llegaba a lo que hoy es La Calle La Cruz. Varias veces la compañía reparó la tubería y dejaba a la gente sedienta, pero poco a poco, se fueron sensibilizando hasta que no molestaron más, eso fue aprovechado no sólo por los habitantes del nuevo barrio sino por los de la calle 5 de Julio de Barrio Ajuro para, con una tubería que le donaron a mi viejo José María Lira, traer la toma de agua hasta el patio de la casa de habitación de Ramón Arraiz de donde la cargamos en garrafas, garrafones, tobos, latas y cuanto recipiente tuviésemos a mano, hasta nuestras humildes viviendas. En esa pila de agua muchas disputas y peleas hubo, unas por llenar primero o por simple caprichos de los mayores que ponían a pelear por ociosidad a los más chamos. Era una época sana dónde las peleas no pasaban de unos escarceos físicos. El Negro Bolívar, tenía en Mauro Millán un gallito de pelea y estimulaba las trifulcas para ver quienes eran los más guapitos del sector. Luchas parejas y al final todos hermanos y amigos como buenos vecinos del vecindario.
Lucrecia, Rafael “Acurito” Betancourt, “Chano” Salazar, Canicio Barrios, “La India”, “Cheo”, “Golo” e Isabel Mogollón, Juan Betancourt, el viejo Salazar, el mayor Salazar, Juan “Pepén” Estanga y la negra Camucha que tiene un puesto de vender una exquisita comida criolla, en el mercado municipal, pueden dar fe, como segunda generación, de que por allí van bien orientados los tiros y esos fueron los fundadores. Yo lo escribo como una contribución para la conservación de la memoria histórica de mi ciudad, más ignoro si fue exactamente cómo sucedió. Los fundadores que todavía viven, gozan de buena salud y una mejor memoria, les acepto cualquier corrección para mejorar esta pequeña pero rica y valiosa historia. ¡Vale! Díganlo allí Chonga, Cheo y Poche que son los conserjes.