viernes, mayo 19, 2006

La revolución del gas

“La propiedad tiene sus obligaciones
como también sus derechos”

T. Drummond.

Ahora el gas está de moda. En Bolivia, Evo Morales lo nacionalizó creando un cisma en la región. Nuestro presidente fanfarronea en la comarca por la riqueza gasífera que poseemos. Tiene un faraónico proyecto para un megagasoducto de 8.000 Km. que atravesaría la selva Amazónica desde el Caribe hasta la Patagonia. Tenemos gas en cantidades ilimitadas. Podemos suplir al mundo. La generosidad y solidaridad infinita del líder de este proceso de cambio que cambiará el universo, lo impulsa a prometer que lo vamos a compartir con nuestros hermanos del globo terráqueo, prioritariamente con los de América del Sur. Eso per se no es malo, lo realmente fatal es que no se piense primero en la casa. Gas para los pueblos que lo poseen y luego para los pueblos hermanos. Una pequeña red de gas directo para los pueblos de Venezuela y luego, bueno, repartimos. Está revolución actúa al revés. Luz para la calle y oscuridad para la casa.

Viene a mi memoria, que entre el 30 de abril de 1988 al mismo día del 1989 luchamos férreamente para que a nuestra ciudad se le dotara de gas directo. Fuerzas del mal entronizadas en los círculos de poder en el partido del pueblo, se movieron sigilosamente y dieron el zarpazo. ¡Zas! Provocaron mi salida abrupta de la Presidencia Municipal, cerrando ese capitulo para beneficio de la rosca económica que se beneficia de la distribución y comercialización del gas. Eliminaron la posibilidad de que la gente gozara de ese importante servicio público y hasta el día de hoy, nadie se conduele de esta sufrida, expoliada y hasta saqueada ciudad. Gasoducto para el mundo y bombonas caras y hasta vacías para la casa. ¡Que vergüenza! Volveremos a la época de las topias, la leña y el tizón.

Un poco de historia: El 30 de octubre de 1954, bajo la Presidencia Municipal de Roberto Febres Cordero y el Síndico Procurador, capitán ® Santiago Flores, debidamente autorizados de acuerdo con el acta de la sesión celebrada el 27 – 10 – 1954, firmaron un contrato con la “Compañía Anónima Venezolana Distribuidora de Gas Natural, TIGASCO” donde le concedían a ésta Compañía, sus sucesores o causahabientes. “El derecho preferencial para instalar, erigir, extender y operar un sistema de instalaciones, tuberías, gaseoductos (sic) y todos los aparatos, estructuras, edificaciones conexas en las calles y bajo ellas, callejones y otras vías públicas de la ciudad de El Tigre, tal como es actualmente (1954) o como pueda extenderse en el futuro (2006), con el propósito de transportar, distribuir y vender gas a dicha ciudad, sus habitantes y público en general, para uso domestico, comercial e industrial o para cualesquiera otro uso que pueda presentarse o desarrollarse en el futuro” Monopolio total, pues. Tampoco nada ilícito. Todo legal y hasta con previsiones para el futuro.

Representaba a TIGASCO (Tigre Gas Compañía), su presidente para la época Ysidoro Celma. El documento fue autentificado bajo el Nº 80, folios del 9 al 13 de los libros adicionales de autentificaciones llevado por el Tribunal del Distrito Simón Rodríguez durante el año 1954, bajo la égida del juez Napoleón Guevara y el secretario Rafael Palermo. La duración del contrato era por 25 años prorrogable por períodos iguales y en las mismas condiciones, mientras la Compañía cumpla con sus términos. Pudiendo dicho contrato ser traspasado a otras personas o entidades comerciales que adquieran la Compañía, por venta o traspaso, comprometiéndose los adquirientes a cumplir debidamente con las mismas cláusulas establecidas en dicho contrato. Otras cláusulas del contrato prevén discusión de tarifas y otras exigencias, no menos importantes. Blindado el contrato para asegurar la distribución y extensión de la tubería de gas directo a toda la comunidad por los contratantes o quienes asumieran en su nombre el contrato de servicio. Cubiertos todos los intersticios jurídicos para que las autoridades no tuviesen problemas en el futuro a la hora de hacer cumplir el contrato.

Empero, hay algo que llama la atención. Nunca se habla de bombonas. Se habla de instalar tuberías tal como era la ciudad para el momento o como pueda extenderse en el futuro y los que ahora se esconden en que TIGASCO no existe, los contratantes fueron previsivos y dejaron expresamente consagrado que quien adquiriese la compañía por venta, traspaso se comprometía a cumplir con lo establecido en el contrato. No hay excusas que valga, tenemos derecho a gas directo y punto.

Es evidente que la compañía no ha cumplido. Dejaron la red de gas directo tal como era en 1954 e introdujeron la venta de la bendita bombona, que es un atraco, escasea y hasta vacía llega y no hay a quién reclamarle. La omisión de sucesivas administraciones municipales han permitiendo que hagan con la comercialización del gas lo que le ha venido en gana a la rosca financiera que lo maneja en detrimento del soberano que luce inerme ante un monstruo que le esquilma el presupuesto familiar y no tiene una autoridad municipal que haga valer sus derechos. ¿Cuál revolución? ¿Quién le pone el cascabel al gato? Pronto llegará el día en que existirá libertad para elegir y haremos justicia.

Las oportunidades las pintan calvas. Estamos sobre los gasíferos más grandes de América, en la zona donde todavía el excedente lo queman mechurríos y con un contrato que está fácil de demandar, rescindir para asumir el control de la comercialización, distribución del gas natural tal como lo establece la Ley Orgánica del Poder Público Municipal y algo más: rescatar las actuales instalaciones por daños y perjuicios e incumplimiento del contrato. Eso sí es revolucionario. Darle a Dios lo que es de Dios y gas directo al pueblo que lo merece. Díganlo y háganlo. Está de bombita, no de bombona.

Estamos en la era de la revolución del gas. No dejemos que el tren de la historia nos deje. Vamos a luchar por nuestro derecho a tener gas directo y luego diremos al unísono con el líder del proceso, o quien ocupe su lugar en el momento que esté consolidada y funcionando nuestra red de gas directo. ¡Viva la solidaridad! Gas, también, para nuestros hermanos del mundo. Poseemos grandes propiedades de gas y eso nos obliga, pero también nos concede derechos. Un rayito de luz para la casa, por favor.

También un poquito de historia para refrescarle la memoria a los desmemoriados y a los que se hacen los locos. Con una buena red de gas directo la ciudad, seguro, que cambia para siempre. Gas para los pueblos es la consigna o combustible barato, limpio y ecológico para los excluidos. Llegó, pues, el momento de la inclusión. No nos dejen por fuera. Es poco lo que nos deben y mucho lo que nos cuestan. Hablen y viajen menos y hagan más.

No es una crónica, es un pequeño relato, que aspiro ayude a conservar la memoria histórica de la ciudad, y a la vez demostrar el atraco de que hemos sido víctima hasta ahora, somos y seremos en el tiempo, hasta que las autoridades municipales asuman la responsabilidad de hacer justicia y colocar la cosas en su sitio desde el punto de vista legal. Por lo demás, es un mandato de la Ley Orgánica del Poder Público Municipal. No evadan, estamos en la época de la revolución del gas para los pueblo y nosotros somos pueblo. ¿O no?

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