miércoles, marzo 01, 2006

Personajes de mi pueblo: Anastelia Salazar

“La cosa más noble de la tierra
es una mujer perfecta”
Lowell.

Pueblo Ajuro fue la primera expansión del pueblo de El Tigre que se formó en el Casco Histórico y que es conocido popularmente como Casco viejo. Anastelia Salazar fue una de las primeras habitantes de este hoy populoso barrio. Nacida en el caserío Moquete en lo que llamaban el paso de Caldereño el 12 de febrero de 1926. A los 16 años salió de su hábitat natural para El Tigre, enamorada de quien a la postre fue su pareja hasta su lamentable y prematuro fallecimiento, José María Lira Reyes. Llegó a la calle Ribas dónde vivió por espacio de 2 años, luego fue a vivir 1 año en las cabeceras del río Caris en el lugar conocido como “La Curtiembre” en un fundo que había heredado su esposo. Dio a luz su primer hijo y como las condiciones en ese entonces y en esos lugares eran muy precarias lo perdió chiquito. No había médico ni enfermera, atendían los partos las llamadas comadronas o parteras que hacían milagros con su pericia innata y medicinas naturales. Era la Venezuela rural que salía del brutal, oscuro, represivo y dictatorial régimen Gomecista e iniciaba su camino a la modernidad.

Durante su estadía en El Tigre ya había conocido a Petra Manzanares que tenía el Hotel que llevó por nombre su apellido, también a Dima La Rosa, Los Piñero, Ramón Doroteo Barreto que había nacido en el paso el Guayabo del río Caris que llegó junto a su esposa Carmen Otilia Barco oriunda de El Chaparro. Cuando regresan de “La Curtiembre” alquilan una pieza en la casa del Sr. Apolinar Rondón que había construido cerca de la casa Nueva York. Es el inició de La Calle Brisas del Caris que ya se expandía por la parte oeste con la Falcón. Recuerda que en ese tiempo, estaban llegando atraídos por la actividad petrolera muchos margariteños, que alquilaban también por esos alrededores. Pasan 2 años en esa piecita hasta que José María construye la primera casa en lo que hoy es la esquina de la Calle Brisas del Caris con 5 de julio y donde ya existía una casa en La Calle Falcón que le era paralela y que posteriormente, hasta el día de hoy hace esquina con la 5 de julio dónde vivía el portugués Juan Núñez con su esposa Josefina Salazar. Actualmente es la casa de habitación del hijo mayor de Anastelia, Edgar Salazar y familia.

A pesar de la fragilidad de su memoria, doña Anastelia, recuerda cuando comenzaron a llegar los vecinos y construían, a pesar de la prohibición de hacerlo en esa zona dónde había un pozo petrolero. Don Eliseo Evans, su esposa Victoria Azocar, Don Pedro Marín y su esposa Aparicia, Yoel Pino y Carmen, Rafael Salazar y Ramona, famosa por los bollos, Rafael Gutiérrez y su esposa Angelina, Bartolo Cubero que era albañil y su esposa Anita García, Don Julio Rodríguez que era el que inyectaba, Samuel González el popular “Grillo”, Fernando Herrera que fue el constructor de casi todas las casas, el catire Meza y familia construyeron a juro, en contra de la voluntad de los burócratas de turno. De allí, el nombre del barrio. Fue construido a juro y se llama Pueblo Ajuro, hasta hoy. Hubo un tiempo en que el Sr. Eduardo Castillo dueño de la refresquería inició un movimiento para cambiarle el nombre por Urbanización Guaicaipuro y una poblada se opuso y le apedreó el negocio. Más nunca se hablo del asunto y creo que el sentido de pertenencia con relación a su nombre está tan sembrado en el alma de sus fundadores y actuales habitantes que dificulto quien se atreva a intentar cambiarle ese histórico nombre. Se los dice un puebloajureño de pura cepa.

Lo que es hoy La Gallera Arraiz fue en sus inicios un kioskito que construyó el papá de Héctor Luís Guevara, el popular “Sampa” quién siempre lo atendió hasta que lo vendió al portugués Juan Núñez, que luego se lo regaló a Josefina Salazar con quien tuvo una linda niña de nombre Fátima. Josefina que vivía arrimada en una casa de su cuñado Ramón Arraiz le cambió el kiosko por la casa y el negro Ramón continúo la actividad comercial en ese local, hasta hace poco tiempo cuando le arrendó una parte a un hijo de Samuel González “El Grillito” Oscar González que continúa en la misma actividad, otra parte a una hija de Lucrecia Salazar, la farmaceuta Leidy Salazar, que instaló la primera farmacia del sector con el nombre de su abuela y fundadora del barrio La Cruz, Maria Luisa Salazar, oriunda de Cachipo y la gallera a Rubén Salazar el popular “Perro Blanco” sobrino de Anastelia y quien los fines de semana la mantiene full. La esquina de Ramón Arraiz sigue vigente a pesar que el “Negro” Ramón está disfrutando el reposo del guerrero.

Ese Kiosko tiene una historia dice Anastelia Salazar. Fue la primera construcción que se hizo del otro lado de la carretera negra (Lo que hoy es la calle Brisas de Caris) y que abrió la brecha para la fundación del barrio “La Cruz” conocido como “Barrio Loco” por una ocurrencia del hijo mayor del Sr. Francisco “Pancho” Hernández y su señora Mercedes Bolívar, conocido como “El negro” Bolívar que lo bautizo con ese nombre, porque cuando comenzaron a poblar esa zona la gente según él, peleaba mucho. El caso es que en una oportunidad se desató una fuerte lluvia con tormenta eléctrica y cayó una centella en los tanques negros. La tapa de uno de los tanques voló y fue a caer cerca de “La Chicagua” Esa centella produjo un pavoroso incendió que consumió toda la maleza que abundaba en el área, consumió el kiosko y la candela llegó hasta la mitad de la carretera amenazando con pasar hacia las casas del barrio que para ese entonces, todas eran de baharaque y propensas a agarrar fuego rápido, eso causo terror en la gente y las impulso a actuar con rapidez para sofocar el incendio.

Nunca olvida Anastelia que en la desesperación todos ayudaban a apagar las llamas y doña Victoria Azocar que era creyente de cosas, blandía la falda corriendo de un lado a otro como loca con la falsa creencia de que con ese ritual alejaría la candela. Entre la fuerte lluvia y la actitud decidida de los vecinos vencieron el incendio y ahuyentaron el peligro. El Kiosko quedó reducido a cenizas. Había que reconstruirlo con la ayuda de todos por que “Sampa” había quedado en las tablas. Todos colaboraron y José María regalo todas las matas de “Caña Brava” que abundaban en el patio de la casa que servía para enlatar y levantar las casas de bahareque. Revivió el Kiosko y “Sampa” siguió su actividad, logró recuperarse, hasta que vendió al portugués.

Doña Anastelia Salazar procreó, crió, formó y educó, luego de su primera pérdida; 5 hijos Edgar José, Miguel Antonio, José María, Roberto Rafael y Omar Elías. Miguel y Omar lamentablemente fallecieron en la flor de la vida, pero les dejaron 5 retoños que junto a los demás nietos y bisnietos son su adoración y ellos le corresponden con una reciprocidad elevada a la enésima potencia. Para nosotros, sus hijos es la cosa más noble sobre la tierra. Es nuestra adoración. Ser hijos de la mujer más perfecta de la tierra es un privilegio. Edgar, Roberto y este humilde y empírico entrelazador de líneas, tenemos ese honroso privilegio. ¡Mayor felicidad! Imposible. ¡Viva Anastelia!

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