“Una anécdota de un hombre vale más
que un volumen de biografía”
Channing.
que un volumen de biografía”
Channing.
María no tiene:
En la década del 60, en El Tigre, había una indigente muy popular conocida como “María no tiene”. Ella siempre se ubicaba por los lados del Luchador donde lograba sobrevivir con la ayuda alimenticia que le brindaban los dueños de restaurante y una que otra ayuda monetaria de los transeúntes. El nombre le provino por el hecho de que la gente le gritaba “Epa, María no tiene. Ella respondía en alta e inteligible voz “¿María no tiene? se alzaba el camisón, se señalaba su parte intima y a renglón seguido gritaba ¿¡Y esto que está aquí!?” Pa’ que vos veáis diría el maracucho Alirio Gutiérrez.
El Dr. Cazorla y Pablito:
En los tiempos de la gran Venezuela se presentó un proceso inflacionario que, aunque incipiente en sus primeros tiempos, motivó al gobierno del presidente Pérez a impulsar la Ley de Protección al Consumidor, la cual aprobó diligentemente el soberano Congreso de la República. En ese momento, el estado no contaba con la burocracia profesional y mucho menos tenía dependencias en todo el territorio nacional. Ante tal disyuntiva, buscaron una vía expedita para que la ley se cumpliera, a tal efecto, comisionaron a los Síndicos Procuradores Municipales para que vigilaran su recta aplicación.
En todo el frente del edificio municipal, en el sitio donde hoy están las oficinas del SENIAT, funcionaba una fuente de soda, con restaurante anexo que se llamaba “La Carioca” que era atendido por un portugués. Un día Pablito Hernández, obrero municipal que siempre estuvo destacado en el edificio municipal fue como de costumbre a desayunar a ese negocio. ¡Sorpresa! El portugués había aumentado la empanada de un real a real y medio. Pablito montó en cólera, no compró y fue directo a la oficina del Dr. Graciliano Cazorla, síndico para ese entonces y le dijo: “Mire Doctor, ese portugués es un especulador le aumento medio a las empanadas sin autorización de nadie, hay que citarlo, multarlo y cerrarlo por pícaro” El Doctor Cazorla le contesta: Eso y más Pablito, hay que hacerlo quebrar. Pablito satisfecho, adiciona, lo merece. Entonces el Dr. Cazorla con su fina ironía le dice: “Mira Pablito, cuando llegues a tú casa, le cuentas a tú señora, le dices que haga empanadas, te ubicas frente a la Carioca, las vendes a real, para que tú veas que nadie le compra a ese portugués especulador y seguro que quiebra”.Mejor solución, imposible. Esa salida irónica del Dr. Cazorla, le quedó grabada para el resto de su vida en la mente de Pablito que siempre la contaba entre risas. Así son las cosas diría don Oscar Yánez.
Merlín y el negro Villarroel:
En los tiempos del presidente Jaime Lusinchi, desde el gobierno se promocionó la candidatura presidencial del Dr. Octavio Lepage quien ocupaba el Ministerio de Relaciones Interiores en contraposición a la de Carlos Andrés Pérez. Cuando abandonó ese importante cargo para dedicarse de lleno a la campaña, hicieron una despedida de tronío, donde estuvimos invitados todos los dirigentes del partido del pueblo del país. El profesor Ángel Antonio Merlín, encabezaba la delegación de El Tigre en su condición de Secretario de Organización. Llegamos al aeropuerto de Barcelona y el vuelo estaba retardado por efectos de una tormenta eléctrica. En esa larga espera, había lo que políticamente se conoce como el macolleo. En grupo estábamos el profesor José Luís Pérez, el Dr. Armando Armas Mogna, el Ing. Marcos Chacón, Jesús Rodríguez, el negro Villarroel y el profesor Merlín.
Todos emitían su opinión con respecto a las candidaturas y la balanza se inclinaba, a pesar de asistir a la despedida del Dr. Lepage, hacía la candidatura del gocho, pero nadie se atrevía en ese momento a decirlo abiertamente por razones obvias.En un momento de la conversación, el Negro Villarroel, presumiendo que el profesor Merlín estaba ya cuadrado con Pérez, lo ve fijamente y suelta esta perla “Nosotros vamos como observadores” No había dejado de soltar la frase cuando el profesor Merlín lo increpó “Mire, mire, hágame un favor, acláreme eso de nosotros, quienes somos nosotros” el negro villarroel todo cortado le responde “Cónchale profesor nosotros” Merlín, muy molesto le replica “No, compañero, no me meta en su paquete, a usted como que le encanta estar en la oposición, cuádrese con quien quiera y déjeme donde estoy y punto” Por salio y boca floja, comentaríamos luego entre risas. Perro viejo late echao, dicen en mi tierra.
En la década del 60, en El Tigre, había una indigente muy popular conocida como “María no tiene”. Ella siempre se ubicaba por los lados del Luchador donde lograba sobrevivir con la ayuda alimenticia que le brindaban los dueños de restaurante y una que otra ayuda monetaria de los transeúntes. El nombre le provino por el hecho de que la gente le gritaba “Epa, María no tiene. Ella respondía en alta e inteligible voz “¿María no tiene? se alzaba el camisón, se señalaba su parte intima y a renglón seguido gritaba ¿¡Y esto que está aquí!?” Pa’ que vos veáis diría el maracucho Alirio Gutiérrez.
El Dr. Cazorla y Pablito:
En los tiempos de la gran Venezuela se presentó un proceso inflacionario que, aunque incipiente en sus primeros tiempos, motivó al gobierno del presidente Pérez a impulsar la Ley de Protección al Consumidor, la cual aprobó diligentemente el soberano Congreso de la República. En ese momento, el estado no contaba con la burocracia profesional y mucho menos tenía dependencias en todo el territorio nacional. Ante tal disyuntiva, buscaron una vía expedita para que la ley se cumpliera, a tal efecto, comisionaron a los Síndicos Procuradores Municipales para que vigilaran su recta aplicación.
En todo el frente del edificio municipal, en el sitio donde hoy están las oficinas del SENIAT, funcionaba una fuente de soda, con restaurante anexo que se llamaba “La Carioca” que era atendido por un portugués. Un día Pablito Hernández, obrero municipal que siempre estuvo destacado en el edificio municipal fue como de costumbre a desayunar a ese negocio. ¡Sorpresa! El portugués había aumentado la empanada de un real a real y medio. Pablito montó en cólera, no compró y fue directo a la oficina del Dr. Graciliano Cazorla, síndico para ese entonces y le dijo: “Mire Doctor, ese portugués es un especulador le aumento medio a las empanadas sin autorización de nadie, hay que citarlo, multarlo y cerrarlo por pícaro” El Doctor Cazorla le contesta: Eso y más Pablito, hay que hacerlo quebrar. Pablito satisfecho, adiciona, lo merece. Entonces el Dr. Cazorla con su fina ironía le dice: “Mira Pablito, cuando llegues a tú casa, le cuentas a tú señora, le dices que haga empanadas, te ubicas frente a la Carioca, las vendes a real, para que tú veas que nadie le compra a ese portugués especulador y seguro que quiebra”.Mejor solución, imposible. Esa salida irónica del Dr. Cazorla, le quedó grabada para el resto de su vida en la mente de Pablito que siempre la contaba entre risas. Así son las cosas diría don Oscar Yánez.
Merlín y el negro Villarroel:
En los tiempos del presidente Jaime Lusinchi, desde el gobierno se promocionó la candidatura presidencial del Dr. Octavio Lepage quien ocupaba el Ministerio de Relaciones Interiores en contraposición a la de Carlos Andrés Pérez. Cuando abandonó ese importante cargo para dedicarse de lleno a la campaña, hicieron una despedida de tronío, donde estuvimos invitados todos los dirigentes del partido del pueblo del país. El profesor Ángel Antonio Merlín, encabezaba la delegación de El Tigre en su condición de Secretario de Organización. Llegamos al aeropuerto de Barcelona y el vuelo estaba retardado por efectos de una tormenta eléctrica. En esa larga espera, había lo que políticamente se conoce como el macolleo. En grupo estábamos el profesor José Luís Pérez, el Dr. Armando Armas Mogna, el Ing. Marcos Chacón, Jesús Rodríguez, el negro Villarroel y el profesor Merlín.
Todos emitían su opinión con respecto a las candidaturas y la balanza se inclinaba, a pesar de asistir a la despedida del Dr. Lepage, hacía la candidatura del gocho, pero nadie se atrevía en ese momento a decirlo abiertamente por razones obvias.En un momento de la conversación, el Negro Villarroel, presumiendo que el profesor Merlín estaba ya cuadrado con Pérez, lo ve fijamente y suelta esta perla “Nosotros vamos como observadores” No había dejado de soltar la frase cuando el profesor Merlín lo increpó “Mire, mire, hágame un favor, acláreme eso de nosotros, quienes somos nosotros” el negro villarroel todo cortado le responde “Cónchale profesor nosotros” Merlín, muy molesto le replica “No, compañero, no me meta en su paquete, a usted como que le encanta estar en la oposición, cuádrese con quien quiera y déjeme donde estoy y punto” Por salio y boca floja, comentaríamos luego entre risas. Perro viejo late echao, dicen en mi tierra.
1 comentario:
Señor Jose "Cheo Salazar" usted se llama casi como mi padre Jose Venancio Salazar, del Taller salazar que reparaba máquinas de escribir en la calle Guevara Rojas, encontré su blog por casualidad buscando información por cierto sobre mi amigo Carlos Dos Santos. Su familia tenía la panadería cerca del automercado guayana. Nosotros estudiamos la primaria juntos en la escuela Sim´n Bolivar y lo último que sé es que se fué a estudiar medicina a Portugal.Bueno yo quería felicitarlo por esas memorias que lo transportan a uno a tiempos de nostalgia, de buena gente, de valores perdidos, en fin.... buenos recuerdos.
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