jueves, julio 15, 2010

Personajes de mi pueblo: Ramón Antonio “Moncho” Bejarano

Poder disfrutar de los recuerdos de la vida es vivir dos veces
Marco Aurelio Marcial (40-104)
Poeta latino.

Todos lo conocen en el rol de reportero gráfico, muchos desconocen que antes vivió una odisea para llegar a obtener el reconocimiento que lo convirtió en operador de radio. Es Ramón Antonio “Moncho” Bejarano, que nació en el vecino municipio San José de Guanipa y es hijo de Héctor Lira (+) y la señora Ana Tirsa Bejarano, la cual es oriunda de Soledad, cursó sus estudios primarios en el Grupo Escolar Dr. José Manuel Cova Maza y la secundaria en los Liceos Guanipa y Alberto Carnevali en El Tigre. Los profesores Baldomero león, Hernán Iro, Frank Acosta y, el ahora abogado de la república, Mamerto Díaz estuvieron entre sus catedráticos y orientadores. “Sí sales malo será por el patio”, siempre le decía el plurilingüe Frank Acosta. Filosofía de vida.

Eran tiempos difíciles, la señora Ana Tirsa, se desempeñaba como enfermera en la clínica Santa Rosa y una vez que la abuela de “Moncho” cayó en cama, la mamá renunció a la clínica y aceptó un cargo de bedel, después cocinera, buscando tiempo para atender a la vieja. Luego ascendió al cargo de jefe de cocina. La mamá de “Moncho” era madre soltera y además tenía que trabajar duro para sacar adelante a los 4 hijos. Nereida, que a la postre se graduó de profesora en Educación Artística, Miguel Ramón, el cual alcanzó el grado de contador público e Hilberto, quien ejerce exitosamente como abogado penalistas en Valencia. “Moncho” se dedicó, desde muy joven, a trabajar y estudiar para ayudar a su madre. En sus tiempos de estudiante, también laboraba como bedel en el Hospital General de El Tigre y el Dr. Miguel Loreto, lo aguijoneaba a que aprendiera Radiología. Esa posibilidad la abandonó, cuando fue invitado por Nereida para vivir en Caracas. La hermana, que lo quiere como un hijo. La sangre pesa más que el agua.

La hermana y el esposo, le dijeron que vivían en el centro de Caracas. “Moncho” iba con la ilusión de conocer y adaptarse a la vida de la capital. Cuando entraron vio las Torres del Silencio y pensó – debe ser por aquí – pasaron de largo y cuando se percató, el vehículo Ford Cortina, que conducía su cuñado, enfiló cerro arriba hasta detenerse en Los Paraparos de La Vega dónde en verdad residían. Engañado y todo, se quedó por un tiempo y logró empleo como obrero en la empresa Industrias Sabana, que se especializaba en la preparación de chichas y jugos tropicales. En sus días libres, salía pasear por el centro de la capital y, un buen día, cuando pasaba frente a Radio Capital, le llamó la atención el REEL (un carreto de cintas de archivo) que utilizaban las emisoras. Regresó a El Tigrito y le dijo a la mamá que quería trabajar en la radio. Ella, le dijo que hablaría con el Prof. Tomás Lugo Vílchez del cuerpo docente en la Escuela Granja el cual tenía un hermano que trabajaba en La Voz de El Tigre. En ese tiempo, la única emisora de radio, en toda la zona sur del estado Anzoátegui. Era el inicio de un sueño.

El Prof. Tomás, lo conectó con su hermano Pedro Lugo Vílchez, uno de los locutores estrellas de La Voz de El Tigre y este habló con don Carlos Poleo, quien lo puso a la orden de los operadores del momento Bernardo Rondón, José Gregorio Bellorín y Egidio Ramón Aliendre, para que lo enseñaran y pulieran. La emisora salía al aire a las 5 AM y tocaba el alma llanera y el himno nacional a las 7.52 PM, para salir del aire a las 8 PM. La consola tenía un tamaño tan grande que lo impresionaba, pero fue agarrando el ritmo y se especializó. Le asignaron su horario y en el desempeño de sus funciones, conoció a los pioneros de la radio locución en El Tigre. Calazán Guzmán, Francia Hernández Macías, Freddy Rodríguez Ron, Gaetano Anacherico, José Miguel Rodríguez y Agustín Blanco, quien leía las noticias, que redactaba para los noticieros, el señor Elam Bravo Guerra. En la programación de La Voz de El Tigre, estaban incluidas las novelas Martín Valiente (El Ahijado de la Muerte), Los 3 Villalobos (Rodolfo, Miguelón y Machito) y El Derecho de Nacer cuyo galán, en papel estelar, era Albertico Limonta, personaje que interpretaba magistralmente, Raúl Amundaray. Además contaba con el noticiero más oído del país. Noti-Rumbos. Una programación de lujo para una audiencia cautiva, pero selecta e inteligente.

En una guardia, le correspondió sacar al aire a la emisora. 5.30 AM, a las 12M, debía llegar el operador de relevo, se quedó esperando y, tuvo que doblar la guardia. Durante el transcurso del día, ya habían cumplido sus emisiones radiofónicas los locutores Freddy Rodríguez Ron y Pedro Lugo Vílchez y entró frente al micrófono para cubrir la última guardia del día José Miguel Rodríguez. Un amigo, en vez de llevarle comida, le regalo una botella de anís, la cual destapó y comenzó a echarse unos traguitos, intentando aplacar, apaciguar y calmar el hambre. Agarró una “voladora” y, a las 6.15 PM sin aviso, colocó el himno nacional y cerró las trasmisiones del día. José Miguel Rodríguez, quedó estupefacto y don Carlos Poleo que estaba en Caracas, regresó en avión. El otro día, llegó a la emisora muy molesto y lo citó a su oficina: “mira muchacho ¿Qué te pasó? “Moncho” le respondió. No hubo relevo y el hambre me estaba matando. Don Carlos le hizo la recriminación de rigor, ajustó el horario y cambio las guardias de los operadores. No hubo más novedad. Pedro Lugo Vílchez, que sabía lo que realmente había pasado, con su proverbial buen humor y chispa criolla, lo bautizo con el apodo de “El Trapiche”. En el año 1971, después de 3 años, le puso la renuncia a don Carlos Poleo para atender una invitación, que le hacía su hermana Nereida. Ahora, para marcharse a vivir con ella en Ciudad Bolívar, dónde había fijado residencia. La hermana siempre quiso tenerlo cerca. Sobreprotegido el gordito.

Una vez en la capital del estado Bolívar, buscó trabajo en Mundial Bolívar, la cual dirigía el profesional de la radiodifusión Rafael Guevara (Después con el tiempo, fue director de La Voz de El Tigre), quien lo mandó a probar, salió bien y le dijo que la única guardia que tenía era de 12 de la media noche a 6 AM, en un programa que él mismo dirigía “El club de los Trasnochados” allí estuvo un año alternando con un empleo que le logró su primo, el poeta Juan Manuel (Moriche) Muñoz, en la emisora Radio Fantasía la cual funcionaba en Soledad y dónde tenía un programa de corte musical. “Moncho” que poseía un hermano estudiando derecho en Valencia y estaba obligado a ayudar a la mamá para completarle el bastimento, hacía milagros, para trabajar en ambas emisoras. Le pedía el favor a un operador amigo, que lo relevaba, para que llegara media hora antes en su guardia en Mundial Bolívar, para llegar con tiempo a Soledad. La emisora estaba en el Paseo Orinoco, atravesaba el río padre en lancha y se incorporaba a su guardia en Fantasía, desde las 6AM, hasta las 12 del mediodía que concluía esa guardia. En ese trajín tuvo un año, se retiró y regresó a San José de Guanipa. Es bueno cilantro, pero no tanto.

En su patria chica, un amigo que le trabajaba a la Pepsi Cola por contrato, le ofreció trabajo como ayudante de latonería. La necesidad obliga y aceptó. A los pocos días de estar en esa dura actividad, se percató, que Radio Guanipa, segunda emisora de radio que se instaló en la zona sur, bajo la égida de don José Luís Tineo López, estaba cerquita de su lugar de trabajo – Avenida Fernández Padilla c/c calle La Paz – decidió entonces acercarse a la emisora todas las tardes. Un día llegó don José Luís y cuando lo vio preguntó ¿Qué hace este gordito aquí? y “Moncho” ni corto ni perezoso, le respondió “soy operador”. Enterado, le ordenó al operador de guardia, Ángel González que lo probara. Quedó satisfecho y le ofreció una oportunidad en horario de 6 PM a 12 de la noche para cerrar las emisiones del día. Era lo que buscaba y se quedó. En ese tiempo, le correspondió trabajar con los locutores Horacio Quijada Rodríguez y Germán Dona Rodríguez, que cuando presentaba las melodías del pequeño gigante de la canción, siempre decía “Sí Las Flores pudieran hablar con el espaturrao Nelson Ned”. Horacio, aún cuando obtuvo una sentencia favorable del TSJ, no logra que le hagan efectivo el pago de sus prestaciones sociales y Germán Dona, murió en Anaco, esperando esa indemnización. El responsable, todavía hoy, tiene el tupé, de venderse como un honesto empresario de la radio, responsable y de gran sensibilidad social. Por sus ejecutorias os conoceréis. El comentario final es de quien suscribe quien conoce perfectamente el caso. Aquí nos conocemos todos, Don Bombillo.

“Moncho” que se destacó en su trabajo, pronto entró en la rotación regular de los operadores y trabajo en esa actividad con José Luís Tineo López y Juan Correia los cuales iniciaron el programa de opinión “Mano a Mano con el Pueblo” cuyo productor era el periodista Alexis Caroles. Luego salió Correia y entro el Dr. Maximino Melchor. Una vez que el programa estaba consolidado en la audiencia de la zona sur, lo dirigió por un buen tiempo el periodista Pedro Marrero Hernández, que despedía el programa recomendado a los oyentes, que si no tenían dinero para adquirir carne de res, pollo y menos una exquisitez para el almuerzo, prepararán “Guasinetti” y explicaba con su característico buen humor “Sardina con espagueti y si no, espagueti con sardina” y, para redondear la broma, soltaba una carcajada. Y de no ser así. ¡Que vaina!, cómo también remataba sus leídas columnas, “La huella de los días” en el prestigioso diario Antorcha. Un gran personaje y excelente periodista.

El desempeño de “Moncho” Bejarano como operador de la emisora, le permitió conocer y trabajar también con los locutores Rodríguez Ascanio, Olafo Medina, Rodney López, Héctor Luís Vásquez, Luís Mudarra González y con el periodista Alexander Compiani, que alternaba su trabajo en el Diario Antorcha con la redacción del noticiero de Radio Guanipa y siempre se hacía acompañar por su reportero gráfico Andrés Macabi. La Cámara fotográfica que utilizaba Macabi, le llamó la atención a “Moncho” y le preguntaba como se manejaba. Macabi le respondía con desdén e irónicamente “Esto es muy profundo para ti” Entonces, “Moncho” le respondía, en el mismo tono, enseñándole los controles de la radio, “Y esto es muy profundo para ti” la curiosidad lo aguijoneó y decidió incursionar, con la ayuda y asesoramiento de su compadre y distinguido profesional del reporterismo gráfico José Francisco Decan, en la actividad cómo reportero gráfico. Esa es otra historia.

Durante su estadía en Radio Guanipa, don José Luís Tineo, le permitió producir un programa de forma independiente. Hizo un contrato por un año e inició la emisión de “La Guachafita del 5 y 6” cuyo locutor era Olafo Medina, el operador Pascual Páez y, él se encargaba de la producción, musicalización, buscar los anunciantes, cobrar la pauta publicitaria y pagar la hora a la emisora y al personal que laboraba durante la emisión radiofónica de ese programa. También compartió la producción y realización del programa “La Hora del Caribe” con Agustín Blanco. En el año 83, estando la emisora en el Centro Comercial “La Orquídea” Abandonó la dirección de la emisora don José Luís Tineo López y “Moncho” Bejarano, continúo por un año, no se entendió con el nuevo director y renunció para dedicarse a la actividad del reporterismo gráfico, profesión que inició en el Diario Antorcha, gracias a la confianza que depositó en su persona don Antonio Briceño Amparan. Antorcha fue su escuela y Pedro Emilio Rojas Vargas (Pejas) Luís La Roche y su compadre José Francisco Decan sus catedráticos. El hombre aprendió, prueba de ello es que todavía ejerce la profesión en otro diario de la ciudad, pero sus querencias están en Antorcha. Algún día el buen hijo regresa a casa.

En su vida familiar “Moncho” está casado en segundas nupcias, tiene 6 hijos. Karina del Valle, Carolina del valle y Marlon Antonio de su primer matrimonio y con su actual esposa Eglis del Valle Solórzano, la cual conoció en la Casa Nueva Esparta, cuando acompañaba al locutor y presentador Horacio Quijada Rodríguez, en una trasmisión en vivo de un festival de galerones con motivo del día del trabajador. En ella posee 3 pimpollos, Vanesa del Valle, Roimán Andrés, Aimara Nazaret y, dice que todavía, el rancho está ardiendo. El hogar, los amigos y el trabajo consumen la vida de “Moncho”. Una felicidad.

“Moncho” Bejarano, es un personaje de la ciudad, que a pesar de haber nacido en el vecino municipio San José de Guanipa tiene su residencia, constituyó desde hace muchos años su familia, concibió su vida social y trabaja en El Tigre. En su trabajo de operador de radio, hizo historia y ahora en su labor como reportero gráfico, no sólo hace, sino que deja testimonio fotográfico en los diarios que trabaja de nuestra historia pasada, presente y seguro dejará mucho material de la futura. Es importante, entonces, que nuestros eximios escritores, cronistas e historiadores locales, cuando decidan escribir la verdadera y autentica historia de la ciudad, lo incluyan e incorporen al disco duro de la memoria histórica local. ¡Vale la pena!

“Moncho” y los personajes que menciona para hacer posible este humilde destello de la memoria, también merecen igual tratamiento, ya que son, han sido y serán muchos de ellos protagonistas de nuestro acontecer histórico y los cuales además han enriquecido nuestras historias urbanas. El Gerente General y propietario de la empresa TRANSTICA, Henry “Nenerina” Hernández” durante la conversación con “Moncho” compartió esos recuerdos y dice que volvió a vivirlos. Recordar es vivir.


No hay comentarios.: