“Donde reina la justicia
obedecer es ser libre”
James Montgomery
obedecer es ser libre”
James Montgomery
Recibimos la gentil invitación del presidente de La Asociación de Ganaderos para el brindis de fin de año. No somos productores pero si amigos o al menos conocidos de la totalidad de sus miembros. En ese rol asistimos y fue propicio el momento para departir, compartir y brindar con gente que por su actividad y lo riguroso y exigente de su trabajo muy pocas veces tenemos el gusto de ver en estos eventos sociales, lo que también hace casi imposible, escuchar de viva voz sus experiencias y angustias en esta hora aciaga de la actividad agropecuaria dónde el cuatrerismo, el hampa común y hasta el vulgar ratero no les dan tregua. Toda una tragedia.
Es tanta la desesperación de productores y productoras, gente del campo, agricultores por tradición, vocación y yo adicionaría hasta por resistencia, valentía, audacia y un gran sentido de pertenencia, que ante la arremetida brutal del hampa. No se rinden y ya están pensando en una “Policía Autónoma” ¿Autodefensas? ya que se sienten desamparados desprotegidos y hasta dudosos de la seguridad que por obligación están legalmente facultados los organismos que para tal fin posee el aparato policial y militar del estado. Hay un nuevo sector detrás de la unidad geriátrica de El Tigre donde las visitas de gente comprometida con la seguridad, es frecuente y allí, según nos comentaron los productores, venden carne detallada y hasta en canal a precio de gallina flaca. Competencia y vigilancia desleal. Los jefes de los cuerpos de seguridad del estado tienen el dato. Metan la lupa.
La pregunta a un productor no es ¿Ten han robado? La correcta es ¿Desde cuando no te roban? ¿Cuántos animales te han robado este año? ¿Pudiste recuperar el camión o la camioneta? ¡Increíble! No, muy cierto. Es la cruda realidad que viven los productores y productoras día a día. Como cosa curiosa, observan nuestros amigos del campo que en el diario recorrido a sus fincas tienen que encarar hasta 3 alcabalas móviles donde los requisan completo y les piden documentación vigente hasta de una navajita que carguen y no se explican que por esas mismas vías, los mismos días y a las mismas horas, los delincuentes se desplacen con su armamento y cargas mal habidas sin ningún contratiempo. Ellos no quieren creer cosas pero…los ponen a dudar. El que está picado de Macagua cuando ve bejuco se espanta.
El estado de angustia, zozobra y desesperación es ilimitado. Algunos dicen: O nos protegen o dejan que nos protejamos. O el estado aplica una política de seguridad en el área rural o los productores y campesinos amenazan con armarse y defenderse. Es grave pero es la verdad y la realidad. El gobernador revolucionario, revolucionaría al campo si les da seguridad a estos trabajadores que producen la comida para todos. Hay esperanza. Y como la esperanza del pobre es tan grande ellos no la pierden. Al mal tiempo buena cara.
El brindis muy austero, poco concurrido, bien organizado por Mauro, su esposa e hijos. A pesar de la desgracia que viven los amigos del campo fue un maravilloso y agradable momento. La asociación de ganaderos que había entrado en un largo y peligroso letargo que amenazaba con su extinción está paulatinamente volviendo a la vida para asumir su rol y hay la seguridad que tomará nuevo impulso y será el gremio defensor, orientador, facilitador y hasta canalizador de las angustias de los productores y productoras. Las esperanzas son las últimas que se pierden. El que persevera vence. Hagan justicia en el campo, los productores serán libres y obedecerán. De no ser así ¡Cuidado! Estamos a tiempo.
Es tanta la desesperación de productores y productoras, gente del campo, agricultores por tradición, vocación y yo adicionaría hasta por resistencia, valentía, audacia y un gran sentido de pertenencia, que ante la arremetida brutal del hampa. No se rinden y ya están pensando en una “Policía Autónoma” ¿Autodefensas? ya que se sienten desamparados desprotegidos y hasta dudosos de la seguridad que por obligación están legalmente facultados los organismos que para tal fin posee el aparato policial y militar del estado. Hay un nuevo sector detrás de la unidad geriátrica de El Tigre donde las visitas de gente comprometida con la seguridad, es frecuente y allí, según nos comentaron los productores, venden carne detallada y hasta en canal a precio de gallina flaca. Competencia y vigilancia desleal. Los jefes de los cuerpos de seguridad del estado tienen el dato. Metan la lupa.
La pregunta a un productor no es ¿Ten han robado? La correcta es ¿Desde cuando no te roban? ¿Cuántos animales te han robado este año? ¿Pudiste recuperar el camión o la camioneta? ¡Increíble! No, muy cierto. Es la cruda realidad que viven los productores y productoras día a día. Como cosa curiosa, observan nuestros amigos del campo que en el diario recorrido a sus fincas tienen que encarar hasta 3 alcabalas móviles donde los requisan completo y les piden documentación vigente hasta de una navajita que carguen y no se explican que por esas mismas vías, los mismos días y a las mismas horas, los delincuentes se desplacen con su armamento y cargas mal habidas sin ningún contratiempo. Ellos no quieren creer cosas pero…los ponen a dudar. El que está picado de Macagua cuando ve bejuco se espanta.
El estado de angustia, zozobra y desesperación es ilimitado. Algunos dicen: O nos protegen o dejan que nos protejamos. O el estado aplica una política de seguridad en el área rural o los productores y campesinos amenazan con armarse y defenderse. Es grave pero es la verdad y la realidad. El gobernador revolucionario, revolucionaría al campo si les da seguridad a estos trabajadores que producen la comida para todos. Hay esperanza. Y como la esperanza del pobre es tan grande ellos no la pierden. Al mal tiempo buena cara.
El brindis muy austero, poco concurrido, bien organizado por Mauro, su esposa e hijos. A pesar de la desgracia que viven los amigos del campo fue un maravilloso y agradable momento. La asociación de ganaderos que había entrado en un largo y peligroso letargo que amenazaba con su extinción está paulatinamente volviendo a la vida para asumir su rol y hay la seguridad que tomará nuevo impulso y será el gremio defensor, orientador, facilitador y hasta canalizador de las angustias de los productores y productoras. Las esperanzas son las últimas que se pierden. El que persevera vence. Hagan justicia en el campo, los productores serán libres y obedecerán. De no ser así ¡Cuidado! Estamos a tiempo.
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