sábado, noviembre 25, 2006

Cuentos y anécdotas del estadio

“Si todos los días fueran fiestas deportivas, entonces
el deporte seria tan aburrido como el trabajo”
Shakespeare

1- El Maracucho Alirio Gutiérrez, quien insiste en afirmar que el mejor estadio del mundo para jugar béisbol es el Luís Aparicio “El grande” de Maracaibo, reconoce que el estadio “Enzo Hernández” de El Tigre es maravilloso, pero tiene algo que no le cuadra. Cuando compra la entrada para la tribuna central la malla le dificulta la visibilidad y entonces prefiere ubicarse en los laterales sacrificando la posibilidad de disfrutar en todo su esplendor los lanzamientos de los pitcher. “En el Luís “El grande” la malla de la tribuna central es invisible y no obstaculiza la visibilidad, dice para lucirse y con gran seguridad. Maicabares Berroterán que nos acompaña, lo observa con curiosidad y exclama. Vergación, este maracucho si es mollejúo. A mi no me crean. Cuando lo vean, pregúntenle, pa’ que vos veáis.

2- Mi sobrino Miguel Alexander Salazar, en una oportunidad es invitado por su progenitor Miguel Antonio Salazar, prematura y lamentablemente fallecido, para asistir a un juego crucial entre Magallanes y Caribes de Oriente. Estando en Puerto La Cruz me encargo de comprar las entradas para varios familiares fanáticos al béisbol que asistirían. La mayoría magallaneros y unos pocos de la tribu. En estadio “Alfonzo “Chico” Carrasquel“. “El paraíso del béisbol”, estaba hasta la bandera y como una de las entradas la compramos a un revendedor para cubrir la de Roberto Salazar, que se entusiasmó a última hora, teníamos a uno disperso. Miguel Alexander dijo. “No se preocupe tío Roberto ubíquese en mi silla que yo me siento en el pasillo. Promediaba la quinta entrada y el juego estaba parejo y en lo más emocionante. Me toca ir al urinario, le paso por el lado y le pregunto a Miguel Alexander ¿Igualito verlo por TV, que disfrutarlo en vivo? Y me contesta: “Mire, tío tronco e’ vaina me echó papá. ¿Y porqué? yo estuviera en mi casa, en mi habitación con aire acondicionado disfrutándolo por TV, cómodamente acostado en un chinchorro y ya llevara par de ñemas fritas con casabe”. A quien no le va a gustar, como dice el filósofo del llano, Cheo Hernández Prisco.

3- Dicen los maracuchos, cuando la pizarra marca los tres paticos del 222, o sea 2 out, 2 strike y 2 bolas. “Es la capacidad exacta del cuartico regional”. La cerveza regional expendía, una cervecita popular que tenía esa capacidad. Hasta en eso son regionalistas. Pa’ que vos veáis, me dice el maracucho Rosbelt.

4- Disfrutamos el juego de Caribes de Anzoátegui Vs.Tiburones de La Guaira en compañía de amigos de toda la vida. Entre ellos Hildemaro Blanco quien fue excelente campo corto en la época de oro del equipo de la casa “Criollos de El Tigre y me comenta. Hermano Cheo, esto si es terreno ideal para jugar béisbol, no en el peladero de chivo dónde jugué yo. Mira con esa grama artificial, aunque la pelota se desplaza más rápido, no se me escaparía un roling, Fui mejor promedio de fildeo por muchos años cuando me desempeñe en aquel tierrero como short stop de Criollos. En ese terreno, no tengo dudas, le gano el guante de oro al mismísimo Vizquel”. El Dr. “Paraulata” Hernández certifica la apreciación.

5- En la nueva choza de los Caribes de Anzoátegui ubicada en El Tigre, coincido con un grupo de amigos que me cuentan esta perla. Un hijo del periodista Alexander Compiani, constituyó una cooperativa, introdujo un proyecto endógeno para la fabricación, distribución y venta de chorizos. La revolución, a pesar de la lista Tascón, le aprobó el proyecto, le entregó el capital de trabajo y el joven inició sus actividades con buen pie. Todo se desarrollo maravillosamente durante los primeros 3 meses. ¡Tragedia! El chico invito a su padre, que andaba como avioneta sin piloto, para que se incorporara al negocio. En cada sentada se merendaba una cantidad de los deliciosos chorizos superior a la ganancia. ¿Resultado? Quiebra total. Hasta el capital de trabajo se perdió y ahora andan los dos matando tigritos. No hay amargura, dice Compiani, Dios siempre provee.

6- Gonzalo López el popular “negro dulcero” cuenta en el estadio que en una oportunidad organizó un cuadrangular de softboll entre equipo de la Policía Metropolitana, la Guardia Nacional, la DISIP y al PTJ, únicos cuerpos de seguridad existentes para la época del cuento. Quedó campeón la PTJ y sub-campeón la DISIP, como todo resultó un éxito “El negro” les propuso hacer una vaca, comprar las espumosas, hacer una suculenta parrillada y como vivía solo puso su casa a la orden. Era, como es normal en ese tipo de eventos, para cerrar con broche de oro. Una vez que disfrutaron del grato encuentro, todos se despidieron y se marcharon en sana paz. ¡Sorpresa! Cuando “El negro” cerró la puerta y se dirige a su habitación no estaba el ventilador. Entonces pregunta en voz alta ¿Dónde ustedes creen que podía poner la denuncia? Atónitos, todos nos vemos las caras, y le recomendamos seguir viendo el jueguito y olvidarse de esos malos ratos. Cazador cazado, me comenta en voz baja el chino Pino.

7- Asisto, con familiares y amigos a un juego Caribes – Magallanes en el estadio Alfonzo “Chico” Carrasquel. Antes de cantar el himno nacional llega un grupo numeroso de personas que venían en comandita. Les tocan todas las sillas que quedaban en la fila que me correspondió. La doña que fungía de lidereza, más bullera que perico en siembra de maíz, se sienta a mi lado. Todo un show la viejita. El juego se mantiene a 2 carreras por lado, hasta el 7mo. inning, cuando ataca Magallanes, más de medio estadio se levanta eufórico. Las tribunas se convierten en una locura y la doña estaba más contenta que muchacho con juguete nuevo. Entonces, exclamo en voz baja. “Como hay traidor aquí” La doña me escucha y me dice en tono fuerte y convincente “Mire usted sabe como es la vaina, aquí no hay ningún traidor, porque yo tenga un segundo hijo, no dejo de querer al primero y primero fue Magallanes, carajo” Perdón por lo Panchos. Magallanes se fue arriba y yo echo el pendejo baje y me marche. No te quedaba otra, me dice el Dr. Rafael Guerra cundo oye la anécdota.

8- Cuenta Hildemaro Blanco que para atracar al maracucho Alirio Gutiérrez, los choros, antes contrataron un adivino. Resulta que Alirio, llega al banco y cobra 2 meses de su pensión del SSO, que eran exactamente Bs. 800 mil. Sale en el carrito de Fernando “Un ratico a pie y otro caminando” con intención de pagar los servicios públicos y otras deudas que nunca le faltan al pobre cuando agarra una lagrimita. Cancela Bs. 25 mil en CANTV y cuando se dirige a cancelar las empanaditas que le acreditan para el desayuno, cerca de las 6 esquinas, desde un vehículo una linda chica que iba de copiloto, lo llama para preguntarle una dirección y el maracucho, ingenuamente se acerca para explicarle, cuando está pegadito al vehículo ¡ay, vaina! Estaba encañonado con una 9 y le dicen. Entrega el dinero. Ni corto ni perezoso, entregó los cobres, los tipos los cuentan y le dicen “faltan 25 mil” y el maracucho les dice “Es lo que tengo” ¿Cómo que es lo que tienes si te pagaron 800 mil? Y el, más chorreado que muchacho comiendo helado, balbucea “CANTV, CANTV” Ah, ok, pagaste CANTV, bueno, chao contigo y se marcharon. El adivino les dio la cifra exacta y estos choros que robaron al Maracucho Alirio, más que ladrones, son criminales. ¡Que vaina! Diría, nuestro recordado amigo, don Pedro Marrero Hernández.

Indiscutiblemente que ver los juegos de béisbol, por TV es pasivo. Dónde esta el sabor, la emoción, el júbilo, la fiesta y la pasión es en las tribunas. La pasa uno de lo lindo. No hay tiempo para fastidiarse. Entre inning, lanzamiento y lanzamiento, los cambios de pitcher y cualquier reyerta en le campo, se compra la espumosa, las chuchearías y refrescos para los niños, se disfruta una suculenta parrilla, un hot dog, los churros y tequeños, los pinchos, los chawarma en fin hay para todos los gustos y para ponerle salsa al momento, los amigos te deleitan con sus chiste, anécdotas, y salidas ingeniosas. Todo esto sin contar con el simpático y divertido “Caribito” mascota de la tribu de Anzoátegui que divierte y hace reír a grandes y chicos. Omaiber y Reinaldo gozan de lo lindo con sus bailes y comicidad.

Unos le dicen la pasión del béisbol y otros estamos convencidos que es la fiesta del béisbol y…como dice Andry Osorio. En el estadio se vive intensamente “Lo lo, la lo, locura” Vengan pa’ que lo vean, no es todos los días, es de vez en cuando y de cuando en vez y no olvidéis. Caribes de Anzoátegui tienen una moderna, confortable, excelente y moderna “Choza” en El Tigre.

No hay comentarios.: