sábado, agosto 25, 2007

La mata de mango piña de la calle 5 de julio

La miseria es una enfermedad que si
no se cura a los treinta, se hace crónica

Pitigrilli (Dino Segre) (1893-1975)
Escritor italiano.
Una de las cosas más importantes que deberían preservar las autoridades locales es el patrimonio histórico. Entendemos que el desarrollo, el crecimiento y la modernización exigen un equilibrio armónico entre lo viejo, lo nuevo y lo moderno. En todas las ciudades del mundo se conserva, restaura y se rehabilita el casco histórico y sitios emblemáticos como una preciosa joya para que los propios y extraños sepan de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos. Es la conservación de la memoria y el patrimonio histórico, pues.

El alcalde, desde que tomó las riendas del poder local, arbitrariamente, sin consultar a nadie, atendiendo a su real saber, entender y caprichos, ha tomado decisiones que afectan seriamente el patrimonio histórico de la ciudad. Tres muestras: La demolición de la bomba Primavera, pintar el Liceo Briceño Méndez que es una obra limpia y gastar una dineral echándole pintura a los silos de AGUANCA con el argumento pueril de poseer la bandera más grande del mundo, desvaneciendo la originalidad de su estructura. Ok. guapo, apoyado y con unos sicarios mediáticos, que por dinero ridiculizan, a quien o quienes osen criticar estos crímenes al patrimonio de la ciudad. Por dinero baila el perro.

No somos caídos de la mata en la materia de la conservación y preservación del patrimonio histórico y cultural. Hay quienes se venden como unos eruditos en la materia y los respetamos, otros que no son de aquí, que no les interesa nuestra historia y solo buscan sacar provecho económico azuzando diatribas y justifican las arbitrariedades del alcalde por interés económicos y nosotros humildes hijos de fundadores de este pueblo e identificados con la identidad originaria de la ciudad que vemos con estupor como se destruye el patrimonio histórico y los llamados a llamar la atención, callan de manera cómplice por temor a represalias y perder privilegios.

El odio, el encono y la ojeriza que tiene el alcalde contra este humilde escribidor de cuartillas, lo lleva ahora a cobrar la afrenta de no hacerle coro sus tarifados mercenarios del micrófono que desde la orbita oficial, le rinden culto a su personalidad y le entonan el coro musical que su megalomanía quiere escuchar a diario. ¡Hay que cotar la mata de mango que está frente a la casa de la mamá de Cheo Salazar! Esa es la solución que encontró el gerente político para solucionar los problemas del barrio y la manera de cobrar mi disidencia, y oposición al gobierno más corrupto de la historia local. Échele ganas. No nos amputa un miembro, pero si le lleva parte de la historia al barrio y un pedazo del corazón de mi viejecita que ve la mata de mango como un bello recuerdo de quienes fundaron el barrio Pueblo Ajuro.

José María Lira Reyes y Anastelia Salazar desde que fijaron residencia, como fundadores de Pueblo Ajuro, hace más de 60 años sembraron 4 matas en fila en todo el centro de la calle 5 de julio, quizá soñando con que algún día ese proyecto de calle se convertiría en avenida. Reconocemos que no fue así, pero las matas pasaron a formar parte de la identidad del sector. La mata Matapalos y la de Caoba cayeron por efectos del tiempo, la mata de Almendrón la derribó con el vehículo “Manoto” Marcano, cuando estaba enamorado de la vecina de la casa Luisa Barreto y cuando se echaba los tragos, pasaba volando por la calle que era un arenal, se coleaba y embestía el árbol, hoy sólo queda la mata de mango piña y los vecinos, amigos de muchas generaciones y la actual chiquillería, no solo le comen la deliciosa cosecha permanente, sino también la ven como un icono, una reliquia y siente que ella les pertenece. Es parte de la identidad del barrio innegablemente.

¿A quién estorba? ¿A quién perjudica? A nadie de la calle. Sólo a perjudica a mi mamá, porque los niños cuando salen de la escuela La Florida, para tumbar los mangos le caen a piedras, palos y destruyen las tejas del frente de la humilde vivienda que nos vio nacer y donde todavía habita mi mamá ¿Por qué no le hemos tumbado? Muy sencillo, ella algunas veces molesta, nos dice para cortarla, sobre todo cuando rompen las tejas y las piedras caen en el techo, pero cuando se va a proceder, se pone nostálgica, detiene la acción porque siente que se la va una parte de la vida. Ahora llegó este alcalde y sin medir sentimientos, sin sensibilidad y sin recato por la conservación del patrimonio histórico e identidad del barrio amenazando con cortarla. ¿Golpeando los sentimientos de mi viejita es la forma de cobrar mi oposición a su gobierno? Escogieron un camino bien estúpido y criminal. Consulten a la gente del sector y verán que no solo me golpean a mi, mi familia, mi vieja, sino a todos los vecinos del sector que han aprendido a vivir, convivir e identificarse con la mata de mango piña en el centro de la calle 5 de julio de Pueblo Ajuro.
A ese extremo de miseria humana hemos llegado. Un tipo que qua a los treinta años padezca de esa enfermedad del alma, tiene que buscar cura a tiempo porque de lo contrario, se le hace crónica y una vez que pierda el poder, los odios, resentimientos y frustraciones lo llevaran a morir por consunción, seco en su veneno. Aprendan a vivir con la disidencia y vayan acostumbrándose a la oposición. El poder no es eterno, es más efímero de lo que mucho engreído piensa.



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