viernes, julio 03, 2009

Las concesionarias de vehículos en El Tigre (2)

Haced lo que podáis. Dios hará
lo que no podáis hacer vosotros

San Juan Bosco (1815-1888)
Santo italiano, fundador de la orden de los salesianos.

El italiano don Stefano Massobrio fue el segundo inmigrante que apostó por el futuro de nuestra naciente ciudad e instaló otra concesionaria de vehículos. En el año1952 introdujo la no menos universalmente reputada marca Chevrolet. Esta venta de automóviles inició sus actividades en un edificio de su propiedad ubicado entre las calles Guayana, Brasil y Sucre. (Luego y por muchos años ese edificio fue sede del Banco Venezuela y hoy, unos asiáticos, regentan la Quincallería Abinky II). Esa recién creada firma comercial dedicada a la venta de vehículos, también ofrecía para la época, la afamada marca de pintura mexicana ubicada en Tlalnepantla, Sherwin Williams y las novedosas neveras Frigidaire, made in USA. Era un negocio tres en uno con marcas de calidad.

La empresa concesionaria de vehículos Stefano Massobrio, mantuvo desde su fundación y hasta que fue mudada en el año 1958 para su actual local en la avenida España, la firma personal y gerencia de su dueño fundador. Una vez instalada en sus definitivas instalaciones, su denominación comercial cambió a Stefano Massobrio, C.A, siempre bajo su responsabilidad. Una vez que don Stefano se retiró a sus cuarteles de invierno, lo relevó su hijo del mismo nombre y para no perder la tradición, este próspero empresario que ostentó la presidencia de la Asociación de Ganaderos a nivel nacional y la vice-presidencia de Fedecamaras, aún cuando se mantiene en la actividad ganadera, pasó al retiro en la actividad automotriz, estaciones de servicios, el ramo hotelero y entregó el testigo a Stefano Massobrio III, su hijo, quien ahora, en otros ramos de automotores y maquinarias pesadas, mantiene abiertas las puertas de la empresa primigenia como símbolo de una gran fortaleza empresarial y eficiencia gerencial, que ha logrado soportar todos los ventiscas que han castigado la economía de nuestra ciudad, el país y el mundo. Es una empresa como el buen vino, mientras más pasan los años mejor.

Desde sus inicios y por muchos años Stefano Massobrio, que mantuvo como gerente de su departamento de servicios al señor Ángelo Salerno, funcionó en la parte trasera del edificio, en el local dónde hoy funciona la Cervecería y Restaurante “La Rejita” y que antes fue, la sede del diario Antorcha, que provenía de los altos de la casa Clemenceau donde se había mudado desde los talleres de la Impresora El Tigre dónde inició sus actividades editoriales. Allí funcionó La Antorcha, hasta que un voraz incendio consumió sus instalaciones y por esa lamentable tragedia, emigró a su actual sede de la avenida Francisco de Miranda. Es historia reciente.

El edificio sede de la tradicional empresa Stefano Massobrio, C.A, tiene como símbolo imperecedero, una fuente que tiene en el centro una inmensa esférica de concreto, que sirve como punto de referencia para alguna dirección en el sector noroeste de la ciudad, es conocida popularmente como la “Bola de Massobrio” y ya forma parte del patrimonio histórico de la ciudad. Está a la vista, vayan pa’ que la vean.

Vivimos tiempo dónde los acontecimientos se desarrollan a una velocidad que desborda la capacidad de asombro del común de la gente, lo que atenta contra nuestra memoria histórica. Nosotros conscientes de esa realidad, hacemos este pequeño esfuerzo intelectual-investigativo, para que no olvidemos, que hubo hombres emprendedores que contribuyeron con el desarrollo, crecimiento y consolidación de nuestra ciudad. Honor a quien honor merece.
Esos empresarios que apostaron y tuvieron confianza en el potencial y desarrollo del incipiente pueblo, hicieron lo que pudieron por el fortalecimiento de lo que, es hoy esta pujante ciudad. En lo demás Dios y la Virgen del Valle, sin duda, han iluminado el camino y lo ha hecho por vosotros.

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