sábado, abril 23, 2011

Personajes de mi pueblo: Jesús Rafael “Caruta” Alcalá García

Los vicios vienen como pasajeros, nos visitan
como huéspedes y se quedan como amos
Confucio (551-479 a.C.)
Filósofo y teórico social chino.


Aun cuando nació el 16 de septiembre del año 1959, en la capital del estado Anzoátegui, su padres Luís Enrique Alcalá, el popular y original “Caruta” y su señora Viviana García, ambos sucrenses, llegaron a El Tigre, cuando Jesús Rafael Alcalá García, carutica, que es el cuarto de los 8 hijos de ese ya extinto matrimonio, apenas tenía 1 mes de nacido. Es tigrense y sus estudios primarios los hizo en el Grupo Escolar “Estado Trujillo” y la secundaria en el entonces Instituto de Comercio “Alberto Carnevalí”. Este personaje, pasó 7 años en la liga Criollitos de Venezuela, bajo la tutela del Prof. Gonzalo “El Negro Dulcero” López”, que fue su instructor deportivo y manager en el equipo INOSITOS promocionado para ese entonces, por el ya desaparecido Instituto Nacional de Obras Sanitarias (INOS). En esa liga se destacó como pitcher e infielder. Es el inició de una bella historia que tuvo un final horrible.

Esta prolija familia, que a su llegada al pueblo de El Tigre, se instaló en el callejón Los Rosales del Caco Viejo, ubicado entra las calles Carabobo y Ayacucho, llegó para quedarse. El jefe de la casa venía transferido por la CANTV desde Barcelona, tuvo el privilegio de tener en uno de sus hijos, el tercer joven tigrense que firmaba para jugar en el béisbol del norte. Jesús “Caruta” Alcalá, que en sus 7 años en la liga Criollitos de Venezuela, fue excepcionalmente destacado y había participado en 7 nacionales en diferentes categorías, desde el infantil hasta el junior, cuando con apenas 17 años firmó para Los Tigres de Aragua y en el norte para los Yankees de New York, por la módica suma de 3 mil dólares. Para ese momento una bologna, diría un italiano. Cristalizaba un sueño. Saltar al béisbol profesional.

Con Los Tigres de Aragua, estuvo en plan estelar durante 10 años. En Estados Unidos, en sus primeros 5 años, por su primoroso juego en la segunda base, su oportuno bateo inmediatamente, se convirtió en un prospecto de primera línea, la esperanza negra para los Yankees de New York y cuando ya estaba en pleno ascenso en las ligas menores y era estelar en doble A, llegó el horror. La fama, mujeres, discoteca y la “cocaiman”, como se refiere al perverso, nocivo y maléfico polvito blanco, lo degradaron. La organización de los Yankees de New York, le dio 2 años libres, tiempo suficiente para que se regenerara y regresará, le quedaban 2 años con Los Tigres de Aragua, los cuales cumplió y al término del contrato, por la persistencia en el mundanal, fue dejado libre. Fin de lo que, en el béisbol, pudo haber sido y no fue.

“Caruta” que en el presente, se desempeña, como cuidador de vehículos, en los alrededores del mercado municipal, toco fondo el mundo de las drogas, está viviendo, prácticamente como indigente, recuerda, no sin cierta nostalgia, que fue contemporáneo con glorias del deporte venezolano de la talla de Omar Vizquel, Andrés Galárraga, David Concepción, Antonio Armas, Oswaldo Olivares, con lo cuales jugó, hizo amistad y los mantiene en su corazón como ídolos sus indiscutibles. En sus tiempos de prospecto en los campos de los Yankees de New York, cuenta que estaba pasando un mal momento con el madero, un slump prolongado y un día llegó Carlos Tosta, el scout del la organización a observar un juego y en el primer turno sacudió un Grand Slam y al concluir el partido, éste se le acercó, le dio una palmadita en el hombro y le dijo “Estás regresando” Una vez que entró en el mundo de la “cocaiman”, más nunca pudo regresar al béisbol. Es la triste historia de un pasado alegre, un presente gris y si no tiene ayuda profesional por parte de las autoridades competentes, un futuro negro. Nunca es tarde para intentarlo.

En sus tiempos de gloria se casó y posee dos hijos y un nieto. Hoy, metido en el mundanal, viviendo en precarias condiciones y entregado al vicio, mientras habla de sus aspiraciones futuras, un amigo a manera de chanza le dice “No es el agua ni es el coco/ es la piedra que lo tiene loco”, Alcalá se ríe y continúa diciendo, que si alguna institución lo asiste, atiende y logra recuperarse, se convertiría en un técnico y pondría al servicio de las nuevas generaciones, sus amplios y especializados conocimientos del deporte de las cuatro esquinas. No hay dudas, que la pelota es redonda y viene en caja cuadrada. No hay sorpresas, cualquier cosa puede suceder Caruta le ocurrió la peor. Sucumbió, no tuvo fuerza de voluntad y terminó su linda, promisoria y bien remunerada carrera beisbolística, nefasta, funesta y fatídicamente. Es un ejemplo a NO seguir por los niños y jóvenes.

Los vecinos de la ciudad cuando lleguen al mercado y Jesús “Caruta” Alcalá se les acerque a brindar sus servicios como parquaedor y cuidador, tengan la seguridad que no es agresivo, pero si hay que tener presente, que fue una de las glorias deportivas nacionales, oriundas del municipio Simón Rodríguez y, la cual una vez que dejó que el vicio, lo acompañara como pasajero de vida, se le quedó en su humilde existencia como huésped y, hoy es su dueño. Es para reflexionar y recordarle, a algún niño o joven que lo vea con curiosidad, aquella sabia conseja popular. Hay que evitar las drogas a todo trance, para no verse en ese espejo. Mente y cuerpo sano. Esa es la nota.

“Caruta” Alcalá, tuvo su momentos de gloria y cuando llegaba a la ciudad, después de cumplir sus temporadas en las sucursales de los Yankees de New York, y luego de cubrir el campeonato local con Los Tigres de Aragua, lo asediaban, se los diputaban y buscaban muchos “orgullosos amigos” para salir a celebrar, exhibirse junto a él y hasta fotografiarse, hoy vive el peor slump de su vida, ahora vive la soledad del abismo. Es obvio decir, que en este trágico momento que atraviesa, es cuando necesita de esos “orgullosos amigos”, de la atención del estado y de la sociedad en general para “estar regresando” como le dijo una vez el scout Carlos Tosta. Es cuestión de intentarlos. En la vida todo es posible. Dios quiera que así sea. Lo merece.

Este humilde personaje, fue una gloria del deporte nacional y orgullo deportivo tígrense, a pesar de todas las vicisitudes, el mal momento que atraviesa, no hay un ápice de dudas, forma parte de nuestra historia local y lo traemos a estos destellos con la irme aspiración de que, cuando nuestros eximios cronistas, investigadores e historiadores, decidan escribir la verdadera y autentica historia de esta pequeña urbe, que nació al calor del oro negro el 23 de febrero de 1933, lo puedan incluir en el disco duro de la memoria histórica de la ciudad. Nunca olvidemos. Hay que ser consecuente en la buenas y en las malas ¡Vale la pena!



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