domingo, agosto 14, 2011

Personajes de mi pueblo: Anécdotas

El millonario


Como cada uno es, tal es su vida
Platón (428 – 347 a.C.)
Filósofo griego.


En mis tiempos de mozo en el barrio Pueblo Ajuro, conocí a un vecino muy humilde, honesto y trabajador, que posee una familia prolija. Los padres y muchos muchachos. La estrechez económica, no era patrimonio exclusivo de ellos, a todos nos golpeaba. A unos más, a otros menos, pero era bien difícil, darse algún lujo o un buen gusto hasta en la dieta alimentaria. Todos, con el paso del tiempo, hemos ido superando poco a poco, esas duras etapas, no obstante, les echo el cuento, porque el amigo aludido, al cual llamaremos John, cuando estaba bajo los efectos, de las bebidas espirituosas actuaba, hablaba y se comportaba como millonario. Todos en el barrio lo llamaban o llaman el millonario. La ingesta etílica le disparaba la autoestima a niveles siderales.

Resulta que cuando había un convite, a medida que iba libando y las bebidas espirituosas hacían sus efectos, el hombre empezaba a hablar duro, llevaba el pulso de la reunión y en un momento cualquiera, llamaba la atención de todos y les contaba, con la seriedad que el caso ameritaba: escuchen hermanos, hace poco estuvo por la casa mi compadre Miguel Rodríguez, cargaba una cara de preocupación impresionante y luego del saludo de rigor, me dijo. “Tengo un problema grave”, pero cuando iba a entrar en el fondo del problema, balbuceó, se cortó todo y entreverao, me soltó esta perla: “mejor no le digo nada compadre, porque entiendo que la cosa está difícil y usted anda igual que yo, frenando en el hierro y bombeaíto”. Compadre, le increpé. ¿Cuál es el problema? y ante mí insistencia, se confesó. “Firme una hipoteca y puse la casa en garantía y como se venció, me quieren dejar en la calle porque no tengo el dinero para cancelar”. ¿Y cuanto necesita? “20 millones, respondió apenado y afligido”. Caray, compadre, ese es el problema. No se preocupe. Llame a mi esposa, Rose, le dije que fuera al escaparate y me agarrara 20 millones del sencillito y se los entregue y para quitarle preocupaciones, le dije, me paga cuando pueda compadre, lo importante es que salve su casa, los amigos estamos para resolver los problemas y punto. ¿Qué tal? Hay que hacer el bien sin ver a quien. Problema resuelto. El se cree rico y como tal es su vida. Nadie le quita lo bailao.


Pa’ que sea serio.

Cuando cursaba primer año en el liceo Alberto Carnevali, el profesor guía de mi curso, fue el profesor Saturnino “Lulo” Franco. En ese tiempo, cuando culminaba la carga académica del año, daban un período de 15 días, para repasar y estudiar a fondo la materia vista durante el año, en cada una de las asignaturas. El profesor guía, nos reunió, antes de salir libres por ese lapso, con la intención de marcarnos algunas pautas, hacernos algunas recomendaciones buscando que aprovecháramos, lo mejor posible, el tiempo para el estudio. Una vez que concluyó sus aportes acerca de la distribución del tiempo, recomendó que aquellos que tuviesen máquinas en su casa, en los tiempos libres, practicaran mecanografía que también era materia evaluada a final del año escolar o sea en los exámenes finales de julio. En ese momento, pidió la palabra el estudiante, Luís Zapata, oriundo de Pueblo Ajuro y quien era muy descuidado en los estudios y dijo solemnemente: “el que no tenga máquina en su casa puedes pasar por la mía, en la mía hay tres máquinas y están a la orden” el profesor “Lulo” Franco, al ver el gesto de buena intención por parte de Zapata, dijo: Muy bien, allí tienen una buena oportunidad de practicar mecanografía en la casa de Zapata, que ofrece las máquinas de manera generosa y haciendo alarde de buen compañerismo.

Entonces, Zapata, lo interrumpió y le dijo: “hay un solo problema y es que las máquinas son una de moler maíz, una de afeitar y otra de cocer” todos celebramos la ocurrencia, pero al profesor “Lulo” Franco, no le hizo gracia y le recomendó en tono bien fuerte: con la máquina de cocer, se cose las pestañas, para que no se le vayan a caer en el examen de historia” y se despidió. En julio cuando presentamos la prueba final de historia, mis desocupados lectores deben imaginarse lo que sucedió con Zapata. “Lulo” Franco que era un excelente pitcher, le lanzó una recta de humo y lo dejó con la carabina al hombro. Pa’ que sea serio.

Movimiento bursátil

El economista Gustavo Solé, tiene una forma, muy su géneris de conocer el movimiento bursátil en la ciudad. A las 5 de la tarde tiene la información precisa de como cerraron las bolsas, sin tener una fuente oficial y sin apelar a la Internet, para hurgar en la red, los datos que emite el Banco Central. Solé a las 5 PM busca a Henry “Nenerina” Hernández, si lo ve camino a casa, con una bolsita de pan, buenito y sano, es la señal prístina de que, las acciones cayeron estrepitosamente, si lo encuentra libando yuca amarga, con sus fraternos Mario Álvarez, Armando Pino y Juan Bautista Ducato, el movimiento bursátil tuvo un comportamiento estable y, si lo localiza – es difícil ubicarlo cuando tiene un juego grandes ligas – con un pitcher que lanza escosés, las acciones indiscutiblemente, cerraron en alza. Una manera muy especial de conocer la marcha de la economía en la ciudad sin echar muchos números, analizar cuadros estadísticos y romperse mucho la cabeza. Lo cierto del caso es que no se pela. Tal cual ve ese movimiento etílico de “Nenerina”, a ese ritmo, marcha la economía y la vida. Agarren ese trompo en la uña a ver si taratatea.



Economista Gustavo Solé


1 comentario:

José “Cheo” Salazar dijo...

Señor Economista Gustavo Solé y Señor Profesor José Salazar alias "Chheo" quiero quue sepan que el suciodicho "NENERINA" dejó la bebida y está en la etapa de introducción al Evangelio, según me confesó ayer en la tarde bueno y sano y aunque ustedes no lo cean yo le creí por el aspecto de arrepentido del hombre. Fíjate que me dijo: "Haz la prueba invítame mañana para que veas que te insulto". Por supuesto que preferí ahorrarme el insulto. Mucho gusto.MMW (Post Data Esa foto parece de estudio porque el hombre está mejorado)

Martín María Márquez Windevoxhel