viernes, marzo 02, 2012

Sitios históricos de la ciudad

El pasado tiene sus códigos y costumbres
Sócrates (470 – 399 a.C.)
Filósofo griego.

La ciudad cumplió 79 años. El crecimiento ha sido lento, pero sostenido. La  expansión hacia Pueblo Nuevo Sur, se inició al lado de la cerca de protección, de uno de los tantos balancines, que poseía la industria petrolera. En el terreno que hoy ocupa el liceo Alberto Carnevali, que fue inaugurado por el Presidente Raúl Leoni. En la parte norte, construyó su vivienda, el señor Juan Raydán, la cual luego le alquiló, el INOS y, es exactamente, dónde hoy funciona Caliven. En la esquina establecieron el Banco Latino y luego Corp Banca. En esa misma acera hacia el este, construyeron unos italianos y montaron una tienda de ropas. Hoy esos locales dan alberge a Servicool y la ferretería Plaza de Gino Baco y su esposa Flora de Baco. Memoria contra el olvido.

En esa misma acera, también construyó el señor Francisco Pino y su señora Carlota de Pino. Más adelante, edificó su residencia Amen Wong, quien luego le alquiló al Ing. Félix Wong y, este a su vez, al señor Miguel Gener, al lado llegó, el señor Remigio Crespo y su esposa Delia de Crespo, fundadora de la Unidad Geriátrica “La Montonera” y, como dato curioso, en lo que actualmente es el estacionamiento de la CANTV, estaba la residencia del Prof. Juan Hernández Bermúdez y su esposa Francia de Hernández, terreno que le vendieron a la empresa de telecomunicaciones para su expansión, una vez que construyeron su actual residencia, en la calle 13 norte. Los vecinos no olvidan.

En la esquina, dónde hay una venta de loterías, instalaron un pequeño torno el esposo de la señora Estefanía D’Elias, al frente esta el edificio construido por el señor Mario Orsini. El hombre de las llaves. La construcción que continúa es de Luigino Simonetto, oriundo de Bassano, estado de Vicenza, Italia y quien fue el constructor de los cuatro copones maceteros, jarrones vaciados en concreto armado con encofrado de madera y revoco salpicados, que posee la plaza Bolívar de la ciudad. Al lado de Simonetto, estaba la residencia del don José López y su esposa Libia Vda. de López. La esquina del frente, está la quinta del señor Gudelio Valera, el esposo de la Dra. María Josefina González, la propietaria de la desaparecida Farmacia Central, que funcionó por muchos años en la parte posterior del mercado municipal, paralelo a la vivienda del recientemente fallecido Asnaldo José Azacón, extraordinario radio eléctrico que trabajo muchos años con Líbano TV, de don Antonio Mawad y su esposa Leila de Mawad, también fallecida prematuramente. Todos hombres y mujeres de trabajo. Hay que refrescar la memoria.

Es propicio este relato, para dejar constancia de que, antes que construyeran la actual Plaza Bolívar – no olvidemos que la primera Plaza Bolívar esta ubicada en el Casco Viejo y, hace muchos lustros, lleva el nombre de don Simón Rodríguez -  en el frente sur, llegaron estos pobladores. En ese inmenso terreno, recuerdan “era monte y culebra”, luego fue convertido en un campo abierto para jugar béisbol y más tarde fue ocupado por un “Parque infantil” construido por los Rotarios. En el año 1954, abrieron el concurso del proyecto para la construcción de una plaza ornamental en cuyo centro se proyectó una elevación de planta circular en dónde se levantaría un monumento del Libertador Simón Bolívar”. Ese concurso lo ganó el Arquitecto Luís López Diez, quien fue el proyectista  y la obra se ejecutó entre los años 1956 y 57. En esa época ejercía la presidencia, el General-dictador, Marcos Evangelista Pérez, el gobernador del estado, Manuel José Arreaza y Presidente Municipal, Víctor Aranda. No llegaron a inaugurarla, ya que el 23 de enero de 1958 cayó la dictadura y se inició el proceso democrático. Esa es otra historia.

Estos trabajos que realizamos, motu proprio, recopilando datos históricos, para contribuir con el  fortalecimiento de la memoria histórica de la ciudad, siempre  requiere, que apelemos e invoquemos la retentiva y testimonios de muchos protagonistas de estos sucesos, los cuales todavía, gracias a Dios, viven, mantienen gran lucidez y otros más jóvenes, como el caso de Josefina Pino (en la gráfica y, a través de ella, enviamos un efusivo saludo de felicitación a todas la mujeres, ya que mañana, se celebra el día internacional de la mujer), que llegaron con ellos y vivieron desde muy chicos estos hechos que rememoramos, para que queden como testimonio escrito y pueda servir, en la medida de los posible, cómo material de apoyo para que, cuando nuestros eximios cronistas, historiadores e investigadores del rico pasado de esta pequeña urbe, que nació al calor de la industria petrolera, el 23 de febrero de 1933, decidan escribir su verdadera y autentica historia, los incluyan en disco duro de nuestra memoria histórica. Nunca olvidéis que el pasado, aun reciente, tiene sus códigos, costumbres, sitios y personajes. Recordar es vivir y… ¡Vale la pena!


 

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