domingo, junio 10, 2012

Personajes de mi pueblo: Carlos José Requena Llovera

“La fortaleza crece en proporción a la carga”
T. W. Higginson (1823 – 1911)
Escritor y militar estadounidense.

En el grupo de amigos lo llaman Requenita el pobre. En el entorno existen muchos ricos con ese apellido. Es un humilde trabajador petrolero, que nació en San Tomé, ya que sus padres, José Clemente Requena, oriundo de Pariaguán, que trabajaba para Mene Grande Oil Company  y doña María Trinidad Llovera, los cuales se conocieron, enamoraron, casaron y vivieron en el caserío “Las Colmenas” vía Oritupano, fueron trasladados a este campo petrolero, dónde fijaron residencia. El viejo, que había enviudado de la guayanesa Ixora de Requena y con la cual ya tenía 4 hijos. Belén, Zulema, Sara y Rigoberto, permaneció 56 años casado con la mamá de Carlos y procrearon 5 hijos. Luisa del Valle, Odina (+), Iver, Eudoris y Milexi. Todos los hermanos se criaron, educaron y vivieron siempre juntos y son muy unidos. La sangre pesa más que el agua.
 
En una oportunidad desde San Tomé, al señor José Clemente Requena, le salió traslado para Campo Rojo en Anaco. La señora María Trinidad, mujer del campo, trabajadora a todo evento, sacaba tiempo de las labores propias del hogar y elaboraba  turrones de coco, los cuales Carlos José, muy niño, vendía casa por casa a Bs. 0,25 la unidad y por cada día de faena, le regalaban Bs. 1,oo para que fuese cultivando la cultura del ahorro. Transcurrido un tiempo, al viejo le salió otro traslado. Esta vez para el Campamento Petrolero “Los Pilones”, dónde Carlos José, inició sus estudios de primaria en la escuela que dirigía, para ese entonces, el Prof. Marcano Vaca. En lo que promediaba el 4to. grado, volvieron de nuevo a San Tomé y allí, concluyó su primaria. Una vez que el padre salió de la industria petrolera, vivieron unos años en la calle Zoilo Vidal, en la casa de un primo del padre. En esa oportunidad, conoció a los padres de los hermanos Manzol, Pedro Rodríguez y Elina Manzol, quienes eran vecinos y, eso le permitió hacer amistad con todos sus hijos y familiares cercanos. Luego, el señor José Clemente,  compró al señor José Batista, por un monto de Bs. 40.000,oo una vivienda en la 2da. carrera sur Nº 539 y, a pesar de que los progenitores, desaparecieron físicamente, continúa siendo la residencia de la familia. Hay sentido de pertenencia.
 
Carlos José, inició sus estudios de bachillerato en el liceo “Juan Pablo Rojas Paúl”, pasó al Instituto de Comercio “Alberto Carnevalí” para estudiar en el nocturno 3er. año, pero en el año 1978, se retiró habida cuenta de que logró empleo en CORPOVEN, que luego se llamó S.A. MENEVEN y ahora PDVSA.  En el año 1982, se casó con su actual esposa Haydee del Valle con la cual tiene su única hija, la Ing. Saidee del Valle Requena. Requenita laboró en la matriz petrolera 23 años, ya que en el paro petrolero del año 2002, fue una de las víctimas del genocidio laboral que dejó a más de 20.000 trabajadores en la calle. Lo único que pudo salvar de sus beneficios contractuales, fue los adelantos represtaciones sociales, que iba solicitando para cubrir parte de los estudios de su hija. Perdió el trabajo, el derecho a la salud, a vivienda y hasta la caja de ahorro. Una hecatombe total laboral y un golpe duro a la estabilidad económica familiar.
 
La carga familiar, su responsabilidad ante la vida, le templo el espíritu a Requenita y fortaleció su voluntad. Mantiene la esperanza de que, más temprano que tarde, se haga justicia con los extrabajadores petroleros, les restituyan sus derechos y beneficios contractuales y le devuelvan sus ahorros, le cancelen la parte que les corresponde de las prestaciones sociales, salarios caídos y les reivindiquen los derechos vulnerados. No hay mal que dure cien años. La esperanza es la última que se pierde, repite mirando al cielo. Esa tragedia no lo amilanó, se organizó y salió a buscar la vida honradamente. Tenía una Explorer, la vendió en 20 millones, compró un Ford fiesta por 14 millones, con los restantes 6 millones, amortiguó el golpe y empezó a matar tigritos haciendo carreras extraurbanas a algunos amigos. El Prof. José Antonio Arias Reyes a Valencia. Prof. Pedro Rosales a Maracay. Señora Rosa Rodríguez a Cumana. Martín Márquez W, cuando dirigió el diario Mundo Oriental a Barcelona, Cantaura, Pariaguán, Soledad y San José de Guanipa. 5 años, le echó ganas al carrito, para sobrevivirle al proceso y lo logró hasta que el hermano José Rigoberto, que poseía 4 ambulancias, que prestaban servicio a las contratistas de la industria petrolera, en la zona de Melones, Dación y hasta muy cerca de Maturín, le quedó una vacante, lo llamó y le dio empleo. A nadie le falta Dios.
 
El que siembra cosecha, en lo que tenía 4 meses, trabajando con su hermano, la hija que ya era empleada de Servicios Ojeda, C.A le llamó a esa empresa para ocupar el cargo de supervisor de camiones vacuum y cuando a los 2 años, expiró el contrato de esas unidades, por su buen comportamiento y compromiso laboral, lo dejaron en el departamento de compras, dónde se desempeño por espacio de 2 años más, hasta el viernes 1 de junio, cuando renunció, porque su hija, que es ingeniera de mantenimiento, en una empresa petrolera trasnacional, lo volvió a ubicar inmediatamente. Trabajo estable y mejor remunerado. No hay dudas, la mejor inversión de un padre, es en la educación de sus hijos. Carlos Requena, a pesar del genocidio petrolero, le sobrevive al proceso, posee una bella familia y cuando se publique esta crónica, debe estar en plena faena en su nuevo destino como trabajador petrolero. Dios y la virgen os protejan.
 
En los 23 años que permaneció en la industria petrolera nacional, fue escalando posiciones, hasta llegar a supervisor de las cuadrillas, que dependían del Departamento de Apoyo Operacional cuyo Ing. de área era Víctor Salazar, quien hoy es Gerente de Extrapesados de PDVSA y bajo el mando del sobreestante Amador Quevedo. En ese rol, le correspondió supervisar, las cuadrillas de Servicio Quijada, dónde conoció a Luís “Culí” Martínez, para ese entonces, ayudante de soldadura y delegado sindical de Fedepetrol, al Morocho José Salazar y Rosendo Bolívar. También estuvieron bajo su supervisión, las cuadrillas de Constructora RAMOICA, FEMECA del señor Raúl Medina y Servicio Mecánico Pesado Gamboa de los hermanos Armando y Rafael Gamboa, hijos de don Sebastian Gamboa Almeida, fundador de esa empresa. Esas amistades y muchas otras, dónde destaca la del vecino, Henry “Nenerina” Hernández, el cual cuando su padre, Ramón Tineo Andarcia, envió a Estados Unidos a estudiar, aprendió varios idiomas y, en su condición de poliglota, le da clases de inglés, son parte de sus riquezas. Los amigos con y sin razón.
 
En la segunda carrera sur, la calle de los mítines políticos, tuvo oportunidad de ver las dos más grandes concentraciones, que se han visto en la ciudad. La de los candidatos presidenciales Carlos Andrés Pérez Rodríguez y Jaime Lusinchi y otra congregación, con una asistencia aceptable, fue la del candidato a gobernador Dr. Ovidio González. Tuvo de vecinos a la concesionaria ACO-Tractores, el depósito de cemento de la empresa TRANSTICA, cuyo propietario, el señor Ramón Tineo, traía las cargas desde Pertigalete, en una gandola que tenía doble remolque. Era chofer y no utilizaba ayudante. Viajaba íngrimo y solo. No era pichirre, tenía sentido del ahorro y si se le reventaba una llanta el mismo la cambiaba y reparaba. Nada de gastos superfluos, para minimizar los gastos de los viaje, tomaba  un racimo de cambur del patio y lo devoraba como desayuno, almuerzo, merienda y cena. En esa calle, también se celebraban las grandes tómbolas con motivo de las fiestas carnestolendas y en la parte trasera funcionó por muchos años Pollos Guanaguanare, dónde vendían el pollo asado a Bs. 5. En ese negocio, Requenita, siempre coincidía con el joven abogado José Horacio Guzmán Requena, el Econ. Gustavo Solé, que era gerente del Banco Mercantil, el periodista Pedro Emilio Rojas Vargas (PEJAS), don Roberto Carrillo, dueño de la Tipografía Miranda, José “Pepe” Escrivá, que tenia un gran parecido con Cantinflas, condición que aprovechaba, para promocionar las películas que iba a proyectar en el cine CRISTAL, de su propiedad. Es el local que hoy ocupa ELIDORCA, del señor Jorge pieza y con todos, con su proverbial buen talante, hizo amistad.

Carlos José Requena Llovera, los personajes, empresas y sitios que mencionamos en este destellos, merecen que cuando nuestros eximios cronistas, investigadores e historiadores, decidan escribir la verdadera y autentica historia de esta pequeña urbe, que nació al calor de la industria petrolera, el 23 de febrero de 2012, los incluyan en disco duro de nuestra memoria histórica. ¡Vale la pena!
 

 

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