sábado, junio 24, 2006

Los Centros de Salud Pública en El Tigre

“El que tiene salud tiene esperanza, y el que
tiene esperanza es dueño de todo”
Proverbio árabe.
Cuando la hoy ciudad de El Tigre nació al calor de la industria petrolera en el año 1933, no había centro dispensador de salud, en la medida que se poblaba, se fueron instalando los consultorios privados y con el crecimiento progresivo de la población, surge la necesidad de establecer un centro referencial para atender pacientes de manera gratuita, o sea, la prestación del servicio de salud pública. En 1946 se construye el “Puesto de Socorro” en la calle Ricaurter, exactamente donde hoy funciona La Cruz Roja, desde el año 1953. Inicia sus labores asistenciales, con un personal mínimo: un médico, el Dr. Pedro Elías Rebollo Guzmán, y una enfermera. A los pocos años quedó chiquito y el pueblo demandaba uno más grande, el régimen del dictador Marcos Evangelista Pérez Jiménez no atendía el reclamo del momento y la urgencia se acrecentaba cada día por el incremento sostenido de la población.

Ante la demanda del pueblo, el Club de Leones, presidido en el año 1955 por don Mauro Barrios y el Comité de damas liderado por su distinguida esposa la señora Mercedes de Barrios, toman la iniciativa durante esa gestión y construyen un dispensario más amplio en la primera calle norte, en la esquina que está al frente del centro social, donde hoy funciona el jardín de infancia “Francisca Duarte” y se incorporan de manera voluntaria ad honoren 6 médicos del pueblo. El Dr. Julio Vechionacce, Napoleón Ledezma, Rafael Tobías Guevara, Carlos Parra, Héctor Farias y Agustín Crespo. Una elite de médicos que atendían de lunes a sábado con guardias de un día. En ese tiempo los profesionales de la medicina recibían muchas muestras médicas y eso les permitía no solo atender al paciente sino regalarle la medicina y cuando había fallas la señora Mercedes de Barrios organizaba una tómbola, recogía fondos y la medicina seguía siendo gratuita.

En esa época bucólica de la ciudad, donde todos se conocían y la solidaridad era una constante instalada entre los lugareños, el país vivía una tenebrosa dictadura y una persecución feroz contra la libertad de prensa. Recuerda don Mauro Barrios que por esos días detienen a don Edmundo Barrios, a don Juan Meza Vergara y al distribuidor del periódico Antonio López Castillo y en la zafra se lo llevan a él también. Pasa una noche detenido en la Seguridad Nacional, no le dicen el porqué y en la mañana lo dejan en libertad, pero con un régimen diario de presentación. El nunca encontró explicación lógica a su detención, hasta que un día en un juego de béisbol un compañero de equipo que era funcionario de la SN, cuando finalizó el encuentro le dijo: “Mira, Mauro no me vendas, pero, tú no fuiste detenido por el problema del periódico, a ti te detuvieron porque te pusiste desde el Club de Leones a construir ese dispensario y el gobierno no acepta que le invadan sus competencias” Una muestra de la intolerancia e insensibilidad de la dictadura. Dirá Mauro hoy. Bien preso fui e iría con mucho gusto de nuevo si ese es el delito.

Finalizando el año 1955, bajo la administración del Dr. Manuel José Arreaza Cardier, Gobernador designado por el General Marcos Evangelista Pérez Jiménez según consta en su memoria y cuenta, se construye y pone en funcionamiento el “Edificio y dotación del Centro de Salud, para 75 camas a un costo de Bs. 1.596.138,40 en la avenida Francisco de Miranda y que luego fue bautizado con el nombre de “Dr. Luís Felipe Guevara Rojas” Ese antiguo hospital para el momento tenía la capacidad ideal para la zona ya que poseía los 5 servicios básicos: cirugía, medicina, obstetricia, pediatría y la emergencia, además poseía redes para los puntos de oxigeno y sus equipos de succión interno. Moderno, funcional, equipado y con todas las comodidades requeridas para el pueblo de aquel entonces, ratifica Martín Márquez Windevoxhel, conocedor de materia.

Ese centro de salud que nosotros coloquialmente conocemos como el viejo hospital funcionó 13 años como dispensador de salud. Luego funcionaron las primeras oficinas del entonces IUTET hoy IUTJAA y actualmente tienen su sede La Orquesta Sinfónica “José Antonio Anzoátegui”, La Biblioteca Pública “Alfredo Armas Alfonzo” y la escuela de capacitación para Adultos “María Antonia Bolívar” Edificaciones públicas que quedan abandonadas y ante la falta de espacio físico se adecuan para darle cobijo a otras instituciones de servicio e importancia publicas desde el punto de vista cultural y educativas que desarrollan sus actividades en mejores condiciones. Realidad, indiscutible.

El 16 de agosto de 1968 el presidente Raúl Leoni, que adelantó, construyó, equipó y puso en servicio la mejor obra de salud pública de la era democrática - construyó 16 hospitales en el país - inauguró en El Tigre el moderno y actual hospital “Luís Felipe Guevara Rojas” con capacidad para 210 camas, exceptuando emergencia. Inició la prestación del servicio con 120 camas, hoy dicen los entendidos no llega a 140 camas en funcionamiento y tiene 2 pisos sub-utilizados y además tiene presupuesto de un hospital tipo II y funciona como uno tipo III con muchas limitaciones financieras, dependiendo de un crédito adicional para que le asignen recursos y el crédito de los proveedores. Es hora de aprobar un presupuesto justo, equilibrado y con justicia para nuestro nosocomio local que atiende a toda la zona sur del estado. La revolución tiene la palabra.
Es una pequeña reseña de la evolución histórica del sector público de la salud en la ciudad de El Tigre que ayudara a conservar la memoria histórica y que uno aspira colocándolo sobre el tapete, sea mejorado cada día y sea dignificado para prestar más y mejor servicio de salud a está inmensa región del sur del estado y con buena salud pueda acrecentar sus esperanzas y en futuro no muy lejano pueda decir con orgullo que somos todos dueños de Venezuela y nuestro destino.

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