“Tal vez algún día será un placer
recordar todo esto”
Virgilio.
recordar todo esto”
Virgilio.
El 30 de noviembre de 1.959 iniciándose el gobierno de don Rómulo Betancourt, en el marco de una agresiva política de masificación de la educación en todos sus niveles, fue creado en la ciudad “El Instituto Nacional de Educación Comercial El Tigre”. Adscrito a La Dirección Artesanal, Industrial y Comercial (DARINCO) del Ministerio de Educación. Inició sus actividades en la esquina contigua a Deel El Tigre empresa concesionario FORD, en el local que hoy ocupa La Casa de la Caña en la Avenida España. Su primer director fue el profesor de Educación Comercial Armando Barreto que dictaba las cátedras de Caligrafía y Contabilidad, procedente de Cumana que apenas ejerció el cargo por espacio de un año, cuando tuvo que regresar a la primogénita del continente y el Ministerio de Educación comisionó al profesor Ángel Antonio Merlín quien concluyó la tarea organizativa de la novel institución educativa y ya a su tercer año logró mudarla a la vieja casona propiedad de don Roberto Bonaguro en la salida a Pariaguan, donde funcionan varios locales comerciales, especialmente ventas de repuestos y accesorios para vehículos. El llamado edificio de SERECA como se conoce ahora.
En sus inicios “El Instituto Nacional de Educación Comercial de El Tigre” desarrollaba sus actividades académicas en apenas 2 aulas, luego en la vieja casona contó con 15, que le permitió un desarrollo más holgado de sus actividades, ampliar su matricula estudiantil, su plantilla de educadores y el organigrama funcional. En ese momento de desarrollo institucional, el profesor Ángel Antonio Merlín solicita y le es aprobado por el ME dos direcciones. La diurna que ocupó el profesor Manuel Márquez y la del nocturno asumida por el profesor Gustavo Figueroa. También envió comunicación al ME sometiendo a consideración el nombre del luchador democrático durante la dictadura de Marcos Evangelista Pérez Jiménez, el Dr. Alberto Carnevali, que falleció el 21 de mayo de 1953 de mengua, en la Penitenciaria General de San Juan de Los Morros, víctima de un cáncer generalizado en el aparato digestivo. No hubo objeción y desde el año 1962 la institución ostenta orgullosa ese honroso nombre y pasó llamarse “Instituto de Comercio Alberto Carnevali”
Indiscutiblemente, el profesor Ángel Antonio Merlín fue artífice de la organización, desarrollo, consolidación y proyección del “Instituto de Comercio Alberto Carnevali”. En su fructífera gestión como director nunca desmayó en su empeño por hacer de la institución la mejor en la educación media local, a la vez que mantuvo una férrea lucha, desde el Rotary Club y su condición de líder político de AD, por lograr una sede propia y moderna para la institución que dirigía, cuestión que alcanzó cuando el 20 de noviembre de 1967 el Dr. Raúl Leoni, su distinguida esposa doña Menca de Leoni y el Ministro de Obras Públicas, Ing. Leopoldo Sucre Figarella cortaron la cinta tricolor en su compañía para dejar inaugurado el edificio que todavía, pese a sus carencias y falta de mantenimiento, tiene la sede el ahora conocido como, Liceo “Alberto Carnevali” nombre que adoptó luego que fueron creados los ciclos básicos y las especializaciones pasaron todas al Liceo Briceño Méndez.
En el año 1967, estrenando nueva sede, en el marco de las fiestas carnestolendas, el Instituto de Comercio “Alberto Carnevali” se anotó otro rutilante triunfo cuando su representante, la linda joven Ana Zulay Lira Rondón, que era estudiante del nocturno y secretaria ejecutiva en el diurno, resulto electa reina de las fiestas de ese año en reñida competencia con las seleccionadas por los demás liceos y clubes sociales que en esa época vivían su tiempo de esplendor. Eran unas fiestas de órdago, donde los disfraces, las carrozas, las lindas chicas al ritmo del steel band que magistralmente tocaba el maestro Desmond Cole, destacaban por su colorido de ensueño en su recorrido por la avenida Francisco de Miranda. Don Claudio Perdomo, el popular “Nene” disfrazado de negrita, siempre iba a la cabeza de esos desfiles en honor al rey Momo, repartiendo caramelos y poniéndole toda la alegría con su prodigioso e innato histrionismo. Un showman en todos los carnavales de El Tigre. La fiesta de gala, se celebró en los elegantes salones del recién inaugurado Centro Social Árabe. Todo un acontecimiento en el bucólico pueblo de entonces.
Un dato curioso es que el profesor Ángel Antonio Merlín, que era docente desde el año 1954 y sub-director en el Instituto de Comercio Dalla Costa de Ciudad Bolívar en el año 1960, lo envían a Acarigua como director de una institución educativa similar, donde permaneció sólo una semana ya que lo transfirieron a El Tigre, para llenar la vacante que se produjo como consecuencia de que el profesor Armando Barreto regresó a su ciudad natal Cumana y estuvo en la dirección del Instituto de Comercio “Alberto Carnevali hasta el año 1979 cuando fue jubilado. Unas cuantas lunas al frente de la institución que dejaron una profunda huella que todos hoy, tal como reza el pensamiento de Virgilio que colocó en la pared externa en la parte alta donde funciona la dirección, recordamos con placer. “Tal vez algún día será un placer recordar todo esto” dice el laureado poeta latino en su excelsa obra literaria La Eneida, que dejó sin terminar.
Recién inaugurada la nueva sede en el año 1967 el profesor Gustavo Figueroa, regresa a Cumana y la vacante de sub-director la ocupa como titular el profesor Hernán José Iro hasta el año 1969 cuando independizan el nocturno del diurno y es nombrado director hasta el año 2003 cuando se jubila. En ese largo periplo al frente de dirección nocturna, lo acompañaron como sub-directores el profesor Mamerto Díaz como encargado por espacio de 2 años y como hacer carrera en educación no estaba en sus proyectos declinó en el año 1973 para iniciar sus estudios de derecho que culminó con éxito y nombran al profesor Juan Rojas Meza que ejerció el cargo hasta el 1978 cuando le aprueban su traslado al estado Monagas, fecha en la cual designan al profesor Juan Figuera que a la salida del profesor Hernán Iro, es ascendido a director cargo que ejerce hasta el presente.
En el diurno acompañaron al profesor Ángel Antonio Merlín como sub-directores el profesor Manuel Márquez desde el año 1963, hasta el 1969 cuando es incapacitado y le entrega el testigo al profesor Bernardo Acosta que ocupa el cargo por espacio de dos años, lo deja vacante al ser nombrado gobernador de su estado natal Nueva Esparta. En ese tiempo nombran al profesor Manuel Tabasca que ejerce el cargo hasta el año 1979, Merlín se acoge a la jubilación, encargan a la profesora Ana Carmen Rodríguez de Gómez que al poco tiempo se jubila y pasa a ejercer la dirección el profesor Manuel Tabasca durante largo tiempo hasta su jubilación en el año 1999. El ME encarga en la dirección a la profesora Nessi Vásquez, ésta se jubila y en esa misma condición ejerce el profesor Jesús Noriega que luego es ascendido a la zona educativa y al producirse la vacante nombran al actual director Amabilis Obediente.
Es una síntesis de la evolución histórica del Liceo “Alberto Carnevali” de cuyas aulas en su primera etapa graduó los Técnicos Mercantiles, equivalente al bachillerato contemplando además a los 4 años el Certificado de Perito Mercantil en los cursos diurnos, ya que en la noche, se obtenía el Certificado de Secretariado Comercial o Corresponsal y Secretariado en Contabilidad en 3 años. En el año 1970 fue eliminada la nomenclatura de Técnico Mercantil para dar paso como era lo correcto a los títulos de Bachiller Mercantil para que los graduando no tuviesen dificultad a la hora de acceder a las universidades. Fueron 3 promociones de Bachilleres Mercantiles porque en el año 1972 el sistema fue modificado, la institución fue convertida en un ciclo básico que desapareció de un plumazo su esencia primaria de preparar jóvenes para el trabajo. Ese tipo de institución eran las que verdaderamente se ocupaban de la educación para el trabajo. De eso, estoy convencido, no puede quedar una pizca de dudas.
Puedo afirmar sin temor a equívocos que los jóvenes egresados del Instituto de Comercio Alberto Carnevali, hasta que conservó su status en el año 1972, fue vitrina de excelencia en la preparación académica de sus estudiantes a todos los niveles, amén del orden, la disciplina, la pulcritud en el vestir de profesores, alumnos, personal administrativo, obrero. La infraestructura también se mantenía impecable hasta en los mingitorios que era digno de elogio en la ciudad. Eran tiempos donde el respeto del alumno por el profesor y viceversa era casi reverencial. Lo afirmó con certeza porque lo viví intensamente por espacio de 5 años cuando egrese de Bachiller Mercantil en el año 1971 en la promoción que llevó el nombre del distinguido profesor Bernardo Acosta de cuyas manos recibí mi titulo el cual ostento con orgulloso.
El profesor Ángel Antonio Merlín genio y figura indiscutible del Liceo “Alberto Carnevali” y líder por muchos años de la institución, siempre buscó darle identidad propia a quienes desde sus aulas, pasillos, áreas recreativas, deportivas, deportivas y administrativas compartíamos sueños y esperanzas. Es así, cuando por su iniciativa surgió la gran familia Carnevaliana. Hoy, el profesor Merlín, quien leva anclas desde la Fundación Barcelona al lado de su distinguida esposa la profesora Ismelia, tengo seguridad, conserva una memoria tan clarita como el agua del río moquete y una salud a prueba de misiles, puede dar fe de lo que aquí escribo y de haber alguna omisión, tengan la seguridad, la corregimos con el invalorable aporte del protagonista principal. Mientras tanto, hicimos el esfuerzo para que quede grabada en la memoria histórica de la ciudad, la evolución histórica del “Alberto Carnevali” y podamos repetir al unísono con Merlín, parafraseando al poeta Virgilio, no hay dudas, hoy día, es un placer recordar todo esto.
En sus inicios “El Instituto Nacional de Educación Comercial de El Tigre” desarrollaba sus actividades académicas en apenas 2 aulas, luego en la vieja casona contó con 15, que le permitió un desarrollo más holgado de sus actividades, ampliar su matricula estudiantil, su plantilla de educadores y el organigrama funcional. En ese momento de desarrollo institucional, el profesor Ángel Antonio Merlín solicita y le es aprobado por el ME dos direcciones. La diurna que ocupó el profesor Manuel Márquez y la del nocturno asumida por el profesor Gustavo Figueroa. También envió comunicación al ME sometiendo a consideración el nombre del luchador democrático durante la dictadura de Marcos Evangelista Pérez Jiménez, el Dr. Alberto Carnevali, que falleció el 21 de mayo de 1953 de mengua, en la Penitenciaria General de San Juan de Los Morros, víctima de un cáncer generalizado en el aparato digestivo. No hubo objeción y desde el año 1962 la institución ostenta orgullosa ese honroso nombre y pasó llamarse “Instituto de Comercio Alberto Carnevali”
Indiscutiblemente, el profesor Ángel Antonio Merlín fue artífice de la organización, desarrollo, consolidación y proyección del “Instituto de Comercio Alberto Carnevali”. En su fructífera gestión como director nunca desmayó en su empeño por hacer de la institución la mejor en la educación media local, a la vez que mantuvo una férrea lucha, desde el Rotary Club y su condición de líder político de AD, por lograr una sede propia y moderna para la institución que dirigía, cuestión que alcanzó cuando el 20 de noviembre de 1967 el Dr. Raúl Leoni, su distinguida esposa doña Menca de Leoni y el Ministro de Obras Públicas, Ing. Leopoldo Sucre Figarella cortaron la cinta tricolor en su compañía para dejar inaugurado el edificio que todavía, pese a sus carencias y falta de mantenimiento, tiene la sede el ahora conocido como, Liceo “Alberto Carnevali” nombre que adoptó luego que fueron creados los ciclos básicos y las especializaciones pasaron todas al Liceo Briceño Méndez.
En el año 1967, estrenando nueva sede, en el marco de las fiestas carnestolendas, el Instituto de Comercio “Alberto Carnevali” se anotó otro rutilante triunfo cuando su representante, la linda joven Ana Zulay Lira Rondón, que era estudiante del nocturno y secretaria ejecutiva en el diurno, resulto electa reina de las fiestas de ese año en reñida competencia con las seleccionadas por los demás liceos y clubes sociales que en esa época vivían su tiempo de esplendor. Eran unas fiestas de órdago, donde los disfraces, las carrozas, las lindas chicas al ritmo del steel band que magistralmente tocaba el maestro Desmond Cole, destacaban por su colorido de ensueño en su recorrido por la avenida Francisco de Miranda. Don Claudio Perdomo, el popular “Nene” disfrazado de negrita, siempre iba a la cabeza de esos desfiles en honor al rey Momo, repartiendo caramelos y poniéndole toda la alegría con su prodigioso e innato histrionismo. Un showman en todos los carnavales de El Tigre. La fiesta de gala, se celebró en los elegantes salones del recién inaugurado Centro Social Árabe. Todo un acontecimiento en el bucólico pueblo de entonces.
Un dato curioso es que el profesor Ángel Antonio Merlín, que era docente desde el año 1954 y sub-director en el Instituto de Comercio Dalla Costa de Ciudad Bolívar en el año 1960, lo envían a Acarigua como director de una institución educativa similar, donde permaneció sólo una semana ya que lo transfirieron a El Tigre, para llenar la vacante que se produjo como consecuencia de que el profesor Armando Barreto regresó a su ciudad natal Cumana y estuvo en la dirección del Instituto de Comercio “Alberto Carnevali hasta el año 1979 cuando fue jubilado. Unas cuantas lunas al frente de la institución que dejaron una profunda huella que todos hoy, tal como reza el pensamiento de Virgilio que colocó en la pared externa en la parte alta donde funciona la dirección, recordamos con placer. “Tal vez algún día será un placer recordar todo esto” dice el laureado poeta latino en su excelsa obra literaria La Eneida, que dejó sin terminar.
Recién inaugurada la nueva sede en el año 1967 el profesor Gustavo Figueroa, regresa a Cumana y la vacante de sub-director la ocupa como titular el profesor Hernán José Iro hasta el año 1969 cuando independizan el nocturno del diurno y es nombrado director hasta el año 2003 cuando se jubila. En ese largo periplo al frente de dirección nocturna, lo acompañaron como sub-directores el profesor Mamerto Díaz como encargado por espacio de 2 años y como hacer carrera en educación no estaba en sus proyectos declinó en el año 1973 para iniciar sus estudios de derecho que culminó con éxito y nombran al profesor Juan Rojas Meza que ejerció el cargo hasta el 1978 cuando le aprueban su traslado al estado Monagas, fecha en la cual designan al profesor Juan Figuera que a la salida del profesor Hernán Iro, es ascendido a director cargo que ejerce hasta el presente.
En el diurno acompañaron al profesor Ángel Antonio Merlín como sub-directores el profesor Manuel Márquez desde el año 1963, hasta el 1969 cuando es incapacitado y le entrega el testigo al profesor Bernardo Acosta que ocupa el cargo por espacio de dos años, lo deja vacante al ser nombrado gobernador de su estado natal Nueva Esparta. En ese tiempo nombran al profesor Manuel Tabasca que ejerce el cargo hasta el año 1979, Merlín se acoge a la jubilación, encargan a la profesora Ana Carmen Rodríguez de Gómez que al poco tiempo se jubila y pasa a ejercer la dirección el profesor Manuel Tabasca durante largo tiempo hasta su jubilación en el año 1999. El ME encarga en la dirección a la profesora Nessi Vásquez, ésta se jubila y en esa misma condición ejerce el profesor Jesús Noriega que luego es ascendido a la zona educativa y al producirse la vacante nombran al actual director Amabilis Obediente.
Es una síntesis de la evolución histórica del Liceo “Alberto Carnevali” de cuyas aulas en su primera etapa graduó los Técnicos Mercantiles, equivalente al bachillerato contemplando además a los 4 años el Certificado de Perito Mercantil en los cursos diurnos, ya que en la noche, se obtenía el Certificado de Secretariado Comercial o Corresponsal y Secretariado en Contabilidad en 3 años. En el año 1970 fue eliminada la nomenclatura de Técnico Mercantil para dar paso como era lo correcto a los títulos de Bachiller Mercantil para que los graduando no tuviesen dificultad a la hora de acceder a las universidades. Fueron 3 promociones de Bachilleres Mercantiles porque en el año 1972 el sistema fue modificado, la institución fue convertida en un ciclo básico que desapareció de un plumazo su esencia primaria de preparar jóvenes para el trabajo. Ese tipo de institución eran las que verdaderamente se ocupaban de la educación para el trabajo. De eso, estoy convencido, no puede quedar una pizca de dudas.
Puedo afirmar sin temor a equívocos que los jóvenes egresados del Instituto de Comercio Alberto Carnevali, hasta que conservó su status en el año 1972, fue vitrina de excelencia en la preparación académica de sus estudiantes a todos los niveles, amén del orden, la disciplina, la pulcritud en el vestir de profesores, alumnos, personal administrativo, obrero. La infraestructura también se mantenía impecable hasta en los mingitorios que era digno de elogio en la ciudad. Eran tiempos donde el respeto del alumno por el profesor y viceversa era casi reverencial. Lo afirmó con certeza porque lo viví intensamente por espacio de 5 años cuando egrese de Bachiller Mercantil en el año 1971 en la promoción que llevó el nombre del distinguido profesor Bernardo Acosta de cuyas manos recibí mi titulo el cual ostento con orgulloso.
El profesor Ángel Antonio Merlín genio y figura indiscutible del Liceo “Alberto Carnevali” y líder por muchos años de la institución, siempre buscó darle identidad propia a quienes desde sus aulas, pasillos, áreas recreativas, deportivas, deportivas y administrativas compartíamos sueños y esperanzas. Es así, cuando por su iniciativa surgió la gran familia Carnevaliana. Hoy, el profesor Merlín, quien leva anclas desde la Fundación Barcelona al lado de su distinguida esposa la profesora Ismelia, tengo seguridad, conserva una memoria tan clarita como el agua del río moquete y una salud a prueba de misiles, puede dar fe de lo que aquí escribo y de haber alguna omisión, tengan la seguridad, la corregimos con el invalorable aporte del protagonista principal. Mientras tanto, hicimos el esfuerzo para que quede grabada en la memoria histórica de la ciudad, la evolución histórica del “Alberto Carnevali” y podamos repetir al unísono con Merlín, parafraseando al poeta Virgilio, no hay dudas, hoy día, es un placer recordar todo esto.
3 comentarios:
"Tal vez alguna dia vez será un placer recordar todo esto", virgilio
Es un placer al recorrer de los años, mas de 40 años que tuve la dicha de estudiar alli el basico, de recordar profesores, recuerdo a un profesor muy negrito casado con una profesora creo que alemana, recuerdo las canchss, la cantina, casa salon, ah al profesor pescadito, de ingles, mi uniforme de cuadros verdes jumper, sus jardines, todo, todo, es un cumulo de bellos gestos de vivencia.,,
que hermoso es recordar todo eso...
siempre cariños una exalumna de ese glorioso Alberto Carnevali, de la ciudad de El Tigre...
Emely
estudie y me divertí alli, me encantaría saber del profe Silva, los Barky, y de todos los q contribuyeron a mi formación.
Todo lo dicho en este artículo es muy cierto, incluso creo que se queda un poco corto al alabar la hermosura de este liceo. Yo ingresé en el año 69 y egrese en el año 72 (al Briceño Mendez a cursar cuarto y quinto año). Recuerdo que ese liceo brillaba por la limpieza, pulcritud, belleza de sus jardines, comportamiento ejemplar tanto de profesores como alumnos. Que bellos recuerdos
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