“Lo que está hecho no se
puede deshacer”
puede deshacer”
William Shakespeare
La lotería de animalitos en El Tigre fue popularizada por el padre Romero Mata, quien fue párroco de la iglesia Virgen del Valle hasta el año 58 y construyó la iglesia con los ingresos que le proporcionaba la venta de billetes de esa popular lotería, cuyo sorteo, en ese tiempo era realizado en Aragua de Barcelona y su resultado llegaba mediante telegrama que le enviaban todas las tardes a la sede del telégrafo, que todavía funciona en la esquina de las calles Brisas del Mar con Ayacucho. Cuando cambiaron al padre Romero Mata y asumió por muy corto tiempo el padre Antonio Colmenares, hasta la llegada en el años 1.959 del padre Bruno Vístoli, la iglesia abandonó esa practica, pero quedo sembrado en la gente el gustito por el popular juego, que comenzó a jugarla ilegalmente durante unos meses, hasta que la Cámara Municipal presidida por don Miguel Gener aprobó la ordenanza municipal que creó la Junta de Beneficencia Pública de El Tigre, que asumió legalmente la lotería de animalitos.
La junta directiva del nuevo organismo municipal lo presidió Miguel Gener, acompañado por Juan Raydan, Cleofe Quesada León, Albino Rodríguez y el bachiller Gabriel Ramírez Tovar, que a la vez, se desempeño como contador que era su especialidad. Esa directiva con poderes plenipotenciario designó como administrador a Francisco “Chico” Moreno, quién fue reclutado de la empresa Hallibourtón dónde se desempeñaba como Secretario de Relaciones Industriales. Era el inicio de una nueva etapa, dónde el juego de los animalitos volvía a la legalidad, la municipalidad asumía el control y responsabilidad, a través de la junta y lograban generar empleos directos e indirectos, una parte de sus ingresos se le daba carácter benéfico y con la otra cubrían el déficit del tesoro municipal, cuyos ingresos para la época, eran muy exiguos. Regularmente la nómina de los trabajadores municipales era cancelada por la junta que administraba la lotería de animalitos.
En la calle Girardot, muy cerca de la Iglesia Virgen del Valle, al lado de la casa de don Misael Amarista, fundador de la Banda Municipal, y donde hoy funciona un mercalito, se instaló la sede de la Junta de Beneficencia Pública de El Tigre en un edificio de dos plantas. En la parte baja laboraba el personal de entrega y recepción de los talonarios de animalitos debidamente sellados, el producto de la venta y las devoluciones. En el piso de arriba las oficinas administrativas y el local debidamente acondicionado para el sorteo y abajo en la calle un espacioso sitio en la calle donde la gente desde las 3PM comenzaba a reunirse para oír en vivo el sorteo que era realizado a las 4PM, en presencia de una representación del público presente que invitaban a subir para que miraran, atestiguaran y certificaran el resultado. Hasta 8 se hacían presentes para matarse por su vista.
Globo limpio, se escuchaba la voz de Francisco “Chico” Moreno, por el altoparlante e iniciaba la introducción de las fichas, contando una por una, hasta completar las 30 – Eran 32 y dos no jugaban por haber salido los días anteriores al sorteo – y luego de tenerlas en globo, comenzaba la angustia en la gente. Todo listo, comienza a girar el globo, narraba “Chico” ya se introdujo la bolita y ahora sí, se detuvo el globo. La ficha ganadora es X, justamente la que ese día tuvo más devoluciones, la gente zapateaba abajo y “Chico” remataba la narración diciendo: “Los que tuvieron la dicha de acertar pasar por la taquilla para que hagan efectivo su premio y los que no, a dormir temprano, para que sueñen y mañana tengan mejor suerte” Toda sarta de improperios se escuchaba en el público, incluyendo la tradicional mentada de una señora cuyo único delito había sido traer al mundo a “Chico”. Bueno eran gajes del oficio y, aún habiendo policías infiltrados, para resguardar el orden, nadie fue, ni siquiera amonestado por expresar libremente su molestia por más escatológico, soez y ofensivo el lenguaje que utilizara. Reinaba la libertad de expresión.
Aparte de cubrir el déficit del tesoro municipal, cumplir con el espíritu, propósito y razón de su creación como era la beneficencia pública entregando ayudas para medicina, becas, sillas de ruedas, bloques, zinc, cabillas, muletas, ayudas personales a pobres de solemnidad y colaboración a deportistas con pasajes para viajes, viáticos y útiles deportivos, la Junta de Beneficencia Pública de El Tigre también remodeló la Iglesia Virgen del Valle, la Casa de la Cultura, construyó la Escuela Granja de El Tigrito, para darle alberge a los niños pobres de la zona urbana y los del campo brindándoles posibilidades de realización ya que contarían con una educación integral, el cementerio de la salida al Caris, utilizando 40 mil bloques que costaban Bs. 1, el cemento, cabillas, arena, el agua los suministraba la lotería y el Departamento de Obras Públicas Municipales, los obreros que abarataron el costo de la obra, también entregaron 71 casas en propiedad a familias humildes que eran adquiridas ya construidas a la gente que las tenía en venta, asfaltaron calles, emprendieron obras menores en la ciudad y patrocinaron un equipo de béisbol clase A, dónde se iniciaron peloteros que luego fueron estrellas como Tadeo Flores, Parminio Perdomo, Domingo Cova, Alcibíades “Tirria” Velásquez, Ubaldo Deffendini, Martín Presilla, Eustoquio “Bigote” López y Nicomedes Boada, entre otros. Un gobierno dentro del gobierno, pues.
Tanto da el agua al cántaro hasta que lo rompe. La Junta de Beneficencia Pública de El Tigre, fue víctima de las luchas políticas. Los que ejercían el gobierno transitoriamente la defendían a capa y espada, luego que pasaban a la oposición la veían como un enemigo terrible que había que destruir. En ese tira y encoge llegó el año 1968 cuando ejercía la Presidencia Tomás Domínguez Rojas y el Síndico Procurador Municipal era Oscar Urrieta Salazar.
La guerra entre Acción Democrática y el MEP eran terribles. El Concejo Municipal lo controlaba, el MEP y AD presionaba al gobierno regional para que eliminara los animalitos y así cortarles de raíz esa abundante fuente de financiación y capacidad clientelar. El poder económico y político de Concejo Municipal con la junta sus manos superaba con creces al poco que ejercían los adeístas desde las oficinas públicas y la prefectura. En esas condiciones crecía el MEP y AD era minoría en el distrito cuestión inaceptable ostentando el poder nacional y regional.
En las postrimerías del gobierno del Dr. Raúl Leoni y ejerciendo la gobernación del estado el Dr. José Rafael Hernández Camejo, las presiones se acentuaron al extremo que el gobernador firmó el decreto eliminando los animalitos. Los mepistas dijeron que el decreto era ilegal y continuaron por un tiempo haciendo los sorteos hasta que la presión de la Policía del estado contra los vendedores se hizo insoportable y tuvieron que cerrarla oficialmente. Más de un encontronazo protagonizó con la policía del estado Oscar Urrieta Salazar que aparte de ser Síndico Procurador Municipal era el líder del MEP y consideraba un abuso del gobierno central quitarle las competencias al municipio en esa materia. Ilegal o no el decreto, este selló la desaparición de la Junta de Beneficencia Pública de El Tigre.
La feliz idea del padre Romero Mata de utilizar la lotería de animalitos para construir la Iglesia Virgen del Valle, la creación de La Junta de Beneficencia Pública por parte del Concejo Municipal, dejó sembrado en la conciencia colectiva el juego de los animalitos y hoy, a pesar de su “prohibición e ilegalidad”, hay más sorteos que nunca. 2 en El Tigre, 2 en El Tigrito, uno llamado milenario con 2 sorteos, el otro conocido como reino animal con 3, fauna online, doble fauna y triple fauna que tiene alcance nacional y hasta el popular Chabelo, me dicen, tiene su globo en la zona petrolera de Bare. Hay para todos los gustos, en el horario que mejor guste. Mañana, tarde y noche. Sitios para jugarlos y probar suerte sobran, kioscos a granel, en toda la geografía del municipio que los venden todos.
Las cosas tienen su principio y su fin. La junta de beneficencia pública, nació y murió. Los sorteos de animalitos gozan de excelente y vigorosa salud, por ahora, no se vislumbra su final a corto o mediano plazo. Forman parte de la idiosincrasia del pueblo y será muy difícil desarraigar del sentimiento colectivo este popular juego. Por eso. Me atrevo, a escribir esta pequeña crónica, con la sana intención de contribuir a la conservación de la memoria histórica de la ciudad e ilustrar a quienes, a pesar de que, tienen apego por el juego de los animalitos, quizás, no conocen de donde viene esa larga tradición, que por cierto, ha dejado a más de uno limpio siguiendo una ficha que cuando sale, ya lo ha cambiado y solo le queda el lamento y el bolsillo diezmado.
La junta directiva del nuevo organismo municipal lo presidió Miguel Gener, acompañado por Juan Raydan, Cleofe Quesada León, Albino Rodríguez y el bachiller Gabriel Ramírez Tovar, que a la vez, se desempeño como contador que era su especialidad. Esa directiva con poderes plenipotenciario designó como administrador a Francisco “Chico” Moreno, quién fue reclutado de la empresa Hallibourtón dónde se desempeñaba como Secretario de Relaciones Industriales. Era el inicio de una nueva etapa, dónde el juego de los animalitos volvía a la legalidad, la municipalidad asumía el control y responsabilidad, a través de la junta y lograban generar empleos directos e indirectos, una parte de sus ingresos se le daba carácter benéfico y con la otra cubrían el déficit del tesoro municipal, cuyos ingresos para la época, eran muy exiguos. Regularmente la nómina de los trabajadores municipales era cancelada por la junta que administraba la lotería de animalitos.
En la calle Girardot, muy cerca de la Iglesia Virgen del Valle, al lado de la casa de don Misael Amarista, fundador de la Banda Municipal, y donde hoy funciona un mercalito, se instaló la sede de la Junta de Beneficencia Pública de El Tigre en un edificio de dos plantas. En la parte baja laboraba el personal de entrega y recepción de los talonarios de animalitos debidamente sellados, el producto de la venta y las devoluciones. En el piso de arriba las oficinas administrativas y el local debidamente acondicionado para el sorteo y abajo en la calle un espacioso sitio en la calle donde la gente desde las 3PM comenzaba a reunirse para oír en vivo el sorteo que era realizado a las 4PM, en presencia de una representación del público presente que invitaban a subir para que miraran, atestiguaran y certificaran el resultado. Hasta 8 se hacían presentes para matarse por su vista.
Globo limpio, se escuchaba la voz de Francisco “Chico” Moreno, por el altoparlante e iniciaba la introducción de las fichas, contando una por una, hasta completar las 30 – Eran 32 y dos no jugaban por haber salido los días anteriores al sorteo – y luego de tenerlas en globo, comenzaba la angustia en la gente. Todo listo, comienza a girar el globo, narraba “Chico” ya se introdujo la bolita y ahora sí, se detuvo el globo. La ficha ganadora es X, justamente la que ese día tuvo más devoluciones, la gente zapateaba abajo y “Chico” remataba la narración diciendo: “Los que tuvieron la dicha de acertar pasar por la taquilla para que hagan efectivo su premio y los que no, a dormir temprano, para que sueñen y mañana tengan mejor suerte” Toda sarta de improperios se escuchaba en el público, incluyendo la tradicional mentada de una señora cuyo único delito había sido traer al mundo a “Chico”. Bueno eran gajes del oficio y, aún habiendo policías infiltrados, para resguardar el orden, nadie fue, ni siquiera amonestado por expresar libremente su molestia por más escatológico, soez y ofensivo el lenguaje que utilizara. Reinaba la libertad de expresión.
Aparte de cubrir el déficit del tesoro municipal, cumplir con el espíritu, propósito y razón de su creación como era la beneficencia pública entregando ayudas para medicina, becas, sillas de ruedas, bloques, zinc, cabillas, muletas, ayudas personales a pobres de solemnidad y colaboración a deportistas con pasajes para viajes, viáticos y útiles deportivos, la Junta de Beneficencia Pública de El Tigre también remodeló la Iglesia Virgen del Valle, la Casa de la Cultura, construyó la Escuela Granja de El Tigrito, para darle alberge a los niños pobres de la zona urbana y los del campo brindándoles posibilidades de realización ya que contarían con una educación integral, el cementerio de la salida al Caris, utilizando 40 mil bloques que costaban Bs. 1, el cemento, cabillas, arena, el agua los suministraba la lotería y el Departamento de Obras Públicas Municipales, los obreros que abarataron el costo de la obra, también entregaron 71 casas en propiedad a familias humildes que eran adquiridas ya construidas a la gente que las tenía en venta, asfaltaron calles, emprendieron obras menores en la ciudad y patrocinaron un equipo de béisbol clase A, dónde se iniciaron peloteros que luego fueron estrellas como Tadeo Flores, Parminio Perdomo, Domingo Cova, Alcibíades “Tirria” Velásquez, Ubaldo Deffendini, Martín Presilla, Eustoquio “Bigote” López y Nicomedes Boada, entre otros. Un gobierno dentro del gobierno, pues.
Tanto da el agua al cántaro hasta que lo rompe. La Junta de Beneficencia Pública de El Tigre, fue víctima de las luchas políticas. Los que ejercían el gobierno transitoriamente la defendían a capa y espada, luego que pasaban a la oposición la veían como un enemigo terrible que había que destruir. En ese tira y encoge llegó el año 1968 cuando ejercía la Presidencia Tomás Domínguez Rojas y el Síndico Procurador Municipal era Oscar Urrieta Salazar.
La guerra entre Acción Democrática y el MEP eran terribles. El Concejo Municipal lo controlaba, el MEP y AD presionaba al gobierno regional para que eliminara los animalitos y así cortarles de raíz esa abundante fuente de financiación y capacidad clientelar. El poder económico y político de Concejo Municipal con la junta sus manos superaba con creces al poco que ejercían los adeístas desde las oficinas públicas y la prefectura. En esas condiciones crecía el MEP y AD era minoría en el distrito cuestión inaceptable ostentando el poder nacional y regional.
En las postrimerías del gobierno del Dr. Raúl Leoni y ejerciendo la gobernación del estado el Dr. José Rafael Hernández Camejo, las presiones se acentuaron al extremo que el gobernador firmó el decreto eliminando los animalitos. Los mepistas dijeron que el decreto era ilegal y continuaron por un tiempo haciendo los sorteos hasta que la presión de la Policía del estado contra los vendedores se hizo insoportable y tuvieron que cerrarla oficialmente. Más de un encontronazo protagonizó con la policía del estado Oscar Urrieta Salazar que aparte de ser Síndico Procurador Municipal era el líder del MEP y consideraba un abuso del gobierno central quitarle las competencias al municipio en esa materia. Ilegal o no el decreto, este selló la desaparición de la Junta de Beneficencia Pública de El Tigre.
La feliz idea del padre Romero Mata de utilizar la lotería de animalitos para construir la Iglesia Virgen del Valle, la creación de La Junta de Beneficencia Pública por parte del Concejo Municipal, dejó sembrado en la conciencia colectiva el juego de los animalitos y hoy, a pesar de su “prohibición e ilegalidad”, hay más sorteos que nunca. 2 en El Tigre, 2 en El Tigrito, uno llamado milenario con 2 sorteos, el otro conocido como reino animal con 3, fauna online, doble fauna y triple fauna que tiene alcance nacional y hasta el popular Chabelo, me dicen, tiene su globo en la zona petrolera de Bare. Hay para todos los gustos, en el horario que mejor guste. Mañana, tarde y noche. Sitios para jugarlos y probar suerte sobran, kioscos a granel, en toda la geografía del municipio que los venden todos.
Las cosas tienen su principio y su fin. La junta de beneficencia pública, nació y murió. Los sorteos de animalitos gozan de excelente y vigorosa salud, por ahora, no se vislumbra su final a corto o mediano plazo. Forman parte de la idiosincrasia del pueblo y será muy difícil desarraigar del sentimiento colectivo este popular juego. Por eso. Me atrevo, a escribir esta pequeña crónica, con la sana intención de contribuir a la conservación de la memoria histórica de la ciudad e ilustrar a quienes, a pesar de que, tienen apego por el juego de los animalitos, quizás, no conocen de donde viene esa larga tradición, que por cierto, ha dejado a más de uno limpio siguiendo una ficha que cuando sale, ya lo ha cambiado y solo le queda el lamento y el bolsillo diezmado.
Los que nunca pierden son los llamados banqueros que ni impuesto pagan, se llenan los bolsillos y no les importa las penurias que viven los pobres jugadores. Bueno, el que juega por necesidad pierde por obligación, nos ilustra la sabiduría popular y no olviden: “El que invento el cacho le invento la vuelta” y lo que ya se hizo nadie podrá deshacerlo. Dígalo ahí, “Chico” Moreno”
3 comentarios:
así es hermano los banqueros se estan haciendo ricos, es igualito que los dueños de los casinos, el que sabe de estadisticas sabe que el que es dueño del juego nunca pierde, pierde el que lo juega.
cuando van ha dar los resultados de el animalito de la calle venezuela
no puede ser posible y es impisble que el mismo animalito salga para tigre y tigrito y de paso sale para la bolsa y lo repiten hasta tra o 4 veces a la semana es una gran tracal
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