domingo, diciembre 06, 2009

Las Cuatro Vías

El hábito, si no se resiste, al poco
tiempo se vuelve una necesidad
San Agustín (354-430) Obispo,
filósofo y padre de la iglesia Latina

Van y vienen en son de trabajo unos y otros a vacacionar. En ambos casos el transito es intenso en la zona sur de la ciudad, que posee una extensa zona rural, bellos paisajes y maravillosos ríos: el Caris, Moquete, el Pao, Atapirire, Cicapro, Saquimare, Mucurita, Castillito, Guacupana. Todos, obviamente, desembocan en el soberbio Orinoco. Estos caudales fluviales se convierten en muchos puntos en sitios de esparcimiento, descanso y un escape perfecto para muchos citadinos, después de una larga semana de trabajo, en la ansiosa búsqueda de eliminar el stress. Hablamos de los maravillosos balnearios y, aún más, existe la estupenda posibilidad de hacer turismo en las vías navegables y practicar el deporte de la pesca turística, artesanal e industrial. Es una zona rica y atractiva que también cobija en su seno una de las reservas petrolíferas más grandes del país. Es nuestro tesoro natural.

Esa inmensa área geográfica cobija los pueblos: Atapirire, Mucura, Boca del Pao. Asentamientos campesinos: el Aguacatal, las Piedras del Caris, La Nueva Aventazón. Caseríos: Boca de los Caños, las Malvinas. Los balnearios Puente e’ Chori, los Tubos, San Jonote, la Coera, la Aventazón, las Margaritas, el Paso del Policía, el Asiento del Limón, Paso Bajito y Puente Ramón Axondó, entre otros. También hay campos vacacionales, fincas, minifincas y los infaltables conuqueros. Una extendida franja campestre habitada por gente buena, trabajadora, productiva, cordial, hospitalaria, bondadosa, sencilla y con excelente buen humor. Un paraíso terrenal.

Cuando decimos que van y vienen en son de trabajo unos y otros a vacacionar, es por que más del 99% de los que frecuentan esa inmensa, bella y atractiva greca del sur del estado Anzoátegui, tienen que pasar por las 4 vías. Este cruce de la carretera Negra de La Flint con dirección a la intersección de Vea con la calle Brisas de Caris, que después de las paradas primigenias que fueron La Casa del Pueblo y luego la esquina de Ramón Arraíz, fue tomando atractivo gracias a la visión del emprendedor y hombre de negocios don Enrique Rodríguez Cuevas(+), quien había llegado desde Puerto Cumarebo – estado Falcón a establecerse en esta tierra de gracia. Todo tiene un inicio y un fundador.

En el año 65, don Rodríguez Cuevas, le compró por Bs. 800,oo a don Seferino Barreto, una bodeguita que mantenía en la esquina sur – este, dónde construyó el primer local – la gráfica acompaña esta crónica – al cual colocó el nombre de Las 4 Vías, sitio como ahora se conoce y se conocerá por siempre está emblemática y obligatoria parada de los que frecuentan por razones de trabajo y diversión ese prodigioso territorio. Luego le compró a la señora Andrea Urbano la esquina Sur – oeste y edificó otro local comercial, al cual le colocó el nombre de Abastos “La Falconiana”. Más adelante, en la esquina noreste, que era un terreno baldío, erigió otro local comercial, conocido como “La Apureña” Fueron tres locales, con las mismas características. Dos resisten el paso del tiempo y ésta última que la vendió al señor Julián Torres, el cual construyó su casa de familia en la parte trasera y la parte delantera, después de trabajar el negocio un buen tiempo, lo colocó en venta y fue adquirida por el renombrado artista plástico Rafael Bogarín que lo convirtió en un minicentro comercial que bautizó con el nombre de uno de los primeros habitantes de la ciudad don Rosso Mago (+). Ese proyecto de pequeños locales comerciales no tuvo éxito y luego el local fue alquilado a unos asiáticos que instalaron en sus instalaciones un comercio de comestibles. El pollo del barrancón, el veguero Maro Meza se opuso cuando fue concejal, pero la fuerza de los hechos lo derrotó y ahora hasta chinos tiene, residen y explotan sus negocios en Las 4 Vías. Es un sitio de encuentro por excelencia.

El primer local don Enrique Rodríguez Cuevas, se lo vendió al señor Pascual Rodríguez por un monto de Bs. 40.000,oo a crédito y el segundo por una cantidad más o menos similar a don Francisco Morales, que hasta ahora son los propietarios. ¿Y la otra esquina? En ella instaló una bomba de gasolina don Dimás La Rosa que completó la zona comercial de las 4 equinas, conocidas como Las 4 Vías, convirtió el sitio en el escenario ideal y en el favorito para hacer la última parada y equiparse completamente, antes de adentrarse en la zona rural. La bomba de gasolina, con el tiempo fue cerrada y, ahora en el lugar funciona la panadería, pastelería y charcutería que lleva el nombre de ese cruce caliente y transitado. Es el sitio de referencia.

Esas cuatro vías, ahora, también está convertida en un terminal de pasajeros. Allí salen los vehículos y autobuses de pasajeros para todos los pueblos, asentamientos campesinos, caseríos, balnearios y con puntos de parada dónde el o los pasajeros quieran quedarse. Todos los días, desde las primeras horas del día y hasta bien entrada la tarde la actividad es dinámica, hay aglomeración de personas, concentración de comerciantes formales e informales que ofrecen frías por cajas, licores de todo tipo, carnes, huesos, puesto de periódicos, loterías, hielo, frutas, verduras, queso criollo, leña, empanadas, papas rellenas, comidas criollas a precios populares, azúcar y café a precios no regulados y hasta juegos de billar y pool para los que permanecen por más tiempo y los vecinos. Hay para todos los gustos y a todos los precios. No hay pa’ pierde con nadie, ya que, cuando ya no está trabajando el transporte de pasajeros, siempre se consigue una colita para llegar al sitio deseado. Generosidad y solidaridad, todavía forman parte de la idiosincrasia del colectivo que por allí transita.

Las 4 Vías es un sitio, repito, de encuentro por excelencia. Allí con mucha frecuencia hay las habituales tertulias de amigos dónde usted se entera de los últimos acontecimientos de toda la región, la ciudad, el estado y el país. Joseíto Salazar, los cantautores Cheo Roldán, Pedrito Sotillo, Chaia Lira, el poeta Golo Mogollón, Jimmy Guillen, Simón Medina, Hilde Salazar, José Vicente Torrealba, José Vicente La Rosa, Santana Lara, José Guevara, Los hermanos Meza, Carlos Barreto, Juan Maurera, Moncho Meza (+) Roberto Salazar (+) José Roldán (+) Pedro Sotillo (+) Giovanni Prado, Alberto Sifontes, Alberto Quiriagua, el Mocho Carias, Carlos Carpio, Quiber Piamo, Francisco Quijada, entre otros. Con ellos usted se informa de lo humano y lo divino. Cuando no están en Las 4 Vías, es porque la reunión se trasladó un poco más allá en “El Galpón” – última parada para llegar al Cementerio – dónde el anfitrión es Alexander “Alito” Molero que forma parte del clan de amigos. Para este grupo de amigos, estar en ese círculo, más que un hábito es una necesidad. Conste no hablo de chismes.

Escribimos estos comentarios como un aporte a los eximios cronistas de la ciudad para que a la hora de escribir la verdadera y autentica historia de nuestra querida urbe, cuenten con algunos datos fidedignos que puedan servirle de referencia para adelantar una investigación rigurosa del porque de las cosas, de dónde venimos, dónde estamos, hacía dónde vamos, los nombres de personajes pasados y presentes que con sus códigos, costumbres, presencia, hábitos, trabajo, esfuerzo, dedicación y laboriosidad contribuyeron y contribuyen al desarrollo y consolidación de El Tigre, que a pesar de las adversidades, continúa su aluvional e indetenible crecimiento proyectándose como una gran metrópoli. Tiempo al tiempo.









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