sábado, enero 30, 2010

Personajes de mi pueblo: El Flaco del Arichuna

La sociedad seria una cosa hermosa si se interesaran los unos por los otros
Sébastien-Roch Nicolás Chamfort (1740-1794)
Escritor Francés.

El hotel Arichuna de la sucesión Massobrio, es testigo silencioso de buena parte de la historia de la ciudad, en diferentes momento de de ese devenir histórico fue sitio obligado de estadía para líderes políticos, sindicales, intelectuales, empresariales, militares y civiles. En esas prestigiosas y bucólicas instalaciones, se hospedaron personalidades de la talla del eximio escritor Miguel Otero Silva en sus constantes y largas permanencias en el pueblo para in situ recopilar información, que le permitió escribir, con datos bien confirmados, su célebre novela “Oficina Nº 1”, los expresidentes Rafael Caldera (+) Carlos Andrés Pérez, Wolfang Larrazabal Ugueto (+) y los ex-aspirantes al solio presidencial Jovito Villalba (+) José Vicente Rangel, Luís Piñerúa Ordaz (+) entre otros y allí, también funcionó por muchos años, El “Rotary Club El Tigre” que reúne en su seno a un selecto grupo de ciudadanos de la sociedad local, que siempre recibieron en esas instalaciones a líderes nacionales e internacionales de ese prestigioso club de servicio. Un sitio de encuentro por excelencia.

En ese histórico hotel, trabajó como mesonero desde el año 1961, hasta el año 1983 el señor Germán Rafael Suárez, “Flaco del Arichuna” como es conocido popularmente, quien había llegado desde su natal Antolín del Campo en la isla de las perlas de la mano de su paisano y vecino don Miguel Arismendi (Cocoliso) que lo entusiasmó a emigrar hasta El Tigre, una vez que lamentablemente, quedó huérfano. En ese tiempo el viejo Miguel laboraba en la empresa Mene Grande Oil Company y con gran cariño y vocación solidaria, lo acogió en su hogar de la calle Héctor Villegas por espacio un tiempo, hasta que, se mudó para la casa de su tío Alí Suárez, que poseía una bodega en Pueblo Ajuro.”El Flaco”, que había nacido el 27 de octubre de de 1942, promediaba los 14 años cuando llegó a nuestro incipiente pueblo. Una vez aquí, concluyó sus estudios de primaria en el grupo escolar estado Trujillo, los cuales había iniciado en la escuela La Fuente de Antolín del Campo luego, no pudo continuar estudios y se dedicó a ayudar a su tío en la bodega hasta que logro empleo en el hotel Arichuna con un sueldo de Bs. 5 diarios. Un salario aceptable para un joven novicio en esa época.

En esos años contrajo nupcias con la señora Carmen Elisa Cairo con la cual posee 3 hijos: la secretaria profesional Yurbi Josefina, el prestigioso Comisario y abogado de la Policía Metropolitana en el estado Anzoátegui, Jesús Rafael Suárez Cairo y el profesional del volante Germán Rafael y como la generalidad de los orientales echan su canita al aire, también tiene 2 hijos fuera del matrimonio: Virginia y Germán Padrino. Entre todos sus hijos, el popular “Flaco del Arichuna”, por ahora, tiene la dicha de ver crecer 11 nietos. Una prolija familia de un hombre que llegó a la ciudad, cuando estaba tomando impulso como pueblo para convertirse en la pequeña urbe de la cual disfrutamos actualmente. Con su humildad, laboriosidad y proverbial buen humor “El Flaco” es un personaje muy popular en la ciudad. Llegó, se enamoró, casó, trabajó y tiene la prolongación de su vida en la ciudad. Pa’ dónde coge con esa pata hinchá.

En el hotel Arichuna se inició, desarrollo y perfeccionó como excelente mesonero y especialista en la preparación de bebidas bajo la dirección, orientación y vigilancia del señor Bruno Migliorini, quien era el arrendatario del negocio, más tarde obtuvo otros secretos del oficio con el posterior socio de don Bruno, el señor Filomeno Mazzuco, ambos unas instituciones y pioneros en el ramo de la hotelería, bar y restaurante en la ciudad. Desde el año 1961, hasta que estos emprendedores empresarios, fundaron por el año 1980 el bar restaurante “El Garden” en el sector “Vea”, “El Flaco” trabajo para ellos, luego continúo hasta el 1983 bajo la égida y dirección del Dr. Italo Massobrio, el propietario que regentó el hotel Arichuna durante un tiempo, hasta que lo volvió a arrendar, esta vez al señor Oreste Bandini, luego a don Martín Márquez y posteriormente al árabe Nabil Isa. Esa es otra historia, lo cierto del caso es que el popular “Flaco” se marchó al Garden con sus antiguos patronos hasta el año 2003, cuando se retiró de la actividad. 42 años de trasnochos, no es cosa fácil para un ser humano y “El Flaco”, en los últimos años de su agotadora actividad, se echaba sus traguitos para permanecer “ríspero” y ya se movía, entre las mesas y clientes, con el piloto automático. Le llegó la hora del reposo del guerrero y no lo pensó dos veces.

En esos largos años como mesonero en el hotel Arichuna, “El Flaco” tuvo el placer de atender, servir y hasta lidiar con una gran cantidad de personajes de la ciudad entre los cuales recuerda los profesores José Antonio Arias Reyes(+) Frank Acosta, Hernán Iro, Juan Hernández, Luciano Carreño (+), el Ing. Simón Farcheg, Los hermanos Leotaud, don Luís García, el Dr. Freddy Rangel (+) a los periodistas don Edmundo Barrios, Calazán Guzmán, Pedro Marrero Hernández, Pedro Emilio “Pejas” Rojas Vargas, Pedro Manuel Vásquez, Alberto Guzmán Lárez, Juan Meza Vergara, todos lamentablemente desaparecidos físicamente y los que todavía están como un toro antes de la corrida, Ángel Camauta, Alexander Compiani, los también poetas Evaristo Marin y Aquiles Lamber Marcano, además de don Mauro Barrios (+) Samih Murhib (+) Meza Piñero, Luís Harris Rangel, el “Renco” Núñez (+) Félix Millán, Arcángel Alcalá (+) Mario Cervi, Guillermo Medina, don Carlos Poleo, José Luís Tineo (+) Atilio Mazzarri (+) “Chuito” Almeida (+) Eduardo Medina, Francisco Paz (+) don Joaquín Salcedo Rojas (+) “Toñito” Liccioni (+) Otto Espinoza, “Goyo” Gutiérrez (+) Gustavo Perdomo, Clemente Aranaga y el infaltable amante del mundo vitícola, el Prof. Ángel Antonio Merlín, que llamaba temprano, vía telefónica, para ordenar le enfriarán una botella del exquisito vino francés Lefolkmelk, la leche de la mujer amada. En esa estela de personajes, los había dice “El Flaco”, carrera corta y de largo aliento, pitcheres y quienes siempre se colocaban detrás del home, pero en líneas generales todos hombres de bien, excelentes amigos y de grata recordación. De las propinas, mejor no hablo, nos dice con picardía.

El “Flaco del Arichuna” cuenta con su proverbial buen humor que en la oportunidad que los visitó el Dr. Rafael Caldera Rodríguez (+) se acercó a la barra, amablemente le ordenó un café pequeño, que tenía un costo de Bs. 0,50 le canceló con un bolívar y le dejó un realito de propina. Lo agarró, metió en la cartera y por muchos años lo conservó, lo sacaba y frotaba, con la esperanza que le diera suerte. No le dio mucha, pero esta está vivo, que es lo importante y se ríe de su ingenuidad. Hay que creer en vainas y suelta una carcajada.

Estos personajes, que algunas veces pasan desapercibidos, para el gran público, formaron y forman parte de la rutina diaria de la ciudad y, ahora hacemos un esfuerzo para rescatarlos del olvido colectivo con la intención de que, cuando se escriba la verdadera historia de la ciudad, sean incorporados al disco duro de nuestra memoria histórica. Hay que interesarse por la gente buena, decente, trabajadora de la ciudad. Ellos forman parte de la parte positiva del devenir histórico de la ciudad. Honor a quien honor merece.


1 comentario:

Martín Márquez dijo...

Cheo muy bueno tu artículo sobre el "El Flaco mesonero del Aricuna", pero obviaste el cliente más asiduo del hotel, el que llevaba a Miguel Otero Silva a libar buen whisky, nada más y nada menos que el Dr. González Orsini. Una vez fui a almorzar allí, cuando tenía la Estacion de Servicio SHELL MENDEZ y el doctor González me mando a llamar a la mesa y me presentó a Miguel Otero Silva y me eché unos palos con ellos. Pero casi todas las tardes, a eso de las 5.00 pm. llegaba González Orsini con el Dr. Freet Petersen algunas veces, otras con el Dr. Carlos Parra que bebía poco y le decía González "Tú me sales muy barato" y a quien llamaba "Pajarote" y con el primero que estuviera a mano iba a beber cada día. Cuando tuve el Restauran, fue el hijo de González Orsini el que iba a desayunar y almorzar almorzar, aunque bebía poco. Mucho gusto. MMW