viernes, marzo 26, 2010

Personajes de mi pueblo: El Chino Douglas Bong Moreno

A la gente le gusta que haya
siempre un loco a su alrededor
Alfredo Bryce Echenique (1939-)
Escritor peruano.

Conocido indistintamente como el “Chino Douglas” o el “Loco Douglas” es un personaje con unas características muy especiales, eso lo convierte en un citadino de nuestro acontecer local muy popular, especialmente en el sector Casco Viejo, de dónde es oriundo. Hijo de la andina María Rufina Moreno y del inmigrante asiático Yeo Shen Bong Hung, al cual cuando le correspondió formalizar sus credenciales en Venezuela, la secretaria lo registró con el nombre de Germang Bong Yeoi Hen y durante su larga y fructífera vida, fue llamado popularmente por los vecinos de la comunidad como el “Chino Germán”, quien a la sazón, fue uno de los primeros y exitosos comerciantes que se instalaron en la calle Guevara Rojas. El abasto “Oriente”, como se llamaba el negocio desde su fundación en el año 1946, siempre estuvo ubicado hasta su cierre, exactamente en el cruce con la calle Miranda. Era un mayor y detal de víveres y quincalla. Memoria contra el olvido.

El “Loco Douglas” nació el 4 de mayo de 1946, estudio la primaria en el Colegio San Antonio, luego se dedicó a la buhonería ambulante. Vende café, quincalla y hace trabajos manuales. Está residenciado formalmente junto a su pareja Rosa Baduel en la calle “El Morichal” del sector “17 de diciembre” y, con los pocos recursos que obtiene de su endeble actividad laboral, mantiene y educa a sus 5 hijos. ¡Sorpresa! Las apariencias engañan y el en caso del “Loco Douglas” hay muchos engañados y equivocados. Lo dijo William Shakespeare “Dios os ha dado una cara y vosotros os hacéis otra”. Hay que ver la cara positiva de las personas. Por sus ejecutorias os conoceréis.

En su desempeño laboral, en la manera de relacionarse con la muchedumbre y, uno no tiene razones para pensar, que en su círculo familiar sea diferente, el “Loco Douglas”, lo hace con gran naturalidad y una risa enigmática que lo distingue del común de los mortales. Muchos piensan que sufre de satiriasis, porque siempre denota con sus tics nerviosos ¿veri veri? ademanes y manera de gesticular, que insinúa querer o quisiera estar en constante y persistente actividad sexual, sin embargo es un hombre de bien y trabajador que posee una bella y humilde familia. Ver para creer. El mundo, en su constante evolución y desarrollo, siempre ha creado y crea malos entendidos.

En la vida nadie anda solo. El “Loco Douglas” que según su hermano, el comerciante Henry, se cayó de una mata de mango estando muy chico, lo cual quizá, le produjo alguna irritación en el cerebro que lo hace hiperactivo, pero que no le resto habilidades y destacar por su gran inteligencia, posee 7 hermanos más. El cnel. ® Jhonny, las profesoras Zully, Sherly, Mariosol, el Ing. Metalúrgico Jesús, el minero Germán y el joven comerciante Alfredo, los cuales conforman un cuadro familiar que con sus estudios, el desempeño de sus profesiones y oficios, continúan contribuyendo, al igual que sus padres, con el engrandecimiento, desarrollo y consolidación de esta pequeña urbe, que nació al calor de la industria petrolera el 23 de febrero de 1933. La ciudad es lo es, quiere, hace y emprende su gente y, El Tigre siempre ha tenido, tiene y tendrá un gran capital humano que le dará vida y le garantiza un futuro promisorio.

El “Loco Douglas”, como es conocido popularmente, es uno de los tantos personajes que destacan en el quehacer cotidiano de la ciudad y como tal, lo traemos a estas humildes crónicas, con la firme esperanza de que los eximios cronistas e historiadores de la ciudad, lo muestren en su exacta dimensión, a la hora que escriban la verdadera historia de nuestra querida ciudad. ¡Ese Douglas!, lo saludamos y el contesta con su proverbial y enigmática risa, que acompaña con su tics nerviosos ¿veri veri? que no le permite quedarse tranquilo y en un solo sitio. ¡Epa, Cheo! y, a pesar de todo, logramos conversar con él y lograr algunos datos para escribir esta crónica. Es todo un personaje.

No olvidemos nunca que los locos no se meten con nadie y además que no hay que temerles, a los que hay que tenerles pavor es a los que se hacen los locos y, de estos últimos tenemos muchos a nuestro alrededor. Tenerlos cerca es cuestión de gusto. Entre gustos y colores no han mandado los autores.



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