jueves, junio 03, 2010

Personajes de mi pueblo: Isidoro “Chichi” Socimo Gómez

Que no te espantes la pobreza; nadie vive tan pobre como cuando nació
Lucio Anneo Séneca (3 a.C. – 65 a.C.)
Filósofo latino.

Taciturno, circunspecto, pensativo, abstraído y meditabundo, camina o mejor deambula por las calles de la ciudad. Es Isidoro “Chichi” Socimo Gómez, conocido popularmente como “Chichi” Un mapire en el cual carga sus pertenencias, un palito para espantar algún perro rabioso y una vestimenta un tanto desaseada, eso sí, ajustada a su cuerpo un tanto atlético. En eso consisten los bienes materiales que posee este hombre un tanto misterioso, el cual forma parte nuestro panorama visual cotidiano en la ciudad. Pareciera trastornado mental, sin embargo al entablar conversación con él, nos percatamos que está más lúcido que muchos de los que se hacen los locos. Estos últimos son peligrosos. Continúe leyendo y saque sus propias conclusiones.

Preguntamos a “Chichi” Gómez ¿Dónde naciste? En El Tigre. ¿En qué sector? La Charneca. ¿En qué fecha? El 4 de abril de 1940. ¿Y Quiénes son tus padres? Mí papá, Domingo García, natural de Bergantín y mí mamá, Sabina Tomasa Gómez, oriunda de Irapa. ¿Dónde están? Ambos fallecieron. ¿Cuántos hermanos tienes? 3. ¿Cómo se llaman? Pedro, Candelario y Jesús. ¿Qué son y qué hacen? No sé. Respondo por mí. ¿Dónde estudiaste? En el Grupo Escolar “Estado Trujillo”. ¿Y después? No continúe y me puse a trabajar. ¿Qué hacías? De todo, como cualquier obrero. ¿Cuántos hijos tienes? 2 ¿Cómo se llaman? Isidoro Jr. y Yelitza Coromoto. ¿Dónde están ellos y la mamá? No sé, tiempo pasado. ¿De qué vives? De la caza y la pesca. ¿No ves? Me pregunta. Ciertamente vive de la caridad. ¿Dónde vives? En el ambiente. ¿Dónde duermes? En donde me agarra la noche. ¿Cuánto tiempo tienes caminando solitario por las calles? Unos 30 años ¿Alguien se ha preocupado por ti? Una vez la gente de FUNDACADEM y creo que fue la peor injusticia. Me administraban medicamentos que no me convenían. Eso quebró (la institución de salud mental) me dejaron libre. Esa fue la peor experiencia de mi vida. Su palabra vaya adelante.

Una persona que responde con rapidez, seguridad y hasta con nostalgia y molestia estás preguntas, no creo que esté tan trastornado o desquilibrado mentalmente ¿discapacitado mental? Tal vez. Es la pobreza crítica, espiritual y ausencia de autoestima que lo conviertió en indigente Tengo la convicción de que en este país rico, este tipo de pobreza, no tiene justificación. Estos seres humanos, nuestros hermanos y menos favorecidos por la providencia, deberían disfrutar de alguna ayuda o atención por parte de la mano generosa del gobierno, quien la extiende hacía otras latitudes y, pareciera abandonar a sus compatriotas más necesitados. Estos vecinos, con un poco de auxilio profesional y cuidado, pueden ser reincorporados a una vida normal y al proceso productivo del país. Es cuestión de intentarlo desde alguna instancia del estado. Estos indigentes que deambulan por las calles de nuestras ciudades, dejan ver claramente las feas verrugas en el rostro de nuestra hipócrita sociedad, la cual posee un estado que exhibe un frontispicio rico, rozagante, vistoso y deslumbrante. Hay que invertir en la gente e intentar resolver estos problemas sociales. Es una manera de defender y fortalecer los derechos humanos.

Estos personajes que vagan por las calles, que la gente pareciera ver como unos locos, no son tal cosa. Es un problema social que cohabita con una farsante sociedad y unos irresponsables gobiernos, que no se ocupan de atender estos casos con diligencia, prontitud, responsabilidad y una pequeña dosis de sensibilidad. En todo caso, estos personajes, enriquecen nuestras historias urbanas y nosotros desde estos humildes destellos, los intentamos colocar en el tapete de la opinión pública, con la firme esperanza de que alguna autoridad pueda ayudarlos e interesarse en atender sus carencias y, por otra parte, llamar la atención de nuestros eximios cronistas e historiadores, para que cuando escriban la verdadera y autentica historia de la ciudad, los incluyan en el disco duro de nuestra memoria histórica. Ellos existen y “existirán” mientras el estado no invierta en atender este tipo de pobreza crítica que golpea a muchos venezolanos. ¿Llegará el tiempo? La esperanza es la última que se pierde.

No hay que espantarse de la pobreza. En el país existe más de lo que reflejan las estadísticas oficiales. Ellos también son importantes. Nunca olvidéis que son nuestros pobres y como tal debemos aceptarles y ayudarles en todo lo que esté a nuestro alcance. Es un deber patriótico y humanitario. ¡Bien vale la pena!



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