sábado, diciembre 04, 2010

Las ventas de chicharrones y frituras

La perfecta hora de comer es, para el rico,
cuando tiene ganas; y para el pobre, cuando tiene con qué
Luís Vélez de Guevara (1759-1644)
Novelista y dramaturgo español.


Indiscutiblemente que la fritura de cochino muy exquisita. Hay que reconocerlo y, aún cuando la gente reniegue, una vez que la ha degustado con fruición, expresando que es uno de los alimentos más dañinos para la salud, difícilmente se puede eludir. La tentación es irresistible. En todo caso cuando se consume con conciencia y no se abusa, es un platillo muy nutritivo y, que por su bajo costo y sabrosura, se convierte en la salvación de muchos humildes comensales para iniciar o concluir un fin de semana. Es un excelente desayuno que remedia buena parte del día. Una suculenta ración de chicharrón y fritos, como se le conoce popularmente, con bollos, arepas “con pelo o sin pelo” es una atractiva opción, la cual siempre está presente, para solventar alimenticiamente cualquier mañana. Es un resuelve a bajo costo.

Don Bacilio Eliseo Gómez, si mis investigaciones no fallan, fue el que inició ese negocio en los mercados de la ciudad. El periodista Juan Martínez lo llamaba “El zar de los chicharrones”. Fue tanta la fama y el prestigio adquirido en esas lides, que sus casas de familia en la 4ta. carrera norte Nº 205 y antes en la 2da. carrera detrás de la clínica Santa Rosa dónde vivió por primera vez, se convirtieron en la referencia obligada cuando se trataba todo lo relacionado con los productos derivados de los porcinos. Hombre humilde, trabajador y persistente, también montó una bodega y poseyó una pick up de color verde que acondicionó para distribuir y vender la carne y las frituras de cochino a domicilio y los mercados, pero cuando el vehículo, por alguna razón, tenía un desperfecto, se las ingeniaba para estar en su puesto de trabajo en el mercado y atender a su nutrida clientela. Fue una vida dedicada a esa actividad y con la cual levantó una numerosa y honorable familia en la cual abundan los profesionales, los músicos y para que no se pierda la tradición, algunos se mantienen firmes en la venta de frituras. Ellos conocen bien el negocio.

Hace 5 años, don Bacilio Eliseo Gómez falleció en plena faena (Le sobrevino un infarto estando en el mercado campesino) le sobrevive su distinguida señora Vintila Lista de Gómez, con la cual llegó al incipiente pueblo de El Tigre desde Irapa, estado sucre hace 60 años. Venían a probar suerte, el hombre logró empleo temporal en una contratista petrolera y con los ahorros y las prestaciones sociales que le cancelaron, compró la pick up verde e incursionó en la venta de carne de vacuno y la de porcino. Con esta última especie no tenía desperdicio. Aprovechaba el cuero para los chicharrones y las vísceras para las frituras. Esa actividad comercial, le permitió formar, repito una honorable familia de nueve hijos e innumerables nietos y bisnietos. Sus descendientes directos son: Eliseo Antonio que es comerciante, mecánico y músico. Teresa de Jesús que obtuvo la licenciatura como visitadora social y es excelente cantante, lo que le ha permitido participar con las chicas del CAN y Oscar de León que siempre la presenta como hermana. Hernán Gonzalo es trabajador petrolero, Pedro Miguel Mecánico, Edde Concepción mantiene la tradición de las ricas frituras, Consuelo es Licenciada en Contaduría, Nubia Simona es Maestra, Zeila Matilde es profesional del derecho y Jaime Rumualdo el popular “Negrín” es otorrinolaringólogo y cantante del grupo musical que posee la familia. Un clan polifacético que ha contribuido y contribuye al desarrollo, progreso y consolidación de nuestra ciudad desde diferentes aristas.

Estando Don Bacilio Eliseo Gómez en plena actividad, incursionaron en la actividad otros vecinos que todavía mantienen la tradición. En la actualidad, la señora Carmen de Linero, en el mercado municipal está firme y es un punto de encuentro fijo para los que no abandonan la costumbre de desayunar con los ricos chicharrones y la variedad de frituras. Esa actividad la heredó hace 40 años, cuando un hermano Bernardo Jesús Alexis junto a su mamá Juana Miratríos, iniciaron el negocio en el mercado de la calle Guevara Rojas. El hermano murió y ella continúo al lado de la vieja. Nadie es eterno en el mundo y la doña también desapreció físicamente y ahora Carmen, se encarga de la venta de frituras, chicharrones, bollos aderezados con chicharrón y manteca de cochino por litros en el mercado de la calle Miranda. Es la negra de la pick up verde. Inconfundible.

En el mercado de Pueblo Nuevo Norte, Roso Medina al lado de su esposa Carmen Camacho, atienden la clientela adicta a las frituras y los chicharrones. Poseen 4 hijos y 9 nietos. Este matrimonio tiene 30 años en la actividad, la cual, no es fácil. Hay que adquirir el “vario” de cochino (El vario es la cabeza, vísceras, las patas y el cuero con todo el tocino) Eso hay que separarlo, limpiarlo y prepararlo para luego llevarlo al mercado. El proceso se inicia con la adquisición y traslado hasta la casa, a las 10 AM aproximadamente empiezan los preparativos hasta bien entrada la noche, para en la mañana, tempranito estar en el mercado, atendiendo a los comensales. Hay 2 tipos de chicharrón. El de carnita y grasita y el de cuerito que se cuece doradito y crujiente. También preparan bollos y arepas con chicharrón y las normales (con pelos) y peladas. En algunos casos el tocino del cochino, lo adquieren mediante pedidos exclusivos a las grandes cochineras que están en tejerías estado Aragua y que distribuyen algunos camiones refrigerados en la zona sur. En el proceso no se pierde nada, salvo que un apagón de los muy frecuentes dañe la mercancía, ya que también sacan la manteca que venden a precio solidario. Es un arte culinario que está al alcance de todos, ¡Bueno! En este mes el precio de la carne de cerdo aumenta, pero las frituras no. Es una opción para no dejar perder la tradición. Agarrando aunque sea fallo.

En los 30 años que tiene Roso Medina y su esposa trabajando con los “vario” de cochino, no han estado exentos del feroz ataque del hampa. Les han robado 2 vehículos, la última fue una Bronco que dejaron, como de costumbre, en las afueras del mercado de Pueblo Nuevo norte, entraron a trabajar y cuando salieron los habían dejado con los ojos claros y sin vista. La delincuencia es una calamidad para la gente trabajadora. Tanto esfuerzo y cuando empiezan las cosas a enderezarse, llegan los amigos de lo ajeno y los dejan en la calle. Increíble “Cachicamos trabajando pa’ lapa”. Una desgracia.

Estos personajes con su trabajo, esfuerzo, dedicación, empeño, constancia y proverbial buen humor, le alegran las mañanas, fundamentalmente los fines de semana, a muchos pobres que siempre tienen con qué y algunos ricos que son amantes y adictos a las frituras de cerdo y muchas veces les dan ganas de romper las tormentosas dietas. Los vendedores de chicharrón y frituras, forman parte de las historias urbanas de nuestro pueblo, han trabajado y trabajan dignamente para acrecentar también las tradiciones y, desde estos humildes destellos, los destacamos porque son gente laboriosa y de bien, que han contribuido y contribuyen con su pequeño negocio de comida al desarrollo integral del pueblo. Ellos logran, haciendo un gran esfuerzo diario, el engrandecimiento de la tradición del arte culinario popular en esta ciudad, que nació al calor de la industria petrolera el 23 de febrero de 1933 y, los cuales merecen, cuando nuestros eximios investigadores, historiadores, escritores y cronistas decidan escribir la verdadera y autentica historia de nuestro pueblo, ser incluidos en el disco duro de nuestra memoria histórica ¡Vale la pena!




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