sábado, marzo 12, 2011

Personajes de mi pueblo: Catire y Blanca

El primer vínculo de la sociedad es el matrimonio;
el siguiente, los hijos, y después la familia
Marco Tulio Cicerón (106 – 43 a.C.)
Escritor, político y orador romano.


Cruz Alejandro “Catire” Astudillo Abache, oriundo de Aguasay, estado Monagas y Saturnina Epifania “Blanca” Aguilera, carupanera del vecino estado sucre, ambos jubilados del sector salud y unidos en feliz matrimonio, al poco tiempo de conocerse en el hospital “Luís Felipe Guevara Rojas”, desde el 26 de diciembre de 1964. Es una pareja de excepción y ejemplar. Ella ingresó al hospital en el año 1961 en el servicio de lencería y ascendió hasta jefe de servicio, él se enganchó el año siguiente, como auxiliar de los sistemas de almacenamiento de archivos Kárdex, hoy obsoletos y periclitados, como diría don Rómulo Betancourt. En el tiempo que ingresaron al nosocomio local tenía la categoría de Centro de Salud y su director era el Dr. Armando de Armas, el cual al poco tiempo, entregó el cargo al Dr. Simón Pérez Pérez y el Intendente por muchos años fue Héctor Enrique Cordero Blanco. Eran los tiempos bucólicos del pueblo que devino en esta pequeña urbe.

El “Catire” Astudillo, estudio la primaria en su pueblo natal. Era una escuela municipal y en la cual compartió clases con el Dr. Ramón Amadeo González Espinosa. Llegó a El Tigre en el año 1960 y a los 2 años obtuvo su empleo en el Centro de Salud. Blanca Aguilera había emigrado hasta desde el año 1950 y su primaria la cursó en la escuela José Elías Aristigueta e ingresó a Instituto Greg, de la eximia educadora Natividad Cintrón, de dónde egresó con notas sobresalientes. Las oportunidades de trabajo bien remunerado para su especialidad era bien difícil de obtener y no tuvo otra opción que ingresar en el departamento de lencería del Centro de salud. El trabajo y el destino unieron estas distinguidas personas, que terminaron formando un honorable matrimonio del cual nacieron 4 hijos, que le han dado la felicidad de contar, por ahora, con 8 nietos. Es el crecimiento progresivo de la familia. La prolongación de la vida, pues.

Esta pareja de insignes trabajadores de la salud, los cuales están unidos en feliz matrimonio de toda una vida y los que les falta, fueron testigos presenciales en el año 1968, de la inauguración del Hospital General Luís Felipe Guevara Rojas, por parte del entonces Presidente Constitucional de Venezuela, el Dr. Raúl Leoni Otero, quien fue el primer magistrado, que construyó más infraestructuras de salud de ese tipo en Venezuela, los cuales fueron modelos en América Latina y, en sus primeros tiempos, prestadores de un servicio de salud óptimo. Esas edificaciones, además, preveían la posibilidad de la elevación de esos nosocomios a categorías superiores, ya que, contemplaban espacios para tales efectos. Hechos para ese presente con visión de futuro. ¿Qué tiempos aquellos? Hoy, apenas funcionan y más nunca han construido alguno que los iguale o los supere, a pesar de los caudalosos ingresos petroleros que han inundado el tesoro nacional del país. Lo que está a la vista, no necesita anteojos.

Edgar, profesor en el Liceo Alberto Carnevali, Oscar, Técnico Mercantil, Luís Alberto, diseñador Gráfico y María Alejandra, Ing. Químico, son los amados hijos, los cuales, cuando sus padres cumplieron los primeros 25 años de feliz unión matrimonial, los llevaron de nuevo al altar y allí, delante del señor volvieron a ratificar su firme e irrenunciable compromiso, de estar juntos hasta que la muerte los separe y, sí allá en el otro mundo, se vuelven a encontrar, allá se vuelven a casar. Imagínense, que ahorita tienen 47 años de matrimonio y, están esperando cumplir los 50 para volver al altar. El padre Jesús Nogueiro, en la segunda boda interrogó al “Catire” ¿La quiere y la recibe? y éste con su proverbial humildad y sinceridad, le respondió “Claro padre” y adicionó “Ella es tan buena” mayor prueba de amor, comprensión y fidelidad, imposible. Es una pareja tal para cual y como Dios premia la constancia y la probidad, no hay dudas que gozarán de larga vida. Pronto estarán por tercera vez ante el altar.

Los padres del “Catire” fueron Luís Manuel Abache y la señora María Sabina Astudillo, ambos humildes pobladores del pueblo semirural de Aguasay y los de “Blanca” los carupaneros Marcelino Díaz Aguilera, urredista hasta los tuétanos y Facunda Primitiva Villarroel de Aguilera, adeca de pura cepa. Las posiciones encontradas y discusiones políticas eran de tal intensidad en el hogar, que en las ventanas de la casa enarbolaban las banderas con los colores de sus partidos políticos – una amarilla y una blanca – y, cuando la situación pasaba a mayores, el viejo viajaba a El Tigre a pasar las tibieras que agarraba y luego regresaba para volver abrazar a su amor. No había odios, divisiones y mucho menos enfoques polarizantes. Existían diferencias y con el dialogo, el entendimiento y la tolerancia, inmediatamente las aguas volvían a su cauce y la gente se volvía a hermanar. Venezolanos cobijados bajo una misma bandera y punto.

Estos personajes, que con su trabajo, dedicación, empeño, sin aspavientos y con su matrimonio, sus hijos y su gran familia, han contribuido con el engrandecimiento, crecimiento y desarrollo de esta comunidad, desde el punto de vista social, de la salud y económico, son héroes anónimos, forman parte de nuestras pequeñas historias urbanas y los cuales traemos a la palestra pública, desde estos humildes destellos, con la firme aspiración de que, nuestros eximios cronistas, historiadores e investigadores del rico y exquisito pasado de esta ciudad, que nació al calor del oro negro, el 23 de febrero de 1933, los puedan incluir en el disco duro de nuestra memoria histórica. ¡Vale la pena!



1 comentario:

José “Cheo” Salazar dijo...

Chheo una NOTA BENE sobre estos "Destellos de la Memoria".
El Presidente Raúl Leoni construyó 16 hospitales en todo el país, una gran obra de Salud que sólo había sido superada por la del Dictador Marcos Pérez Jimenez que le construyó un Hospital a cada capital de estado, Entre ellos el Universitario de Caracas, el de Mérida, el de Valera. el Ruiz y Paez de Ciudad Bolívar, el Luis Razetti de Barcelona, el Luius Ortega de Porlamar, el de Maracaibo, el de San Critobal, el de Valencia , el de Barquisimeto, El Cenntro de Salud de El Tigre inaugurado en el úultimo trimestre de 1956 y otros de los cuales algunos como el de barcelona no le dio tiempo a inaugurarlos y Betancour lo puiso en servicio en 1963. Nunca quizo Rómuulo inaugurar obras del dictador pero el Dr. Juan Mogna que era Senador Ad, el único en Anzoátegui que llamaba Rómulo al Presidente, Ovidio que era Secretario General de AD, el Dr. Jorge Yibirín Marún, Luis Bello Valera que era de URD pero tenia amistad con Romulo entre otros logracon convencer a Rómuloi de la necesidad de inaugurar ese Hospital y así lo lograron ese último año de Rómulo en la Presidencia, entregó en febrero de 1964. Caldera sin embargó construyó ocho hospitales. Seún vi en la prensa estos días Hugo Chávez va a entregar este año ocho hospitales, Entre ellos dos en Delta Amacuro, que no están ninguno en la capital sino en unos pueblitos donde se llega navegando por el delta. Veremos si eso es verdad o es parte de la campaña.

Martín María Márquez Windevoxhel