domingo, julio 31, 2011

Personajes de mi pueblo: La dinastía Ortiz

Sencillo es todo lo verdaderamente grande
Honorato De Balzac (1799 – 1850)
Escritor Francés.


Una familia muy grande y humilde, pero legendaria, al momento de hablar del béisbol. El barcelonés Agustín Brito y la chamariapera Luisa Amelia Guacare, llegaron a El Tigre. Establecieron la familia. En la unión procrearon 8 hijos. Los 5 varones incursionaron en el béisbol. Todos están inscritos en las más bellas páginas del deporte de las 4 equinas en la ciudad. Armando, Pedro “picacable”, Francisco “Pachico”, Agustín y Rafael fueron excelentes beisbolistas. Luisa, María, y Petrica Ortiz, completan el cuadro. El señor Agustín, llegó a la ciudad cuando la electricidad, dependía de plantas eléctricas ubicadas estratégicamente en diferentes sitios del pueblo. Fue el encargado del generador de electricidad que estaba ubicado, en la segunda carrera norte. En esa labor pasó muchos años, hasta que llegó el suministro de energía eléctrica desde Guayana. El Tigre se incorporaba al progreso de la energía hidroeléctrica y don Agustín quedó desempleado. No todo lo que brilla es oro.

La familia Ortiz es legendaria, empezando por Armando, quien integró el equipo Magallanes, campeones de la temporada del béisbol profesional 69-70. En el último juego del play off contra los Leones del Caracas, fue figura clave. Bateo de 4. 3 contra el terrorífico lanzador cubano Diego Seguí y dejó un record, bien sui generis. En ese juego. Hizo 3 outs 9. 2. Liquidó a Teodoro Obregón, Víctor Davalillo y José Tartabull en el home. Corrían en segunda base, soltaban línea de hit al right fielder, se venían para la goma y Armando Ortiz, pintaba un strike, desde lo más profundo del jardín derecho, a la mascota del catcher. Ese mismo año 1970, después de un receso de 10 años, se reanuda la serie del Caribe y en esa oportunidad, Armando Ortiz, vistiendo la camiseta del Magallanes, le sacudió jonrón a Miguel Cuellar, el temible zurdo de tornillos y tenedores, que venía de ganar el Cy Young de la liga americana dónde jugaba para los Orioles de Baltimore, con marca de 23-11. Con ese sorpresivo batazo, Magallanes – Venezuela, venció a Leones de Ponce – Puerto Rico 3-1. Hace 15 años Armando, falleció trágicamente en un absurdo accidente, cuando en compañía de un hijo, entrenaba ciclismo en la carretera El Tigre – Soledad y, a la altura del ITJAA, un camión 350, inexplicablemente, le golpeo la cabeza matándolo instantáneamente. Una tragedia para la sociedad tígrense y el deporte nacional.

Pedro Ortiz, el popular “Picacable” es todo un personaje en la ciudad. Inició su carrera beisbolística, con el popular e histórico equipo “Deportivo Miranda”, luego en Caracas se incorporó a la novena que promocionaba La Green Spot, refresco de 4 generaciones, hecho en Valencia. En su colocación de catcher, posición que ha jugado hasta el sol de hoy, tuvo una fulgurante carrera y, como siempre ha hecho gala de un proverbial buen humor y capacidad para relacionarse, en ese tiempo se hizo entrañable amigo y compadre de las estrellas de TV, Miguel Ángel Landa y la primerísima Mirla Castellanos. Una vez retirado del campo, “Picacable” continúo ligado al béisbol ya como fanático de El Magallanes BBC y, en esa condición, fundo en la 2da. calle norte c/c 8va. carrera, El Rincón Magallanero y un tiempo después, La Esquina Caliente, diagonal al anterior. Esos sitios de encuentro, fueron muy populares, concurridos y están insertos en la memoria histórica de la ciudad. En la actualidad don Pedro “Picacable” Ortiz, es la estrella mediática de los campos de softball, con su circuito Escribey. Narra los juegos y le hace la publicidad a muchos comercios y empresas de la zona. Es una historia viviente y ya forma parte del patrimonio histórico deportivo de la ciudad. Indiscutiblemente un personaje muy popular.

Agustín Brito y Rafael Ortiz, se iniciaron también con El Deportivo Miranda, para luego continuar sus exitosas carreras en la categoría doble AA, con Criollos de El Tigre, Petroleros de Anaco y Alcasa en Ciudad Guayana. Francisco “Pachico” Ortiz, el menor de la dinastía (El Tigre, 10-04-1955) llegó de la mano de su hermano mayor, Armando Ortiz, al Deportivo Miranda, fue ubicado en right fielder, dónde tenía un desempeño promedio, pero se destacó como un gran jonronero. Esa cualidad, le permitió que inmediatamente, lo incorporaran al roster oficial de Los Criollos de El Tigre, dónde en sus 10 años como pelotero activo, se caracterizó, por despachar los más largos batazos, jamás visto por los fanáticos en el estadio Alejandro “Patón” Carrasquel. En el campo de San Tomé, en una oportunidad, llegó trasnochado y con un golpe en una costilla, que se había propinado al caerse de un vehículo, dónde andaba de cacería en la noche con su compañero de equipo Ubaldo Alcedo. El manager Jesús Romero, al verlo llegar adolorido, quejoso y ojeroso, le preguntó ¿Y a qué viniste? Y “Pachico” le respondió con su proverbial entusiasmo: a ganar. En el noveno inning, lo sacaron de emergente y sacudió un jonrón para ganar, que según Olafo Medina, brillante narrador de béisbol en la época, no dudo en asegurar, que había caído en el Comando de la Guardia Nacional. En esa carrera de jonronero, dio otros en el estadio de El Tigre, que Olafo Medina, al seguirle la trayectoria, aseveraba, que la pelota siempre caía en el patio de la casa de la señora Belén de Ponce. Largos y elevados de verdad.

Francisco “Pachico” Ortiz, ahora retirado del béisbol, es un hombre humilde que no disfrutó de muchas oportunidades de estudio, sin embargo, es un honesto trabajador, que estuvo al servicio de PROVEDEAGRO, una empresa dedicada a los sistemas de riego y, por ahora, para sobrevivirle al proceso, “mata tigres” como ayudante de albañilería y vigilante. En la actualidad habita la casa de sus padres y, clama por una ayuda oficial, que le permita hacer unos arreglos para hacerla más vivible. En épocas de lluvia se las ve feas. Está en muy malas condiciones. No la abandona por necesidad, sentido de pertenencia y estimación sentimental. “Pachico”, no estudio mucho, pero si tuvo una dilatada, larga y destacada carrera como beisbolista. La inició muy chico en Pre-infantil y fue pasando por infantil, Pre-junior, junior, juvenil, clase A y doble A. En esas etapas tuvo como manager a su hermano Armando Ortiz, quien lo ayudo mucho para perfeccionar su desempeño en el campo como fildeador y en la caja de bateo, además estuvo bajo la tutela de los legendarios Tadeo Flores, Jesús Romero y Eustoquio “Bigote” López, que complementaron sus habilidades como jugador y le inculcaron la disciplina en el cumplimiento de los entrenamientos, en el campo de juego y como ciudadano de bien. A todos “Pachico” recuerda con cariño y agradecimiento.

En cuanto a los compañeros de equipo, “Pachico”, recuerda a Sigfrido “pipío” Rodríguez, Pablo Guerra, Asdrúbal Rivas, Carmelo Vidal, Ubaldo Alcedo, Pedro Almeida, Luís “Buzo” Noriega, Héctor “Musulungo” Gómez, Domingo Cova, Erasmo Rojas, Teodoro Maestre, Orlando Martínez, Darío Alfonzo, Nelson Rodríguez, Parminio Perdomo, Antonio Córdoba, Luís Serrano, Freddy Ordaz, Eusebio Maicabares, Leobaldo Jiménez, Carlos Hernández, Ángel “Cabeza e’ gato” Pérez, entre otros, que formaron parte de esa legión de grandes jugadores de la época de oro del béisbol AA del estado Anzoátegui y Venezuela. Los Criollos de El Tigre, con esa constelación de estrellas, hizo vibrar las tribunas del estadio Alejandro “Patón” Carrasquel que se ponían full. Eran tiempos de mística, disciplina, arrojo y mucho pundonor deportivo. Me consta porque fui directivo del equipo al lado de Francisco •”Chico” Moreno, Román José Lunar quienes nos montamos ese equipo en el hombro para que no les faltará nada durante los campeonatos. Esa es otra historia.

Esta familia sencilla, humilde y pobre es verdaderamente grande. Engrandecieron las más bellas páginas de la historia del béisbol profesional y amateur. Todos los años, en la celebración de una serie del Caribe, surge el nombre de Armando Ortiz, cuando se habla de los jonrones más largos que se han dado en el béisbol AA del estado Anzoátegui hay que mencionar a Francisco “La Manca” López, pero también a Francisco “Pachico” Ortiz y a la hora de identificar a un popular ex jugador y fanático del Magallanes en el municipio, no se puede obviar a Pedro “Picacable” Ortiz, que continúa haciendo historia, ahora como locutor de un circuito, el cual está reducido a los campos dónde se práctica el softball, pero es muy popular y una referencia a la hora de hablar de deportes y anunciar a los comerciantes, dueños de talleres y emprendedores locales. Más información. Consulten a José Planchar, dueño del taller de latonería y pintura Planchar, en la tercera carrera norte, a cuya firma comercial, hizo una cuña y se fue a burro. Tiene que quitarse los clientes a sombrerazos. ¿Adelanto por los trabajos? “Picacable” sugiere que ni medio. Ellos son amigos y se entienden.

La dinastía Ortiz, al lado de los personajes que mencionamos en estos destellos, merecen que cuando nuestros eximios cronistas, investigadores y escritores, decidan escribir la verdadera y autentica historia de esta ciudad, que nació el calor del oro negro, el 23 de febrero de 1933, los incluyan en el disco duro de nuestra memoria histórica. ¡Vale la pena!



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