domingo, septiembre 11, 2011

Personajes de mi pueblo: Julián Chacón

Casi todos los hombres ganan al ser conocidos
André Maurois (1885 – 1967)
Escritor francés.


Hay gente con vocación innata para el trabajo. El deber los llama e impulsa desde muy joven. Julián Chacón, que nació en un hogar muy humilde que conformaron Juan Arias Barrancas y María Liduvina Chacón, los cuales tenían residencia primaria en la calle Simón Rodríguez, se mudaron a la calle Nuevo Mundo y luego se instalaron definitivamente en la calle Héctor Villegas, siempre en el Casco Viejo. Es el mayor de lo varones. En principio fue inscrito en la escuela Simón Rodríguez y, allí apenas aprendió a leer y escribir, tuvo que desertar ya que a falta del padre, había que echarle ganas para sostener el hogar. Empezó vendiendo empanadas, hallacas, pan de horno y café que preparaba la abuela Bertha de Chacón y con esos exiguos ingresos redondeaban la arepa. Vaya conociendo al personaje.

Julián Chacon, nunca le rehuyó al trabajo, más bien lo asumía con pasión. En esos tiempos, también en las tardes, se desempeñaba como limpiabotas y, como vivía con sus hermanos Emma, Carlos, Argelia, Alicia, Francis y Norma, muy cerca del primer matadero de El Tigre, el cual funcionó por muchos años, en la carretera Negra La Flint, dónde concluía la calle Héctor Villegas (El sitio ahora convertido en los límites de los barrios El Silencio y Hernández Parés) Esa sala de matanzas, iniciaba las labores del sacrificio de los animales a las 4 PM, prolongándose hasta alta horas de la noche. Los que, como Julián Chacón, trabajaban con los trastes, algunas veces amanecían limpiando las paticas de cochino, mondongo y librillos para venderlo a vecinos y algunos restaurantes. Aunque tenían poco valor, era una forma de complementar, los pocos ingresos. La necesidad obliga.

En esas tareas laboró por varios años y por un golpe de suerte, logró empleo en la empresa italiana OMECA, contratista que prestaba servicios, en la instalación de la torres de electricidad que vienen de Guri y se internan en el centro y occidente del país. En los 7 años que prestó servicios en esa contratista, obtuvo Bs. 7 millones de prestaciones sociales, lo que permitió salir de algunas deudas y ahorrar una parte. Una vez desempleado, volvió al matadero y con sus contactos, obtuvo el suministro de los varios de cochino, los cuales, todos los domingos expendía, en el mercado de Pueblo Nuevo Norte. En el año 1980, compró un puesto y una cava en el nuevo mercado que tenía poco tiempo de funcionamiento en la Calle Miranda. Ese pequeño local, que el propietario originario, lo utilizaba para vender pescado fresco, Julián Chacón, le cambio el rubro e inició en firme, la venta de carne de cerdo, actividad que hasta la fecha desempeña en el Mercado de la calle Miranda. El no sabía de pescado, pero de cochino todo. Lo único que no vende son los pelos. Zapatero a sus zapatos.

Este humilde e insigne trabajador, ha dedicado su vida a la venta de carne de cerdo. En su memoria está grabado que empezó vendiendo el kilo a Bs. 4 y hoy ronda los Bs. 40 o sea 40.000 mil de antes de la reconversión monetaria. Julián Chacón está casado con la señora Julia Camauta y con ella procreo 6 hijos: Luís Alberto, Franklin, Elías, Yudabí, Yuliana y la bordona que llama sencillamente La Nena. Ellos le han dado 20 nietos y 3 bisnietos. Este héroe anónimo, de los tantos que existen en nuestra sociedad, ha conformado una prolija familia, contribuyendo decisivamente con el crecimiento poblacional, el desarrollo económico y social de la ciudad que lo vio nacer. En su tiempo en el mercado, reconoce que no es de los vendedores fundadores, sin embargo conoce y conoció a mucho de ellos y recuerda a Antonio “Toñito” Gamboa, Félix Gamardo, Antonio Aguilar, Mateo, el hombre que vivió del cuento, Luís Chacín, Arturo Ramírez, Luís Espinoza, Genaro Ramos, Elvira Gómez, Isabel Gómez, Maximiliano Sánchez, el creador de la famosa vitamina, Tomasa Aguilera y Andrés Gamboa, entre otros. Gente honesta y de trabajo con los cuales cohabitó y cohabita sin problemas, en el marco de la mayor solidaridad y confraternidad. Una comunidad de pequeños comerciantes madrugadores y disciplinados que con su esfuerzo y actividad son muy importantes para la vida de la ciudad. Ellos expenden, los productos de la dieta básica a precios solidarios. En el mercado son una gran familia y en la comunidad vecinos ejemplares.

Nuestro personaje, como buen amante de la música mexicana, proclama con orgullo, que nunca ha tenido problemas con las autoridades, porque practica fielmente lo que recomienda Antonio Aguilar en el popular corrido en honor a Mauricio Rosales “Respeten las leyes y vivan tranquilos” Julián Chacón, respeta para que lo respeten y vive tranquilo. Es respetuoso de las leyes, amigo de los amigos y un hombre formado con los valores de la moral, la civilidad, buenas costumbres y modales desde el hogar. Pobre, pero honrado y decente.

Julián Chacón y los personajes que mencionamos en estos humildes destellos, forman parte de nuestras historias urbanas y merecen, que cuando nuestros eximios cronistas, historiadores e investigadores del pasado y presente de esta pequeña urbe, que nació al calor de la industria petrolera, el 23 de febrero de 1933, decidan escribir la verdadera y autentica historia de la ciudad, los incluyan en el disco duro de su memoria histórica. ¡Vale la pena!



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