viernes, marzo 30, 2012

Evolución de los mercados públicos de El Tigre

El tiempo es el mejor antologista, o el único, tal vez…
Jorge Luís Borges (1899 – 1986)
Escritor argentino.

El paso del tiempo deja huellas, recuerdos y una que otra realidad tangible. Muchos jóvenes, me inquieren, acerca de la evolución de los mercados públicos en la ciudad,  así como algunos vecinos me preguntaban y preguntan acerca de las parroquias del municipio Simón Rodríguez, las cuales son 2. La Norte que lleva el nombre de don Edmundo Barrios y la Sur, bautizada como Miguel Otero Silva, autor de la novela Oficina 1, división que toma como referencia las avenidas Francisco de Miranda en el centro, intercomunal hacía el este, avenida 5 y su prolongación dirección oeste, les respondimos. Hicimos la investigación y la reseñamos en una crónica que  intitulamos “Las parroquias del municipio Simón Rodríguez”, ahora también indagamos la antología de los mercados, en nuestro empeño de responder las inquietudes de las nuevas y presentes generaciones de tigrenses y,  hacer humildes aportes, para el fortalecimiento de nuestra memoria histórica. Recordar es vivir.

En los primeros tiempos, en el incipiente poblado, los agricultores, productores,  y criadores del campo, arrimaban sus mercaderías, hasta el sitio, dónde fue la primera plaza Bolívar, hoy plaza Simón Rodríguez, situada en el corazón del Casco Viejo. Era un sitio descampado, equidistante y accesible a todos los vecinos. Llegó la construcción del monumento en honor al Padre de la Patria y escogieron otro terreno abierto. Esta vez en la calle Héctor Villegas, frente a la bodega “El Tropezón”, de don Antonio “Barón” Rodríguez, quién también fue fundador de la Banda Musical Municipal en el rol de bajista. Todavía el Bajo de Barón, existe y debería ser rescatado, como parte de nuestro patrimonio histórico. Eran los tiempos bucólicos de la ciudad y no había edificación formal para un mercado oficial. Las demandas de la población eran mínimas. La normalidad era la regla.

En la medida que fue creciendo el pequeño poblado, los requerimientos de servicios, se hicieron presentes, los vecinos presionaban a las autoridades y estas empezaron a cumplir. En la década del 1950, se construye el primer edificio para un mercado público formal en el noroeste del pueblo, en lo que posteriormente se convirtió en la avenida 5, arteria vial que sirve de límite al Casco Viejo con La Charneca. Esa edificación fue abandonada, cuando se construyó el mercado de Pueblo Nuevo Norte y posteriormente fue adquirida por el empresario Vicente Zamora, quien la utilizó para instalar un “Pilón”, nombre que se le daba al proceso artesanal para pilar el maíz – compraba el grano en concha, lo procesaba. Vendía pico para las aves, maíz para cocinar, moler y elaboración de la masa,  que era utilizada para la preparación de las arepas y la zoca, ofrecida a los criadores de ganado, la cual ligada con melaza, sirve como alimento al ganado vacuno. Eran los tiempos de arepas de maíz pilado. Peladas y con pelos. Esa tradición se mantiene.

Transcurrido un tiempo, construyeron el mercado de la calle Guevara Rojas, dónde los sábados se realizaba el llamado Mercado Libre y los domingos en las instalaciones de Pueblo Nuevo Norte. En la década de 1970 construyen el Mercado de la calle Miranda y queda desocupada la edificación de la calle Guevara Rojas. En el año 1973, el Concejo Municipal bajó la égida del Dr. Adalberto Carrasco Mata, aprueba la venta de esa edificación al señor Vicente Zamora, que muda el “Pilón” y vende la edificación de la avenida 5 al empresario Gastón Bellaville, el cual instala un torno que permaneció por muchos años. En la actualidad la estructura de la calle Guevara Rojas alberga el Mercado Turístico, obra adelantada en la gestión del Alcalde José Horacio Guzmán Requena y en la avenida 5, gráfica que ilustra esta crónica, funciona la Panificadora Madrid, C.A. Cumplida su vida útil como mercados públicos, esas edificaciones, acogen otras actividades mercantiles. Huellas tangibles de la historia de la ciudad.

Esta es la evolución histórica de los mercados públicos que han funcionado en la ciudad, incluiremos el Mercado Campesino, que inició sus actividades durante la administración del Alcalde, José Miguel Arismendi Marín, con la salvedad de que esas instalaciones dónde funciona, pertenecen al Parque Ferial de la ciudad, que fue fundado oficialmente con motivo de la celebración de los 50 años de la ciudad y, ahora pareciera, que esos espacios para la recreación, eventos, diversión y exposiciones, entre otras actividades comunitarias, los estamos perdiendo por efectos de decisiones arbitrarias e improvisadas, las cuales toman autoridades que no respetan el Plan de Desarrollo Urbano Local y mucho menos tienen la voluntad política de estudiarlo, conocerlo y adecuarlo para darle direccionalidad y organicidad al crecimiento de la ciudad. El nuevo mercado METROPOLITANO, debería ser construido de acuerdo al PDUL vigente, en el terreno dónde ahora la gobernación del estado, está proyectando construir un parque entre las dos ciudades. Exactamente al lado derecho (dirección oeste-este) de la avenida Jesús Subero, a la altura de la vía, que la une, con la avenida Intercomunal. Este terreno tiene una larga historia de corrupción en estos gobiernos municipales chavistas. Aquí nos conocemos todos.

Ese Mercado Campesino a cielo abierto, tenía como finalidad brindar a los productores del campo, facilidades para llevar sus mercaderías y ofrecerlas a los consumidores a precios bajos, como consecuencia de la eliminación de los intermediarios, además la alcaldía los exoneraba de impuestos, les proporcionaba seguridad, garantías de ubicación y, como todo proceso capitalista, es obligatorio mecanismos de control para evitar abusos, colocaba funcionarios, a los efectos, de cuidar algún brote de especulación. Eran dos días. El viernes en la tarde cuando llegaban los proveedores y algunos compradores aprovechaban comprar los productos frescos y el sábado que era el día estelar. Obras Públicas Municipales garantizaba la limpieza y las instalaciones del Parque Ferial volvían a su estado normal.   Con la llegada de los rojos rojitos al poder municipal, hace más 12 años, empezaron a cobrar impuestos, abandonaron los controles, convirtieron a ese centro de consumo masivo en otro mercado público igual a los otros y en la actualidad, los precios vuelan a la misma altura de los demás mercados, dónde los comerciantes, tienen mayores gastos para desarrollar sus actividades de compra-venta y lo peor, están eliminando de hecho el Parque Ferial, construyéndoles unas estructuras revolucionarias de muy mal gusto. Hechos en socialismo. 

Entendemos que el mejor antologista es el tiempo, empero, nosotros hurgamos en el pasado para relatar parte de esos hechos y en esta oportunidad, tomamos la evolución de los mercados públicos, con la firme esperanza de que esos espacios y personas que mencionamos, los cuales forman parte de nuestras historias urbanas, sean tomadas en cuenta, por nuestros eximios cronistas, investigadores e historiadores de nuestro prolijo pasado y presente, cuando decidan escribir la verdadera y autentica historia de esta pequeña urbe, que nació el calor del oro negro, el 23 de febrero de 1933 y los incluyan en el disco duro de nuestra memoria histórica ¡Vale la pena!






 

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