sábado, noviembre 26, 2011

Personajes de mi pueblo: Aquiles Justino Ojeda Pinacel

El hombre sordo a la voz de la poesía es un bárbaro, sea quien sea
Johann Wolfgang Von Goethe (1749 – 1832)
Poeta, novelista y dramaturgo alemán.


El poeta Aquiles Ojeda, es hijo del matrimonio que constituyeron, un emigrado procedente de Guasipati, Justino Ojeda y Ramona Pinacel, oriunda de Puerto Píritu, de los cuales se puede decir, sin temor a equívocos, son fundadores de San Tomé. Los padres, fueron habitantes primigenios, de ese campo petrolero. Llegaron a la calle 600 (En proyecto), que tenía, para entonces dos viviendas. La otra la habitaba Rafael Dobleterry, proveniente de Aragua de Barcelona. Nuestro personaje, nació el 01 de noviembre de 1943, en un trailer que servía de dispensario móvil para los trabajadores de la industria petrolera y sus familiares. Nos ilustra, e poeta recordando, que los primeros niños, que vinieron al mundo en ese campo petrolero, fueron Rosanna Rosales, la cual era o es, Comisario de la antigua PTJ, denominada ahora como CICPC y su hermano Héctor Ojeda. Los primeros santomesinos. Pa’ que vos veáis.

En la medida que el campo fue tomando forma, fundaron la escuela, cuyo primer director fue el maestro Rafael Umanés. El cuerpo de educadores estaba conformado por Rafael Rada, Ovidio González, el esposo de la también educadora, America Maradei, Amado Pierluissi y Gabriel Puerta, padre del legendario guerrillero que lleva su nombre. Aquiles, inició y culminó sus estudios de primaria en ese plantel. En ese tiempo la inspiración poética, innata en su persona, empezó a aflorar, hubo un concurso de poesía, cuando estudiaba cuarto grado, participó, ganó y como el premio le obsequiaron, una bolsa de caramelos, que llevó a casa. El papá, preguntó dónde las había obtenido. El impúber, le respondió rebosante de alegría. “Lo gané con un poema en la escuela” incrédulo, el padre lo tomó por una mano y fue hasta la casa del maestro Amado Peirluissi, para constatar la veracidad del hecho. Era cierto. Primera alegría y ramalazo de dolor que le causa su afición por la poesía. Antes había que justificar muy bien lo que llevabas a casa. Hoy un muchacho lleva una moto y muchas mamás les preguntan ¿Dónde conseguiste esa no quedó una para tú hermano? ¡Que dolor e irresponsabilidad! Signos de degradación.

En ese tiempo en San Tomé, la muchachada, estaba integrada por Amauris García, el eximio poeta, compositor, músico, publicista, productor de TV y asesor político, José Enrique “Chelique” Sarabia Rodríguez, el campeón decatlonista, Héctor Thomas, Benigno Guilarte, el pintor internacional , Alirio Palacios, Susana Duijm, que había nacido en Aragua de Barcelona, hija de Abraham Duijm (Mis Venezuela 1955), inmigrante judío de Suriname y Carmen Zubillaga, natural de Aragua de Barcelona, Nilda Figuera, Victorina Gerber, Zoraida Faull, entre otros. La mayoría de ellos compartieron aulas, en Liceo Briceño Méndez, hasta tercer año, cuando Aquiles Ojeda, marchó a Caracas, para concluir su bachillerato, mención Humanidades, en el liceo Alcazar del Centro, Andrés Bello y Fermín Toro. El joven bachiller, se matriculó en la Universidad Católica y luego en la UCV, en la carrera de derecho. Abandonó Caracas, sus deseos de ser abogado y llegó a Valencia. En la Universidad de Carabobo, egresó en la primera promoción de Licenciados en Relaciones Industriales. En esa condición llegó a Caracas de nuevo, para trabajar en el Concejo Municipal, como asistente de personal. Bisoño y con la troja alta, le echó ganas un tiempo. Había que levantar para la arepa.

En poco tiempo, llegó al INCIBA, con el rango merecido. Jefe de Personal. En la época, que Mario Mauriello, ejerció la Presidencia del Hipódromo La Rinconada y el Dr. Otto Padrón, la Dirección General, el flamante Licenciado en Relaciones Industriales, coronó como Jefe de la División Técnica de Personal. Cumplida esa misión, pasó a ser el primer Jefe de Personal y organizador de recursos humanos, en el hospital Guatire – Guarenas. Estando en ese cargo, como decía el difunto y excelente periodista Pedro Marrero Hernández ¡Que vaina!, unos amigos le exacerbaron el espíritu aventurero, renunció y fue a parar a San Salvador de Paúl. En esa zona, se había desatado la bulla más grande de diamantes. No duro mucho la aventura, a los 2 meses, el papá, alarmado, dijo “Mi hijo no se muere en esa montaña” y lo fue a buscar. El poeta, se había casado con la señora Carmen Hernández, con la cual procreo sus únicos dos hijos. Aquiles David y la actual Prof. de la UGMA, Addis Dayana y se había separado de su esposa. El guayabo lo llevó a las minas.

El poeta Aquiles Ojeda, había ganado en el estado Anzoátegui y recibido del entonces gobernador, Rafael Antonio Fernández Padilla, el premio de poesía con su poema “Misteriosa”, una mención poesía en la UCV, con el poema “Soledad”, 2 menciones en España y una en Portugal y ya gozaba de la condición de políglota, habla alemán, francés, portugués y en español, con cuatro frías entre pecho y espalda, la pangola que juega garrote, vino a El Tigre. La familia ya había fijado residencia en esta ciudad y cómo era común para esos tiempos, la redacción de los diarios estaba llena de poetas y escritores, empezó a trabajar a destajos para el diario Antorcha, teniendo como maestros a Hilario Franco, don Juan Meza Vergara, luego en diario El Tiempo de Puerto La Cruz, a Jesús Alvarado y mas tarde en Caracas cuando laboró para El Mundo a Francisco “Panchón” Gutiérrez. En su larga trayectoria, en el mundo de los medios de comunicación social, ha sido columnista de Panorama, la revista “Imagen” que edita el CONAC, Antorcha y tenido diferentes columnas entre ellas “Sigue el tren” “Velas al viento” y últimamente la que publica en Mundo Oriental “La ciudad y su gente” que es vital y capital, para poder sustentar su vida social. Aún cuando cobra religiosamente la pensión de vejez, es diestro con la mascota, pero mocho, según “Moncho” Bejarano, para lanzar y le roban las bases con facilidad. En la Real Epidemia de la Lengua, lo llaman manito e’ caimán. Sus razones tendrán.

En la actividad política, el poeta Aquiles Ojeda, ha estado toda la vida en el partido del pueblo. En San Tomé, fue fundador de AD, con don Pedro González, quien era el Secretario de Organización y los Secretarios Políticos, Alfredo García y el “Mocho” Luna. Con esa incipiente experiencia política y sus estudios profesionales, llegó a formar parte del equipo de la Secretaría de Nacional de Organización, bajo la égida de don Luís Piñerúa Ordaz. Fue Coordinador de Computación de la victoriosa campaña de Carlos Andrés Pérez Rodríguez. En esa responsabilidad, formó equipo con Juan Pablo Brown, Juan Pedro del Moral e Isabel Hernández. Nunca olvida la empatía con el emblemático portero del CEN de AD, el popular y querido “Negro” Encarnación Ribas, quien nunca abandonó ese puesto de lucha, a pesar de que, lo tentaron varias veces, para que fuese a formar parte de la administración pública. En Puerto La Cruz, formó parte del equipo político de Ramón Herrera León, Rafael Antonio Fernández Padilla, Felipe Astudillo y José Manuel Azocar y aquí en El Tigre, compartió responsabilidades partidistas con Pedro Pablo Rojas, Ángel González Echenagucia, José Laurencio Silva, Frank Acosta, Augusto Enrique Tenorio Meza, Miguel Gener, Ramón Carrasco y Oscar Urrieta Salazar, entre otros líderes de AD. Un hombre polifacético, que ha hecho radio al lado del caballero del micrófono y también poeta, Manuel Vargas Ávila, historia, poesía y ahora, acompañado de su actual pareja la educadora, Ada Véliz, solicita que todos nos cuidemos de los malandros y de los malos conductores también. El que está picado de Macagua, cuando ve bejuco se espanta.

Hay un sabio refrán que reza “De músico, poeta y loco, todos tenemos un poco. Hay que ser bien bárbaro para ser sordo a la voz de la poesía, por lo que Aquiles Ojeda, un poeta popular de la ciudad, los personajes y lugares que recreamos en este destello, estamos seguros de que, cuando nuestros eximios cronistas, historiadores e investigadores de nuestro excelso pasado y presente, decidan escribir la verdadera y autentica historia de esta bella urbe, que nació el calor del oro negro, el 23 de febrero de 1933, los deben incluir en el disco duro de nuestra memoria histórica. ¡Vale la pena!



domingo, noviembre 20, 2011

Personajes de mi pueblo: Juan Armando Morales

El Trabajo es el refugio de los que no tienen nada que hacer
Oscar Wilde (1854 – 1900)
Novelista, poeta, crítico
literario y autor teatral irlandés.


Un trabajador insigne. Una Biblia cuando se habla de repuestos y accesorios para vehículos Ford. Es don Juan Armando Morales. Nació el 31 de marzo de 1942, en el bucólico pueblo de Atapirire. Hijo de doña Julia Morales y el violinista Arnaldo Sánchez. Una familia prolija. 9 hijos. Enma, Luís Ramón, José Froilan, Rafael, Dario, Josefina, Juan Armando, Carmen Julia y Rafaelito. Los primeros 6 hijos y reconocidos de Luís Certad y los otros 3 hijos naturales que llevan el apellido materno. Una familia unida. Formada al calor del trabajo, y la cual en el año 1953 emigró a El Tigre, fijando residencia en la calle Orinoco. Una casa que hacía fondo con fondo con la residencia de la señora Ofelia Bolívar, madre del General Néstor Bolívar, ubicada en la calle Lara. Vecinos y amigos aquí y allá. Un vínculo imperecedero e indestructible.

Juan Armando recuerda que, antes de los padres comprar la casa en el Casco Viejo, cuando visitaban el pueblo, la señora Ofelia, que ya poseía vivienda en El Tigre, les daba hospedaje. En Atapirire se conocen todos y son una gran familia. Allá, estudio primer grado bajo la tutela de la maestra Ada Manzanares de Tirado, hermana de la dueña del primer hotel del El Tigre, doña Petra y el cual llevaba, fue y es conocido por el apellido de su fundadora. El resto de la primaria la estudió en el Grupo Escolar “Estado Trujillo” dónde tuvo como maestros a Concepción de Marcano, Carmen de Gómez, Ramona de Galván y Luis Alberto Díaz. En el año 1958, cuando cursaba segundo año (nocturno) en el liceo “Pedro Briceño Méndez” que funcionaba en la tercera carrera norte, su cuñado Adrián Marruche, quien había contraído nupcias con su hermana Josefina y desempeñaba el cargo de Jefe del Taller Mecánico de la concesionaria Stefano Massobrio, lo llevó a trabajar como ayudante de mecánica. No le gustaba el trabajo, pero la necesidad obliga y había que echarle ganas. La troja estaba alta.

El 19 de enero de 1959, su hermano Rafael Certad, que estaba a cargo del Departamento de Repuesto de la concesionaria Isidoro Celma Mir, empresa que fundaron en la calle Guevara Rojas c/c Girardot, los hermanos Joaquín e Isidoro Celma Mir, lo invitó para que formara parte del staff de vendedores, la única condición era que le gustara los números. Se encontró el hambre con la comida. Toda la vida le habían gustado los guarismos. No obstante, como prueba de su disposición y proactividad, inició su trabajo, como encargado de la limpieza y acomodador de los repuestos. En esa actividad, fue entrando en contacto con los catálogos, lo que le permitió ir descifrando los secretos que implica el conocimiento exacto de los accesorios y repuestos para los vehículos. Todas estas partes, llevan un número compuesto. El fijo, el básico y el sufijo. Al poco tiempo, ya era el encargado de despachar los repuestos, al departamento de servicio, que para la época, en su mayoría, atendía los requerimientos del Mene Grande Oil Company, que utilizaba para sus operaciones los vehículos Rancheros (1959) y los Ford Falcon (1960-1962) En ese tiempo, el Gerente general de la empresa concesionaria Isidoro Celma Mir era, Valentín Jaureguibeitia, el de ventas, Miguel Casanova, el Jefe del Departamento de Contabilidad, Luís Garizzo, el jefe del Departamento de Servicios, don Vicente Campos, el prenombrado Rafael Certad era el encargado del Departamento de Repuestos, Enrique Cuevas, era el comisionado de colocar los aranceles y hacer los pedidos a la planta ubicada en Detroit, Michigan- EEUU, y Luís Ramón Piñero, primero, y luego Nelson Bolívar, eran los Kardistas. Un equipo grande ligas.

En el año 1964, Luís Garizzo, renunció y Juan Armando fue llamado a ocupar el cargo que ostentaba. Una gran responsabilidad que asumió con entereza y logró controlar. Ese mismo año el 18 – 12, contrajo nupcias con la oficinista Esperanza Mata y ya el 21-11-1965, nacía su primer hijo, Luís Armando. Finalizando el año fue transferido hasta Puerto La Cruz, como Gerente del Departamento de Repuestos. En el año 1972, el grupo Cisneros, que poseía la concesión de Chevrolet en Venezuela, obtuvo, una licencia para abrir operaciones con Ford Motors, que estaba en plena expansión en Venezuela, fundaron la filial CIPERSA en Quinta Crepo, Caracas. Juan Armando fue llamado para organizar el Departamento de Repuesto. Allí, contó con la colaboración de sus amigos, Franklin Figueroa como Kardista e Ignacio Vera, encargado de las ventas. Un año bastó y como ya se había divorciado y no quería volver al El Tigre, en el año 1973, trabajo con MOTOMAR en Maracay y en el año 1974, regresó a Puerto La Cruz con Isidoro Celma Mir, siempre en el rol de Jefe del Departamento de repuestos. Estando en la ciudad costera, tuvo su segundo hijo, Juan Armando. Un amor en ese puerto.

Cinco años trabajo de nuevo con Isidoro Celma Mir, nuestro personaje, Juan Armando Morales. En el año 1979, estando en El Tigre, fue llamado por el señor Jean Bastouri, propietario de Auto Maquinarias Anaco, para encargarse del Departamento de Repuestos. Este empresario, fue víctima del hampa el 30-04 1983. Era sábado, 10 y 30 AM, cuando irrumpieron unos atracadores, sometieron al dueño y los empleados y en un descuido del delincuente que quedó vigilándolos, mientras los otros registraban la caja, Jean Bastouri, sacó un arma, hirió al facineroso, pero llegaron sus cómplices y liquidaron frente a sus empleados al empresario. Esa mala experiencia, hizo que posteriormente, Juan Armando pidiera su tiempo y regresó a la, para entonces, ciudad manisera de Venezuela. En el año 1984, Abelardo Bastouri, un sobrino del difunto, fundó Auto Maquinarias El Tigre, solicitó los servicios de Juan Armando y allí permaneció hasta el año 1998, cuando pasó a trabajar con la empresa Ret 2000, C.A del junior Benjamín Figueredo. En esa oportunidad, se vio obligado a entenderse con la computadora y, como todo al final se reduce a los números, no tuvo que sortear mayores inconvenientes. El que quiere puede y si conoce más. Aprendió y ahora es un experto.

En el año 2007, fue contratado por el señor Aquiles Lugo, para laborar en Auto Repuestos El Tigrito y desde marzo del este año, cuando el mismo Aquiles, fundó Auto Repuestos El Tigrito en la avenida Rotaria de El Tigre, fue transferido hasta la nueva sucursal, muy cerca de su casa familiar, dónde hace vida con la señora Zoraida Mago de cuya unión, ha nacido una hija, Zorailismar. Su número mágico es el 3. Tres hijos, tres nietos y dice andar en la mejor edad; 69. Cobra la pensión de vejez, está en plena actividad y no se retira. Un trabajador a tiempo completo e insigne, tal como señalamos al inicio de este destello.

En el año 1961, en el Bar Restaurante “Capri” que funcionó en la calle Guayana y dónde previamente había funcionado El BAN-FRUT de don Oreste Bandini, había llegado el primer Bowling eléctrico a la ciudad y un grupo de amigos coincidían, para echar sus partidas, entre ellos el Prof. Luís León León, el Dr. Héctor Farías Ordosgoite, el dueño de la óptica Villamediana, don Luís y el periodista Juan Meza Vergara, subdirector de Antorcha, su sobrino Roberto García Meza; sus alumnos Juan Martínez, Luis La Roche, Hernando Sierra, entre otros, Juan Armando, conoció al Prof. Ángel Antonio Merlín, quien poseía un vehículo, Pontiac 1959 Parisién, que quería cambiar. Él no era vendedor, empero, le habló de las bondades del Galixie 500/XL, que para ese tiempo, tenía las siguientes innovaciones: radio AM, vidrios tonalizados, acondicionador de aire, techo de vinilo, dirección hidráulica y frenos de potencia. El vehículo más costoso y de mayor rendimiento de la línea de autos Ford de gran tamaño. El Prof. Merlín, hombre de gustos refinados, le gustó la oferta. Juan Armando, entonces, le hizo el favor y lo llevó directamente, con el señor Valentín Jaureguibeitia, quien el hizo la transacción comercial, en su condición de Gerente General. Negocio por la puerta grande. Llanero que canta y toca alguna ventaja lleva.

Pasado los días un vendedor se le acercó y le consultó, si le habían pagado comisión. No de ninguna manera, es un amigo y le hice el favor. No importa, le increpó. Habla y seguro te las pagan. Un buen día, se animó, habló con el señor Valentín y este accedió gustosamente a cancelarle la comisión. ¡Bingo! Para la época Bs. 600,oo, Un dineral. Fue tanta la alegría, que salieron a parrandear, y por un pequeño error, estando en el Bar “Mi Balconcito” observaron a unos individuos armados y llamaron al agente de guardia, a la sazón un amigo, le soplaron la situación y este solícito, fue a registrarlo y se estrelló. Era el Jefe de la Digepol el Com. Francisco Guacarán (Padre), con unos funcionarios, quien en castigo por la imprudencia, los mandaron a detener. No pasó de un susto, un mal rato y, ya a las pocas horas, les dieron la libertad. Primera y última vez.

Juan Armando Morales, que en la vida, no ha tenido más nada que hacer y se ha refugiado en el trabajo, los otros personajes, sitios, negocios y empresas que mencionamos en este destellos, forman parte de las historias buenas del pueblo y creemos, en justicia de que, cuando nuestros eximios cronistas, historiadores e investigadores de nuestro excelso pasado, decidan escribir la verdadera y autentica historia de esta ciudad, que nació al calor del oro negro, el 23 de febrero de 1933, los deben incluir en el disco duro de nuestra memoria histórica. ¡Vale la pena!



sábado, noviembre 12, 2011

Personajes de mi pueblo: José Rafael “Fucho” Barrios

El deporte delega en el cuerpo algunas de las virtudes más fuertes del alma: la energía, la audacia, la paciencia
Jean Hippolyte Giraudoux (1882 – 1944)
Dramaturgo, novelista y diplomático.


Deportista hasta los tuétanos. José Rafael “Fucho” Barrios, nació en Ciudad Bolívar, el 17 de julio de 1951 y es hijo de doña Carmen de Barrios y un hermano del fundador del diario “Antorcha”, don Edmundo Barrios, el señor Luís Nicomedes Barrios. El huracán de la historia, lo trajo hasta El Tigre muy chico. El viejo, inició su vida laboral, como linotipista del diario “El Bolivarense”, dónde escaló posiciones hasta llegar a su dirección. Esa posición al frente de un periódico de línea independiente, le causó serios problemas con el gobierno dictatorial del Gral. Marcos Evangelista Pérez Jiménez. La persecución y acoso mantenían a la familia en permanente zozobra. Tomó una decisión. Agarró los hijos Luís Edmundo, Noris, Nelson, Carmen, José Rafael, Edith, Marcos y al lado de su esposa se vino a El Tigre, finó residencia en la avenida 5, frente dónde ahora funciona la UNA, se incorporó al personal del diario Antorcha en su actividad como linotipista. Cayó la dictadura, la libertad se abrió pasó y la familia logró la ansiada paz, pero no regresaron. El que llega a El Tigre, se queda.

“Fucho” Barrios, como se conoce cariñosamente, concluyó sus estudios de primaria en el grupo escolar estado Trujillo y continúo el bachillerato en liceo Pedro Briceño Méndez. En el tiempo que estudiaba 4to. año, se presentó una comisión de la Escuela Nacional de Entrenadores Deportivos, que funcionaba en el Paraíso – Caracas, ofreciendo posibilidades de estudios en la disciplina deportiva. No lo pensó dos veces. El deporte, desde muy joven, lo lleva en el torrente sanguíneo. Se fue y luego de 3 años, obtuvo el titulo de “Técnico en Deportes” durante su época estudiantil, obtuvo su primera experiencia internacional. Formó parte del personal técnico de la delegación deportiva que participó en los XII juegos centroamericanos y del caribe, celebrados en Republica Dominicana. En esa oportunidad, estando en las tribunas del Complejo Duarte, conoció al egregio atleta cubano Alberto “El Bachaco” Juantorena, quien lo impacto positivamente, ya que, prácticamente flotaba en las pistas. En la delegación venezolana Víctor Patínez y José Manuel Carreño, lograron sendas medallas de plata, el primero en 800 metros planos y el segundo en impulso de balas. Cosechas de la época de oro del liceo Pedro Briceño Méndez.

Una vez graduado, la directiva del IND, lo ubicó en Valencia, dónde se desempeño, como busca talentos en los sectores populares. La meta era entrenar a los atletas en desarrollo y prepararlos para las altas competencias. En esas actividades permaneció por espacio de 2 años. Luego, fue nombrado Director Técnico de la Universidad de Carabobo, núcleo La Morita, hasta que fue llamado como Director Técnico para el IND-Caracas, cuya dirección ejercía Oswaldo “Papelón” Borges”. En esa oportunidad, organizaron los primeros juegos Inter parroquiales, que sirvió de base para la organización de los juegos Panamericanos, que se celebraron en Barquisimeto. Hay que destacar que los atletas con las mejores marcas en esos juegos, les permite calificar para los juegos olímpicos. Una vez concluida su misión en el IND-Caracas, fue designado como Comisionado del IND en la zona centro sur del estado Anzoátegui, lo que le permitió reencontrase con la ciudad de afectos, El Tigre. El buen hijo vuelve a casa.

“Fucho” Barrios, que había complementado su formación profesional como Topógrafo y Dibujante Arquitectónico, una vez que salió del IND, fue contratado por el Arq. José Naranjo, para trabajar en la empresa WINCO del Ing. Félix Wong López, que elaboraba el proyecto del acueducto de la ciudad, el cual culminaron, entregaron y todavía espera por su ejecución. Otra historia. El Ing. Félix Wong López, un emprendedor por excelencia, paralelo a su empresa de ingeniería, incursionó en el firmamento de la comunicación social, al lado de don Edmundo Barrios y fundaron Mundo Oriental. Ese diario, una vez que José Hurtado, asumió su dirección, por petición del mismo Ing. Wong López, nombró como coordinador de las páginas deportivas a “Fucho” Barrios, hasta el año que José Miguel Arismendi Marín, una vez juramentado como alcalde del municipio, lo llamó para que se encargara de la presidencia de FUNDADEPORTES, cargo que ejerció, incluso, 6 meses con el capitán Ángel Francisco Godoy, cuando fue sustituido por razones estrictamente políticas. En la actualidad “Fucho” Barrios, ostenta el cargo de Presidente de la Unión de Entrenadores de Boxeo y Docentes Deportivos, seccional Anzoátegui, el cual alterna con su condición de miembro activo del La Real Epidemia de la lengua, que funciona frente a la Plaza Martí bajo la Coordinación General del poeta y brillante escritor y autor de la “Pullita callejera” Juan Manuel Muñoz. Dos actividades que le consumen su valioso tiempo y mantienen en el ambiente deportivo, social y cultural. No hay retiro del guerrero.

Personalmente, “Fucho” Barrios, se considera un hombre realizado, tiene 6 hijos y una nieta. En su primer matrimonio con la señora Flor María Contreras, tuvo a Ricardo Rafael, quien ejerce su profesión de Arquitecto en Valencia y en segundas nupcias, con la lamentablemente fallecida, Gloria Isabel Campos, tiene a Nubia Isabel, Luís Rafael, Nubia María, Fabiola Alejandra y Mariangela. Todavía, a pesar de que, no le empiezan a cancelar la pensión del SSO, conserva la paciencia, la energía y la audacia, que acompaña a todo buen deportista y continúa en la primera línea del combate. En ese sentido, no descarta, asumir nuevas responsabilidades, que le permitan desarrollar su conocimientos en la disciplina deportiva, para la formación y promoción de atletas de alta competencia, así como también la dirección, organización e impulso de eventos de jerarquía nacional e internacional, ya que cuenta, con su suficiente experiencia adquiridas en su larga trayectoria en el país y en Republica Dominicana, Curazao, Brasil y Cuba, que aspira poner en practica en Venezuela. Todo por el deporte. Vendrán nuevos tiempos. Nunca es tarde cuando la dicha llega.

Ya lo dijo el poeta español Antonio Machado “Caminante no hay camino se hace camino al andar” y “Fucho” Barrios, ha hecho un camino y espera continuar en su andar para seguir haciendo caminos en la disciplina deportiva. Es su pasión. Nosotros desde estos humildes destellos, creemos firmemente, que cuando nuestros eximios cronistas, historiadores e investigadores de nuestro excelso pasado y presente, decidan escribir la verdadera y autentica historia de esta ciudad, que nació al calor del oro negro, el 23 de febrero de 1933, deben incluirlo, al lado de los personajes que también mencionamos, en el disco duro de nuestra memoria histórica. ¡Vale la pena!


viernes, noviembre 04, 2011

Personajes de mi pueblo: Jesús Rafael Aristimuño (El 23)

He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe
La Biblia.


Nacido en Pariaguán, el 24 de enero de 1950, sus padres lo trajeron desde muy niño a El Tigre, dónde inició sus estudios en la escuela Simón Rodríguez, y, como provenía de un hogar muy humilde, ya adolescentes, viajó a Caracas, invitado por un hermano, con la intención de continuar los estudios y buscar ganarse la vida, para mantenerse y ayudar a sus viejos que habían vuelto a la tierra soñada. El hermano, en las primeras del cambio, le metió la mano y pudo avanzar hasta tercer año en el Liceo Fermín Toro, pero la troja se puso altísima y tuvo que salir a “buscar a vida”. En ese trajinar, se encontró buen un día, con el boxeador profesional, Néstor “El Monito” Rojas, quien fue su vecino cuando ambos vivían cerca del Club de Leones en Pueblo Nuevo Norte. El que anda con cojo cojea y el que anda con boxeador tiene que boxear. El hombre terminó en un ring de boxeo.

Había que ganarse la vida y “El Monito” Rojas, lo ayudó a entrar al gimnasio del Nuevo Circo. Allí, tenía habitación y la papa asegurada. Agarró sus macundales, que tenía en la casa de su hermano en La Pastora y se residenció en el gimnasio. Inició el aprendizaje y las practicas, bajo a facilitación de los entrenadores “Tabaquito” García y Ely Montes. En poco tiempo debutó como boxeador Amateur en el peso mosca. Fueron 37 combates. Ganó 23 y perdió 14. Ganaba Bs. 120 por pelea. Saltó al profesional y en el primer combate con el Colombiano Aldea Calles, salió victorioso por nocaut en el 4to. asalto. Hizo 23 peleas más y en el año 1978, colgó los guantes, cuando logró un empate ante el mexicano Aquiles Rojas. Los honorarios fueron Bs. 3 millones y más unos dólares, que obtuvo como sparring del filipino Sócrates Batoto, campeón mundial, que el 3 de junio de 1972, perdió la corona en Caracas al caer por nocaut en el 4to asalto, ante Betulio González y los cuales había ahorrado, le sirvieron para sobrevivir por algún tiempo. Aljibe que se le saca y no se le mete se seca. Fue una sensación de prosperidad económica que duro poco tiempo.

En Venezuela, no hay política de protección social y ayuda a los deportistas, transcurrido los meses, quedó “mamando y loco”, pero como a nadie le falta Dios, su amigo, entrenador de boxeo y agente de la Policía Metropolitana, quien se había graduado en la Academia del Junquito, con el grado de Brigadier Mayor, José Adrián Morffe, el popular “Quemao”, lo ayudó a ingresar como Policía de Punto en el 23 de enero. En ese tiempo se ganó el mote del 23. Ganó 23 peleas en amateur. Combatió 23 veces en profesional y terminó como Policía de punto en el 23 de enero. Todavía, los amigos de El Tigre, que conocen su trayectoria, lo llaman “El 23”. En estos últimos años, se desempeña como mayordomo del Fundo “Los Laureles” en la vía Dación y, espera que lo favorezcan con la pensión de vejez. Metió los papeles y todos los meses, pasa religiosamente, chequeando por el Seguro Social y no hay respuesta positiva. El que persevera vence. Algún día se la aprobarán, dice con resignación. Él dio muchas batallas, concluyó su carrera y lo único que conserva es la fe. La esperanza es lo último que se pierde.

Jesús Rafael Aristimuño, el popular 23, se casó muy joven con la señora Aurelicia Farías en cuya unión matrimonial, procrearon 6 hijos. Luís Miguel, Gerardo Rafael, Sergio Javier, quien es un prospecto en el boxeo, Maikel Jesús, Lily y Aris. Unos ya formalizaron familias y otros todavía completan sus estudios. En el momento que nuestro personaje, se desempeñaba como boxeador profesional, brillaban en el firmamento boxístico, sus amigos Pedro Gómez, Néstor “El Monito” Rojas, Leonel Hernández, Antonio Gómez, su compadre Alfredo Marcano, José García y el “Loco” Cruz Marcano. Era la época de oro del boxeo venezolano. En los últimos tiempos, Jesús Aristimuño, junto a Oswaldo “El Greñas” Guevara, Orlando Pérez, Edmundo “Mundito” Barrios, Alexis Pérez, el artista platico Carlos Malavé, está incorporado como individuo de número en la Real Epidemia de la Lengua, que preside Juan Manuel “Moriche” Muñoz y la cual tiene su sede permanente, en la panadería y Pastelería “Venecia Rodríguez, F P “frente a la plaza Martí. En esta actividad lingüística, su mentor, protector y orientador, es el popular Rafael “Fucho” Barrios, con el cual comparte, entre traguito y traguito secos, todas sus vivencias. Ellos son trigueños, bailan bien y se conocen. Los amigos son los amigos. El artista plástico, Israel “Pecos” Aguilera, vive al acecho de que cometan algún desliz, para colocarlos frente al paredón de fusilamiento. Es de armas tomar y ellos lo saben. En pelas arregladas, los boxeadores aunque veteranos, tienen que cuidarse. ¡Mosca!

Esta gloria del boxeo, al igual que los personajes que mencionamos en estos destellos, merecen que cuando nuestros eximios cronistas, historiadores e investigadores de nuestro excelso pasado, decidan escribir la verdadera y autentica historia, de esta ciudad que nació el calor de la industria petrolera, el 23 de febrero de 1933, los incluyan en el disco duro de nuestra memoria histórica. ¡Vale la pena!